¿No sería oportuno adelantar las elecciones presidenciales en Honduras para sacar al país de una crisis que parece encaminada a profundizarse? ¿Sería muy descabellado?
De repente, el nuevo presidente Roberto Micheletti y el depuesto Mel Zelaya – quien dijo que quiere terminar su período y prometió que no buscaría reformar la Constitución para perpetuarse en poder – podrían consensuar una salida institucional y adelantar las elecciones, que de todas maneras están a la vuelta de la esquina, programadas para noviembre. Ambos dijeron querer lo mejor para el país, y creo que ese sentimiento, cuando los ánimos se calmen es lo que en realidad todos quieren, excepto que ahora, unos y otros, quiere tener su razón.
En realidad, estamos ante dos posiciones polarizadas e irreconciliables: La mayoría de los hondureños en Honduras y muchos exiliados pareciera que apoyan a Micheletti, dicen que no fue un golpe de Estado porque los militares solo hicieron respetar la Constitución y se manifiestan concretamente en contra de Zelaya y de quienes consideran su promotor, Hugo Chávez. Mientras tanto, la comunidad internacional insiste en que se trata de un golpe de Estado, que Zelaya debe ser restituido, a la vez que se están buscando los castigos para hacer recapacitar al nuevo gobierno.
Hoy, por ejemplo, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo se sumaron al movimiento contra el nuevo gobierno, argumentando que suspenden créditos y ayuda financiera al país, a la vez que los organismos intergubernamentales analizan aislar al país.
La situación se pondrá tensa este jueves si es que Zelaya realmente piensa ingresar al país, acompañado de Rafael Correa, Cristina de Kirchner e Insulza. Parece ser una bravuconada, si uno realmente entiende que para entrar al país, un avión necesita los permisos necesarios o por lo menos los del aeropuerto para poder aterrizar. Más aún, las nuevas autoridades parece que lo esperarían con órdenes de captura, por lo que se entiende que hasta el momento, Zelaya está utilizando argumentos y propaganda a su favor.
Hay en todo esto, además de mucha confusión y polarización sobre las dos posiciones más visibles, una increíble dosis de hipocresía que molesta y mucho. No se puede entender que después de que muchos gobiernos que hasta hace una semana eran fuertemente críticos de la OEA y que se pasaban constantemente la carta democrática por el traste, se revistan ahora de grandes demócratas y de poner a la OEA en una posición que nunca le dieron y que nuca tuvo.
El solo anuncio de que pudiera haber elecciones anticipadas podría ayudar a descomprimir esta tensión natural que se ha creado el domingo con el golpe y mucho tiempo antes con todos los “golpecitos” constitucionales que Zelaya venía pegando.
Publiqué hace poco mi novela futurística en Amazon: "Robots con Alma: atrapados entre la verdad y la libertad". En este blog trato de temas de actualidad referidos a los valores de la verdad y la libertad. Blog por Ricardo Trotti
junio 30, 2009
junio 29, 2009
Zelaya, la víctima
Como era previsible y natural, la comunidad internacional reaccionó en contra del golpe de Estado que destituyó a Manuel Zelaya. Las nuevas autoridades que asumieron tras la destitución de Zelaya, fueron torpes en no calcular la avalancha internacional de opiniones que los hechos provocarían.
Incluso varios gobiernos - a sabiendas de que Zelaya era quien estaba dando continuos “golpes” con medidas anticonstitucionales como un llamado ilegal a un referendo para buscar su reelección presidencial - quedaron con las manos atadas ya que nunca podrían avalar una destitución, que a todas luces y por sus formas, se mostró como un golpe de Estado.
Lo increíble de esta historia, es que ahora, quien había mostrado actitudes anti democráticas y anti constitucionales, terminó siendo avalado como un gran demócrata a quien le usurparon el poder por pura casualidad. Las formas en cómo se procedió, como recalqué en el blog de ayer, fue la gran equivocación.
Hoy Zelaya, la víctima, fue vitoreado en conjunto por presidentes como Rafael Correa, Hugo Chávez, Evo Morales y Daniel Ortega quienes se han llenado la boca de democracia como si la practicaran en sus países; y como presidentes como Felipe Calderón, Alvaro Uribe o Barack Obama, que no tuvieron otra salida que alinearse a la izquierda por un principio de institucionalidad.
Escuchar hoy a personajes como a Fidel Castro condenar un golpe de Estado, a Raúl Castro sancionar la falta de democracia, a Hugo Chávez hablar de invadir Honduras y a Daniel Ortega invocar la Carta Interamericana fue una experiencia tan fascinante como haber pasado sin pagar entrada al Ringling Borthers.
Incluso varios gobiernos - a sabiendas de que Zelaya era quien estaba dando continuos “golpes” con medidas anticonstitucionales como un llamado ilegal a un referendo para buscar su reelección presidencial - quedaron con las manos atadas ya que nunca podrían avalar una destitución, que a todas luces y por sus formas, se mostró como un golpe de Estado.
Lo increíble de esta historia, es que ahora, quien había mostrado actitudes anti democráticas y anti constitucionales, terminó siendo avalado como un gran demócrata a quien le usurparon el poder por pura casualidad. Las formas en cómo se procedió, como recalqué en el blog de ayer, fue la gran equivocación.
Hoy Zelaya, la víctima, fue vitoreado en conjunto por presidentes como Rafael Correa, Hugo Chávez, Evo Morales y Daniel Ortega quienes se han llenado la boca de democracia como si la practicaran en sus países; y como presidentes como Felipe Calderón, Alvaro Uribe o Barack Obama, que no tuvieron otra salida que alinearse a la izquierda por un principio de institucionalidad.
Escuchar hoy a personajes como a Fidel Castro condenar un golpe de Estado, a Raúl Castro sancionar la falta de democracia, a Hugo Chávez hablar de invadir Honduras y a Daniel Ortega invocar la Carta Interamericana fue una experiencia tan fascinante como haber pasado sin pagar entrada al Ringling Borthers.
Equivocados: fondo y forma
Las reacciones en el mundo entero no se hicieron esperar apenas se supo que el presidente Manuel Zelaya fue destituido por el Congreso hondureño o que se le dio un golpe de Estado, como prefirieron llamarlo otros. En todos lados se condenó y seguramente a partir de este lunes las organizaciones intergubernamentales verán de qué forma aplicarán medidas o castigos.
Más allá de las argumentaciones que se escucharon durante el día - especialmente en el Congreso y del nuevo presidente Roberto Micheletti, quien prometió que continuará con el proceso electoral hacia noviembre – sobre que no se trató de un golpe de Estado, sino de una transición democrática de constitucionalmente deponer el Presidente de su cargo por incumplir con la ley y la Constitución, lo cierto es que las autoridades hondureñas se han equivocado.
Es probable que en el fondo la cúpula política hondureña haya tenido razones valederas en contra de Zelaya, quien en la última semana desacató órdenes de la Justicia que le prohibía realizar una encuesta este domingo con la que quería palpar el sentir de los electores para acrecentar sus intenciones sobre la reelección presidencial. Sin embargo, lo que estuvo equivocado, fue la forma en que se produjeron los hechos, un Presidente detenido por los militares y expulsado hacia Costa Rica.
La forma, más que un proceso democrático debido que debería seguir juicio político y otros esquemas que deben estar fijados por ley, se vio plenamente como un golpe de Estado, aspecto que ningún otro gobierno o institución internacional puede hacerle la vista gorda y dejar de condenar.
Si bien una gran cantidad de personas, de líderes y dirigentes detestaba la forma en que Zelaya estaba atropellando al país, da la sensación que esa gente pudiera estar enfrentándose a un caso similar a lo que sucedió con Hugo Chávez en abril de 2002, quien fue restituido al gobierno luego de un golpe de Estado injustificado.
Creo que los hondureños tienen todo el derecho, apegándose a la legislación y a la Constitución – como en cualquier otro país – de destituir a un Presidente por las razones ilegítimas e ilegales que hubiera en juego; pero se deberían haber cuidado las formas, pensado en las apariencias, ya que la opinión pública internacional desconocía todos los elementos y solo puede juzgar los acontecimientos a la luz de un golpe de Estado.
Más allá de las argumentaciones que se escucharon durante el día - especialmente en el Congreso y del nuevo presidente Roberto Micheletti, quien prometió que continuará con el proceso electoral hacia noviembre – sobre que no se trató de un golpe de Estado, sino de una transición democrática de constitucionalmente deponer el Presidente de su cargo por incumplir con la ley y la Constitución, lo cierto es que las autoridades hondureñas se han equivocado.
Es probable que en el fondo la cúpula política hondureña haya tenido razones valederas en contra de Zelaya, quien en la última semana desacató órdenes de la Justicia que le prohibía realizar una encuesta este domingo con la que quería palpar el sentir de los electores para acrecentar sus intenciones sobre la reelección presidencial. Sin embargo, lo que estuvo equivocado, fue la forma en que se produjeron los hechos, un Presidente detenido por los militares y expulsado hacia Costa Rica.
La forma, más que un proceso democrático debido que debería seguir juicio político y otros esquemas que deben estar fijados por ley, se vio plenamente como un golpe de Estado, aspecto que ningún otro gobierno o institución internacional puede hacerle la vista gorda y dejar de condenar.
Si bien una gran cantidad de personas, de líderes y dirigentes detestaba la forma en que Zelaya estaba atropellando al país, da la sensación que esa gente pudiera estar enfrentándose a un caso similar a lo que sucedió con Hugo Chávez en abril de 2002, quien fue restituido al gobierno luego de un golpe de Estado injustificado.
Creo que los hondureños tienen todo el derecho, apegándose a la legislación y a la Constitución – como en cualquier otro país – de destituir a un Presidente por las razones ilegítimas e ilegales que hubiera en juego; pero se deberían haber cuidado las formas, pensado en las apariencias, ya que la opinión pública internacional desconocía todos los elementos y solo puede juzgar los acontecimientos a la luz de un golpe de Estado.
junio 27, 2009
Tosudez de Zelaya
Simpatizo con la opinión de quienes en este blog votaron (350 personas a las 11:30 pm de este sábado) en contra de la “cuarta urna”. El 80 por ciento votó en contra de que el presidente hondureño Manuel Zelaya se salga con la suya este domingo en la encuesta, prosiguiendo sus planes para la reforma constitucional y la reelección presidencial para noviembre.
No queda nadie en Honduras que le haya dicho que no: la gente, las instituciones, la Iglesia, los militares. Sin embargo, el presidente Zelaya sigue con sus planes y obligando a la gente a que vote a su favor en la encuesta.
Parece que en América Latina estamos condenados a tener democracias mediocres, en la que los presidentes y los políticos quieren perpetuarse sistemáticamente en el poder. Hay pocos países que se han salvado de los aires reformistas y reeleccionistas. ¡Qué poco valor tienen las Constituciones! Cada chitrulo que sube al poder la quiere cambiar a su favor.
Debería haber una ley internacional o algún mecanismo que prohíba a los políticos reformar las constituciones. Con tantos cambios que a las pobres se les hace en todos los países, lo que en realidad están buscando los políticos es tener legitimidad para gobernar a su gusto y placer. Estamos rodeados de dictaduras constitucionales.
Este domingo, si Zelaya se sale con la suya, después de que los demás poderes del Estado declararon ilegal su encuesta, estaremos siendo testigos de una nueva dictadura constitucional.
No queda nadie en Honduras que le haya dicho que no: la gente, las instituciones, la Iglesia, los militares. Sin embargo, el presidente Zelaya sigue con sus planes y obligando a la gente a que vote a su favor en la encuesta.
Parece que en América Latina estamos condenados a tener democracias mediocres, en la que los presidentes y los políticos quieren perpetuarse sistemáticamente en el poder. Hay pocos países que se han salvado de los aires reformistas y reeleccionistas. ¡Qué poco valor tienen las Constituciones! Cada chitrulo que sube al poder la quiere cambiar a su favor.
Debería haber una ley internacional o algún mecanismo que prohíba a los políticos reformar las constituciones. Con tantos cambios que a las pobres se les hace en todos los países, lo que en realidad están buscando los políticos es tener legitimidad para gobernar a su gusto y placer. Estamos rodeados de dictaduras constitucionales.
Este domingo, si Zelaya se sale con la suya, después de que los demás poderes del Estado declararon ilegal su encuesta, estaremos siendo testigos de una nueva dictadura constitucional.
Irán, Facebook y Twitter
A pesar de una férrea censura y bloqueo contra la prensa, el gobierno de Irán no pudo impedir que miles de ciudadanos, fortalecidos por las nuevas tecnologías de la comunicación, generaran una ola de e-mails, mensajes de texto, fotos y videos aficionados para denunciar ante el mundo un proceso electoral manchado de fraude y sangre.
El internet, las redes sociales y la telefonía móvil, desde su uso en Teherán, demuestran que su fortaleza es crear opinión, contagiar y sumar objetivos en comunidades virtuales sobre situaciones políticas difíciles.
Pero aunque Facebook, Twitter, YouTube y los blogs permitieron sustituir a los medios tradicionales cuando el régimen de los Ayatolas decidió “apagarlos”, la verdad es que toda la inmensa capacidad de información del ciberespacio no puede suplantar la capacidad de los periodistas profesionales para interpretar, investigar, cuestionar y contextualizar procesos tan complejos como el iraní.
Esta experiencia en Persia demuestra que ambas formas de comunicación, la individual-cibernética y la social-mediática, no son excluyentes, sino cada vez más complementarias. De ahí que la censura iraní inteligentemente se enfoque contra las dos al mismo tiempo, sin distinción. A los periodistas de las agencias internacionales los expulsa, no les renueva sus visas, les impide salir de sus oficinas y sólo cubrir las marchas progubernamentales. A los particulares, les corta señales de telefonía celular, prohíbe mensajes de texto, piratea y filtra el contenido de páginas de internet, mientras disminuye la capacidad de banda ancha para que no puedan trasmitir fotos y videos.
La diferencia entre ambas formas de comunicación, es que la individual-cibernética es más hábil para burlar la censura, siendo imposible controlar todo su contenido. A pesar del rigor gubernamental, los iraníes que apoyan al candidato opositor y reclamante Mir Hosein Musav tras las elecciones del 12 de junio, usaron y utilizan servidores en el extranjero para evadir controles locales y mensajes por twitter para difundir textos e imágenes.
Pero estas maniobras en el ciberespacio para burlar a un régimen y generar un resquicio de libertad, provoca polémicas. Se corre el riesgo, por ejemplo, de justificar la piratería y los ataques cibernéticos en contra del gobierno iraní y la página web del propio presidente autocrático Mahmud Ahmadineyad, acusado de perpetuarse con votos fraudulentos. Entonces, valen las preguntas: ¿Hay una censura mala y otra buena? ¿Se puede justificar el espionaje cibernético para atacar a los “malos”, pero criticarlo cuando es en contra de los “buenos”? Y, por otra parte, ¿cuán responsables son Google, Microsoft y Yahoo por proveer herramientas a gobiernos despóticos con los que censuran el internet?
Estas preguntas, claro está, no excusan a un régimen opresor como el iraní que castiga y encarcela a periodistas, blogueros y disidentes por igual, que amenaza con aplicar pena de muerte a quienes provoquen disturbios o denuncia a otros gobiernos por permanentes conspiraciones desestabilizadoras.
La crisis política iraní nos enseña cuanto recelo guardan los gobiernos autocráticos contra la libertad de información y cómo se desquician para censurar y controlar. Un ejemplo similar al de Irán es Cuba. El régimen de los hermanos Castro no solo mantiene presos a periodistas y disidentes que opinen diferente al gobierno o prohíbe a reporteros independientes y extranjeros su libre movilización por el país; sino, que además, practica una aguda cibercensura contra la telefonía celular y el acceso a internet, aspecto que le valió la peor calificación de la organización Freedom House en su informe de abril. El gobierno cubano, según ese análisis, es el mayor censor del mundo, comparándolo a China, Túnez e Irán, donde también se prohíbe, bloquea y filtra todo tipo de mensajes.
Dos enseñanzas optimistas emergen de esta experiencia de censura informativa: Primero, que las nuevas formas de comunicación ciudadanas son eficientes para penetrar y derruir sistemas cerrados; y si bien los avances tecnológicos pueden también ser diseñados para ejercer controles, por su masividad, anonimidad y velocidad, no podrán a la larga, generar otra cosa más que espacios de libertad. Segundo, teniendo en cuenta que una sustantiva cantidad de mensajes a veces no implica mejor calidad en la comunicación sino mayor caos informativo, se hace cada vez más necesario contar con medios tradicionales y periodistas profesionales que nos digieran y “traduzcan” la realidad.
El internet, las redes sociales y la telefonía móvil, desde su uso en Teherán, demuestran que su fortaleza es crear opinión, contagiar y sumar objetivos en comunidades virtuales sobre situaciones políticas difíciles.
Pero aunque Facebook, Twitter, YouTube y los blogs permitieron sustituir a los medios tradicionales cuando el régimen de los Ayatolas decidió “apagarlos”, la verdad es que toda la inmensa capacidad de información del ciberespacio no puede suplantar la capacidad de los periodistas profesionales para interpretar, investigar, cuestionar y contextualizar procesos tan complejos como el iraní.
Esta experiencia en Persia demuestra que ambas formas de comunicación, la individual-cibernética y la social-mediática, no son excluyentes, sino cada vez más complementarias. De ahí que la censura iraní inteligentemente se enfoque contra las dos al mismo tiempo, sin distinción. A los periodistas de las agencias internacionales los expulsa, no les renueva sus visas, les impide salir de sus oficinas y sólo cubrir las marchas progubernamentales. A los particulares, les corta señales de telefonía celular, prohíbe mensajes de texto, piratea y filtra el contenido de páginas de internet, mientras disminuye la capacidad de banda ancha para que no puedan trasmitir fotos y videos.
La diferencia entre ambas formas de comunicación, es que la individual-cibernética es más hábil para burlar la censura, siendo imposible controlar todo su contenido. A pesar del rigor gubernamental, los iraníes que apoyan al candidato opositor y reclamante Mir Hosein Musav tras las elecciones del 12 de junio, usaron y utilizan servidores en el extranjero para evadir controles locales y mensajes por twitter para difundir textos e imágenes.
Pero estas maniobras en el ciberespacio para burlar a un régimen y generar un resquicio de libertad, provoca polémicas. Se corre el riesgo, por ejemplo, de justificar la piratería y los ataques cibernéticos en contra del gobierno iraní y la página web del propio presidente autocrático Mahmud Ahmadineyad, acusado de perpetuarse con votos fraudulentos. Entonces, valen las preguntas: ¿Hay una censura mala y otra buena? ¿Se puede justificar el espionaje cibernético para atacar a los “malos”, pero criticarlo cuando es en contra de los “buenos”? Y, por otra parte, ¿cuán responsables son Google, Microsoft y Yahoo por proveer herramientas a gobiernos despóticos con los que censuran el internet?
Estas preguntas, claro está, no excusan a un régimen opresor como el iraní que castiga y encarcela a periodistas, blogueros y disidentes por igual, que amenaza con aplicar pena de muerte a quienes provoquen disturbios o denuncia a otros gobiernos por permanentes conspiraciones desestabilizadoras.
La crisis política iraní nos enseña cuanto recelo guardan los gobiernos autocráticos contra la libertad de información y cómo se desquician para censurar y controlar. Un ejemplo similar al de Irán es Cuba. El régimen de los hermanos Castro no solo mantiene presos a periodistas y disidentes que opinen diferente al gobierno o prohíbe a reporteros independientes y extranjeros su libre movilización por el país; sino, que además, practica una aguda cibercensura contra la telefonía celular y el acceso a internet, aspecto que le valió la peor calificación de la organización Freedom House en su informe de abril. El gobierno cubano, según ese análisis, es el mayor censor del mundo, comparándolo a China, Túnez e Irán, donde también se prohíbe, bloquea y filtra todo tipo de mensajes.
Dos enseñanzas optimistas emergen de esta experiencia de censura informativa: Primero, que las nuevas formas de comunicación ciudadanas son eficientes para penetrar y derruir sistemas cerrados; y si bien los avances tecnológicos pueden también ser diseñados para ejercer controles, por su masividad, anonimidad y velocidad, no podrán a la larga, generar otra cosa más que espacios de libertad. Segundo, teniendo en cuenta que una sustantiva cantidad de mensajes a veces no implica mejor calidad en la comunicación sino mayor caos informativo, se hace cada vez más necesario contar con medios tradicionales y periodistas profesionales que nos digieran y “traduzcan” la realidad.
junio 26, 2009
Por la libertad de prensa en Venezuela
Este sábado, en el Día del Periodista venezolano, lo que iba a ser una fiesta de los reporteros para celebrar su derecho de reunión y clamar por la libertad de prensa, terminó transformándose en una puja en la que el gobierno quiere medir fuerzas de convocatoria y neutralizar cualquier acción que lo pueda mostrar débil y vulnerable.
Como siempre, la estrategia de Hugo Chávez, es la utilización de la propaganda y la fuerza y el temor para desmotivar a quienes buscan un espacio para dar cumplimiento a dos derechos humanos fundamentales en una democracia: libertad de expresión y derecho de reunión.
Los periodistas independientes (a los que el régimen chavista califica de “opositores”) realizarán este sábado una concentración popular en el centro de Caracas, con la intención de reclamar libertad de prensa y evitar que Globovisión, el canal de televisión multado y amenazado de ejercer “terrorismo mediático” por Chávez, corra la misma suerte que RCTV, televisora cerrada en mayo de 2007.
Pero como siempre sucede, el gobierno chavista, en forma antidemocrática, debido a que utiliza los recursos del Estado para fines particulares, organizó otra marcha a través de su partido político, con la cual busca amedrentar a quien se manifieste en contra del gobierno o a favor de Globovisión.
La estrategia de la propaganda y del temor no es nueva, forma parte de la idiosincrasia de un régimen que se viene perpetuando en el poder desde 1999 sobre la base del dominio y control de los demás poderes públicos, y tratando de pisotear a la prensa.
La libertad de prensa está en juego, así como parte de la democracia, y ojalá los periodistas venezolanos puedan mostrar toda su fortaleza y motivar a las organizaciones internacionales y a otros gobiernos a que intercedan ante Venezuela para que Globovisión y todos los demás medios puedan seguir operando. El objetivo es difícil. Chávez está decidido a cerrar el canal.
Como siempre, la estrategia de Hugo Chávez, es la utilización de la propaganda y la fuerza y el temor para desmotivar a quienes buscan un espacio para dar cumplimiento a dos derechos humanos fundamentales en una democracia: libertad de expresión y derecho de reunión.
Los periodistas independientes (a los que el régimen chavista califica de “opositores”) realizarán este sábado una concentración popular en el centro de Caracas, con la intención de reclamar libertad de prensa y evitar que Globovisión, el canal de televisión multado y amenazado de ejercer “terrorismo mediático” por Chávez, corra la misma suerte que RCTV, televisora cerrada en mayo de 2007.
Pero como siempre sucede, el gobierno chavista, en forma antidemocrática, debido a que utiliza los recursos del Estado para fines particulares, organizó otra marcha a través de su partido político, con la cual busca amedrentar a quien se manifieste en contra del gobierno o a favor de Globovisión.
La estrategia de la propaganda y del temor no es nueva, forma parte de la idiosincrasia de un régimen que se viene perpetuando en el poder desde 1999 sobre la base del dominio y control de los demás poderes públicos, y tratando de pisotear a la prensa.
La libertad de prensa está en juego, así como parte de la democracia, y ojalá los periodistas venezolanos puedan mostrar toda su fortaleza y motivar a las organizaciones internacionales y a otros gobiernos a que intercedan ante Venezuela para que Globovisión y todos los demás medios puedan seguir operando. El objetivo es difícil. Chávez está decidido a cerrar el canal.
junio 25, 2009
Los dos Michael Jackson
La muerte de Michael Jackson fue sorpresiva y me despertó, como a muchos, tristeza. Pero también me movió y reflotó dos sentimientos opuestos que tuve hacia su persona: Amor y odio.
Amor por su música, su baile y su talento; y odio por su extravagancia, acusaciones sobre abuso de menores y sus declaraciones sobre que dormía con chicos en Neverland.
Y otra impresión de extrañeza también, interna, sobre cómo puedo vivir tranquilo y armoniosamente entre sentimientos duales hacia una persona, de aversión y admiración.
Su fatalidad lo pondrá Michael Jackson como Rey del Pop a la misma altura que a John Lennon, que al Rey del Rock y al del Zorzal Criollo, cuatro muertes trágicas que convirtieron a sus figuras en los íconos más grandes de la música popular. Los cuatro fueron innovadores, controversiales para sus épocas, talentosos, vendedores de su imagen y aptitudes, y murieron en el apogeo de una fama titilante y rutilante.
Pero la vida de Michael Jackson fue extraordinariamente la más famosa y controversial de todas a pesar de que fue ermitaño y trató de esconderse de la prensa. Sus manías, sus mansiones, sus cirugías, sus enfermedades, sus tapa bocas, sus procesos judiciales, sus finanzas, sus padres, sus hermanos, sus hijos, sus esposas, siempre salieron a la luz y estuvieron rodeadas de un halo de misterio, rumores y especulaciones. Nada nunca fue claro en su caso y todo permutó como su piel. Esa arista de su personalidad fue repulsada por muchos y tolerada a regañadientes por otros y excusada por la mayoría de sus fanáticos.
Pero su otro yo, su otra personalidad fue admirada por todos, especialmente por los que tuvimos la dicha de ser sus contemporáneos y disfrutar de su talento, de su ritmo, de su voz, de sus bailes, de su amor pregonado por los niños, por su solidaridad por Africa, el continente que nunca olvidó, o por ser espejo para muchos artistas.
Sin dudas existieron dos Michael Jackson. Así como una dualidad de sentimientos totalmente comprensibles, en las que los humanos podemos vivir y apreciar a una sola persona desde dos ópticas diametralmente opuestas y tener la tranquilidad de que ambas visiones no están reñidas con nuestra ética y moral. Estamos tranquilos con el bien y el mal. Así, bien tranquilos, podemos repulsar, desaprobar u odiar y, al mismo tiempo, amar confiadamente a esa misma persona.
Es un sentimiento muy normal, especialmente para quienes amamos el fútbol y cuando tenemos en frente a Diego Maradona. Podemos achacarle, reprocharle y odiarle por su vida disipada, sus drogas, su doping, sus declaraciones molestas, su amor por Fidel Castro; pero al mismo tiempo todavía sentir el hipnotismo de sus gambetas y piruetas, y estar motivados por imágenes recurrentes en algún rincón del cerebro que reaparecen cuando los resultados actuales no aparecen.
Me quedaré con uno de los dos Michael Jackson. Rechazo al personal, pero admiro y quiero al artista. Lamento que éste último será al único que recuerde. Al otro, por suerte para él, lo borraré.
Amor por su música, su baile y su talento; y odio por su extravagancia, acusaciones sobre abuso de menores y sus declaraciones sobre que dormía con chicos en Neverland.
Y otra impresión de extrañeza también, interna, sobre cómo puedo vivir tranquilo y armoniosamente entre sentimientos duales hacia una persona, de aversión y admiración.
Su fatalidad lo pondrá Michael Jackson como Rey del Pop a la misma altura que a John Lennon, que al Rey del Rock y al del Zorzal Criollo, cuatro muertes trágicas que convirtieron a sus figuras en los íconos más grandes de la música popular. Los cuatro fueron innovadores, controversiales para sus épocas, talentosos, vendedores de su imagen y aptitudes, y murieron en el apogeo de una fama titilante y rutilante.
Pero la vida de Michael Jackson fue extraordinariamente la más famosa y controversial de todas a pesar de que fue ermitaño y trató de esconderse de la prensa. Sus manías, sus mansiones, sus cirugías, sus enfermedades, sus tapa bocas, sus procesos judiciales, sus finanzas, sus padres, sus hermanos, sus hijos, sus esposas, siempre salieron a la luz y estuvieron rodeadas de un halo de misterio, rumores y especulaciones. Nada nunca fue claro en su caso y todo permutó como su piel. Esa arista de su personalidad fue repulsada por muchos y tolerada a regañadientes por otros y excusada por la mayoría de sus fanáticos.
Pero su otro yo, su otra personalidad fue admirada por todos, especialmente por los que tuvimos la dicha de ser sus contemporáneos y disfrutar de su talento, de su ritmo, de su voz, de sus bailes, de su amor pregonado por los niños, por su solidaridad por Africa, el continente que nunca olvidó, o por ser espejo para muchos artistas.
Sin dudas existieron dos Michael Jackson. Así como una dualidad de sentimientos totalmente comprensibles, en las que los humanos podemos vivir y apreciar a una sola persona desde dos ópticas diametralmente opuestas y tener la tranquilidad de que ambas visiones no están reñidas con nuestra ética y moral. Estamos tranquilos con el bien y el mal. Así, bien tranquilos, podemos repulsar, desaprobar u odiar y, al mismo tiempo, amar confiadamente a esa misma persona.
Es un sentimiento muy normal, especialmente para quienes amamos el fútbol y cuando tenemos en frente a Diego Maradona. Podemos achacarle, reprocharle y odiarle por su vida disipada, sus drogas, su doping, sus declaraciones molestas, su amor por Fidel Castro; pero al mismo tiempo todavía sentir el hipnotismo de sus gambetas y piruetas, y estar motivados por imágenes recurrentes en algún rincón del cerebro que reaparecen cuando los resultados actuales no aparecen.
Me quedaré con uno de los dos Michael Jackson. Rechazo al personal, pero admiro y quiero al artista. Lamento que éste último será al único que recuerde. Al otro, por suerte para él, lo borraré.
junio 24, 2009
De San Pedro Sula a Teherán
El derecho de reunión es uno de los derechos humanos más fundamentales concebidos en los tratados internacionales y en las constituciones de cada país. Su mejor representación es a través de la convocatoria ciudadana para reclamar justicia, exigir cambios o reprobar conductas.
Así como lo están demostrando los iraníes, quienes vienen manifestándose públicamente en las calles de Teherán y otras ciudades de su país para reprobar el fraude y burla electoral cometido por su gobierno, los hondureños de Tegucigalpa y San Pedro Sula vienen haciendo uso de esta herramienta popular para exigir que el gobierno desista de sus intenciones de perpetuarse en el poder a través de una reforma que permita la reelección.
La marcha de ayer en San Pedro Sula, calificada por el diario La Prensa de San Pedro Sula, como histórica, es una muestra más de la madurez de un pueblo que quiere vivir en una democracia palpable, diversa y plural, sin la necesidad de que los gobernantes – como sucede lamentablemente en muchos países – traten de perpetuarse en el poder mediante métodos no muy transparentes. Los gobiernos, por lo general, tienen los recursos y muchas veces las herramientas fraudulentas (como en Irán) para poder acomodar las cosas a su antojo y a los intereses personales.
A diferencia de los iraníes – claro está – los hondureños tienen la libertad para expresarse y hacer cuántas marchas quieran. Pero más allá de esa diferencia, el ímpetu demostrado en las marchas como la de “la unidad nacional en paz y libertad”, muestran la vocación y el ansia de vivir en una democracia plural y diversa.
Las marchas en contra de los secuestrados en Colombia, en contra de la violencia en Guatemala, en contra del terrorismo en España, en contra del fraude electoral en Irán, en Venezuela o en Nicaragua y en contra de la inseguridad en tantas capitales latinoamericanas, son un canto al coraje y a la valentía de un pueblo que quiere hacer escuchar su voz y que no solo quiere que lo tomen en cuenta durante los períodos electorales.
Así como lo están demostrando los iraníes, quienes vienen manifestándose públicamente en las calles de Teherán y otras ciudades de su país para reprobar el fraude y burla electoral cometido por su gobierno, los hondureños de Tegucigalpa y San Pedro Sula vienen haciendo uso de esta herramienta popular para exigir que el gobierno desista de sus intenciones de perpetuarse en el poder a través de una reforma que permita la reelección.
La marcha de ayer en San Pedro Sula, calificada por el diario La Prensa de San Pedro Sula, como histórica, es una muestra más de la madurez de un pueblo que quiere vivir en una democracia palpable, diversa y plural, sin la necesidad de que los gobernantes – como sucede lamentablemente en muchos países – traten de perpetuarse en el poder mediante métodos no muy transparentes. Los gobiernos, por lo general, tienen los recursos y muchas veces las herramientas fraudulentas (como en Irán) para poder acomodar las cosas a su antojo y a los intereses personales.
A diferencia de los iraníes – claro está – los hondureños tienen la libertad para expresarse y hacer cuántas marchas quieran. Pero más allá de esa diferencia, el ímpetu demostrado en las marchas como la de “la unidad nacional en paz y libertad”, muestran la vocación y el ansia de vivir en una democracia plural y diversa.
Las marchas en contra de los secuestrados en Colombia, en contra de la violencia en Guatemala, en contra del terrorismo en España, en contra del fraude electoral en Irán, en Venezuela o en Nicaragua y en contra de la inseguridad en tantas capitales latinoamericanas, son un canto al coraje y a la valentía de un pueblo que quiere hacer escuchar su voz y que no solo quiere que lo tomen en cuenta durante los períodos electorales.
Ortega el adelantado; y los premiados
Daniel Ortega se adelantó. Mientras se esperaba que Hugo Chávez consumara su amenaza de cerrar la cadena televisiva Globovisión y de que Rafael Correa también hiciera lo suyo contra Teleamazonas, el presidente nicaragüense Ortega se adelantó aprovechando la distracción.
El sábado pasado, sin que nadie lo advirtiera, casi en silencio, clausuró una radioemisora que pertenece al periodista Santiago Aburto, un duro crítico del gobierno a través de su programa “Buenas tardes”, en radio Corporación. Para clausurar la radio de Aburto, Radio La Ley, el Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor) envió a más de 30 personas armadas hasta los dientes a su domicilio, los que decomisaron los equipos de trasmisión y operación.
La cancelación de la licencia de la radio y la fuerza bruta utilizada para clausurarla antes de que el sábado 20 de junio comenzara a trasmitir, se ha denunciado en Nicaragua como una revancha en contra de un periodista crítico del gobierno, actitud muy normal que Ortega y su esposa Rosario Murillo suelen tomar contra periodistas, columnistas, presentadores de televisión y medios en general.
De esta forma, el gobierno continúa alejándose de los principios fundamentales de la democracia que obligan por ley, y por Constitución a respetar la libertad de prensa, como se establece en el Art. 68 de la carta magna, la que establece que “en ningún caso podrán decomisarse, como instrumento o cuerpo del delito, la imprenta o sus accesorios ni cualquier otro medio o equipo destinado a la difusión del pensamiento”.
Otra nota que vale la pena resaltar fue la del presidente Hugo Chávez quien – también como su maestro Fidel Castro el año pasado – fue galardonado ayer como comunicador o periodista con un premio municipal en caracas que lo distinguió por su "lenguaje pedagógico y sencillo'' para explicar "los valores del proceso revolucionario'.
El galardón, “mención especial” al periodismo alternativo, es el Premio Municipal Fabricio Ojeda del Consejo Municipal de Caracas y la Comisión Permanente de Cultura, Patrimonio Histórico, concedido a Chávez por su interminable programa dominical por radio y televisión “Aló presidente”, que ya cumplió 10 años, y por su nuevo programa semanal "Aló Presidente teórico'' que comenzó el 11 de junio y sus columnas semanales al estilo Castro, que publica desde enero en varios diarios nacionales bajo el nombre de "Las Líneas de Chávez''.
Faltaría, para completar esta lista de “presi-riodistas”, que algún grupo de chupamedias ecuatorianos le ofreciera a Correa un premio por sus programas de los sábados.
El sábado pasado, sin que nadie lo advirtiera, casi en silencio, clausuró una radioemisora que pertenece al periodista Santiago Aburto, un duro crítico del gobierno a través de su programa “Buenas tardes”, en radio Corporación. Para clausurar la radio de Aburto, Radio La Ley, el Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor) envió a más de 30 personas armadas hasta los dientes a su domicilio, los que decomisaron los equipos de trasmisión y operación.
La cancelación de la licencia de la radio y la fuerza bruta utilizada para clausurarla antes de que el sábado 20 de junio comenzara a trasmitir, se ha denunciado en Nicaragua como una revancha en contra de un periodista crítico del gobierno, actitud muy normal que Ortega y su esposa Rosario Murillo suelen tomar contra periodistas, columnistas, presentadores de televisión y medios en general.
De esta forma, el gobierno continúa alejándose de los principios fundamentales de la democracia que obligan por ley, y por Constitución a respetar la libertad de prensa, como se establece en el Art. 68 de la carta magna, la que establece que “en ningún caso podrán decomisarse, como instrumento o cuerpo del delito, la imprenta o sus accesorios ni cualquier otro medio o equipo destinado a la difusión del pensamiento”.
Otra nota que vale la pena resaltar fue la del presidente Hugo Chávez quien – también como su maestro Fidel Castro el año pasado – fue galardonado ayer como comunicador o periodista con un premio municipal en caracas que lo distinguió por su "lenguaje pedagógico y sencillo'' para explicar "los valores del proceso revolucionario'.
El galardón, “mención especial” al periodismo alternativo, es el Premio Municipal Fabricio Ojeda del Consejo Municipal de Caracas y la Comisión Permanente de Cultura, Patrimonio Histórico, concedido a Chávez por su interminable programa dominical por radio y televisión “Aló presidente”, que ya cumplió 10 años, y por su nuevo programa semanal "Aló Presidente teórico'' que comenzó el 11 de junio y sus columnas semanales al estilo Castro, que publica desde enero en varios diarios nacionales bajo el nombre de "Las Líneas de Chávez''.
Faltaría, para completar esta lista de “presi-riodistas”, que algún grupo de chupamedias ecuatorianos le ofreciera a Correa un premio por sus programas de los sábados.
junio 23, 2009
Irán: conociendo a una dictadura
Poco se sabía del Irán moderno, excepto por sus broncas con Estados Unidos, por el armamentismo nuclear que podría desencadenar en contra de Israel y por las simpatías que a diario le prodiga al presidente iraní Hugo Chávez, quien hasta fabrica autos y bicicletas iraní-venezolanos para sus compatriotas.
Pero la historia ha cambiado. Con las elecciones fraudulentas del 12 de junio, quedó en evidencia que Irán es un régimen despótico y dictatorial, el que hoy, justamente, después de que ayer se admitió que hubo tres millones de votos adicionales al padrón electoral para el presidente actual y reelecto Mahmoud Ahmadinejad – quien ha negado que el holocausto judío haya existido - el Consejo de los Guardianes, principal organismo electoral, anunció que no hubo fraude, descartando la posibilidad de anular los resultados y que el reelecto mandatario asumirá pronto en una ceremonia oficial.
Ya nada sorprende en Irán si no se considera fraude a tres millones de votos que aparecieron por arte de magia o por mandato de los ayatolás. El régimen es un recordatorio de cómo las dictaduras se perpetúan por la fuerza o disfrazando procesos. Mientras la pelea sigue en el orden político interno, la dictadura le sigue endilgando a los gobiernos extranjeros, en especial a Estados Unidos y a los europeos, que hayan nutrido a la oposición, contagiándola para realizar marchas y protestas por el fraude.
Más allá de que hubiera habido algún tipo de injerencia, lo que por ejemplo Barack Obama desmintió hoy categóricamente, lo cierto es que los propios iraníes se sintieron motivados para buscar espacios de libertad y hacer valer su derecho de reunión. Aún así, esta experiencia iraní dejó entrever todos los mecanismos utilizados por la dictadura para censurar, restringir y bloquear a quienes piensan diferente o quieren exteriorizar sus sentimientos.
El régimen, así como lo hace comúnmente el gobierno dictatorial de La Habana, está acostumbrado a censurar a los periodistas ya sean sus connacionales o corresponsales extranjeros. Se estima que ya han sido arrestados 24 periodistas en la última semana, muchos han sido expulsados o se les ha negado la visa de estadía o no se les renovó y a todos los que quedaron se les prohíbe cubrir las marchas anti gubernamentales y circular libremente. Muchas agencias internacionales en sus despachos explican que están siendo monitoreados, que solo pueden enviar un despacho al día y, en el extranjero, la mayoría utiliza imágenes y textos enviados por teléfonos celulares por los propios ciudadanos iraníes.
El gobierno, a pesar de que vive infiltrando páginas y portales de internet y filtrando los contenidos, no puede contener toda la información que los usuarios despachan y cargan a sus páginas personales o a través de Facebook, Twitter y YouTube.
Lo más triste de esta historia, es que el gobierno, para poder realizar estos filtrados y bloqueos, utiliza las herramientas que le han provisto con anterioridad buscadores como los estadounidenses Yahoo, Google, Microsoft y otras compañías telefónicas extranjeras como la alemana Siemens y la finlandesa Nokia.
Irán, desde hace años, tiene uno de los sistemas de control más sofisticados en existencia del mundo, permitiéndole revisar contenidos en forma individual y masiva, no solo para filtrar y controlar información, sino también para modificar y desinformar.
Se hace necesario una revisión de las normas comerciales de todas las grandes compañías mundiales de internet, ya que si bien están proveyendo al mundo entero de las normas necesarias para que las denuncias emerjan y fluyan, también es verdad que son responsables de apadrinar a regímenes despóticos como los de China, Irán, Túnez, Cuba, Vietnam, para que puedan censurar, reprimir y encarcelar a sus ciudadanos.
Este sistema sofisticado les ha permitido a las autoridades iraníes detener a unas 475 disidentes de acuerdo a información recabada de diferentes agencias noticiosas, sin embargo, algunos indican que esa cifra ya debe ser cercana a 5.000.
El gobierno también acusa a la prensa extranjera de apología del delito y de instigar hasta incluso de entrenar a hackers, como a la CNN, para que interfiera en sus sitios de internet. Este martes, por ejemplo, la televisión estatal iraní presentó a supuestos manifestantes arrestados, quienes confesaron ante las cámaras que actuaban influenciados y motivados por la BBC y el canal estadounidense la Voz de América.
Pero la historia ha cambiado. Con las elecciones fraudulentas del 12 de junio, quedó en evidencia que Irán es un régimen despótico y dictatorial, el que hoy, justamente, después de que ayer se admitió que hubo tres millones de votos adicionales al padrón electoral para el presidente actual y reelecto Mahmoud Ahmadinejad – quien ha negado que el holocausto judío haya existido - el Consejo de los Guardianes, principal organismo electoral, anunció que no hubo fraude, descartando la posibilidad de anular los resultados y que el reelecto mandatario asumirá pronto en una ceremonia oficial.
Ya nada sorprende en Irán si no se considera fraude a tres millones de votos que aparecieron por arte de magia o por mandato de los ayatolás. El régimen es un recordatorio de cómo las dictaduras se perpetúan por la fuerza o disfrazando procesos. Mientras la pelea sigue en el orden político interno, la dictadura le sigue endilgando a los gobiernos extranjeros, en especial a Estados Unidos y a los europeos, que hayan nutrido a la oposición, contagiándola para realizar marchas y protestas por el fraude.
Más allá de que hubiera habido algún tipo de injerencia, lo que por ejemplo Barack Obama desmintió hoy categóricamente, lo cierto es que los propios iraníes se sintieron motivados para buscar espacios de libertad y hacer valer su derecho de reunión. Aún así, esta experiencia iraní dejó entrever todos los mecanismos utilizados por la dictadura para censurar, restringir y bloquear a quienes piensan diferente o quieren exteriorizar sus sentimientos.
El régimen, así como lo hace comúnmente el gobierno dictatorial de La Habana, está acostumbrado a censurar a los periodistas ya sean sus connacionales o corresponsales extranjeros. Se estima que ya han sido arrestados 24 periodistas en la última semana, muchos han sido expulsados o se les ha negado la visa de estadía o no se les renovó y a todos los que quedaron se les prohíbe cubrir las marchas anti gubernamentales y circular libremente. Muchas agencias internacionales en sus despachos explican que están siendo monitoreados, que solo pueden enviar un despacho al día y, en el extranjero, la mayoría utiliza imágenes y textos enviados por teléfonos celulares por los propios ciudadanos iraníes.
El gobierno, a pesar de que vive infiltrando páginas y portales de internet y filtrando los contenidos, no puede contener toda la información que los usuarios despachan y cargan a sus páginas personales o a través de Facebook, Twitter y YouTube.
Lo más triste de esta historia, es que el gobierno, para poder realizar estos filtrados y bloqueos, utiliza las herramientas que le han provisto con anterioridad buscadores como los estadounidenses Yahoo, Google, Microsoft y otras compañías telefónicas extranjeras como la alemana Siemens y la finlandesa Nokia.
Irán, desde hace años, tiene uno de los sistemas de control más sofisticados en existencia del mundo, permitiéndole revisar contenidos en forma individual y masiva, no solo para filtrar y controlar información, sino también para modificar y desinformar.
Se hace necesario una revisión de las normas comerciales de todas las grandes compañías mundiales de internet, ya que si bien están proveyendo al mundo entero de las normas necesarias para que las denuncias emerjan y fluyan, también es verdad que son responsables de apadrinar a regímenes despóticos como los de China, Irán, Túnez, Cuba, Vietnam, para que puedan censurar, reprimir y encarcelar a sus ciudadanos.
Este sistema sofisticado les ha permitido a las autoridades iraníes detener a unas 475 disidentes de acuerdo a información recabada de diferentes agencias noticiosas, sin embargo, algunos indican que esa cifra ya debe ser cercana a 5.000.
El gobierno también acusa a la prensa extranjera de apología del delito y de instigar hasta incluso de entrenar a hackers, como a la CNN, para que interfiera en sus sitios de internet. Este martes, por ejemplo, la televisión estatal iraní presentó a supuestos manifestantes arrestados, quienes confesaron ante las cámaras que actuaban influenciados y motivados por la BBC y el canal estadounidense la Voz de América.
Correa: teflón rayado y nepotismo
Fabricio Correa, el hermano del presidente Rafael Correa, terminó siendo el talón de Aquiles de una Presidencia a la que parecía que las rayas no dañaban su amalgama de teflón.
Arrogante y ofuscado siempre en contra de los medios de comunicación y de los periodistas, el Presidente ecuatoriano fue siempre exitoso para sortear todo tipo de obstáculos que sobre corrupción o abuso de poder se interpusieron en su camino, a tal punto que en las últimas semanas, al igual que su ídolo Hugo Chávez con Globovisión, amenazó con cerrar el canal televisivo Teleamazonas por considerarlo una simple piedra en su zapato.
El teflón se rayó. Quedó en el pasado aquel dicho de campaña política presidencial en contra del nepotismo, ya que ahora la corrupción ha salpicado la política de “manos limpias” de Rafael Correa, con la denuncia periodística sobre la adjudicación de contratos estatales por 80 millones de dólares que benefician a su hermano mayor.
El Presidente actuó rápido el sábado pasado cuando firmó un decreto que prohíbe al Estado contratar negocios con familiares de funcionarios, pero enseguida se defendió que las denuncias periodísticas obedecerían a una represalia en contra de él por su intención de cerrar Teleamazonas.
De esta forma, Correa nuevamente se equivoca al tratar de poner a los medios de comunicación y a los periodistas siempre en el centro de la polémica y de la disputa política, dándole a la prensa un papel de oposición política y desacreditándola para de esa manera refugiarse en ese descrédito.
Muchos son los presidentes latinoamericanos que tienen esta estrategia de esconder en la disputa verbal los grandes fraudes familiares y el nepotismo que practican a raudales. Hay dos que son maestros: Hugo Chávez, cuya familia se ha enriquecido con tierras, puestos políticos y empresas; y Daniel Ortega, cuyos familiares se han beneficiado hasta con el manejo de medios de comunicación y vacaciones pagadas por todos los nicaragüenses.
Las declaraciones de Correa sobre su hermano de que “debió cuidar al Presidente y a la revolución ciudadana sabiendo cuántos buitres tenemos rondando nuestras cabezas'', demuestran su incapacidad para resolver temas difíciles. En lugar de enrostrar las culpas a los demás, y de firmar sólo decretos hacia adelante, también debería exigir al Estado una investigación exhaustiva sobre lo que sucedió con Fabricio, por qué se enriqueció con contratos millonarios y por qué se siguió practicando el nepotismo más allá de su declarada animadversión sobre esta práctica tan cotidiana de los gobiernos latinoamericanos.
Arrogante y ofuscado siempre en contra de los medios de comunicación y de los periodistas, el Presidente ecuatoriano fue siempre exitoso para sortear todo tipo de obstáculos que sobre corrupción o abuso de poder se interpusieron en su camino, a tal punto que en las últimas semanas, al igual que su ídolo Hugo Chávez con Globovisión, amenazó con cerrar el canal televisivo Teleamazonas por considerarlo una simple piedra en su zapato.
El teflón se rayó. Quedó en el pasado aquel dicho de campaña política presidencial en contra del nepotismo, ya que ahora la corrupción ha salpicado la política de “manos limpias” de Rafael Correa, con la denuncia periodística sobre la adjudicación de contratos estatales por 80 millones de dólares que benefician a su hermano mayor.
El Presidente actuó rápido el sábado pasado cuando firmó un decreto que prohíbe al Estado contratar negocios con familiares de funcionarios, pero enseguida se defendió que las denuncias periodísticas obedecerían a una represalia en contra de él por su intención de cerrar Teleamazonas.
De esta forma, Correa nuevamente se equivoca al tratar de poner a los medios de comunicación y a los periodistas siempre en el centro de la polémica y de la disputa política, dándole a la prensa un papel de oposición política y desacreditándola para de esa manera refugiarse en ese descrédito.
Muchos son los presidentes latinoamericanos que tienen esta estrategia de esconder en la disputa verbal los grandes fraudes familiares y el nepotismo que practican a raudales. Hay dos que son maestros: Hugo Chávez, cuya familia se ha enriquecido con tierras, puestos políticos y empresas; y Daniel Ortega, cuyos familiares se han beneficiado hasta con el manejo de medios de comunicación y vacaciones pagadas por todos los nicaragüenses.
Las declaraciones de Correa sobre su hermano de que “debió cuidar al Presidente y a la revolución ciudadana sabiendo cuántos buitres tenemos rondando nuestras cabezas'', demuestran su incapacidad para resolver temas difíciles. En lugar de enrostrar las culpas a los demás, y de firmar sólo decretos hacia adelante, también debería exigir al Estado una investigación exhaustiva sobre lo que sucedió con Fabricio, por qué se enriqueció con contratos millonarios y por qué se siguió practicando el nepotismo más allá de su declarada animadversión sobre esta práctica tan cotidiana de los gobiernos latinoamericanos.
junio 22, 2009
Revolución cibernética
Si alguien tenía dudas sobre la importancia del internet en la vida cotidiana y política de los pueblos o si se preguntaban para qué servía tanta información cibernética, la actual crisis política en Irán nos ha dado la respuesta.
Tras el conflicto político electoral en el que el candidato perdedor iraní, Mir Hosein Musav, está acusando al régimen de los Ayatolas y al presidente en funciones reelecto, Mahmud Ahmadineyad, de haber cometido fraude en las elecciones pasadas del 12 de junio, las redes sociales han mostrado su importancia al mundo.
Hasta ahora, en el campo político, había sido Barack Obama quien usó con virtuosismo a las nuevas tecnologías de la información para cazar electores y convencer con sus ideas y así encaramarse a la Casa Blanca. Pero ahora la diferencia es que la fuerza de las nuevas tecnologías ha sido puesta en evidencia por los ciudadanos iraníes que con Twitter, Facebook y con sus teléfonos celulares han burlado el cerco de la censura impuesta por el régimen dictador de Teherán.
Más allá de la realidad o no del fraude electoral, lo impresionante es que las redes sociales del internet han servido para suplantar a los medios de comunicación tradicionales y a los periodistas, después de que estos fueron vilmente el primer blanco de la censura gubernamental. Muchos periodistas han caído presos, la mayoría de los corresponsales extranjeros fueron echados del país o sus visas de una semana tras las elecciones no les fueron renovadas; mientras que a los reporteros se les prohibió salir de sus oficinas o solo cubrir las marchas a favor del gobierno.
Más allá de la censura impuesta a las páginas de internet, al filtrado y al bloqueo de las mismas, los iraníes y los extranjeros desde Teherán y otras ciudades, han podido mantener informado al mundo a través del internet, de YouTube, de Twitter y de Facebook. Con este nuevo fenómeno uno se pregunta ¿en qué tipo de mundo viviríamos o qué diferente sería? de haber existido estas tecnologías de la información y de la comunicación durante los grandes acontecimientos mundiales como la masacre de la Plaza de Tiananmen en China o en los holocaustos diferentes que vivieron pueblos enteros como el judío o el armenio.
Facebook, con más de 200 millones de usuarios en el mundo, está demostrando ser una de las herramientas más poderosas, así como el creciente Twitter que se está haciendo cada vez más popular hora por hora. Algunas de estas herramientas ya estaban siendo eficientemente utilizadas por algunos públicos latinoamericanos, como por ejemplo en las marchas estudiantiles convocadas en Nicaragua para denunciar el fraude electoral cometido por el gobierno de Daniel Ortega en las elecciones municipales de noviembre pasado o en las organizadas por los estudiantes universitarios venezolanos para protestar por los arrebatos antidemocráticos del presidente Hugo Chávez.
Irán, más allá de cómo termine este conflicto - si finalmente el gobierno aplacará las críticas o si la oposición lograra su cometido de que se celebren nuevas elecciones, algo bastante alejado de la realidad de un régimen dictatorial y fundamentalista – seguramente habrá traído nuevas enseñanzas a este mundo tan globalizado que hasta ahora estaba hecho sobre la base de discusiones entre los políticos. La discusión es ahora entre personas y ese es la gran revolución que los iraníes y las nuevas tecnologías no están enseñando.
Tras el conflicto político electoral en el que el candidato perdedor iraní, Mir Hosein Musav, está acusando al régimen de los Ayatolas y al presidente en funciones reelecto, Mahmud Ahmadineyad, de haber cometido fraude en las elecciones pasadas del 12 de junio, las redes sociales han mostrado su importancia al mundo.
Hasta ahora, en el campo político, había sido Barack Obama quien usó con virtuosismo a las nuevas tecnologías de la información para cazar electores y convencer con sus ideas y así encaramarse a la Casa Blanca. Pero ahora la diferencia es que la fuerza de las nuevas tecnologías ha sido puesta en evidencia por los ciudadanos iraníes que con Twitter, Facebook y con sus teléfonos celulares han burlado el cerco de la censura impuesta por el régimen dictador de Teherán.
Más allá de la realidad o no del fraude electoral, lo impresionante es que las redes sociales del internet han servido para suplantar a los medios de comunicación tradicionales y a los periodistas, después de que estos fueron vilmente el primer blanco de la censura gubernamental. Muchos periodistas han caído presos, la mayoría de los corresponsales extranjeros fueron echados del país o sus visas de una semana tras las elecciones no les fueron renovadas; mientras que a los reporteros se les prohibió salir de sus oficinas o solo cubrir las marchas a favor del gobierno.
Más allá de la censura impuesta a las páginas de internet, al filtrado y al bloqueo de las mismas, los iraníes y los extranjeros desde Teherán y otras ciudades, han podido mantener informado al mundo a través del internet, de YouTube, de Twitter y de Facebook. Con este nuevo fenómeno uno se pregunta ¿en qué tipo de mundo viviríamos o qué diferente sería? de haber existido estas tecnologías de la información y de la comunicación durante los grandes acontecimientos mundiales como la masacre de la Plaza de Tiananmen en China o en los holocaustos diferentes que vivieron pueblos enteros como el judío o el armenio.
Facebook, con más de 200 millones de usuarios en el mundo, está demostrando ser una de las herramientas más poderosas, así como el creciente Twitter que se está haciendo cada vez más popular hora por hora. Algunas de estas herramientas ya estaban siendo eficientemente utilizadas por algunos públicos latinoamericanos, como por ejemplo en las marchas estudiantiles convocadas en Nicaragua para denunciar el fraude electoral cometido por el gobierno de Daniel Ortega en las elecciones municipales de noviembre pasado o en las organizadas por los estudiantes universitarios venezolanos para protestar por los arrebatos antidemocráticos del presidente Hugo Chávez.
Irán, más allá de cómo termine este conflicto - si finalmente el gobierno aplacará las críticas o si la oposición lograra su cometido de que se celebren nuevas elecciones, algo bastante alejado de la realidad de un régimen dictatorial y fundamentalista – seguramente habrá traído nuevas enseñanzas a este mundo tan globalizado que hasta ahora estaba hecho sobre la base de discusiones entre los políticos. La discusión es ahora entre personas y ese es la gran revolución que los iraníes y las nuevas tecnologías no están enseñando.
junio 20, 2009
Violencia juvenil
El asesinato de Julieth Mejía, abogada colombiana de 28 años con ocho meses de embarazo, cometido por un niño y un adolescente a principios de junio en Medellín, volvió a llamar la atención sobre uno de los estigmas sociales de la América Latina: la violencia en pantaloncitos cortos.
El crimen reverdeció debates sobre exclusión infantil, disgregación familiar y deserción escolar, nutrientes naturales de la violencia; al tiempo que enardeció reclamos por políticas ineficientes del Estado, entrampado en la disyuntiva entre sobreproteger a menores delincuentes o reducir su imputabilidad penal.
En ese río revuelto, los narcotraficantes se aprovechan pescando chicos para convertirlos en asesinos a sueldo. “Sicaritos” en Colombia o “narco juniors” en México, estos niños entre 8 y 9 años son iniciados como “mulas” o cargadores de drogas y armas, para terminar a los 13 graduándose de sicarios, adictos a las drogas y a la adrenalina de la violencia.
Todos terminan mal. El juego de la violencia a ese nivel no tiene salida. Los carteles los descartan cuando creen que los menores tienen conciencia propia; mientras tanto, aprovechan su ferocidad, falta de remordimientos y amparo legal. Muchos acaban en fosas comunes, como el 30 por ciento de los 427 niños contratados por el narcotráfico en los últimos tres años, según la Secretaría de la Defensa Nacional mexicana. Otros son enviados a reformatorios deficientes, donde cursan “maestrías” en criminalidad, listos para ser reclutados nuevamente.
La enérgica pelea del presidente mexicano Felipe Calderón contra los narcotraficantes ha trasladado y potenciado el problema más hacia el sur, a Centroamérica, donde ya venían lidiando con las pandillas juveniles. Las maras, como la “Salvatrucha 13” o la “M18”, son organizaciones jerárquicas, violentas y ávidas de nuevos territorios y controles, a las que la distribución y venta de drogas ilícitas les resultó un escalón natural en sus quehaceres.
De esta forma, las pandillas redujeron sus grafitis, escondieron sus tatuajes, y manteniendo negocios redituables como la extorsión a las líneas de buses y taxis, pasaron a cometer crímenes violentos, como en Honduras, donde los mareros fueron responsables del 32 por ciento de los 4.500 homicidios del 2008 y de haber ejecutado a centenares de taxistas, crímenes también muy comunes en Guatemala y El Salvador.
Con las drogas y mejores recursos, las maras potenciaron su expansión, nutriéndose de jóvenes marginales, producto de la desintegración familiar, el desempleo y la falta de programas culturales y deportivos en ciudades superadas por las migraciones.
El desafío para los gobiernos se ha vuelto descomunal. Las políticas represivas utilizadas hasta ahora, como las de “mano dura” motivadas por los ex presidentes, el hondureño Ricardo Maduro y los salvadoreños Francisco Flores y Antonio Saca, no tuvieron el éxito esperado. Las calles siguen violentas y las pandillas creciendo a escondidas. La realidad los ha rebasado y las políticas preventivas son escasas. El problema no son los hechos de violencia, sino la cultura tolerada del crimen y la también escasa respuesta de la sociedad.
Una experiencia exitosa es la de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), con sede en Quito, que trabaja para que la pandilla juvenil más grande del país, los “Latin King”, compuesta por unas 712 células, pueda salir del pandillaje. Impulsados a crear microempresas, los “Latin Kings” formaron la Corporación de Reyes Latinos y Reinas Latinas de Ecuador, que derivó en la creación de Cissko Records, un sello discográfico, un taller de serigrafía, y ya planean la apertura de un local para alquiler de computadoras; involucrándose, además, en la organización de musicales, exhibiciones de arte y campañas caritativas.
Mauro Cerbino, catedrático de Flacso, explica que a los jóvenes se les deben ofrecer formas alternativas y creativas que reemplacen la importancia y la estima que logran en las pandillas. Hace unos días, se produjo un avance optimista, varios grupos que reúnen a 12.000 pandilleros del Ecuador, firmaron un acuerdo de no agresión, que los fiscales y policías esperan sea duradero.
Lo de Cerbino me recuerda al consejo de mi papá para cuando tuviera que criar a mis hijos; una fórmula tan válida en lo individual que pudiera eficientemente atribuirse a nivel general para prevenir la vagancia, las drogas y la violencia: “mucha familia, mucha escuela y muchísimo deporte”.
El crimen reverdeció debates sobre exclusión infantil, disgregación familiar y deserción escolar, nutrientes naturales de la violencia; al tiempo que enardeció reclamos por políticas ineficientes del Estado, entrampado en la disyuntiva entre sobreproteger a menores delincuentes o reducir su imputabilidad penal.
En ese río revuelto, los narcotraficantes se aprovechan pescando chicos para convertirlos en asesinos a sueldo. “Sicaritos” en Colombia o “narco juniors” en México, estos niños entre 8 y 9 años son iniciados como “mulas” o cargadores de drogas y armas, para terminar a los 13 graduándose de sicarios, adictos a las drogas y a la adrenalina de la violencia.
Todos terminan mal. El juego de la violencia a ese nivel no tiene salida. Los carteles los descartan cuando creen que los menores tienen conciencia propia; mientras tanto, aprovechan su ferocidad, falta de remordimientos y amparo legal. Muchos acaban en fosas comunes, como el 30 por ciento de los 427 niños contratados por el narcotráfico en los últimos tres años, según la Secretaría de la Defensa Nacional mexicana. Otros son enviados a reformatorios deficientes, donde cursan “maestrías” en criminalidad, listos para ser reclutados nuevamente.
La enérgica pelea del presidente mexicano Felipe Calderón contra los narcotraficantes ha trasladado y potenciado el problema más hacia el sur, a Centroamérica, donde ya venían lidiando con las pandillas juveniles. Las maras, como la “Salvatrucha 13” o la “M18”, son organizaciones jerárquicas, violentas y ávidas de nuevos territorios y controles, a las que la distribución y venta de drogas ilícitas les resultó un escalón natural en sus quehaceres.
De esta forma, las pandillas redujeron sus grafitis, escondieron sus tatuajes, y manteniendo negocios redituables como la extorsión a las líneas de buses y taxis, pasaron a cometer crímenes violentos, como en Honduras, donde los mareros fueron responsables del 32 por ciento de los 4.500 homicidios del 2008 y de haber ejecutado a centenares de taxistas, crímenes también muy comunes en Guatemala y El Salvador.
Con las drogas y mejores recursos, las maras potenciaron su expansión, nutriéndose de jóvenes marginales, producto de la desintegración familiar, el desempleo y la falta de programas culturales y deportivos en ciudades superadas por las migraciones.
El desafío para los gobiernos se ha vuelto descomunal. Las políticas represivas utilizadas hasta ahora, como las de “mano dura” motivadas por los ex presidentes, el hondureño Ricardo Maduro y los salvadoreños Francisco Flores y Antonio Saca, no tuvieron el éxito esperado. Las calles siguen violentas y las pandillas creciendo a escondidas. La realidad los ha rebasado y las políticas preventivas son escasas. El problema no son los hechos de violencia, sino la cultura tolerada del crimen y la también escasa respuesta de la sociedad.
Una experiencia exitosa es la de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), con sede en Quito, que trabaja para que la pandilla juvenil más grande del país, los “Latin King”, compuesta por unas 712 células, pueda salir del pandillaje. Impulsados a crear microempresas, los “Latin Kings” formaron la Corporación de Reyes Latinos y Reinas Latinas de Ecuador, que derivó en la creación de Cissko Records, un sello discográfico, un taller de serigrafía, y ya planean la apertura de un local para alquiler de computadoras; involucrándose, además, en la organización de musicales, exhibiciones de arte y campañas caritativas.
Mauro Cerbino, catedrático de Flacso, explica que a los jóvenes se les deben ofrecer formas alternativas y creativas que reemplacen la importancia y la estima que logran en las pandillas. Hace unos días, se produjo un avance optimista, varios grupos que reúnen a 12.000 pandilleros del Ecuador, firmaron un acuerdo de no agresión, que los fiscales y policías esperan sea duradero.
Lo de Cerbino me recuerda al consejo de mi papá para cuando tuviera que criar a mis hijos; una fórmula tan válida en lo individual que pudiera eficientemente atribuirse a nivel general para prevenir la vagancia, las drogas y la violencia: “mucha familia, mucha escuela y muchísimo deporte”.
¡Viva la democracia!
Honduras vive momentos difíciles. El descontento por un gobierno nacional preocupado más por su permanencia que por la democracia, viene desatando constantes rumores de que los militares pudieran estar mirando nuevamente fuera de las puertas de sus cuarteles.
Por suerte, numerosos grupos de la sociedad civil, la prensa y, particularmente, la Iglesia, están constantemente recordando a los dirigentes - quienes parecen más encaramados en ambiciones partidarias e intereses personales que en defender el bien común y los valores constitucionales – la importancia de vivir en democracia, un sistema que hace de la diversidad y la pluralidad, y de la tolerancia y el respeto de las ideas, sus fines más preciados.
La sexta convocatoria y marcha ciudadana en la plaza central de Tegucigalpa ayer, donde se gritó que “los hondureños somos de acero inoxidable” (mientras los funcionarios públicos y el máximo dirigente nacional parecieran de teflón porque todo le resbala) es un necesario recordatorio de que los hondureños eligieron vivir en democracia y que cualquier otra forma de gobierno no solo será rechazado, sino además deberá tener consecuencias penales para quienes lo instiguen o apoyen.
Pero también recordaron que vivir en democracia no implica que se pueda hacer demagogia o hacer pasara “gato por liebre”, con el fin de disfrazar ambiciones personales o partidarias o abusar del sistema utilizando los recursos del Estado para la perpetuación en el poder.
La Iglesia Católica hondureña es una de las pocas en el continente que ha expresado su apoyo a la democracia y sobre la que “evangeliza” en forma continua. El planteamiento de la Conferencia Episcopal con nueve puntos, reclaman que la democracia no es solo una acumulación de votos, que no debe utilizarse para intereses mezquinos, y que los esfuerzos del poder deben estar dirigidos a resolver problemas más acuciantes para el pueblo, como “la creciente violencia social, la disminución de los recursos financieros del Estado, el desempleo, el auge del crimen organizado y el narcotráfico, la disminución de la fuerza que los valores morales y religiosos le dan a la sociedad, la vulnerabilidad frente a los fenómenos naturales, la tenencia de la tierra”.
Los obispos no dejaron nada al azar, desde su crítica al gobierno nacional, a los “grupos de poder” ocultos y a los ciudadanos pasivos, dijeron que todos somos responsables; “en la medida que nos hacemos indiferentes y pasivos ante los peligros que amenazan nuestra débil democracia, más electoral y representativa que participativa.
Y pidieron que una verdadera democracia participativa debe tener ciertas condiciones: justicia social y responsabilidad ética de los dirigentes políticos; diálogo; consultas populares dentro del marco de la ley, una obvia referencia a la encuesta propuesta por el Ejecutivo para blindar su ambición de llevar la “cuarta urna” por la reelección presidencial a las elecciones legislativas de noviembre próximo; y pidiendo a los tres poderes públicos y “en especial” a las Fuerzas Armadas, que “que garanticen la transparencia, organización y buena marcha de las próximas elecciones para que se conviertan en una demostración de convivencia pacífica y de respeto a la Constitución tal como lo desea el pueblo hondureño”.
Un mansaje claro y contundente. A buen entendedor, pocas palabras.
Por suerte, numerosos grupos de la sociedad civil, la prensa y, particularmente, la Iglesia, están constantemente recordando a los dirigentes - quienes parecen más encaramados en ambiciones partidarias e intereses personales que en defender el bien común y los valores constitucionales – la importancia de vivir en democracia, un sistema que hace de la diversidad y la pluralidad, y de la tolerancia y el respeto de las ideas, sus fines más preciados.
La sexta convocatoria y marcha ciudadana en la plaza central de Tegucigalpa ayer, donde se gritó que “los hondureños somos de acero inoxidable” (mientras los funcionarios públicos y el máximo dirigente nacional parecieran de teflón porque todo le resbala) es un necesario recordatorio de que los hondureños eligieron vivir en democracia y que cualquier otra forma de gobierno no solo será rechazado, sino además deberá tener consecuencias penales para quienes lo instiguen o apoyen.
Pero también recordaron que vivir en democracia no implica que se pueda hacer demagogia o hacer pasara “gato por liebre”, con el fin de disfrazar ambiciones personales o partidarias o abusar del sistema utilizando los recursos del Estado para la perpetuación en el poder.
La Iglesia Católica hondureña es una de las pocas en el continente que ha expresado su apoyo a la democracia y sobre la que “evangeliza” en forma continua. El planteamiento de la Conferencia Episcopal con nueve puntos, reclaman que la democracia no es solo una acumulación de votos, que no debe utilizarse para intereses mezquinos, y que los esfuerzos del poder deben estar dirigidos a resolver problemas más acuciantes para el pueblo, como “la creciente violencia social, la disminución de los recursos financieros del Estado, el desempleo, el auge del crimen organizado y el narcotráfico, la disminución de la fuerza que los valores morales y religiosos le dan a la sociedad, la vulnerabilidad frente a los fenómenos naturales, la tenencia de la tierra”.
Los obispos no dejaron nada al azar, desde su crítica al gobierno nacional, a los “grupos de poder” ocultos y a los ciudadanos pasivos, dijeron que todos somos responsables; “en la medida que nos hacemos indiferentes y pasivos ante los peligros que amenazan nuestra débil democracia, más electoral y representativa que participativa.
Y pidieron que una verdadera democracia participativa debe tener ciertas condiciones: justicia social y responsabilidad ética de los dirigentes políticos; diálogo; consultas populares dentro del marco de la ley, una obvia referencia a la encuesta propuesta por el Ejecutivo para blindar su ambición de llevar la “cuarta urna” por la reelección presidencial a las elecciones legislativas de noviembre próximo; y pidiendo a los tres poderes públicos y “en especial” a las Fuerzas Armadas, que “que garanticen la transparencia, organización y buena marcha de las próximas elecciones para que se conviertan en una demostración de convivencia pacífica y de respeto a la Constitución tal como lo desea el pueblo hondureño”.
Un mansaje claro y contundente. A buen entendedor, pocas palabras.
junio 19, 2009
Padre Alberto: ¿Otra vez?
Me había prometido no escribir más sobre el padre Alberto Cutié. En realidad me había aburrido por seguir con una historia que parecía terminada y que solo estaba motivada por un auto escándalo interesado.
Dejé de lado hechos que ya no me parecieron relevantes, como su paso a la iglesia Episcopal y su casamiento por civil con Ruhama Buni Canellis, ahora su esposa, con quien tendrá su ceremonia religiosa y una fiesta en dos semanas y a la que mucha gente de la farándula local está invitada. Será una fiesta apoteósica y mediática, pagada por algún medio con una exclusiva. Esa siempre fue la vocación de este cura, muy alejado del voto austeridad.
Pero vale la pena escribir de nuevo sobre él y su esposa, porque pudiera ser que estamos ahora ante un escándalo real de proporciones judiciales, además de otro que varios periodistas en los canales de Miami dijeron explotaría la semana próxima, el que tendría que ver con relaciones amorosas y sexuales con protagonistas/os distintas/os a Ruhama. Veremos la semana próxima.
Por ahora, el flamante matrimonio ha sido demandado por un indocumentado oriundo de Indonesia de 44 años, Maxi Paulus Ratunuman, quien aduce ser anterior pareja de la esposa de Cutié.
El demandante también enjuició al Departamento de Policía de Biscayne Park por considerar que fue arrestado sin motivo el 6 de junio pasado mientras instalaba losas en la casa de un cliente. Ratunuman aduce haber vivido tres años con la actual esposa de Cutié, haberle ayudado a criar un hijo y haberle pagado la hipoteca de una casa que él compró pero que puso a nombre de ella por su condición de ilegal.
Según los abogados del demandante, considera que el padre Cutié traficó influencias con un policía amigo que lo arrestó ilegalmente, por lo que además esto abriría otro tipo de proceso contra Cutié, más allá de la compensación que se exige de unos U$S 15.000 “por angustia psicológica, pérdida de ingresos y capacidad de ingresos”.
Parece que el nuevo matrimonio Cutié no tendrá una boda tranquila. Veremos que sigue.
Dejé de lado hechos que ya no me parecieron relevantes, como su paso a la iglesia Episcopal y su casamiento por civil con Ruhama Buni Canellis, ahora su esposa, con quien tendrá su ceremonia religiosa y una fiesta en dos semanas y a la que mucha gente de la farándula local está invitada. Será una fiesta apoteósica y mediática, pagada por algún medio con una exclusiva. Esa siempre fue la vocación de este cura, muy alejado del voto austeridad.
Pero vale la pena escribir de nuevo sobre él y su esposa, porque pudiera ser que estamos ahora ante un escándalo real de proporciones judiciales, además de otro que varios periodistas en los canales de Miami dijeron explotaría la semana próxima, el que tendría que ver con relaciones amorosas y sexuales con protagonistas/os distintas/os a Ruhama. Veremos la semana próxima.
Por ahora, el flamante matrimonio ha sido demandado por un indocumentado oriundo de Indonesia de 44 años, Maxi Paulus Ratunuman, quien aduce ser anterior pareja de la esposa de Cutié.
El demandante también enjuició al Departamento de Policía de Biscayne Park por considerar que fue arrestado sin motivo el 6 de junio pasado mientras instalaba losas en la casa de un cliente. Ratunuman aduce haber vivido tres años con la actual esposa de Cutié, haberle ayudado a criar un hijo y haberle pagado la hipoteca de una casa que él compró pero que puso a nombre de ella por su condición de ilegal.
Según los abogados del demandante, considera que el padre Cutié traficó influencias con un policía amigo que lo arrestó ilegalmente, por lo que además esto abriría otro tipo de proceso contra Cutié, más allá de la compensación que se exige de unos U$S 15.000 “por angustia psicológica, pérdida de ingresos y capacidad de ingresos”.
Parece que el nuevo matrimonio Cutié no tendrá una boda tranquila. Veremos que sigue.
junio 17, 2009
AH1N!: frío y elecciones
A pesar de que ya estamos acostumbrados y nadie se sorprende sobre la fiebre porcina, como sucedió a finales de abril cuando el gobierno mexicano puso el grito en el cielo, la enfermedad se está extendiendo de la forma que lo había previsto la Organización Mundial de la Salud, que con razón, declaró la pandemia dos semanas atrás.
Como habíamos previsto en este blog al respecto, la fiebre porcina está concitando especial atención en el sur del continente debido a dos razones: el frío invernal y las elecciones.
Las elecciones legislativas a fines de mes en junio en Argentina y las presidenciales chilenas en noviembre próximo, tal vez haga que los gobiernos de Cristina de Kirchner y Michelle Bachelet sean lo necesariamente cuidadosos para que un problema de salud pública de proporciones no les empañe el respaldo político que sus partidos políticos tienen en juego.
El frío obviamente es el mayor desafío que tienen los gobiernos del cono sur, alimento natural de las gripes y los estados febriles, hasta que aparezca una vacuna capaz de controlar las infecciones que se espera estará lista para distribuirse en forma masiva a partir de julio.
Mientras tanto, la OMS sigue dando las estadísticas. En las más recientes, Estados Unidos sigue siendo el país con mayor cantidad de casos de infectados con 17.855, y en Miami comenzamos a preocuparnos a raíz de que un chico de 9 años falleció ayer debido a la enfermedad, sumando a nivel nacional 45 casos fatales.
En total, la OMS lleva contabilizados 35.928 casos – 163 muertos - en 76 países. México es el segundo país más afectado con 6.241 casos (108 muertos); seguido de Canadá (2.978 casos, cuatro muertos). Chile está en quinta posición con 1.694 casos y dos muertos, algo menos que Australia con 1.823 infectados.
Argentina es otro de los países latinoamericanos donde todos los días aumenta el número de enfermos, registrándose hasta hoy 343 casos, algo menos que los 488 de España y 1.226 casos del Reino Unido.
Como habíamos previsto en este blog al respecto, la fiebre porcina está concitando especial atención en el sur del continente debido a dos razones: el frío invernal y las elecciones.
Las elecciones legislativas a fines de mes en junio en Argentina y las presidenciales chilenas en noviembre próximo, tal vez haga que los gobiernos de Cristina de Kirchner y Michelle Bachelet sean lo necesariamente cuidadosos para que un problema de salud pública de proporciones no les empañe el respaldo político que sus partidos políticos tienen en juego.
El frío obviamente es el mayor desafío que tienen los gobiernos del cono sur, alimento natural de las gripes y los estados febriles, hasta que aparezca una vacuna capaz de controlar las infecciones que se espera estará lista para distribuirse en forma masiva a partir de julio.
Mientras tanto, la OMS sigue dando las estadísticas. En las más recientes, Estados Unidos sigue siendo el país con mayor cantidad de casos de infectados con 17.855, y en Miami comenzamos a preocuparnos a raíz de que un chico de 9 años falleció ayer debido a la enfermedad, sumando a nivel nacional 45 casos fatales.
En total, la OMS lleva contabilizados 35.928 casos – 163 muertos - en 76 países. México es el segundo país más afectado con 6.241 casos (108 muertos); seguido de Canadá (2.978 casos, cuatro muertos). Chile está en quinta posición con 1.694 casos y dos muertos, algo menos que Australia con 1.823 infectados.
Argentina es otro de los países latinoamericanos donde todos los días aumenta el número de enfermos, registrándose hasta hoy 343 casos, algo menos que los 488 de España y 1.226 casos del Reino Unido.
junio 16, 2009
Globovisión en el precipicio
Los ataques ya son permanentes y sistemáticos contra Globovisión, la cadena televisiva venezolana que el presidente Hugo Chávez está acosando desde todos los ángulos con la intención de dar el zarpazo final y conjurar su cierre. El resultado de la encuesta a la derecha de esta nota es por más evidente sobre la percepción general en el público.
Hoy, por orden de Diosdado Cabello, el ministro de Obras Públicas y Vivienda – tal vez desafiado por el propio Chávez quien hace una semana encomió a todos sus ministros que deberían atacar y mostrar resolución en contra de Globovisión, de lo contrario deberían renunciar – se le notificó al canal que deberá enfrentar un procedimiento penal por unas declaraciones que en octubre pasado el periodista Rafael Poleo dio al programa “Aló Ciudadano”, en el que dijo que Chávez podría terminar como Benito Mussolini.
Sin dudas un delito que está ya en desuso – delito de desacato o de ofensas contra una autoridad superior del gobierno – y que está desapareciendo en numerosos países del hemisferio por considerarse anacrónico y un abuso de privilegios (como ocurrió la semana pasada con su desactivación en el Uruguay); aunque en Venezuela sigue vigente y reforzado con mayores penas en una reforma que se hizo al Código Penal hace un par de años, con la intención de proteger a Chávez de las críticas.
Esta medida echa por tierra los procedimientos administrativos que le estaba siguiendo Conatel, uno de ellos con una fuerte multa. De esta forma, sin lugar a dudas, el gobierno está tratando de socavar la voluntad popular de varios representantes de la oposición y de asociaciones civiles y juveniles que este pasado fin de semana se largaron a la calle para recaudar dinero para ayudar a Globovisión a pagar una multa millonaria. Seguramente, en unos días, el gobierno se expedirá sobre la ilegalidad de ese dinero o terminará acusando a algunos de ganancias ilícitas u otra estrategia para declarar ilegal convocatorias de las donaciones; y, de esa forma, seguir generando miedo y buscando el cierre de Globovisión a toda costa.
El responsable de la cadena Globovisión, Alberto Federico Ravell, contraatacó varios dichos descalificadores de Chávez durante el fin de semana, diciendo que el canal trasmite con exactitud y que las críticas del Presidente, de que es un medio que “envenena” a la gente y promueve la violencia, es solo su percepción, por cuanto sólo publican el “sentir de la calle”.
Tanto Ravell como Guillermo Zuloaga, el propietario del canal, son dos periodistas experimentados y con muy buen sentido común en materia de libertad de prensa y sobre el negocio de los medios de comunicación. Sin embargo, lamentablemente, sus dichos – siempre muy coherentes – me recuerdan a los de Marcel Granier, presidente de RCTV, cadena que fue cerrada en mayo de 2007 por el gobierno de Chávez.
El sentido común, la elocuencia, la coherencia y el bien común son valores que en Venezuela Chávez los ha puesto por el piso. Él cree que es omnipotente y buscará cerrar Globovisión para sentirse y ser percibido como tal.
Hoy, por orden de Diosdado Cabello, el ministro de Obras Públicas y Vivienda – tal vez desafiado por el propio Chávez quien hace una semana encomió a todos sus ministros que deberían atacar y mostrar resolución en contra de Globovisión, de lo contrario deberían renunciar – se le notificó al canal que deberá enfrentar un procedimiento penal por unas declaraciones que en octubre pasado el periodista Rafael Poleo dio al programa “Aló Ciudadano”, en el que dijo que Chávez podría terminar como Benito Mussolini.
Sin dudas un delito que está ya en desuso – delito de desacato o de ofensas contra una autoridad superior del gobierno – y que está desapareciendo en numerosos países del hemisferio por considerarse anacrónico y un abuso de privilegios (como ocurrió la semana pasada con su desactivación en el Uruguay); aunque en Venezuela sigue vigente y reforzado con mayores penas en una reforma que se hizo al Código Penal hace un par de años, con la intención de proteger a Chávez de las críticas.
Esta medida echa por tierra los procedimientos administrativos que le estaba siguiendo Conatel, uno de ellos con una fuerte multa. De esta forma, sin lugar a dudas, el gobierno está tratando de socavar la voluntad popular de varios representantes de la oposición y de asociaciones civiles y juveniles que este pasado fin de semana se largaron a la calle para recaudar dinero para ayudar a Globovisión a pagar una multa millonaria. Seguramente, en unos días, el gobierno se expedirá sobre la ilegalidad de ese dinero o terminará acusando a algunos de ganancias ilícitas u otra estrategia para declarar ilegal convocatorias de las donaciones; y, de esa forma, seguir generando miedo y buscando el cierre de Globovisión a toda costa.
El responsable de la cadena Globovisión, Alberto Federico Ravell, contraatacó varios dichos descalificadores de Chávez durante el fin de semana, diciendo que el canal trasmite con exactitud y que las críticas del Presidente, de que es un medio que “envenena” a la gente y promueve la violencia, es solo su percepción, por cuanto sólo publican el “sentir de la calle”.
Tanto Ravell como Guillermo Zuloaga, el propietario del canal, son dos periodistas experimentados y con muy buen sentido común en materia de libertad de prensa y sobre el negocio de los medios de comunicación. Sin embargo, lamentablemente, sus dichos – siempre muy coherentes – me recuerdan a los de Marcel Granier, presidente de RCTV, cadena que fue cerrada en mayo de 2007 por el gobierno de Chávez.
El sentido común, la elocuencia, la coherencia y el bien común son valores que en Venezuela Chávez los ha puesto por el piso. Él cree que es omnipotente y buscará cerrar Globovisión para sentirse y ser percibido como tal.
junio 15, 2009
¿Por qué?: Hilda, Cristina, Raúl y Fidel
¿Por qué muchos se preguntan – y con razón - si la llegada de la neurocirujana Hilda Molina a Argentina es parte de un guiño electoral que Raúl Castro le dio al gobierno de Cristina de Kirchner para las elecciones legislativas de fines de mes?
¿Por qué recién después de 15 años de pedir autorización para salir del país, el gobierno comunista de La Habana le otorgó el permiso recién ahora? ¿Será una razón humanitaria porque han internado a la madre de Molina de 90 años? ¿No es sospechoso que en Cuba haya decenas de casos similares de personas que tienen visas de entrada humanitarias otorgadas por otros países, pero a los que no permiten salir? ¿Por qué el gobierno no suele dar explicaciones ni las dio tampoco en este caso?
¿Por qué la Presidenta argentina no pidió absolutamente nada sobre Hilda Molina, ni por los presos políticos ni por los periodistas independientes encarcelados en la isla cuando visitó La Habana a principios de año, y sólo pretendió la foto al lado de Raúl Castro?
¿Por qué en Argentina se hace de esto un juego político – o al menos se lo aprovecha – diciendo ahora que en el Congreso se está analizando otorgarle a Molina la ciudadanía argentina cuando hay tanto inmigrantes de países vecinos que son explotados, marginados y a quienes se les niega siquiera un permiso de trabajo?
¿Por qué, después de que el caso de Hilda Molina demuestra que Cuba es una cárcel gigantesca que retiene a todos sus ciudadanos porque le da la gana quitándoles todo atisbo de libertad, hay tantas personas en el mundo que defienden a este tipo de regímenes?
Cuba es solo esto: un ¿por qué? Un régimen lleno de interrogantes sin respuestas y con actitudes que siempre son políticas. Todo, absolutamente todo, es en reacción a algo, y este caso de Hilda Molina no parece ser ajeno a ese modo de actuar.
¿Por qué recién después de 15 años de pedir autorización para salir del país, el gobierno comunista de La Habana le otorgó el permiso recién ahora? ¿Será una razón humanitaria porque han internado a la madre de Molina de 90 años? ¿No es sospechoso que en Cuba haya decenas de casos similares de personas que tienen visas de entrada humanitarias otorgadas por otros países, pero a los que no permiten salir? ¿Por qué el gobierno no suele dar explicaciones ni las dio tampoco en este caso?
¿Por qué la Presidenta argentina no pidió absolutamente nada sobre Hilda Molina, ni por los presos políticos ni por los periodistas independientes encarcelados en la isla cuando visitó La Habana a principios de año, y sólo pretendió la foto al lado de Raúl Castro?
¿Por qué en Argentina se hace de esto un juego político – o al menos se lo aprovecha – diciendo ahora que en el Congreso se está analizando otorgarle a Molina la ciudadanía argentina cuando hay tanto inmigrantes de países vecinos que son explotados, marginados y a quienes se les niega siquiera un permiso de trabajo?
¿Por qué, después de que el caso de Hilda Molina demuestra que Cuba es una cárcel gigantesca que retiene a todos sus ciudadanos porque le da la gana quitándoles todo atisbo de libertad, hay tantas personas en el mundo que defienden a este tipo de regímenes?
Cuba es solo esto: un ¿por qué? Un régimen lleno de interrogantes sin respuestas y con actitudes que siempre son políticas. Todo, absolutamente todo, es en reacción a algo, y este caso de Hilda Molina no parece ser ajeno a ese modo de actuar.
junio 14, 2009
Violencia institucional
Estuve esta semana en San Pedro Sula y en San Salvador y tuve la oportunidad de charlar con taxistas. No me sorprendí que me dijeran que las compañías para las que trabajaban como choferes estuvieran pagando renta a las pandillas juveniles, para poder trabajar con “seguridad”. De otra forma correrían el riesgo de ser asesinados.
En San Salvador, tomé uno de los taxis de la Gran Vía” - un shopping estilo “miamense” – y el conductor me dijo que hacía una semana, su empresa había sido obligada por la mara Salvatrucha 13 a pagar 300 dólares para poder operar. Era la única línea de taxis y de transporte masivo de pasajeros que todavía no había sido extorsionada.
En los primeros meses de este año, tanto en Honduras como en El Salvador, y principalmente en ciudad de Guatemala, los mareros o pandilleros han asesinado a mansalva a decenas de choferes de taxis y buses por negarse a pagar el “peaje”. En San Salvador, nuestros anfitriones, donde realizamos un seminario para diarios populares, nos pidieron por favor no ir al centro de la ciudad para no toparnos con las pandillas juveniles.
No solo las líneas de transporte masivo, sino también muchos de los comerciantes e inclusive los vendedores ambulantes están todos pagando una “renta” a los mareros para poder trabajar. Esta misma situación sucede en muchas ciudades de Colombia, como por ejemplo Medellín, donde los comerciantes del centro de la ciudad – a pesar de que el cartel de Medellín desapareció o se disgregó tras el asesinato de Pablo Escobar – están “vacunados”, es decir que deben pagar una extorsión para poder operar libremente.
Uno, después de escuchar sobre tanta violencia, se pregunta cuál es el papel del gobierno. Y no encuentra respuesta satisfactoria. Pareciera que en América Latina nos estamos acostumbrando a vivir con la violencia y con la ineficiencia del Estado. La violencia se ha institucionalizado.
En San Salvador, tomé uno de los taxis de la Gran Vía” - un shopping estilo “miamense” – y el conductor me dijo que hacía una semana, su empresa había sido obligada por la mara Salvatrucha 13 a pagar 300 dólares para poder operar. Era la única línea de taxis y de transporte masivo de pasajeros que todavía no había sido extorsionada.
En los primeros meses de este año, tanto en Honduras como en El Salvador, y principalmente en ciudad de Guatemala, los mareros o pandilleros han asesinado a mansalva a decenas de choferes de taxis y buses por negarse a pagar el “peaje”. En San Salvador, nuestros anfitriones, donde realizamos un seminario para diarios populares, nos pidieron por favor no ir al centro de la ciudad para no toparnos con las pandillas juveniles.
No solo las líneas de transporte masivo, sino también muchos de los comerciantes e inclusive los vendedores ambulantes están todos pagando una “renta” a los mareros para poder trabajar. Esta misma situación sucede en muchas ciudades de Colombia, como por ejemplo Medellín, donde los comerciantes del centro de la ciudad – a pesar de que el cartel de Medellín desapareció o se disgregó tras el asesinato de Pablo Escobar – están “vacunados”, es decir que deben pagar una extorsión para poder operar libremente.
Uno, después de escuchar sobre tanta violencia, se pregunta cuál es el papel del gobierno. Y no encuentra respuesta satisfactoria. Pareciera que en América Latina nos estamos acostumbrando a vivir con la violencia y con la ineficiencia del Estado. La violencia se ha institucionalizado.
junio 13, 2009
Fotografías malditas
“Ojos que no ven, corazón que no siente”, dice el refrán, implicando que sólo las imágenes nos dan la certeza de cómo ocurren los hechos. Las palabras, en cambio, no tienen tanta fuerza ni credibilidad.
Se dice también que “una fotografía vale más que mil palabras”, ya que lo visual nos acerca más a la realidad. De ahí, que las imágenes del desmoronamiento de las torres gemelas nos ofrecen una mejor impresión sobre el terrorismo; las de un zapato volando hacia un presidente infieren un pésimo gobierno y la foto del gol de Maradona a los ingleses evidencia que la “mano de Dios” existe.
Pero a las fotografías se las suele malinterpretar, ya que se las responsabiliza por lo que en ellas queda retratado. De ahí que despierten controversias más allá de sus protagonistas, como sucedió con el padre Alberto Cutié después que lo pescaron engolosinado con su novia en una playa de Miami; con el premier italiano Silvio Berlusconi regocijado en sus orgías de Cerdeña o con el olímpico Michael Phelps enfiestado con su pipa de marihuana.
Las polémicas son mayores cuando las imágenes originan una disputa entre dos principios de igual valor, pero opuestos. Una disyuntiva así, entre la seguridad nacional y el acceso a la información pública, tiene mareado y a maltraer al presidente Barack Obama. Hace unos días pidió a la Justicia que no obligue al Pentágono a divulgar unas fotografías de los militares carceleros torturando a prisioneros en Irak y Afganistán, bajo el argumento de que puede generar mayor opinión pública antiestadounidense, poner en peligro la vida y seguridad física de las tropas e incentivar a Al Qaeda a que reclute más terroristas.
En la otra cara de la moneda, la Asociación Americana para las Libertades Cívicas, exigiendo que se conozca la verdad, reclama la validez de un fallo judicial de setiembre de 2008 que manda desclasificar las fotos bajo la Ley de Acceso a la información Pública. En estos días deberá pronunciarse la Corte Suprema de Justicia, poco después de que Obama regrese de su periplo por países musulmanes.
Las imágenes sobre las guerras en Irak y Afganistán siempre generaron discusiones, desde las menos complicadas como las de ataúdes con cuerpos de soldados estadounidenses que fueron prohibidas a los periodistas, hasta las más conflictivas, como las que se filtraron en el 2004 desde la cárcel de Abu Ghraib exponiendo casos aberrantes de tortura. Las fotografías tildadas de malditas fueron erróneamente responsabilizadas de aquel escándalo; en realidad, las malas acciones en ellas registradas, fueron las culpables.
La posición de Obama de no divulgar, si bien no es débil legalmente – y tal vez es una de las primeras medidas que apoyan los republicanos y critican sus partidarios demócratas - es contradictoria con el compromiso moral que adoptó el primer día de su mandato. Aquel 21 de enero prometió transparencia y rendición de cuentas y, distanciándose de la cultura del secreto creada por la administración Bush, aprobó un decreto para fortalecer la Ley de Acceso; estableciendo que de existir una disputa reñida o una duda entre la secrecía por razones de seguridad nacional y la transparencia, siempre deberá prevalecer esta última.
Suprimir información para prevenir peligros potenciales como los que argumenta Obama, no es muy convincente. Probablemente la publicidad de las fotos pudiera traer algún tipo de represalia y causar un revuelo internacional, pero no difundirlas, habiendo trascendido parte de su contenido, no atempera los ánimos o hace que el delito de la tortura sea inexistente.
Por el contrario, desclasificarlas estaría más en sintonía con la imagen y confianza que debe generar un líder, dando la oportunidad al Pentágono de repudiar y no repetir esas conductas, y poder exigir a otros gobiernos que también muestren sus atrocidades. Además, permitiría a Obama ser más consecuente con su reciente discurso en el Cairo sobre que “cometimos actos contrarios a nuestras tradiciones y nuestros ideales”.
La publicación de las imágenes, por más bochornosos y nocivos que los hechos puedan ser, es la única fórmula certera de que se pueda conocer la verdad y generar los anticuerpos para combatir las violaciones. Ni la transparencia ni las fotografías son malditas; prohibirlas es lo que genera duda.
Se dice también que “una fotografía vale más que mil palabras”, ya que lo visual nos acerca más a la realidad. De ahí, que las imágenes del desmoronamiento de las torres gemelas nos ofrecen una mejor impresión sobre el terrorismo; las de un zapato volando hacia un presidente infieren un pésimo gobierno y la foto del gol de Maradona a los ingleses evidencia que la “mano de Dios” existe.
Pero a las fotografías se las suele malinterpretar, ya que se las responsabiliza por lo que en ellas queda retratado. De ahí que despierten controversias más allá de sus protagonistas, como sucedió con el padre Alberto Cutié después que lo pescaron engolosinado con su novia en una playa de Miami; con el premier italiano Silvio Berlusconi regocijado en sus orgías de Cerdeña o con el olímpico Michael Phelps enfiestado con su pipa de marihuana.
Las polémicas son mayores cuando las imágenes originan una disputa entre dos principios de igual valor, pero opuestos. Una disyuntiva así, entre la seguridad nacional y el acceso a la información pública, tiene mareado y a maltraer al presidente Barack Obama. Hace unos días pidió a la Justicia que no obligue al Pentágono a divulgar unas fotografías de los militares carceleros torturando a prisioneros en Irak y Afganistán, bajo el argumento de que puede generar mayor opinión pública antiestadounidense, poner en peligro la vida y seguridad física de las tropas e incentivar a Al Qaeda a que reclute más terroristas.
En la otra cara de la moneda, la Asociación Americana para las Libertades Cívicas, exigiendo que se conozca la verdad, reclama la validez de un fallo judicial de setiembre de 2008 que manda desclasificar las fotos bajo la Ley de Acceso a la información Pública. En estos días deberá pronunciarse la Corte Suprema de Justicia, poco después de que Obama regrese de su periplo por países musulmanes.
Las imágenes sobre las guerras en Irak y Afganistán siempre generaron discusiones, desde las menos complicadas como las de ataúdes con cuerpos de soldados estadounidenses que fueron prohibidas a los periodistas, hasta las más conflictivas, como las que se filtraron en el 2004 desde la cárcel de Abu Ghraib exponiendo casos aberrantes de tortura. Las fotografías tildadas de malditas fueron erróneamente responsabilizadas de aquel escándalo; en realidad, las malas acciones en ellas registradas, fueron las culpables.
La posición de Obama de no divulgar, si bien no es débil legalmente – y tal vez es una de las primeras medidas que apoyan los republicanos y critican sus partidarios demócratas - es contradictoria con el compromiso moral que adoptó el primer día de su mandato. Aquel 21 de enero prometió transparencia y rendición de cuentas y, distanciándose de la cultura del secreto creada por la administración Bush, aprobó un decreto para fortalecer la Ley de Acceso; estableciendo que de existir una disputa reñida o una duda entre la secrecía por razones de seguridad nacional y la transparencia, siempre deberá prevalecer esta última.
Suprimir información para prevenir peligros potenciales como los que argumenta Obama, no es muy convincente. Probablemente la publicidad de las fotos pudiera traer algún tipo de represalia y causar un revuelo internacional, pero no difundirlas, habiendo trascendido parte de su contenido, no atempera los ánimos o hace que el delito de la tortura sea inexistente.
Por el contrario, desclasificarlas estaría más en sintonía con la imagen y confianza que debe generar un líder, dando la oportunidad al Pentágono de repudiar y no repetir esas conductas, y poder exigir a otros gobiernos que también muestren sus atrocidades. Además, permitiría a Obama ser más consecuente con su reciente discurso en el Cairo sobre que “cometimos actos contrarios a nuestras tradiciones y nuestros ideales”.
La publicación de las imágenes, por más bochornosos y nocivos que los hechos puedan ser, es la única fórmula certera de que se pueda conocer la verdad y generar los anticuerpos para combatir las violaciones. Ni la transparencia ni las fotografías son malditas; prohibirlas es lo que genera duda.
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