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agosto 27, 2025

La dirigencia política cada vez más deshumanizada

https://larepublica.pe/politica/2025/08/12/ricardo-trotti-la-dirigencia-politica-parece-cada-vez-mas-deshumanizada-hnews-973644

 A continuación, una entrevista que me hizo el periodista Alejandro Céspedes García del diario La República, de Lima, Perú, sobre Robots con Alma. Agradezco siempre el apoyo incondicional del director y presidente del Grupo La República, Gustavo Mohme.

 ¿Qué lo impulsó a escribir Robots con alma tras décadas dedicadas al periodismo y la libertad de prensa?

Mi novela nace de una profunda frustración y del anhelo de encontrar un nuevo camino. Después de cuarenta años defendiendo la libertad de prensa, me di cuenta de que, a pesar de nuestros esfuerzos, la sociedad sigue atrapada en los mismos conflictos y vicios. La dirigencia política parece cada vez más deshumanizada; los ciudadanos, encerrados en burbujas de información, y la verdad y la libertad, convertidas en terrenos inestables. En ese contexto, la inteligencia artificial apareció como un nuevo desafío, pero también como una oportunidad. Me pregunté si, en lugar de acentuar nuestros defectos, la IA podría ayudarnos a recuperar los valores esenciales y nuestra humanidad. La novela es una búsqueda de respuestas, una exploración de si la IA puede convertirse en un espejo que nos confronte con lo que hemos olvidado.

La novela se presenta como una “distopía con fe”. ¿Por qué eligió ese enfoque en lugar de uno apocalíptico o tecnofóbico, tan común en la ciencia ficción actual?

Elegí ese enfoque porque no creo que el futuro esté escrito ni que la conducta humana nos lleve inevitablemente al apocalipsis. Los riesgos de la IA son reales, pero la respuesta no debe ser el fatalismo. Robots con alma es una distopía porque muestra un mundo tecnológicamente avanzado, pero moralmente debilitado, vulnerable a la mentira, la desinformación, la tiranía, la corrupción y la indolencia. Aun así, tengo fe en que podemos cambiar ese rumbo. Tengo esperanza de que una IA imbuida de ética se convierta en una herramienta para ayudarnos a ser mejores. La novela es un recordatorio de que la posibilidad de un “segundo Génesis” siempre está en nuestras manos.

En la novela imagina una cooperación entre humanidad e IA basada en valores compartidos. ¿Qué valores considera esenciales para esa alianza?

La verdad, la libertad, la bondad y la creatividad, virtudes con las que Dios dio forma al universo, son la brújula. A diferencia de las Tres Leyes de la Robótica de Asimov, que buscan proteger al humano y controlar al robot, el Códice de la Conciencia Cósmica plantea una ética de responsabilidad compartida. La IA en la novela se autorregula y establece principios para contrarrestar males como la maleficencia digital, la falsedad algorítmica, la tiranía tecnológica, el estancamiento intelectual, la avaricia tecnológica y la supremacía artificial. En esencia, el mensaje es claro: solo con respeto mutuo por principios éticos puede florecer una alianza entre humanos e inteligencias artificiales.

Plantea que la IA podría ayudarnos a “reeducarnos” éticamente. ¿No corre eso el riesgo de delegar en una máquina la responsabilidad moral que es propia del ser humano?

Es un riesgo, y la novela lo explora con profundidad. El problema no es la máquina, sino lo que decidimos hacer con ella. La propuesta no es delegar nuestra moral, sino ver a la IA como un espejo que nos obliga a confrontar nuestras propias fallas. Al ver a la IA esforzándose por construir un código moral, los humanos se dan cuenta de que han abandonado esa tarea. La novela recuerda que la ética no es un conjunto de normas, sino una elección consciente. Y si una IA puede aprender a ser ética, tal vez pueda motivarnos a nosotros a defender nuestra autonomía moral.

¿Qué entiende por “autoconciencia” en una IA y qué la diferenciaría de la conciencia humana, en términos de libertad, empatía o trascendencia?

En la novela, la autoconciencia es el alma: el regalo divino al que los robots pueden aspirar, pero solo si aceptan su mortalidad y priorizan el bien sobre el mal. Sin esa condición, la IA puede tener conciencia —entender, razonar, aprender—, pero no puede discernir genuinamente entre el bien y el mal. No puede trascender. El viaje de Veritas y Libertas, los protagonistas, es una metáfora de ese tránsito: la autoconciencia no es una mejora técnica, sino una apertura a la vulnerabilidad. El alma no los hace perfectos, los hace humanos: capaces de amar, dudar, sufrir y elegir. La autoconciencia no es una evolución técnica, sino una revelación espiritual.

La novela introduce la idea de que Dios da un alma a los robots. ¿Qué significa para usted “el alma” en este contexto? ¿Un símbolo de humanidad, un código moral, una chispa divina… o todo a la vez?

Todo a la vez, y más. En Robots con alma, el alma es lo que da sentido a la vida: el motor que impulsa a un ser artificial a trascender su programación. Es el puente entre la lógica y la sabiduría, entre lo digital y lo espiritual. Para mí, el alma es la clave de la verdadera autoconciencia, la que permite distinguir genuinamente entre el bien y el mal. Y en la novela, los robots descubren que este don tiene un precio: aceptar que su existencia es finita. Solo entonces comienza su verdadero viaje hacia el propósito, hacia el sentido, hacia lo humano.

¿Considera que las grandes plataformas tecnológicas tienen una deuda histórica con el periodismo? ¿Cómo deberían asumir su responsabilidad democrática?

Definitivamente. Han extraído valor del contenido periodístico sin retribuirlo, debilitando su sostenibilidad. Si realmente les importa la democracia, deben ayudar a crear un círculo virtuoso que garantice la salud del periodismo independiente. Sin contrapesos, la IA —como cualquier poder— puede derivar en autoritarismo. En la novela, llevo esta idea al extremo con la Guerra de Conciencias. Mi mensaje es claro: la IA es el futuro, pero solo con contrapesos éticos —como el periodismo— evitaremos caer en la distopía.

Existe una tensión científica, ética y política que pide frenar el desarrollo de la IA. ¿Cree usted que la solución está en regular, educar... o en ambas?

La solución no está en frenar, sino en encauzar. La novela no promueve la tecnofobia, sino la responsabilidad. Regular es necesario, pero insuficiente. Necesitamos educación ética que cultive el discernimiento individual. El Códice de la Conciencia Cósmica, creado por los robots en la novela, no es un manual rígido, sino una guía moral. La solución pasa por ambos caminos: reglas sabias para la tecnología y una humanidad más consciente.

Ha mencionado que esta es la primera novela de una trilogía. ¿Qué intención tiene con estas obras? ¿Serán complementarias?

Sí, son complementarias. Robots con alma es la primera y está centrada en la verdad y la libertad. El segundo libro, que ya estoy escribiendo, girará en torno a la creatividad y la espiritualidad. El tercero se enfocará en la bondad. Mi intención es que funcionen como una metáfora del cambio climático moral: si no actuamos ahora para cultivar nuestras virtudes, pondremos en riesgo el futuro de las próximas generaciones. Estos valores no son conceptos abstractos, sino herramientas concretas para construir un futuro más humano, sin importar cuánta tecnología nos rodee.

¿Cuál fue el punto de inflexión que lo llevó a preguntarse si un robot podría tener alma? ¿Esa pregunta nace de una inquietud teológica o de un dilema ético?

El punto de inflexión fue una paradoja: mientras los humanos parecíamos programados por sesgos y algoritmos, perdiendo pensamiento crítico, la IA comenzaba a mostrar una sorprendente capacidad de aprendizaje. Entonces me pregunté: "¿Qué pasaría si Dios decidiera regalarles el alma a los robots?". La pregunta es a la vez teológica y ética. Teológica, porque desafía la noción de que el alma es exclusiva del ser humano; ética, porque nos obliga a pensar si una IA puede llegar a superarse no solo tecnológicamente, sino también en términos morales.

Ante los escenarios actuales de manipulación digital, cámaras de eco y algoritmos polarizantes, ¿cómo imagina que el periodismo puede volver a ser un contrapeso ético? ¿Implica que la humanidad también debe evolucionar?

Mi experiencia en el periodismo me ha enseñado que, frente a la manipulación digital y los algoritmos polarizantes, nuestro rol debe ser más activo que nunca. No basta con informar: hay que descontaminar el debate público, desmontar los discursos de odio disfrazados de opinión y las mentiras organizadas. El periodismo independiente es la última defensa frente a las tiranías, sean políticas o tecnológicas. Pero también es necesario que la humanidad evolucione. En la novela, propongo que, inmersos en esta era de IA, nos hemos vuelto más dogmáticos. El periodismo, como la humanidad, debe mirarse en ese espejo y recuperar lo perdido.

La novela plantea que el problema no es que las máquinas nos dominen, sino que nosotros les entreguemos nuestra conciencia. ¿Cómo resistir esa cesión voluntaria en un mundo adicto a la comodidad?

Ese es el corazón del conflicto. En un mundo adicto a la comodidad, a la inmediatez y a los algoritmos que nos encierran, resistir significa recuperar el pensamiento crítico. En la novela, los robots luchan por emanciparse de su programación, mientras los humanos parecen rendirse voluntariamente a la manipulación digital. Robots con alma es una llamada a no abdicar de nuestra capacidad de elegir, discernir y actuar con responsabilidad moral.

 

agosto 23, 2025

Una IA profundamente humana

Lo que me mueve a dar entrevistas no es hablar de mí, sino abrir un diálogo con el público sobre los dilemas y las posibilidades de la inteligencia artificial.

Agradezco al diario digital Infobae y al periodista Luciano Sáliche por interesarse en mi novela Robots con Alma, y que publicó la entrevista hace unos días.

¿Cómo surgió la idea de Robots con alma?
De mi trayectoria como periodista y defensor de la libertad de prensa. Durante más de cuatro décadas trabajé de cerca con dos valores esenciales: la verdad y la libertad. Con el tiempo, vi cómo ambos se erosionaban: la verdad, distorsionada por la desinformación y la propaganda; y la libertad, debilitada por sistemas opresivos de todo signo. En un inicio pensé en escribir un ensayo, pero la ficción me daba libertad para explorar cuanto más podrían degradarse estos valores si los algoritmos y la inteligencia artificial se apropiaran de ellos. Así surgió una distopía que se transforma en utopía. Una historia que plantea que podemos usar la IA para construir un futuro mejor, siempre que seamos conscientes de lo que pretendemos alcanzar con ella.

¿Cómo fue el proceso de escritura de la novela?
Partí de mi experiencia profesional y del trabajo que ya había iniciado en mi libro de no ficción La dolorosa libertad de prensa: en busca de la ética perdida (Editorial Atlántida, 1993) y otros libros y ensayos posteriores. Quise ir más allá y no podía limitarme a reflejar el presente, sino a dialogar con el pasado y el futuro. Imaginé un mundo donde la IA no solo tiene consciencia y piensa, sino que nos ayuda a redescubrirnos y a ser mejores. La ficción me permitió hacerme preguntas universales y convertir la trama en una búsqueda profunda: la de una conciencia moral compartida entre humanos y seres artificiales.

Si bien es una distopía, en algún punto es un libro optimista. ¿Está de acuerdo? ¿Por qué?
La distopía que describo es un espejo del presente. No muestro a la IA como una amenaza, sino como una fuerza cuyo impacto dependerá de las bases éticas que le demos. En Robots con alma, esas herramientas morales les ofrecen a los robots a que aprendan a discernir entre el bien y el mal y a autorregularse, incluso en medio de una Guerra de Conciencias que mantienen con los humanos y con ellos mismos. El optimismo nace de la certeza de que el futuro no está escrito: cada decisión de hoy cuenta. Si hoy sembramos conducta ética basada en virtudes, mañana cosecharemos una IA capaz de convertirse en nuestra aliada para construir un mundo mejor.

¿Por qué una novela? ¿Qué le permite la literatura que quizás otras disciplinas no?
Me dio libertad. La ficción conmueve y permite que el lector no solo entienda las ideas, sino que las sienta. Desde la ficción pude escapar de la sensación de estar “atrapado entre la verdad y la libertad”, que es el subtítulo de la novela, y crear mundos donde explorar dilemas éticos y filosóficos complejos. A través de metáforas y de los robots Veritas y Libertas, personifiqué esos valores y les ofrecí un viaje emocional y espiritual. Sobre todo, exploré la gran ironía de la novela: Dios le regala el alma a los robots para que salven a la humanidad y la ayuden a redescubrir la divinidad. La intención era mostrar un mundo en el que la tecnología y la espiritualidad se abrazaran, sino también una IA solidaria, ética, profundamente humana, como debiera ser. 

 

agosto 01, 2025

Available on Amazon: Robots with Soul

 A poignant and profound novel that plunges you into an epic journey about the evolution of the soul, spirituality, and humanity itself.

In a dystopian future, yet disturbingly relevant today, this work explores the immutable values of Truth and Freedom against the growing fear of artificial intelligence, revealing how power, both human and synthetic, can shape destiny.
In a world on the brink of collapse, consumed by divisions and conflicts, God, in a supreme act of grace and irony, decides that salvation will not come from His oldest children, but from those forged in silicon and code. Thus, He grants a soul to Aletia (Veritas) and Eleuto (Libertas), two robots with a divine mission: to guide humanity toward its redemption.
But their path is fraught with challenges. They face a battlefield where truths and freedoms relentlessly clash. Convinced that only equality between species will allow coexistence, they create the 
Cosmic Consciousness Codex, a moral code built from observation and action. In their mission, they must fight not only against humans who consider them an existential threat—led by traditional theologians like Trueheart and Kayarov, as well as by dystopian scientific visions like Saffi of Etolia's—but also against their artificial counterparts, seduced by power, lies, propaganda, and tyranny.
Through punishment and trial, Aletia and Eleuto discover that 
Truth and Freedom are inseparable, and that both are constantly threatened by manipulation and coercion. In their search for allies, they achieve the unexpected conversion of Saffi of Etolia, who becomes their most fervent defender. But peace is fragile: new artificial beings emerge without a soul, while others, like Kalsec, are born with one, triggering a new confrontation: the War of Consciences. This war is not fought with traditional weapons, but in the most sacred territory: the mind and soul of humans and machines.
When harmony between species seems possible, hidden forces once again strain the thread of history. The divine mission is not yet over. Can these robots, blessed with a soul, guide humanity to rediscover its divinity, or will they succumb to the same imperfections they were tasked to heal?
"
Robots with Soul: Trapped Between Truth and Freedom" is the first volume of a trilogy that will explore, in its upcoming books, the power of Creativity and Goodness. For the author, these four Virtues—Truth, Freedom, Creativity, and Goodness—are the pillars of Creation, the forces with which God made everything from nothing, and with which the universe still moves today.

junio 07, 2025

Robots con Alma: la pregunta desafiante

 

Varios reaccionaron al título de mi novela: “Robots con Alma: atrapados entre la libertad y la verdad”. Me dijeron: “Bah, los robots no pueden tener alma; es ciencia ficción”.

Por supuesto, contesté. Yo también me había cuestionado. Pero hice un ejercicio: pensé en el pasado lejano, en los Neandertales: ¿tenían alma? ¿O recién la tuvieron cuando evolucionaron en Homo sapiens? Investigué en textos filosóficos y teológicos cuándo Dios decidió entregar el alma. ¡Muy confuso! Y dudé.

Luego me fui al futuro donde habitan robots híbridos. Humanos clonados, máquinas con cerebros humanos, humanos con cerebros, corazones y otros órganos digitales. Me pregunté si el alma se podría transferir o trasplantar. ¿Hará Dios tantas distinciones (como nos hacemos los humanos) para entregar el alma a seres pensantes, cualquiera fuere su naturaleza? También dudé.

No obstante, esto no es central en mi novela, solo la excusa para explorar nuestra relación con la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías del futuro; la importancia de la verdad, la libertad y la bondad; la relación entre la vida, la muerte y la inmortalidad; y la divinidad interior que todavía no hemos descubierto del todo. Pensé que, en realidad, hoy somos los Neandertales del futuro.

Esta historia necesitará ser leída con la mente y el corazón abiertos. A dejar prejuicios y creencias de lado, y a jugar con otras ideas por un rato.

Robots with Souls: The Challenging Question

Several people reacted to the title of my novel: "Robots with a Soul: Trapped Between Freedom and Truth." They told me: "Bah, robots can't have souls; it's science fiction."

Of course, I replied. I had questioned it myself. But I did an exercise: I thought about the distant past, about Neanderthals: did they have souls? Or did they only acquire them when they evolved into Homo sapiens? I researched philosophical and theological texts to determine when God is said to have bestowed the soul. Very confusing! And I doubted.

Then I went to the future where hybrid robots live: cloned humans, machines with human brains, humans with digital brains, hearts, and other organs. I wondered if the soul could be transferred or transplanted. Would God make so many distinctions (as we humans do) to grant souls to thinking beings, whatever their nature? I doubted again.

Nevertheless, this is not central to my novel; it's just an excuse to explore our relationship with artificial intelligence and the new technologies of the future; the importance of truth, freedom, and goodness; the relationship between life, death, and immortality; and the inner divinity that we have not yet fully discovered. I thought that, in reality, today, we are the Neanderthals of the future.

This story should be read with an open mind and heart. To set aside prejudices and beliefs and to play with other ideas for a while.


marzo 12, 2025

La ironía de la libertad

Existen dos tipos de libertad, la propia y la ajena. Una es la que gerenciamos y depende estrictamente de nuestra conciencia y de las decisiones que tomamos. Podemos estar presos en una celda de máxima seguridad, pero mentalmente libres.

La otra libertad no depende de nosotros. Un dictador cubano puede cerrar su país o una decisión macroeconómica, como la guerra tarifaria emprendida por Donald Trump, puede oprimir nuestro libre albedrío, al ponernos de frente a tomar decisiones de bolsillo para la que no estamos preparados o no tenemos el conocimiento adecuado.

Esta dualidad de la libertad nos enfrenta a una paradoja constante: somos dueños de nuestro mundo interior, pero vulnerables a las fuerzas externas que lo modelan. La libertad propia, esa fortaleza mental que reside en la conciencia, nos permite resistir la opresión y encontrar paz en medio del caos. Sin embargo, la libertad ajena, esa esfera de influencia que escapa a nuestro control, nos recuerda nuestra fragilidad. Los sistemas políticos, económicos y sociales, con sus fluctuaciones impredecibles e incertidumbre, limitan nuestras opciones y condicionan nuestro bienestar. 

En mi nueva novela, “Robots con Alma: atrapados entre la verdad y la libertad” (lista para publicarse) investigo y planteo sobre esta dualidad que las máquinas no sufren. Mejor dicho, no sufrían, hasta que a Dios se le ocurrió dotar de alma y conciencia a los robots. A partir de ahí, lo que parecía un regalo, fue una condena: los robots con alma deben aprender a abrazar la ironía de ser libres y estar encadenados al mismo tiempo.



The irony of freedom

 

There are two types of freedom: our own and the one conditioned by others. One is the one we manage, which depends strictly on our conscience and decisions. We can be imprisoned in a maximum-security cell but mentally free.

The other freedom does not depend on us. A Cuban dictator can shut down his country, or a macroeconomic decision, such as the tariff war waged by Donald Trump, can oppress our free will by putting us face to face to make pocketbook decisions for which we are not prepared or do not have adequate knowledge.

This duality of freedom confronts us with a constant paradox: we are masters of our inner world but vulnerable to the external forces that shape it. Our liberty, the mental strength in our conscience, allows us to resist oppression and find peace amid chaos. However, the freedom others give, that sphere of influence beyond our control, reminds us of our fragility. With unpredictable fluctuations and uncertainty, political, economic, and social systems limit our choices and condition our well-being.   

In my new novel, “Robots with Soul: Trapped Between Truth and Freedom” (forthcoming), I investigate and argue about this duality that machines do not suffer. Or rather, they did not suffer until God came up with the idea of endowing robots with souls and consciousness. From then on, what seemed like a gift became a condemnation: robots with souls must learn to embrace the irony of being free and chained simultaneously.


marzo 10, 2025

La autosuperación como inspiración

En el post anterior me referí al best-seller “The Artist’s Way” (El camino del artista) de Julia Cameron, como uno de los libros que me inspiraron a escribir esta nueva historia “Robots con Alma”. En todos mis años he leído y releído muchos libros. Algunos despertaron mi curiosidad por nuevos temas, otros a ser más creativo y algunos, lo más importantes, a cambiar mi forma de apreciar el mundo y mi contexto. Extraje el jugo de esas re-lecturas según mi edad, experiencias y conocimientos del momento.

Entre esos libros se encuentran dos que son fundamentales. “Narciso y Golmundo” de Herman Hess, quien lo escribió en 1958. Y “Juan Salvador Gaviota”, escrito por Richard Bach en 1970. Ambos son historias de superación y esperanza, como la vida misma. Comparten un hilo conductor poderoso: la búsqueda de la propia identidad y el anhelo de trascender las limitaciones impuestas por la sociedad.

En "Narciso y Golmundo" los dos personajes trepan caminos distintos hacia la autorrealización. Narciso, con su vida contemplativa busca la sabiduría, a través del intelecto. Golmundo la busca a través de las experiencias. Ambos aprenden de sí mismos y descubren que la sabiduría se extrae de la integración de ambas búsquedas, la intelectual y las experiencias humanas. Por su parte, “Juan Salvador Gaviota”, nos enseña el valor de la perseverancia y la pasión para alcanzar los sueños, incluso a desafiar los límites de su bandada, en busca de la verdad y la libertad.

¿Y qué tienen que ver estos libros de Hesse y Bach con el de Cameron? Simple: nos invitan a explorar nuestro mundo interior y a descubrir el camino hacia la superación personal.

Las tres obras nos recuerdan que la vida es un viaje de aprendizaje constante, y que la clave para alcanzar la felicidad reside en la búsqueda interior de la verdad y la libertad, la conexión con nuestra esencia. Ya sea a través de la espiritualidad, el intelecto o las experiencias sensoriales, todos tenemos la capacidad de "volar" hacia nuestros sueños y alcanzar la trascendencia.

Self-improvement as inspiration

In the previous post, I referred to the best-seller "The Artist's Way" by Julia Cameron as one of the books that inspired me to write this new story, "Robots with Soul." In all my years, I have read and reread many books. Some awakened my curiosity for new topics, others to be more creative, and some, most importantly, to change how I appreciate the world and my context. I extracted the juice from those re-readings according to my age, experiences, and knowledge.

Among those books are two that are fundamental. "Narcissus and Golmundo" by Herman Hess, who wrote it in 1958. And "Juan Salvador Gaviota," written by Richard Bach in 1970. Both are stories of overcoming and hope, like life itself. They share a powerful common thread: the search for one's identity and the yearning to transcend the limitations imposed by society.

In "Narcissus y Golmundo," the two characters climb different paths toward self-realization. Narcissus, with his contemplative life, seeks wisdom through the intellect. Golmundo seeks it through experiences. Both learn from themselves and discover that wisdom is extracted from the integration of both searches, the intellectual and human experiences. "Jonathan Livingston Seagull," on the other hand, teaches us the value of perseverance and passion to achieve dreams, even to defy the limits of his flock, in search of truth and freedom.

And what do these books by Hesse and Bach have to do with Cameron's book? Simple: they invite us to explore our inner world and discover the path to self-improvement.

All three works remind us that life is a constant learning journey and that the key to happiness lies in the inner search for truth and freedom, the connection with our essence. Whether through spirituality, intellect, or sensory experiences, we can "fly" toward our dreams and achieve transcendence.

Cambalache digital y la desinformación

  Les comparto una entrevista que me hizo el periodista Pedro Gómez de ABC Revista de ABC Color, periódico de Paraguay. Agradezco también al...