julio 23, 2013

Propaganda, VOA y EEUU

La noticia importante pasó desapercibida y los medios de comunicación estadounidenses ni siquiera la registraron, quizás porque sus consecuencias no tendrán ningún tipo de impacto.

Se trata de una nueva ley en EE.UU. que después de varias décadas, permitirá por primera que todo el material noticioso producido a través del Departamento de Estado podrá trasmitirse en el país. De esta forma se desbloquearon leyes y decretos rigurosos sobre que toda la información producida para “crear buena imagen” o como estrategia de promoción de la democracia en el extranjero – léase también propaganda – no puede trasmitirse para el público estadounidense dentro del territorio nacional.

De esta forma, el contenido editorial de la Voz de América (VOA), incluido el producido por todas sus filiales enfocados a diferentes países, como el caso de TV y Radio Martí, podrá ser visto en EE.UU. Si bien estos medios de comunicación oficiales han ganado con el tiempo un alto grado de calidad periodística, no dejan de ser parte de una estrategia gubernamental en la que predomina la política de la promoción de la democracia, algo que en el pasado los congresistas estadounidenses consideraban propaganda que no debía ser utilizada para el consumo de las audiencias domésticas.

Según el Blog Periodismo en las Américas, la nueva ley establece que los materiales de VOA podrán ser reproducidos por los medios, pese a que la información estuvo siempre disponible en internet. “Esto incluye miles de horas de noticias -- pagados con el dinero de los contribuyentes -- en 61 idiomas, incluyendo programas en español diseñado para audiencias Latinoamericanas y en portugués para audioescuchas en África”.

En este blog publicado el 17 de julio, se explica que la Broadcasting Board of Governors (BBG) – la agencia gubernamental encargada de la producción de medios como VoA, Radio y TV Martí, Radio Asia y Radio Free Europe/Radio Liberty – aplaudió la reforma como una oportunidad para que las comunidades de inmigrantes y refugiados en Estados Unidos, muchas de las cuales han escapado de áreas en conflicto, reciban noticias en su idioma.

El congresista Mac Thornberry, un legislador texano y co-autor de la ley que revocó la prohibición – prosigue el blog - dijo en un artículo publicado en julio para la revista Foreign Policy que los contenidos de los medios gubernamentales no serían propaganda para los ciudadanos estadounidenses y contribuirían a la transparencia.

(GAO), el presupuesto operativo de VoA en el año fiscal 2012 fue de 206 millones de dólares. El presupuesto de TV y Radio Martí fue de 28 millones de dólares durante el mismo periodo.


Habrá que ver ahora si esta medida hará cambiar en algo las políticas editoriales de VOA que surgen como directivas oficiales y, en especial, cómo y a qué público se canalizará la enorme cantidad de información que produce el gobierno.

julio 22, 2013

Francisco: Esperanza en Brasil

El papa Francisco llegó a Brasil en tiempo y en un tiempo histórico. Será el megáfono de multitudes juveniles bulliciosas que desde hace meses protestan por la desigualdad entre las clases sociales y en contra de la encarnada corrupción de los gobernantes. Quieren un nuevo Brasil.

Las coincidencias en este primer peregrinaje del Papa no pueden ser mejores. Él también - así como quiere una nueva Iglesia, sin la corrupción de su jerarquía y de sus curas – quiere un nuevo Brasil. Coincide en llegar al país más católico del mundo, pero también en donde la Iglesia está rápidamente perdiendo fieles. La última encuesta de Datafolha sostiene que el catolicismo es ahora practicado por el 57% de la población, a diferencia de dos décadas atrás, cuando lo abrazaba más del 80%.

Francisco es la esperanza de la Iglesia brasileña para unir a su rebaño, pero no por su cordialidad y jovialidad, sino por los valores que defiende y promueve desde la humildad y la frugalidad franciscana, valores que se ciñen a las causas que los jóvenes abrazaron para cambiar al país.

El Papa pasará siete largos días en el país y seguramente tendrá contratiempos. Habrá protestas en su contra, así como en contra de la Iglesia y de los gastos que provocó su visita y su seguridad.


Lo importante de esta visita es que es histórica, no solo porque es la primera vez que existe un papa latinoamericano y por primera vez se inicia un pontificado con una visita a Latinoamérica, sino porque antes de llegar (desde que inició su pontificado) abrazó la causa de los más humildes. Y no lo hizo de palabra ni por apariencias, sino con el ejemplo de la acción.

julio 20, 2013

Dudas: Racismo y defensa personal

Mientras el mundo entero está pendiente de las repercusiones que tienen para el gobierno de Barack Obama las denuncias sobre espionaje del soplón Edward Snowden, en EE.UU. la conversación está delimitada por un caso más pequeño, pero de gigantescas proporciones, que reinsertó en la opinión pública la siempre herida abierta del racismo y la polémica sobre la portación legal de armas.

La absolución de esta semana de George Zimmerman, un vigilante vecinal voluntario de raza blanca e hispana que mató de un tiro y en defensa propia a Trayvon Martin, un jovencito negro de 17 años, tuvo en vilo a la justicia, al retrotraer imágenes de otras épocas no muy dignas en el país. Por un lado, la imagen de la segregación racial, cuando los blancos quedaban impunes después de matar a un negro y, por otro, la del far west, cuando cualquiera, pistola en mano, podía hacer justicia por manos propias.

El juicio fue polémico, dividió a la opinión pública y arrojó a miles a las calles en protesta, aunque sin los disturbios de otros casos que tuvieron mayor connotación racial. Hasta el presidente Obama, quien después del crimen en febrero de 2012 dijo que si tuviera un hijo “sería como Trayvon”, trató ahora de calmar los ánimos y de no azuzar las protestas, pidiendo aceptar el fallo pese a la apariencia de que no se hizo justicia.

Pese a esa percepción, sucede que la sentencia de inocencia de Zimmerman dictada por un jurado de seis mujeres, no se percibe como injusta ni mañosa, sino ajustada a una ley de defensa personal, “Stand your ground”. Para muchos es justamente esa ley la ilícita e injusta, ya que permite usar fuerza letal para defenderse.

Los reclamos que ya se extendieron en las calles de las 100 ciudades más importantes de EE.UU. son contra estas leyes que permiten la portación legal de armas, instaurada primero en 2005 en la Florida y diseminada por 25 de los 50 estados del país. El famoso cantante Stevie Wonder hace rato que dejó de tuitear por el tema racial, amenazando con un boicot de su voz a todos los estados donde existen leyes que permiten tirar y matar en defensa propia.

El gobierno de Obama, que todavía no tuvo éxito en impulsar el control de armas, vio una hendija perfecta por donde lograr su objetivo. Eric Holder, fiscal general, dijo que el gobierno tomará medidas para impulsar reformas a las leyes de legítima defensa al considerar que “contribuyen a generar más violencia de la que evitan”. Aunque no le será fácil, la Asociación Nacional del Rifle, el grupo pro armas de EE.UU, ya acusó al gobierno de “explotar” el caso de Trayvon y sigue sosteniendo, con el respaldo de una gran parte de la población y de los legisladores nacionales, que la defensa propia “es un derecho humano fundamental”.

Los activistas de derechos civiles tampoco quieren quedarse con las manos vacías. Han copado las oficinas del gobernador de la Florida, Rick Scot, pidiéndole que convoque a una sesión legislativa extraordinaria para que se derogue "Stand your Ground". También están presionando a los fiscales federales para que, resuelta la inocencia de Zimmerman a nivel penal, se lo encause por lo civil. Algo parecido a lo que le pasó al famoso O.J. Simpson, quien si bien fue librado penalmente por los crímenes de su esposa y amante, fue arruinado civilmente por las indemnizaciones millonarias que debió pagar a los familiares de las víctimas.

Más allá de las emociones de rabia e indignación que este fallo despertó, lo cierto es que la justicia actuó y no hay impunidad. Debido a la falta de evidencias y de testigos, y de que no se pudo comprobar que Zimmerman se precipitó o tuvo prejuicios raciales al disparar a Trayvon, los defensores supieron plantear dudas razonables en el caso, y argumentar que Zimmerman, actuó ajustándose a lo que la ley le permitía.


Lo importante es que la repercusión mediática y los valores universales que este caso permeó, permiten al país seguir manteniendo una conversación abierta y descarnada sobre temas relevantes, como la discriminación racial y la legítima defensa personal. Dos temas que, paradójicamente, no permitirán a quien los incentivó, Zimmerman, ser verdaderamente libre, pese a que fue librado de culpas y rejas. 

julio 18, 2013

Rolling Stone y el tirabombas

La misión del periodismo y de los medios de comunicación no solo es buscar datos e investigar hechos para informar y entretener al público o darle lo que este necesita para que tome decisiones más acertadas, sino también desafiarlo y hacerlo pensar.

También es su deber, tener un alto grado de sensibilidad para no ofender, evitar la apología del delito y el sensacionalismo con el que solo se pretenda el éxito cuantitativo de una publicación. Es, sobretodo, un deber ético “ponerse en los zapatos del otro”, una forma de pensar y actuar que permite limitarse a producir ofensas sin ton ni son.

En este dicotomía, entre desafiar al público y no haberse puesto en los zapatos del otro, se debería ubicar a la revista Rolling Stone, una de las más tradicionales e influyentes de la cultura pop, que en su edición de agosto que empezará a circular esta semana, lleva como portada una foto de Dzhokhar Tsarnaev, uno de los hermanos que actualmente está procesado por el atentado terrorista en el maratón de Boston en el que murieron tres personas y más de dos centenares resultaron heridas.

Apenas la revista dio a conocer su portada este martes en su página de Facebook, con una foto de Tsarnaev con carita angelical semejante al de pelo revuelto de Bob Dylan en sus años más mozos, las críticas de los usuarios fueron tajantes: no se puede glorificar a los terroristas. Pese a que la portada estaba acompañada con un titular de “El Tirabombas” y una bajada en la que cuestiona que Tsarnaev pasó de ser un buen alumno, a ser olvidado por su familia y convertirse al radicalismo islámico y en un monstruo, las reacciones de la gente no se hicieron esperar.

De nada sirvieron las explicaciones de la revista para dar a conocer varios párrafos de la nota de investigación en el interior sobre el perfil escalofriante de Tsarnaev que acaba de declararse inocente de 30 cargos que se le formularon y que podrían llevarlo a la pena de muerte cuando empiece el nuevo proceso judicial en setiembre. Varias cadenas de comercios como CVS y Walgreens ya anunciaron que no venderán los ejemplares de Rolling Stone en sus establecimientos y una página especial de Facebook en contra de la revista ya lleva más de 50 mil “likes”. 

Sin dudas la revista logró llamar la atención y desafiar al público, sin embargo creo que no supo medir las consecuencias de unas heridas que todavía están muy abiertas en el país. Rolling Stone tiene una larga tradición de desafiar al público y no es la primera vez que tiene a un criminal en su portada, como en 1970 cuando se la dedicó al tarado y serial asesino Charles Mason. Pero aunque esta vez se haya defendido con que  el trabajo periodístico “se inscribe en la tradición del periodismo y el compromiso de larga data de Rolling Stone con la cobertura seria y reflexiva de las cuestiones políticas y culturales más importantes de nuestro tiempo”, la revista se equivocó, ya que no se objeta el contenido sino la apariencia, no se objeta el escrito sino la foto y el contexto en la que ha sido usada.
La misma fotografía fue utilizada en mayo pasado por el influyente diario The New York Times y en el pliego superior debajo de la marca del periódico, pero dentro de un contexto noticioso diferente, acompañado de decenas de titulares y otros temas que competían con la fotografía, la que tenía una referencia sobre cómo la fotografía de un joven aparentemente inocente enmascaraba una personalidad violenta, casi la misma comparación que denota Rolling Stone entre la fotografía angelical y el titular de tirabombas.
La diferencia mayor radica en la expectativa que la gente tiene de una publicación y como sacada de contexto, su significado puede ser totalmente diferente. El público espera lo usual, que Rolling Stone, publique una portada de un ícono de la música, por más controversial que pudiera ser, pero jamás esperaría que un supuesto terrorista tuviera el tratamiento de una estrella de rock. La gente no tiene porqué asociar la fotografía con el título, justamente la imagen es la que trató de utilizar para impresionar.
Las revistas, por su periodicidad y muchas veces alejadas de la conversación pública cotidiana de temas noticiosos, necesitan gritar más de la cuenta para ser escuchadas y consumidas, de ahí que una portada como esta, y su debida promoción puede alcanzar esos objetivos y hasta convertirse en artículo de colección.
Sin embargo, en el mundo de la ética periodística, donde como en toda cuestión moral no existe nada blanco o negro, sino todo es grisáceo, dependiendo del contexto y de la experiencia particular que cada usuario, Rolling Stone puede estar pagando un precio muy alto por gritar en forma descontextualizada, perdiendo circulación y venta, pero, sobre todo, confianza del público, el patrimonio más preciado que puede tener un medio de comunicación.
Sin dudas Rolling Stone obtuvo el beneficio del factor sorpresa, en especial porque revuelve las cicatrices del terrorismo en territorio local, cuando la conversación pública estaba más dedicada a las heridas sangrantes y siempre abiertas del racismo en el país. Es que la agenda periodística de esta semana está casi reservada a la decisión de un jurado que el domingo absolvió de culpas a George Zimmerman, un hispano estadounidense, procesado por la muerte de Trayvor Martin, un jovencito negro de 17 años, caso que creo polémica entre el derecho a la defensa propia y cuestiones de violencia racial.
Rolling Stone tiene que hacer un examen de conciencia esta vez. Tiene que tener en cuenta lo que el público le dice – se podría sintetizar así ese pedido: no se debe glorificar a los terroristas y sí a las víctimas, quienes merecen estar en portada – y que por más valioso que un contenido sea, debe considerar que la apariencia también influye y ofende.
Seguramente, con una foto diferente o la misma, pero más difusa y con un titular más fuerte o cuestionador que no de la apariencia que se glorifica el hecho de tirar bombas, el efecto periodístico hubiera sido más tenue pero de mayor calidad.

Con esta portada gritona, Rolling Stone está caminando sobre esa línea muy delgada que no permite dividir muy bien al periodismo de calidad del periodismo sensacionalista.

Evo, Snowden y el nacionalismo

Como anillo al dedo dice el refrán. Adagio popular que no se puede dejar de aplicar al presidente boliviano Evo Morales, quien hasta hace semanas atrás estaba tratando de defenderse de los ataques de la oposición y de los ciudadanos por sus intenciones de ir a la reelección, mediante una interpretación bastante controversial de la nueva Constitución de su país – interpretación aprobada por el Tribunal Constitucional - que en su letra no lo permite.

Evo que hasta hace poco trataba de defenderse por el supuesto abuso de poder, encontró con el caso del ex contratista de la CIA, Edward Snowden, el viento de cola que le permite de repente alzarse en popularidad y empezar a transitar un camino pre electoral con todos los beneficios.

Evo está ahora aprovechando los vientos del nacionalismo gracias a su prédica anti imperialista que consiguió amalgamar después de que sufrió el bloqueo aéreo por parte de varios países europeos, entre ellos Francia, España, Portugal e Italia, luego de entrevistarse con el presidente ruso, Vladimir Putin.

Si bien al principio las autoridades europeas rezongaron cuando Morales exigió disculpas y una investigación, uno a uno esos países se doblegaron ante el mandatario, una vez que desde Latinoamérica se les reclamó sentido común, ya que no puede haber razón valedera para negar espacio aéreo y derecho de aeropuerto a un Presidente, por más que hayan creído que en el avión se transportaba clandestinamente a Snowden. 

Los españoles fueron los primeros en disculparse, tras los reclamos desde el Unasur, el Mercosur y la OEA, pero ahora Evo está pidiendo más que disculpas, sino que se castigue a los responsables de haber estado dando las órdenes o, como en el caso español, al embajador en Austria que quiso requisar el avión presidencial boliviano.

Más allá de los vaivenes de estos días, Evo sabe que si sigue denunciando la tropelía europea, denunciando al imperio y manteniéndose como víctima, tiene grandes chances de aumentar su capital político.

Difícilmente Evo deje escapar esta posibilidad. No le tembló la voz para decir que hasta considera cerrar la embajada estadounidense en su país, una medida que no parece ilógica si se considera que echó al embajador estadounidense años atrás, también a los agentes de la DEA (la agencia antidrogas estadounidense) y, recientemente, a los miembros de la USAID (la agencia de ayuda internacional estadounidense).

Evo seguirá sacando partido de la actitud energúmena de los europeos que le han ayudado a transformarse en víctima, a revitalizar un aparato de propaganda gubernamental que estaba bastante debilitado mediante un nacionalismo de patas cortas y a neutralizar una oposición que no tuvo otra opción que respaldar al “presidente perseguido”.


julio 17, 2013

Primeras damas y poder

Primeras damas hay para todos los gustos. Sin contar las que en América Latina son más que eso porque ocupan el primer puesto del país al haber sido elegidas como presidentas - tal los casos actuales de Cristina Kirchner, Laura Chinchilla y Dilma Rousseff - la mayoría de mujeres que ocupó el puesto al lado de su marido, casi siempre descolló por influir en los destinos del gobierno.
Incluso algunas ni siquiera fueron consortes pero sí influyentes, como las hijas del argentino Carlos Menem, Zulemita, y del peruano Alberto Fujimori, Keiko, quien luego terminó disputando en elecciones presidenciales sin mucha suerte.

Mucho se habla de la capacidad política y la influencia que ejerce Michelle Obama, en un país en que el puesto de primera dama está bien delimitado y donde su dominio no aplica al gobierno, sino solo a su marido y en algunos temas de agenda pública que debe liderar, como la cuestión de la obesidad y el ejercicio físico en las escuelas primarias.  Jackie Onassis tuvo otro perfil, así como Rosalynn Carter y  Nancy Reagan, pero jamás su influencia sobre el gobierno estuvo en entredicho. Y obviamente no se puede dejar de lado a Hillary Clinton, quien fuera atribulada por su marido durante su paso por la Casa Blanca, pero que luego descolló con luz propia como senadora y como ministra de relaciones exteriores del país, y ahora es posible candidata presidencial para el 2016.

Todo esto trae a colación a una de las primeras damas más influyentes de América Latina, Nadine Heredia, esposa del presidente peruano Ollanta Humala, a quien no se le atribuye solo el poder y dominio sobre su esposo, sino sobre el gobierno, lo que ha generado una polémica en creciente ebullición.

Nadine, de quien todos conocen sus quilates políticos por haber sido fundadora del partido que permitió ser presidente a Ollanta, ya ha dicho que no tiene aspiraciones presidenciales, pero suena a la misma excusa que por años tuvo Cristina Kirchner cada vez que a su esposo, Néstor Kircher, le resultaba difícil ocultar que muchas de sus decisiones tenían la voluntad y firma de la primera dama.

Sobre la primera dama peruana, a quien muchos califican de ser el poder detrás del trono, no hay muchas dudas. Este domingo pasado se conoció una escucha telefónica clandestina del ministro de Defensa de Perú, Pedro Cateriano, con un interlocutor no identificado donde claramente dijo que había recibido “luz verde” de Nadine para adoptar un par de decisiones respecto a la compra de materiales para destacamentos militares. Luego, si bien hubo disculpas de que Nadine solo había servido de correa de trasmisión entre el presidente y el ministro, no muchos compraron las justificaciones, sabiendo que es Nadine, a quien su marido le delega no solo opiniones, sino el mando.

Más allá de las explicaciones que pudieran darse, lo cierto es que Nadine tiene una personalidad avasalladora y mucha influencia sobre su esposo. Recuerdo que en una reunión de la SIP en Lima pocas semanas después de asumir, mientras el Presidente estaba contestando preguntas de los periodistas, no tenía disimulo en encontrar respuestas en los gestos de su esposa que él luego daba al público. La comunicación gestual y visual entre ellos era asombrosa.
Lo de Nadine va mucho más allá de su influencia y comunicación. Su papel siempre ha sobrepasado el asignado normalmente a las primeras damas. Sus viajes al exterior, sus gastos, su entorno, su presencia en los medios, también han sido parte de la controversia y, sobre todo, porque para muchos se trata de un abuso de privilegio utilizado para beneficio político y personal de cara a una posible elección futura.

En un país donde las últimas primeras damas han tenido fuerte influencia, como los casos de la esposa belga de Alejandro Toledo o la hija de Alberto Fujimori, los peruanos están tratando de limitar una función que ellos no han elegido en las urnas.

julio 13, 2013

Francisco: Avaricia, vanidad y lujuria

La humildad que practica y enseña el papa Francisco se está convirtiendo en una fuerza revolucionaria que pudiera liderar cambios a nivel mundial en contra de la corrupción y de los pecados capitales que se asocian con ella, como la avaricia, la vanidad y la lujuria.

Nadie hasta ahora había podido tirar “la primera piedra”, como sí lo puede hacer ahora el flamante Papa, gracias a su vida de pobreza franciscana y a la firmeza con que ha encarado la limpieza de una Iglesia que también se dejó impregnar por los pecados capitales.

Francisco acaba de firmar un decreto que agrava los delitos económicos y sexuales dentro del Estado del Vaticano, en una reforma al Código Penal interno para combatir la corrupción y la pederastia, imponiendo penas de hasta 12 años a crímenes que antes eran solo considerados violatorios de las “buenas costumbres”.

A poco de asumir, Francisco había dado muestras de su determinación pidiendo que se actúe con la justicia ordinaria en contra de los abusos sexuales y la corrupción. La semana pasada, Nunzio Scarano, un alto prelado de la Santa Sede, fue detenido por lavado de dinero, mientras la comisión de investigación sobre el banco del vaticano, desembocó en la salida de sus máximos responsables.

Pero el Papa no solo está limpiando la jerarquía eclesiástica, también promueve que se abrace la frugalidad y la humildad en sus predios como en las de los gobiernos del mundo entero. De ahí que no le tiemble la voz para criticar al “capitalismo salvaje”, la “dictadura de la economía” o la adoración del dinero, que desafiar a sus propios curas y monjas.

Su vida frugal y de renuncia a los lujos y comodidades del Vaticano son ejemplo de la dolorosa reforma cultural que está imponiendo en la curia toda. Nadie se salva de sus enseñanzas. Francisco sorprendió a los más de seis mil futuros seminaristas que le visitaron en el Vaticano, expresándoles el dolor que siente al ver a sacerdotes y monjas en “autos último modelo”, pidiéndoles un servicio desde la moderación, orientado hacia los pobres y con alegría, “sin cara de vinagreta”, valores que enseña desde el ejemplo de la Madre Teresa.

Su coherencia entre sus dichos y su práctica de vida - como aquel Gandhi mundano que hablaba de paz y practicaba la no violencia – le siguen ganando afectos y seguidores. La versión italiana de la revista Vanity Fair lo acaba de nombrar esta semana “personaje del año”, no solo por su firme decisión a reformar la Iglesia, sino también por rebelarse a la “globalización de la indiferencia”.

Aquella frase pronunciada ante los inmigrantes africanos en la isla de Lampedusa, su primer viaje fuera del Vaticano, le sirvió para realzar la insensibilidad social ante el sufrimiento y ante muchos pecados capitales que se corporizan e incentivan en la explotación humana y la criminalidad y corrupción rampantes.

Obra de la providencia o de la casualidad, lo cierto es que el mismo día que Vanity 
Fair destacaba a Francisco, la organización Transparencia Internacional divulgaba su informe anual sobre la  corrupción, en el que su país natal, sobresale como el más corrupto de América Latina.

La encuesta de Transparencia, Barómetro Global de la Corrupción 2013, muestra que el 72% de los argentinos considera que las irregularidades crecieron en el país, un índice superior al de México con 71% y al de Venezuela con 67%, las que se perciben principalmente en el entono del gobierno, en el congreso y las policías.

El nuevo liderazgo de Francisco, no está dado tanto por sus declaraciones sino por su ejemplo de vida y por cómo es percibido por la gente en su lucha contra los pecados capitales. La definición más acertada de Francisco la dio el cantante Elton John, quien tras la dedicación de Vanity Fair, lo describió como “un milagro de humildad, en la era de la vanidad”.

Difícil será que la fuerza vivencial y moral de Francisco pueda por sí sola ayudar a crear una nueva cultura anti corrupción. Pero el contagio de su enseñanza seguro que ayudará. La encuesta de Transparencia mostró que nueve de cada 10 encuestados, de un universo de 114 mil personas de 107 países, dijeron estar dispuestos a actuar en contra de la corrupción.

El liderazgo de Francisco se percibe como sustancial en esta tarea. 

julio 11, 2013

Alegría o felicidad para Brasil

La embriagante pero pasajera alegría por los tres golazos de la “verde amarela” a la “furia roja” en la final de la Copa Confederaciones, no disipó las protestas callejeras de los brasileños ni sus sueños por alcanzar una felicidad más duradera.

Si las autoridades esperaban que la victoria contra España amortiguara el impacto de las protestas, los brasileños redoblaron la apuesta y se multiplicaron en 353 ciudades esta semana, expresando sus reclamos por un mejor gobierno y mayor bienestar. Pareciera que ya no quieren que la alegría que exportan gracias al fútbol, la samba y el carnaval, sean los únicos productos de su identidad nacional o su marca registrada en el extranjero.

Las protestas invitan a todos los brasileños, gobernantes y gobernados, a una discusión más profunda de la que muestran las pancartas. Se trata de un debate sobre la alegría y la felicidad; entre la satisfacción y el placer personal, y aquellas virtudes, como la justicia y la igualdad, que hacen al bienestar de todos.  

Con motivo del 4 de julio, Día de la Independencia de EE.UU., la revista Time publicó un interesante artículo respecto a la interpretación de la “la persecución de la felicidad” uno de los tres derechos, que junto al de la vida y el de la libertad, se expresan como fundamentales en la Declaración de Independencia de 1776.

La búsqueda de la felicidad como la interpretaba el principal redactor de la Declaración, Thomas Jefferson, no se trataría solo de lograr un objetivo de dicha personal, sino más bien la obligación de la sociedad y del gobierno a buscar y alcanzar el bien común. Jefferson definía a la felicidad, el bien último del ser humano, desde la virtud y la buena conducta que pregonaba Aristóteles y desde la bondad y la justicia de Platón.

De esa manera, esa búsqueda del bien común - una tarea prioritaria que deben asumir el gobierno y los servidores públicos, quienes no pueden anteponer sus intereses políticos o partidarios por sobre los de la ciudadanía - es lo que permite a las personas alcanzar el bienestar y la dicha individual.

En Brasil, el espíritu de las protestas revela que la gente está harta de la demagogia, del “pan y circo”. El reclamo no es tanto por la mejora de los servicios públicos, sino una interpelación al gobierno sobre la impunidad, la falta de transparencia, la corrupción. Exigen igualdad para que todos puedan luchar por sus sueños y prosperidad.

Pese a algunos actos de violencia entre manifestantes y policías, se debe reconocer que el gobierno de Dilma Rousseff tuvo la prudencia para aceptar los reclamos y actuar en consecuencia. La ley anti corrupción y el plebiscito que permitirá una reforma política que aumentará la participación ciudadana en el proceso político y que haya transparencia en las finanzas de las campañas electorales, revelan humildad gubernamental.

También importante, es que el gobierno de Rousseff – a diferencia del kirchnerismo argentino y el chavismo venezolano - no atinó a contrarrestar las movilizaciones creando marchas paralelas ni  movilizando a las huestes del Partido de los Trabajadores.

Tal vez esa actitud comprensiva del gobierno, forzada en parte por el brusco declive de popularidad de Rousseff, haya sido incentivada por las palabras del papa Francisco, quien a pocos días de ir a Río de Janeiro para las Jornadas Mundiales de la Juventud, dijo que las reivindicaciones de los jóvenes por una mayor justicia no contradicen los Evangelios.

El gobierno sabe que el respaldo de Francisco no es demagógico, sino que se fundamenta en el método de trabajo de los obispos brasileños que siempre apoyaron a los pobres y los “sin tierra” a través de las comunidades de base,  activas en todo el país. Hoy, los obispos reivindicaron los gritos juveniles contra la “corrupción, la impunidad y la falta de transparencia de la gestión pública”, poniendo el acento en el derecho democrático a las manifestaciones “que debe ser siempre garantizado por el Estado”.

Pese a que la felicidad se identifica con aspectos de bienestar personal como acceso al dinero, salud, placer y alegría, las protestas brasileñas están demostrando esa otra dimensión de la felicidad, la del bien común, la cual tiene en la corrupción a su mayor antónimo. 

julio 10, 2013

Francisco, Argentina y corrupción

La revista Vanity Fair en su edición italiana elogió al papa Francisco y los destacó como el “Personaje del Año”, entre otras cosas, por su célebre frase sobre “la globalización de la indiferencia”, una frase que se ha atribuido a sí mismo como a toda la humanidad, por la falta de insensibilidad al sufrimiento de muchos ya sea por cuestiones de inmigración, criminalidad y por los estragos de la corrupción

El honor al flamante Papa también tiene que ver con las reformas internas de la jerarquía de la curia, con su firme disposición a limpiar a la Iglesia de su peor pecado, la pederastia, y por reformar el banco del Vaticano por los sonados casos de corrupción.

La criminalidad de la corrupción ha merecido pronunciamientos internos y constantes del Pontífice y, casualmente, Vanity Fair, lo destaca el mismo día que Transparencia Internacional reveló su informe anual en el que su país natal, Argentina, sobresale como el país más corrupto de América Latina.

La encuesta anual sobre la percepción de la corrupción a nivel mundial, Barómetro Global de la Corrupción 2013, muestra que el 72% de los argentinos considera que la corrupción en su país ha crecido, índice superior al de México, con 71%, y a Venezuela que se posiciona en tercer lugar con 67%.

En la mayoría de los países, la corrupción más rampante es atribuible a instituciones públicas, generalmente a los partidos políticos así como los Congresos y a las fuerzas policiales.

La fuerza de Francisco está dada por una reforma importante en la Iglesia de fondo y de formas. Su vida frugal y humildad han dejado boquiabiertos a propios y extraños, mientras que su continua autocrítica institucional se muestra como un latigazo para aquellos que habiendo hecho votos de pobreza nadan en la opulencia. De ahí su enojo con los curas y las monjas preocupados por sus “autos último modelo” y no por el servicio.

Este llamado a la anticorrupción interna, la que él practica todos los días con gestos de humildad, seguramente hará mella en todas las estructuras de la Iglesia Católica. Lo importante será que una vez que la nueva cultura anti corrupción y anti pecados capitales como la lujuria y la avaricia prenda en las estructuras eclesiásticas, pueda ser luego contagiada a todas las instituciones de la vida pública.

Falta ahora que Francisco sirva de ejemplo a otros líderes políticos y que alguien se aventure para hacer de esas reformas anti corrupción, una forma de vida y la pueda inculcar en la vida cotidiana de su país. Será así una de las mayores contribuciones a erradicar la corrupción, una de las violaciones más flagrantes a los derechos humanos.


julio 09, 2013

Incierto destino del internet

No es tan importante el destino que finalmente tendrá Edward Snowden – si logrará asilarse en algún país o EE.UU. lo podrá llevar ante la justicia – como el destino que tendrá el internet, así como la conocemos, experimentamos y disfrutamos.

Los riesgos para que el internet siga siendo libre y neutral son altísimos y es tal vez el tema al que menos consideración se la ha dado. Dilma Rousseff acaba de dar en el clavo después de que se supiera, por filtraciones de Snowden, que la Agencia Nacional de Seguridad y la CIA operaban en Brasilia un centro de recolección de datos que implicaba el espionaje de las redes de comunicación del gobierno brasileño y sus ciudadanos.

La reacción de Rousseff era previsible, así como la de muchos otros gobiernos que la pergeñaron en estos días. Brasil ya había intentado en el pasado que la gobernanza del internet mundial dejara de estar en manos de la agencia estadounidense ICANN, no gubernamental y sin fines de lucro, para que sea regida por un cuerpo de las Naciones Unidas.

Aunque aquella petición en apariencia tiene sentido común, el problema es que ese cuerpo termine siendo dominado por países autoritarios enemigos de la libertad en la web, así como por muchos años varios países violatorios de los derechos humanos, como Cuba y Libia, por ejemplo, estuvieron al frente de la Comisión de los Derechos Humanos.

No es casualidad que ahora, igual que desde hace una década cuando estábamos frente al proceso de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, los países que más lobby hicieron a favor de la regulación de la internet a través de la ONU, fueron China, Cuba, Rusia, Vietnam, Venezuela entre muchos otros países con gobiernos autoritarios que ven a la libertad en internet como una amenaza a sus aspiraciones de continuar en el poder.

Siempre fue EE.UU. el que lideró a otro importante grupo de países que quieren mantener el status quo en la web, es decir que continúe libre, neutral y sin ataduras, como una herramienta que hasta ahora ha probado que es fundamental para esparcir la libertad, la democracia y la igualdad de condiciones para el desarrollo en el mundo.


Lamentablemente, el caso de Snowden, o mejor dicho, el espionaje masivo que el gobierno estadounidense ha desplegado y que fue denunciado por el ex contratista, contradice todos los principios que EE.UU. venía manteniendo hasta ahora. La pérdida de confianza y credibilidad actual están minando el futuro del internet.

julio 06, 2013

Snowden, Latinoamérica y asilo

La inaudita reacción de países europeos, Italia, Francia, Portugal y España, de no permitir que el avión del presidente Evo Morales pudiera recalar en sus aeropuertos, muestra lo intrincado que se transformado el caso de Edward Snowden, el ex contratista estadounidense que reveló los sistemas de espionaje que mantiene la Agencia de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado estadounidenses.

Más allá de juzgar si las acciones de Snowden son malas o buenas, lo cierto es que la aparente presión ejercida por el gobierno estadounidense a esos países – previamente a las autoridades de Hong Kong y de Rusia - tiene experiencias similares con las que se ejercieron en el caso de Julian Assange tanto a nivel de gobiernos como de corporaciones.

Era evidente que los gobiernos del Unasur protestarían por el irrespeto hacia Morales y que estarían justificados con su perorata ideológica en contra de EE.UU. máxime cuando nadie cree que los gobiernos europeos tomaran sus decisiones con autonomía.
De antemano se sabía que Rafael Correa, quien dio asilo a Assange, sería el aliado natural de Snowden, aún si Snowden no le hubiera pedido el asilo. Todos esperaban su reacción favorable en teoría – como realmente sucedió – aunque su intenciones no pudieron materializarse en la práctica, ya que el ex contratista debería, al menos, estar en territorio ecuatoriano para tener derecho al asilo, la embajada ecuatoriana en Moscú. Se hubiera convertido en el país con dos asilados, pero inquilinos en sus territorios en el extranjero.

Era evidente que los países del ALBA saldrían a despacharse a favor de Snowden aún sin que este les solicitara una petición de asilo. Daniel Ortega se pronunció al respecto pero el ex contratista le solicitó a Nicaragua que lo acogiera, lo que evidencia que se trata de una genuina respuesta aunque todavía tendrían que analizarse los derechos y deberes ya que si bien el asilo es un derecho, también devenga deberes para el asilado.

El caso de Nicolás Maduro es diferente, declaró varias veces que Snowden no le pidió el asilo a Venezuela – tras su viaje a Moscú y posteriormente – sin embargo en una declaración grandilocuente durante los actos por el Día de la Independencia, se la ofreció públicamente como si Snowden fuera un trofeo de caza mayor. Por lo general, el asilo se pide, no se ofrece o si se lo ofrece, se lo hace de la manera más discreta posible.


Puede que Maduro haya acertado en hacer un paralelismo de la independencia histórica del país con la actual. Pero es evidente que en esa mezcolanza le comenzarán a llegar todo tipo de críticas, ya que – al igual que Correa – dice respetar y defender la libertad de expresión de Snowden, cuando se trata de un derecho del que no gozan gran parte de los venezolanos.

julio 05, 2013

Maduro: Una pregunta importante

¿Es Nicolás Maduro venezolano? No debería ser una pregunta muy importante a no ser que la Constitución de Venezuela manda que el Presidente debe ser venezolano, mientras que no permite la doble nacionalidad.

El debate sigue abierto en Venezuela ya que Maduro nunca mostró su partida de nacimiento, mientras que desde diferentes frentes del oficialismo ya se han dado tres lugares y parroquias equidistantes donde el actual presidente habría sido anotado. Por su parte, algunos diputados de la oposición, ciudadanos colombianos y el ex embajador panameño ante la OEA, Corchez – quien fue expulsado por el gobierno de Panamá en represalia por declarar la inconstitucionalidad de la Presidencia actual de Venezuela – siguen buscando pruebas de que Maduro nació en algún lugar de Colombia, cerca de Cúcuta de donde su madre sería originaria. Maduro niega que su madre haya nacido en Colombia.

Este episodio recuerda las dudas que en su momento tuvo que disipar Barack Obama quien fue forzado a mostrar su partida de nacimiento de Hawái.


Habrá que esperar que, documento en mano, Maduro presente su partida de nacimiento. Esta supuesta inconstitucionalidad no es la única  que aqueja la presidencia de Maduro, pero aunque parezca la menos seria, puede convertirse en su verdadero e irrefutable talón de Aquiles.

julio 03, 2013

Brasil, protestas y corrupción

El papa Francisco, pronto a tocar suelo amazónico para abrazar a los jóvenes del mundo, llegará a un nuevo Brasil. Un país donde la clase política no tuvo más opción que actuar enérgica y rápidamente en contra de la corrupción, ante la fuerza de unas protestas populares que amenazan con desbordarlo todo.
La polémica por el fútbol que exudan la Copa de las Confederaciones y el Mundial 2014, amplificaron el reclamo apremiante del pueblo y de las juventudes brasileñas auto convocadas por las redes sociales, para que se ponga coto a la podredumbre de la corrupción, el histórico ingrediente que ha condenado a Brasil a ser uno de los países más desiguales de la Tierra.
Para el papa Francisco, fanático del “jogo bonito” futbolero, pero también del “jogo limpo” de la vida diaria, la corrupción no es un pecado, sino el verdadero anticristo, el delito que no tiene perdón: “Pecadores sí, corruptos no”, es una de sus máximas, al considerar que la corrupción es el peor acto contra Dios, un crimen con agravantes para quienes se asumen como líderes y servidores públicos.
Feliz coincidencia, tal vez, o encaje perfecto; lo cierto es que el papa Francisco tendrá el contexto ideal para encontrarse con las juventudes del mundo, después de que esta semana, y tras varios años en que los proyectos de ley anti corrupción fueron pateados a uno y otro lado de los corredores del Congreso, el Senado brasilero aprobó una legislación recia contra “el crimen atroz” de la corrupción, tipificándolo de “crimen hediondo”.
Los corruptos, a quienes Francisco califica de “adoradores de sí mismos” porque solo piensan en ellos y “consideran que no necesitan de Dios”, serán castigados a penas de hasta 12 años y no tendrán derecho a amnistías, indultos y libertad condicional. La ley penaliza a los autores activos y también pasivos en el acto de corrupción, así acumulen riqueza mediante malversación, extorsión, evasión de impuestos o por irregularidades en la función pública.
Aunque las protestas se originaron en reacción al aumento de las tarifas del transporte público en Sao Paulo y Río de Janeiro, esparciéndose como epidemia por urbes y poblados, desembocaron luego en lo inevitable, en un pedido de acción en contra de una corrupción que asfixia y que carcome fondos para mejorar los servicios públicos en materia de salud, educación y seguridad.
El fútbol, esa disciplina que divide la pasión de Francisco entre los pasillos de la Capilla Sixtina y las gradas del Gasómetro de San Lorenzo en Buenos Aires, también incentivó la ira de las protestas brasileñas. Fue el ex atacante Romario, ahora diputado federal, quien prendió la mecha criticando los miles de millones gastados en estadios de lujo para el mundial y las olimpíadas, con los que se podrían fabricar escuelas, hospitales y viviendas.
Ni Romario ni otros políticos, incluida la presidente Dilma Rousseff, habían ponderado la explosión de la fuerza espontánea desatada por los jóvenes en Facebook y otras redes sociales. Todos fueron sorprendidos, especialmente porque Rousseff pensó que el “mensalao”, la expulsión de ministros del gabinete por corrupción, y la masiva emigración de pobres a la clase media, habían expiado los pecados de la clase política, y desmarcado a Brasil de muchos otros países latinoamericanos donde la corrupción también es vicio impune e invencible.
La sanción de la nueva ley, que se descuenta será aprobada por la Cámara de Diputados, seguramente no detendrá los reclamos. Pero la duración y eficiencia de las protestas dependerá del enfoque de los planteos; cuanto más concisos más efectivos. Pero si las copan los violentos y los anarquistas, aquellos que todo ven mal y a nadie bien, las protestas serán tan ineficientes y efímeras como la de los indignados de Wall Street.
Si el movimiento popular consigue sobrevivir enfocando sus objetivos, podría convertirse en un contrapeso de la clase política, forzándola a rendir cuentas y a implementar mecanismos que sirvan para extirpar la corrupción de las instituciones.
La clase política de Brasil tiene la chance de transformar esta crisis en una gran oportunidad. Una sólida cultura anti corrupción no solo mejorará su economía y democracia, sino también será un loable producto de exportación que le consolidará como líder mundial. 

julio 02, 2013

Felicidad antónimo de corrupción

La revista Time publicó una nota interesante sobre la felicidad y el 4 de julio, día de la Independencia de EE.UU., debido a que la “persecución de la felicidad”, es un principio inalienable del ser humano junto a los derechos a la vida y a la libertad, según están expresados en la Declaración de la Independencia de 1776.

La explicación está basada en que la felicidad no era un objetivo destinado al derecho individual, sino más bien la obligación del gobierno de buscar y alcanzar el bien común, un aspecto que Thomas Jefferson trae a colación desde la concepción que hacen de este valor los filósofos griegos, entre ellos Aristóteles.

El bien común, la persecución del bien para todos, en definitiva, es el valor general que permite a todas las personas alcanzar el potencial de la felicidad en forma individual. De ahí lo importante de la obligación y el deber de los gobernantes de entender que la función pública significa servicio público y que no pueden hacer prevalecer sus intereses personales ni políticos ni partidarios por sobre los de la ciudadanía.

La persecución de la felicidad también tiene otras interpretaciones, más personales, entre ellas, las que están identificadas con cuestiones laborales y al salario, a la salud, a las relaciones familiares, a la educación y a la salud.


Pero en los que respecta a la persecución de la felicidad, este valor está definido como antónimo de la corrupción.

junio 28, 2013

Manejar la conversación pública

Quien maneja o inicia la conversación o la agenda pública siempre demuestra cierta vocación de liderazgo, sin distinción de que sea bueno o malo. La agenda no siempre depende de los mismos actores, sino que está maniatado al contexto y a los temas.

Un ejemplo son las protestas en Brasil. Ese tema de conversación, la reivindicación de los más pobres, la lucha contra la corrupción y la exigencia por servicios públicos mejores y más eficientes, no fue un tema incentivado ni por la prensa ni por el gobierno. Ha sido impuesto por las protestas públicas que espontáneamente se auto convocaron por las redes sociales.

Edward Snowden al denunciar el sistema de espionaje del gobierno de EE.UU. en declaraciones a los diarios The Guardian y The Washington Post, fue el hacedor del tema y de la conversación, pero que luego retomaron el gobierno y la prensa mundial. Fue él, Snowden, el hacedor de su propio destino; mientras que Rafael Correa, el presidente ecuatoriano, ausente de ese tema por más declaraciones a favor de Snowden y en contra de EE.UU. que haya hecho, recién se posicionó como líder de la agenda cuando ayer, tomando la delantera, anunció que Ecuador renunciaba a los beneficios arancelarios de EE.UU. ante la posibilidad de que el gobierno de Barack Obama tome represalias económicas contra su país por la posible aprobación del asilo a Snowden.

Anti ayer fue la Corte Suprema de EE.UU. la que se impuso en la agenda con la aprobación de derechos a los matrimonios de personas del mismo sexo y ayer fue el Senado el que aprobó la reforma inmigratoria a favor de 12 millones de personas indocumentadas. En otros momentos, fue la prensa la que lideró la agenda con esos dos temas.

Es decir, en EE.UU. y en muchos países del mundo, la agenda no depende de un individuo o de un gobierno en forma continua, como por ejemplo de Barack Obama, sino de variados actores y de temas muy heterogéneos.

Digamos que la agenda es un termómetro tan variada como la sociedad y en esa heterogeneidad se consolida la idea de que una agenda plural y diversa siempre es sinónimo de mejor democracia.

Hay países donde los gobiernos siempre intentan dominar la agenda pública, con temas que no importan si son polémicos; su idea siempre es que se hable de la posición buena o mala del gobierno, sin importar el resultado. Ejemplos sobran, desde la Venezuela que emergió con Hugo Chávez o la Argentina de Cristina Kirchner.

El gobierno argentino tiene esa vocación y voluntad de hablar continuamente de sí mismo e imponerse como centro de atención. La Corte Suprema de Justicia rechazó la “reforma judicial” que el gobierno mantuvo en la agenda pública, pero apenas sucedió eso, los mecanismos de presión del gobierno no se hicieron esperar y de repente el tema de conversación es la represalia del aparato kirchnerista contra las obligaciones impositivas del presidente de la Corte.

Cristina prácticamente lanza todos los días un tema nuevo de conversación haciendo que la prensa, la oposición y el público en general tengan que ponerse a la defensiva. Ante la reacción de la sociedad, los personeros del gobierno aparecen con una sarta de agravios y descalificaciones para neutralizar a quienes intentan el disenso y de esa forma pasan a liderar la agenda.

Muchos alaban al periodista Jorge Lanata que evidentemente con sus investigaciones que despliega los domingos por la noche impone los temas en la agenda, como el caso de la corrupción que rodea a Cristina y su ex marido. La ventaja de Lanata, a comparación de otros periodistas, es que impone el mismo tipo de sarcasmo y cinismo, es decir la misma forma de hablar, que tiene el gobierno, y de ahí su éxito; además de, por supuesto, su contenido.

Estilo comparable que adoptó, por ejemplo, el opositor Henrique Capriles en Venezuela para contrarrestar a Nicolás Maduro y continuamente atacarlo con el mismo tipo de sarcasmos que Maduro y otros funcionarios del gobierno utilizan para degradar a la oposición.

Los gobiernos populistas actuales y antes los más autoritarios de América Latina, siempre estuvieron inclinados a dominar al agenda pública a como dé lugar.

El único antídoto que hay para ello es el reforzamiento de las instituciones democráticas, siendo, la más importante de todas la prensa independiente. Esta tiene la obligación de estar por arriba de los estándares que marcan los gobiernos populistas y mantener una conversación pública que esté regida por el descubrimiento de temas que solamente pueden emerger de la investigación y la responsabilidad de hacer un periodismo de altísima calidad.

junio 27, 2013

Las mayorías y el poder popular

No todo a lo que se adjetive de poder popular y de mayorías soberanas es democracia. Así quedó como conclusión del fallo de inconstitucionalidad que dictó la Corte Suprema de Justicia de Argentina sobre una ley promovida por Cristina Kirchner para que los jueces fueran elegidos por voto popular.
Rompiendo con las intenciones políticas del gobierno de reformar y “democratizar a la justicia”, la Corte fue tajante al sentenciar que la democracia exige un Poder Judicial independiente, educando que la Constitución es un documento que no da derechos al gobierno, sino que le impone deberes, que busca “equilibrar el poder, para limitarlo”.
El fallo explica que la pretendida elección popular de los miembros del Consejo de la Magistratura, el órgano que selecciona y destituye jueces – instaurado hace décadas para despolitizar el proceso de elección de jueces - implicaría que los jueces comprometerían sus valores extraordinarios, imparcialidad, independencia y apariencia de neutralidad, al tener que someterse a campañas electorales y competir en luchas partidarias.
La relevancia de la sentencia trasciende a la clase política argentina. Se impone como enseñanza para otros gobiernos populistas latinoamericanos que, bajo la excusa de la “democratización” y de la voluntad de las mayorías, han sometido y dominado a los poderes judiciales. En Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela los mismos procesos apuntaron a reformar a la justicia no para hacerla menos corrupta y corporativista o más rápida y eficiente como argumentaron, sino para someterla y convertirla en aliada política.
Es fácil advertir como en estos países, donde existe esa comodidad conveniente entre los poderes del Estado y donde muchas veces las mayorías son alcanzadas mediante un clientelismo que no escatima en subsidiar y comprar votos en las urnas o entre los curules de parlamentarios, las democracias son débiles e imperfectas.
El fallo de la Corte Suprema infiere, además, que la fuerza de las mayorías y el voto popular, así como también pueden ser las concentraciones masivas o las protestas legítimas de la ciudadanía, no son absolutas en una democracia. El sistema de participación e inclusión política, por el contrario, requiere de garantías y de un respeto inconmensurable para las minorías y las instituciones, las que no pueden ignorarse por la sola fuerza de las mayorías.
“No es posible que bajo la invocación de la defensa de la voluntad popular pueda propugnarse el desconocimiento del orden jurídico, puesto que nada contraria más los intereses del pueblo que la propia trasgresión constitucional”, sentenció la Corte. Especificó que la ley aprobada por la mayoría kirchnerista viola el artículo 114 de la Constitución, referente al equilibrio que el Consejo de la Magistratura debe tener entre sus 13 representantes, legisladores, jueces, abogados y académicos.
En una situación normal, este fallo sentaría un precedente extraordinario ante los avances del gobierno. Sin embargo, en la Argentina actual, nadie duda que el gobierno, mientras maneje las mayorías electorales y parlamentarias, perseverará en su arrogancia para alcanzar sus fines. Se trata de un estilo muy similar al utilizado por Hugo Chávez y Rafael Correa cuando emprendieron sus luchas contra la justicia, la prensa independiente y a favor de la eternización en el poder, sobre la base de decretos, leyes, referendos populares y reformas constitucionales.
Tal vez, la única ventana que dejó la Corte – “los poderes son limitados; si se quiere modificar eso, hay que modificar la Constitución” – sea el camino que buscará el gobierno para que el sometimiento de la justicia a los designios de las mayorías políticas y populares, tenga apariencias de legalidad.
El kirchnerismo ya formó el avispero y se espera el contrataque. Los funcionarios atacan a la justicia por actuar de “espaldas al pueblo” y Cristina defiende ahora el debate público sobre el tema, actitud que no tuvo antes de que se aprobara la ley entre gallos y medianoche, cuando la oposición, académicos y organizaciones de la sociedad civil lo exigían.
El fallo judicial estableció los límites del gobierno. Infirió que el halago constante de las mayorías, del voto popular, a expensas de la independencia de poderes, no construye democracia.

junio 25, 2013

De Julian Assange a Edward Snowden

Lo único común entre Julian Assange y Edward Snowden es que están bajo el paraguas del gobierno de Ecuador en casos de asilo, el primero habiéndolo conseguido y el segundo siendo considerado, pese a que Assange haya aparecido como el vocero del ex contratista de la Agencia Nacional de Seguridad de EE.UU.

Sus casos no se parecen aunque ambos hayan argumentado que temen por su vida y de no tener un juicio justo en EE.UU. Más allá de la actividad en Wikileaks, los cargos contra Assange tienen que ver con la justicia de Suecia por violación de dos mujeres durante una estadía fugaz en ese país. Las conjeturas que él hace, respecto a que se trata de una treta de Suecia para que Inglaterra lo extradite y que luego será extraditado a EE.UU. donde lo espera una posible condena a muerte, es simplemente un excusa para evadir la justicia.

Por los casos de Snowden y Assange, así como del soldado Bradley Manning quien filtró los 700 mil documentos diplomáticos de su gobierno a Wikiliaks, el gobierno está en su derecho, pero además en su deber legal, de procesar judicialmente a quienes considera que han violado las normas estrictas sobre seguridad nacional. Que estas personas sean o no traidores como varios políticos los han calificado, son simplemente opiniones que a la hora de los juicios los magistrados tendrán que evaluar.

Desde el punto de vista del gobierno el caso de Assange debería ser más peligroso en temas de seguridad nacional porque reveló contenido. El de Snowden fue una denuncia respecto a que el gobierno usa un sistema para espiar a los ciudadanos, especialmente extranjeros a través del internet y en comunicaciones digitales.

Desde la perspectiva de los ciudadanos lo que reveló Snowden es más peligroso por cuanto se habla de la vulnerabilidad de todos los que navegamos internet ante sistemas de espionaje del gobierno, poniéndonos a todos en la misma bolsa de sospechosos y sin siquiera saberlo. El problema es de transparencia en las acciones del gobierno. Sobre este tema comparto mi columna de la semana pasada, la que titulé: ¿Seguridad, privacidad o transparencia?

“El nuevo escándalo que explotó en las manos de Barack Obama por la revelación de programas para espiar comunicaciones telefónicas y por internet, no debería conducir a un debate nacional sobre seguridad vs. privacidad como el Presidente propone.

Más bien, las prácticas de vigilancia secreta que realiza la Agencia Nacional de Seguridad y el FBI a usuarios extranjeros de Verizon y otras telefónicas, y de compañías digitales como Google, Facebook, YouTube, Yahoo, Microsoft, Apple y Skype, indican que la discusión debería enfocarse en la cultura del secreto que mantiene el gobierno y en cómo está minando la credibilidad de un internet abierto y sin restricciones, su mejor aliado para promover libertad y democracia en el mundo.

Obama está en lo cierto cuando dice que no se puede tener 100% de privacidad y seguridad al mismo tiempo mientras el Estado trata de neutralizar ataques terroristas. Todos somos conscientes que por los chequeos en los aeropuertos y por la publicidad personalizada a la que estamos expuestos después de navegar internet, todo ha cambiado tras Setiembre 11 y desde que la comunicación se ha híper digitalizado.

Pero lo que se debe cuestionar no es la legalidad de la vigilancia que está asegurada por la Ley Patriótica para perseguir actos terroristas, sino la secrecía empleada. Lo tenebroso es que esos programas se ejecutan de espaldas a la mayoría de los congresistas y de todos los ciudadanos, y sin conocimiento de las empresas de internet que aseguraron desconocerlos y que solo – dicen -  se someten ante órdenes judiciales.
Que la vigilancia esté destinada solo para extranjeros no es justificación. Muchos actos violentos en EE.UU. fueron cometidos por estadounidenses o nacionalizados. Tampoco es lo mismo vigilar a un extranjero que se comunica con alguien de Al Qaeda, que escudriñar a cualquier francés o español usuario de Facebook, cuando la Unión Europea exige – a modo de reciprocidad - que los datos personales de ciudadanos europeos deben quedar excluidos de las fuerzas de seguridad estadounidenses “salvo en situaciones concretas, excepcionales y revisables judicialmente”.

Lo que realmente está en juego es la credibilidad del gobierno en materia de transparencia, algo que el presidente Obama prometió desde el inicio de su Presidencia. Instalar ahora un debate sobre seguridad y privacidad es desviar la atención, en especial cuando las preferencias del público son fáciles de detectar mediante encuestas, cuyos resultados varían según la cercanía de tiempo con un acto terrorista. La gente concedió perder privacidad ante mayor seguridad, después de Setiembre 11 o del reciente atentado en la maratón de Boston.    

Obama debe revisar sus políticas de vigilancia sobre el internet, ya que no puede estar escribiendo con la mano lo que borra con el codo. Lo contradictorio, es que Obama fue quien ayudó al desarrollo impetuoso de la industria digital, instaló al internet como la panacea para el comercio y el desarrollo internacional, y es quien promociona que las redes sociales sean instrumentos para empoderar cambios democráticos como el de la Primavera Árabe y despotrica contra todo gobierno autoritario que restringe su uso.

Además, lo malo de estas políticas de espionaje es que ofrecen artillería pesada a otros países como China, Irán o Cuba que siempre critican que EE.UU. quiera mantener el control mundial sobre el tráfico de internet, prefiriendo que esa autoridad la ejerza un cuerpo colegiado de las Naciones Unidas, lo que daría pocas garantías de que la red siga siendo libre e irrestricta.

Es lógico que el gobierno debe mantener sigilo para detectar terroristas, pero bien podría hacerlo en forma transparente, explicar sus políticas de vigilancia para que los usuarios de Facebook, Google o Skype sepan a qué atenerse o en qué plataformas pueden sentirse más libres o que no sean tratados como sospechosos.


Más que un debate ciudadano sobre seguridad y privacidad, lo que se requiere es una amplia discusión en el Congreso sobre el costo político, comercial y de credibilidad por mantener una vetusta cultura del secreto. Aunque disguste a muchos, tal vez el delator Edward Snowden, haya ayudado para que el Congreso se enfoque en legislar a favor de la transparencia gubernamental”. 

A Nobel for Infantino

The Nobel Prize Committee has decided that Gianni Infantino will receive the next Nobel Peace Prize because—apparently—soccer is synonymous ...