julio 10, 2009

¿Por qué no te callas?

Se había mantenido en un sorpresivo silencio mientras las partes se habían decidido por buscar la mediación de Oscar Arias, ante la sugerencia Hillary Clinton y el gobierno de Estados Unidos.

Pero fiel a su carácter irreverente y a llamar la atención, lejos de querer una solución en el conflicto hondureño, sino a intervenir en asuntos que no le competen – mejor dicho que no debieran competerle – Hugo Chávez salió nuevamente hoy para tirar estiércol para todos lados y hablar de un diálogo que ya está sepultado.
En realidad, cuan necesario sería tener a mano para este tipo de circunstancias al Rey Juan Carlos I con su “¿por qué no te callas?”

Chávez rompió su silencio para acusar a medio mundo de por qué no se aprovechó el viaje de Roberto Micheletti para apresarlo por traición a la patria y golpista, algo que Daniel Ortega ya había sugerido, y calificó prácticamente de indeseable a Hillary Clitnon a quien acusa de haber buscado un diálogo sin el consentimiento de Barack Obama.

Es que piensa – y se da cuenta – que mientras duran las negociaciones – en realidad muy empantanadas – las nuevas autoridades de Honduras van ganando tiempo para llegar a las elecciones de noviembre sin la posibilidad de que Manuel Zelaya sea restituido. El tiempo juega en contra.

¿Pero por qué será su interés para que Zelaya vuelva al poder? ¿Democracia? Nadie el cree a Chávez ese cuento.

julio 09, 2009

De Michael Jackson a Cristiano Ronaldo

Como muchos, no pude seguir en vivo el funeral de Michael Jackson en el Staples Center, pero estuvo pendiente del horario y de los twitts en el celular. Por la noche devoré noticieros y especiales que resaltaron hasta el cansancio los detalles e información sobre que Jackson de muerto, como en vida, está batiendo todos los récords, de audiencia, de permanencia en las redes sociales, de venta de discos.

Mientras miraba los noticieros, todavía me quedaban imágenes grabadas en la cabeza de la noche anterior en que el mejor jugador de fútbol del mundo del 2008, Cristiano Ronaldo, se presentó en el estadio desbordante del Real Madrid con más de 80 mil personas que fueron a darle la bienvenida, no a verlo jugar. También un dato curioso como increíble, batiendo otro récord, el de Diego Maradona cuando fue recibido de igual forma en el estadio del Nápoli, en su época dorada.

Ambos acontecimientos muestran las fascinación que tenemos los humanos por cosas que si las miramos en perspectiva, no son importantes, aunque sí son apasionantes. Cursilerías en realidad, que despiertan nuestra fascinación y curiosidad y expectativas, ya que se trata de gente de ensueño que tangencialmente puede tocar nuestra vida, porque nos gusta la música y el fútbol; pero por lo demás… Gente que mueven nuestros corazones, pero no nuestras mentes; nos despiertan sentimientos, pero no razonamientos.

Ante cada acontecimiento de este tipo, en que nos fanatizamos por la vida y obra de los famosos, recuerdo siempre una de las conferencias más profundas que escuché, la de Mario Vargas Llosa en Madrid, durante la asamblea general de la SIP de octubre de 2008: “La civilización del Espectáculo”.

Para quienes no la han leído todavía, les sugiero que la “googleen”. Estas son algunas de sus frases:

“Qué quiero decir con civilización del espectáculo: la de un mundo en el que el primer lugar en la tabla de valores vigente lo ocupa el entretenimiento, donde paliar el aburrimiento es la pasión universal. De este modo, sistemático y a la vez insensible, no aburrirse, evitar lo que perturba, preocupa y angustia, pasó a ser para sectores sociales cada vez más amplios de la cúspide y base de la pirámide social un mandato generacional, eso que Ortega y Gasset llamaba el espíritu sabroso, regalón y frívolo al que todos, sabiéndolo o no, rendimos pleitesía.

Cuando una cultura ha relegado al desván de las cosas pasadas de moda el ejercicio de pensar y sustituido las ideas por las imágenes, los libros son rechazados por las técnicas publicitarias.

Hay una exaltación de la música. Los cantantes de moda congregan multitudes y desbordan todos los escenarios en conciertos que son como fiestas paganas. He forzado comparar estas celebraciones con las grandes festividades populares de índole religiosa de antaño. En el sesgo generacional de esta época, han reemplazado a la liturgia y los catecismos, voces e instrumentos enardecidos donde el individuo se desmasa en la inconsciencia.

No excluyo la posibilidad de que actores de cine y cantantes de rock o de rap puedan hacer estimables sugerencias en el campo de las ideas, pero el protagonismo político que gozan es exagerado”.

Si en algo, creo que Vargas Llosa se debe haber inspirado en el tango Cambalache para esta formidable conferencia.

julio 07, 2009

Difícil mediación: ¿democracia o gobernabilidad?

El presidente Oscar Arias de Costa Rica tiene una difícil tarea a partir de este jueves. Debe mediar entre dos posiciones que hasta hoy parecen irreconciliables. Roberto Micheletti dijo que negociar no implica restituir a la presidencia a Manuel Zelaya, mientras que éste último dijo que su condición es ser restituido.

Hasta ahora el escenario parece irreconciliable. Dos preguntas quedan en el aire:
En el caso de que Zelaya retorne al país: ¿Cómo podría Zelaya gobernar nuevamente por un par de meses su país sin el apoyo de los otros dos poderes públicos, los que le han retirado su lealtad por haber violado la Constitución, además de la contra de los militares y de los obispos?

En el caso de que Micheletti siga en el poder: ¿Cómo puede un gobierno de facto sostenerse, y hasta cuándo, con tanta presión internacional y con los grifos de ayuda financiera y económica cerrados, siendo uno de los países más pobres del continente americano?

El problema de Honduras ya no es una cuestión de si fue golpe de Estado o una transición democracia; la discusión quedó atrás y así se juzgue una u otra cosa, el hecho es que la realidad dista de ser un problema de democracia – eso en realidad se resolverá con las elecciones de noviembre o anticipándolas – sino que el problema más grave es de gobernabilidad.

Siga quien siguiere en el poder, gane quien ganare las elecciones, lo cierto es que uno u otro sector, tendrá que gobernar con el otro, que ya no es la oposición, sino el enemigo.

Por eso creo que Arias, un demócrata muy inteligente que no ha ganado por casualidad el Premio Nobel de la Paz, tratará de mediar y buscar una salida a largo plazo, no quedándose en el presente cercano, época que terminará engrosando el anecdotario latinoamericano de esas “venas abiertas” infligidas por nosotros mismos. Arias habló muy bien de ellas en la Cumbre de Trinidad y Tobago. Solo falta “googlear” por ellas, para leer el mejor discurso de la Cumbre.

julio 06, 2009

Para su suerte, la OEA tiene a Insulza

Para todos, desde quienes defienden a las nuevas como a las viejas autoridades de Honduras, ya hay pocas dudas sobre el despreciable papel que José Miguel Insulza está haciendo desde hace rato en frente de la OEA, al menos por los mails y noticias que circulan en los medios de comunicación y en el internet.

Por suerte para la OEA, el desprestigio se le está acreditando directamente a su secretario general, a quien se le acusa de estar manejado como un títere por Hugo Chávez, quien de pronto ha sentido un interés inconmensurable por el papel de la organización para sacar a los golpistas del poder y reinstaurar la democracia en el país. Un interés, claro está, que Chávez jamás lo tuvo y que no lo tiene ya que ha desconocido siempre los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y las decisiones de la Comisión, ambos organismos pertenecientes a la OEA.

Como buena marioneta de Chávez, Insulza sacó de la galera meses atrás argumentos innecesarios para atraer a la OEA al régimen totalitario de 50 años de La Habana, haciendo lobby a expensas de Chávez ante otros gobiernos, sin pedir nada a cambio, excepto la necesidad de inclusión. De repente, gracias a Insulza, la agenda interamericana se vio colmada por las discusiones en torno al régimen de los hermanos Castro, por lo que las reuniones de Trinidad y Tobago y de San Pedro Sula tuvieron como discusión un problema ideológico-propagandístico como el de Cuba, habiendo temas tan importantes para los ciudadanos como la inseguridad, la salud, la educación y la pobreza, aspectos que quedaron rezagados. La política, las urgencias de algunos, como siempre, relegaron a un segundo plano lo importante, el bien común.

Mientras Insulza se creía que podía jugar a la democracia con Honduras, un tema muy fácil para argumentar debido a que hubo militares involucrados en la expulsión de Zelaya, nunca se imagino que le pasarían la factura por un tema al que nunca le prestó verdadera atención, como es la indefensión de la oposición de Venezuela, país al que mira con desdén después de que el propio Chávez lo intimidó calificándolo de “pendejo” y luego lo tentó abriéndolo la posibilidad de tener muchos países alienados para votar por su reelección al frente del organismo.

Un cable de la agencia EFE de esta tarde, dio cuenta de una conferencia de prensa de la oposición venezolana desafiando a Insulza. ''Señor secretario general de la OEA: no se haga el tonto que nosotros sabemos que usted sabe lo que está ocurriendo en Venezuela; tenga vergüenza y no se convierta en un altavoz del tirano (Chávez) que despotiza a Venezuela'', dijo Henry Ramos Allup, de la socialdemócrata Acción Democrática, como portavoz de 11 partidos miembros de la Mesa de la Unidad Democrática, frente al edificio de la OEA en Caracas, en cuyo interior, el alcalde metropolitano, Antonio Ledezma, cumple una huelga de hambre en protesta por la usurpación de poder de parte de Chávez.

Los trapitos al sol que se están mostrando sobre Insulza, seguramente serán sus piedras en el camino para su reelección. Le será difícil revertir una imagen negativa en franco crecimiento.

Para la OEA, Insulza está expiando sus pecados y de esa forma no expone aún más su prestigio, el cual está, dicho sea de paso, bastante por el suelo.

A la espera del diálogo

En la conferencia de prensa en El Salvador de esta noche, donde estuvieron presente Mauricio Funes, Manuel Zelaya, Fernando Lugo y Rafael Correa, además de Miguel D’Escoto de la ONU y José Miguel Insulza de la OEA, se reiteraron muchas de las declaraciones de estos días sobre condenar el golpe de Estado y buscar la restitución del presidente Zelaya; aunque primó la idea de abrir un espacio de diálogo, algo que no estaba en la mesa de negociaciones hasta entonces.

No hubo avances sobre cómo se buscarán esos términos o la solución a la crisis, pero lo importante es que de uno y otro lado, todo el mundo ya está proponiendo el diálogo como forma de solucionar la crisis. Roberto Micheletti dijo hoy que estaba dispuesto al diálogo con la OEA, y se espera que la voluntad dentro de la OEA será que se deje de lado la Carta Democrática – que no es aplicada con la misma vara – y haya una mesa de negociación y diálogo con un Presidente al que no reconocen, y que estaría dispuesto a adelantar las elecciones.

De esta noche me quedo con las declaraciones de Cristina de Kirchner en la conferencia desde El Salvador. Dijo que ella está comprometida de seguir participando en los viajes y movimientos en busca de que se respeten y promuevan la democracia y los derechos humanos. Ante tal declaración, uno no puede dejar de preguntarse ¿por qué viajó a la Habana (como los demás presidentes en esta conferencia) a principios de año y no pidió por esos dos valores que dice defender a capa y espada?

Zelaya pidió que no repriman al pueblo consiguiendo los aplausos de sus colegas por las muertes que se produjeron en las escaramuzas de hoy en Honduras, donde no pudo aterrizar.

Esta semana se verá si el espíritu democrático prima en América Latina y uno de sus valores más importante será respetado: el diálogo.

julio 04, 2009

Honduras: hora de verdades

Este domingo es hora de verdades. Manuel Zelaya amenaza volver a Honduras y hacerlo con varios mandatarios amigos. La Iglesia Católica le exhorta que no lo haga para evitar violencia. El nuevo gobierno expresó que lo apresará y juzgará. Mientras tanto, los militares dijeron que apoyarán a la policía para que lo detengan.

Mientras hoy la asamblea general de la OEA recibía el informe negativo de José Miguel Insulza de que Honduras no daría marcha atrás, y pidiendo su separación de la entidad aplicando una Carta Democrática que jamás se utilizó para condenar a los demás regímenes antidemocráticos de las Américas, miles de hondureños se arrojaron a las calles para expresar su desprecio por Zelaya y apego a Roberto Micheletti; acciones de apoyo que no pueden dejarse de tener en cuenta como parte de la voluntad de un pueblo.

Es probable que la OEA tenga que extender plazos si quiere resolver el conflicto, de lo contrario el regreso intempestivo de Zelaya - como lo hizo cuando se apoderó de las urnas en un cuartel general después de que el Poder Judicial no lo autorizaba a desplegarlas – puede generar mayores consecuencias.

El conflicto hondureño es confuso porque sostiene, con la misma convicción, dos verdades diametralmente opuestas: Golpe de Estado y sucesión constitucional. Gran parte de la comunidad internacional, anota que la destitución y expulsión de Mel Zelaya mediante fuerza militar no tiene otra lectura que un golpe de Estado. En cambio, para una mayoría de hondureños, incluyendo a la Justicia y al Congreso, su verdad es que se trató de una transición democrática, obligada por los atropellos de un presidente que se había elevado por arriba de la Constitución y la justicia.

Vivimos en un mundo muy polarizado, donde es difícil aferrarse a verdades absolutas; y las contradicciones están a flor de piel. La OEA, por ejemplo, rechaza el golpe en Honduras pero flirtea a un régimen totalitarista de medio siglo como el cubano; Hugo Chávez reclama a los hondureños someterse a la resolución de la OEA pero desconoce en su país los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos; mientras Raúl Castro y Daniel Ortega hacen gala de cinismo al exigir la Carta Democrática.

La forma en que las nuevas autoridades hondureñas procedieron está en entredicho, pero muchos comprenden su verdad de fondo. Trataron de prevenir el modelo “chavista” que Zelaya estaba adoptando para perpetuarse en el poder, y evitar las consecuencias antidemocráticas que experimenta Venezuela, donde todo está sometido a la voluntad única del líder. Sin este ingrediente invasivo, no se podría entender lo que gritan los hondureños en las calles. No es casualidad que Chávez haya amenazado con usar la fuerza militar para derrocar al nuevo presidente Roberto Micheletti y liderado un movimiento sarcásticamente democrático dentro de la OEA, de países con signos autoritarios como Cuba, Ecuador, Nicaragua y Bolivia.

A pesar de que cada sector tenga sus razones o verdades, y que las organizaciones intergubernamentales hayan establecido límites, enviando así un mensaje a otros países para evitar imitaciones; es importante que utilicen la misma vara para medir, ya que si bien se quejan contra Honduras, también debería ser poco tolerantes con aquellos gobiernos, que disfrazados por procesos electorales, se la pasan dando “golpecitos” con total impunidad

Argentina no previno la fiebre procina

Las elecciones legislativas del domingo pasado en Argentina, y la plena y prolongada campaña electoral que les antecedió, fue el tapabocas y el tapaojos que impidió al público y a los medios observar el desastre gubernamental en torno a la epidemia de fiebre porcina.
El gobierno argentino, más ensimismado y preocupado por los resultados del domingo, trató al tema de la fiebre porcina con la misma indiferencia y escepticismo que trató al dengue en los meses pasados.
Con más de 50 muertos ahora y miles de contagiados, la epidemia de la fiebre AH1N1 parece ser un problema difícil de controlar, ya que no se han activado los mecanismos de prevención a tiempo. Ahora ya es tarde y lo que se avecina no es el control de la epidemia, sino curar una enfermedad.
Argentina está adoptando recién ahora en la etapa de la enfermedad, lo que México adoptó en la etapa preventiva, cuando por primera vez, el gobierno azteca salió el 23 de abril a la noche a contarle al mundo que se había detectado un brote y de inmediato declaró que a partir del día siguiente, el viernes, todos los eventos masivos eran suspendidos.
Cuando México adoptó todas las medidas ese fin de semana, muchas de las cuales fueron vistas como exageradas, todavía no había habido ninguna muerte. Sin embargo, asumió el costo político, y tuvo que soportar, días después, que algunos países, como Cuba y Argentina, entre otros, cerraran sus fronteras a los mexicanos a pesar de las recomendaciones en contrario por parte de la Organización Mundial de la Salud. De hecho, en aquella época, el embajador argentino en México debió disculparse.
Pero a contrapelo de la política preventiva mexicana, Argentina adopta recientemente las medidas preventivas, luego de decenas de muertos y miles de afectados. Es también una medida de cálculo político, en este caso de error político. Las elecciones obnubilaron al gobierno, a los medios y a la población, mientras que la ineficiente actuación de las autoridades sanitarias traerá consecuencias nefastas a la salud pública.

La ciberguerra

Olvídese de la amenaza nuclear de Corea del Norte, de los campos de batalla convencionales al estilo Irak o Afganistán, o de la futurística y obsoleta guerra de las galaxias como la concebía Ronald Reagan. La próxima gran guerra se librará entre computadoras; y es probable que ya haya comenzado.
Las computadoras nos han arrojado a un campo de batalla virtual, sin camuflaje y donde la Convención de Ginebra no tiene sentido ni alcance. El internet es un arma poderosa, pero también invasiva. Las nuevas tecnologías nos trajeron avances descomunales, pero también nos han hecho más vulnerables, poniendo en riesgo nuestra privacidad. De repente, podemos ser víctima de una ciberguerra en la que el botín más preciado son los datos y mensajes personales; donde un AK 47 es un arma ineficiente y ni se compara a los virus y gusanos informáticos capaces de penetrar sistemas de seguridad militar, espiar secretos industriales, suspender operaciones bancarias, cortar el suministro de electricidad o paralizar el tráfico aéreo.
La preocupación de los gobiernos por la ciberseguridad es proporcionalmente creciente al avance tecnológico. El Pentágono estadounidense anunció esta semana un plan cibernético para proteger la seguridad nacional y librar la guerra on-line contra más de 4.000 grupos terroristas en el internet, y que junto a hackers internacionales, son responsables de los 32.000 ciberataques a diario que tratan de violar los sistemas informáticos; algunos con éxito, como el que en marzo sustrajo información secreta sobre los nuevos cazabombarderos F35.
El ciberdelito, que mueve más de 100 mil millones de dólares anuales, puso a Barack Obama a la defensiva, creando la oficina de un ciberzar, cuya tarea será blindar las redes informáticas públicas y privadas que sustentan “la prosperidad económica de EE.UU.”, y así proteger al país de los ciberataques, que han costado más de 8.000 millones en los últimos dos años.
Todos los gobiernos están adoptando medidas similares. Esta semana, Gran Bretaña divulgó sus planes para reforzar su ciberseguridad y proteger la información militar, industrial y empresarial ante ataques de grupos terroristas como Al Qaeda y otras mafias de Rusia y China, que intentaron recientemente penetrar sus redes eléctricas y de telecomunicaciones.
España, donde el cibercrimen en el 2008 aumentó un 570% respecto al año anterior debido al robo y secuestro de información industrial y financiera, propuso dentro de la Comunidad Europea emular la figura del ciberzar de Obama, erigiendo un Plan Estratégico de Seguridad Nacional, que serviría para bloquear ataques cibernéticos como los que Rusia lanzó cuando invadió a Georgia o el constante espionaje que practica contra empresas alemanas.
Los ciberataques son cada vez más poderosos y sistemáticos. Al ejército chino, experto en reclutar a los mejores hackers, se le achacó en marzo haber infiltrado computadoras, robado documentos clasificados en 103 países, espiado en computadoras de la OTAN, bancos, medios y entrometerse en la del líder espiritual de los tibetanos, el Dalai Lama.
Si bien es comprensible la sensibilidad de gobiernos y militares por crear sistemas defensivos contra el ciberespionaje y el ciberterrorismo, es también preocupante que bajo esa excusa, se puedan cometer abusos en contra de los derechos individuales.
Mientras los empresarios y entidades privadas se concentran en resolver asuntos complejos en torno a la privacidad, los delitos al honor y los derechos de autor en la nueva jurisprudencia internacional cibernética; los gobiernos aprovechan y buscan reformas legales que permitan a los militares y a la justicia tener mayor acceso a los mensajes personales on-line para realizar registros equivalentes a los exámenes físicos que practican las aduanas en los aeropuertos.
Si bien la posición de Obama y de otros gobiernos sobre la ciberseguridad está aceptándose cada vez más, se corre el riesgo de que las teorías de seguridad nacional irrumpan nuevamente, creando más divisiones y mayores conflictos.
Sin dudas, la seguridad cibernética es un reto para la comunidad internacional, pero algunos expertos consideran que los modelos de cooperación internacional como el manejo de la salud pública que hace la Organización Mundial de la Salud, pudieran ser esquemas más apropiados para defenderse en forma concertada en contra de epidemias y pandemias informáticas, sin necesidad de practicar políticas abusivas y tan invasivas.

Honduras dice no a Chávez

El presidente venezolano está muy incómodo. A él (así como a la mayoría de los hondureños) no le importa la suerte de Mel Zelaya, esa es la cortina de humo, lo que le incomoda es saber que lo están rechazando a él y a su revolución. No es para menos. José Miguel Insulza no logró en sus reuniones en Tegucigalpa que las autoridades hondureñas decidan restituir a Mel Zelaya, según lo establece la resolución de la OEA, siendo el primer traspié internacional que Hugo Chávez sufre en su derrotero por expandir la revolución bolivariana a fuerza de billetera y petrodólares.

Más allá de la interpretación de los hechos y de los principios en juego, respecto a si la destitución de Zelaya fue un golpe o una transición democrática, lo cierto es que la crisis desenmascaró el problema real: la mayoría de los hondureños rechaza vivir en un país con un modelo chavista de gobierno.

Esta, es en realidad, la primera derrota internacional de Chávez. A nivel nacional, Chávez solo perdió en diciembre de 2007 de un total de 18 procesos electorales en 10 años, muchos de ellos forzados y con sospechas de fraude. Incluso Chávez se las ingenió para “matar” políticamente a quienes le ganaron algunas elecciones, por eso el alcalde Caracas, está ahora haciendo una huelga de hambre para que le restituyan sus poderes, y el gobernador del Zulia, está exiliado en Perú, perseguido como tantos otros disidentes.

Chávez ganó elecciones, pero ha destruido a los poderes públicos, ha desbandado a los sindicatos, intimidado a los partidos políticos, comprado a las Fuerzas Armadas, luchado contra la Iglesia, perseguido a medios y periodistas. En Venezuela nada se mueve si no es a su voluntad, claro está, todo dentro de un marco legal y jurídico creado a medida por dos poderes totalmente adictos. Una democracia sin contrapesos ni pluralidad y diversidad, no es democracia.

Chávez estuvo pataleando todos estos días, incluso en conjunto con Rafael Correa, Daniel Ortega, Evo Morales y Raúl Castro, quienes con el sarcasmo y el cinismo que les caracteriza, pidieron a la OEA restablecer la democracia en Honduras, la que ellos no practican en sus casas. Es más, hablaron de la Carta Democrática, la que utilizan como papel higiénico y Chávez, con total desparpajo, pide que en Honduras se cumpla con la resolución de la OEA que le daba 72 horas, mientras en su país jamás ha cumplido con los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y con las decisiones de la Comisión, ambos organismos pertenecientes a la OEA.

La conveniencia política es mucha, por eso se entiende cómo estos países que en las reuniones de Trinidad y Tobago y de San Pedro Sula despotricaron y descalificaron a la OEA, sean ahora quienes se llenen la boca clamando por democracia.

Chávez está muy incómodo porque en Honduras se vio la primera y concreta medida en contra de la propagación de su revolución. Hasta ahora venía sorteando escollos, como la oposición que tuvo Zelaya de la dirigencia opositora y de los medios de comunicación cuando decidió ingresar al ALBA. Ya en aquella oportunidad, Chávez, quien se autoproclama no intervencionista en los asuntos de otros estados, calificó a los opositores de Zelaya y a los medios como “pitiyanquis” y “lame cu…” del imperio.

Esta noche, después de que en días pasados dijo que derrocaría a Micheletti con la fuerza militar, dijo que no era intervencionista y volvió a la carga contra Estados Unidos. Se cuidó de acusar directamente a Barack Obama – sabiendo que el presidente estadounidense es más popular que él en Venezuela mismo – pero sí avanzó en contra “de los varios Estados Unidos”, algunos de los cuales estarían detrás del golpe. Aunque no elaboró, la prensa propagandística de su régimen ya anduvo circulando información esta semana de que el golpe de Estado en Honduras era una estrategia del Pentágono para comenzar a socavar su hegemonía en la región.

Chávez está incómodo. Teme que el ejemplo de Honduras pudiera expandirse por otros países en donde él cree que tiene todo a su favor. Y él sabe que las apariencias engañan.

julio 02, 2009

El insulso Insulza y el injerencista Chávez

¿Qué le pasa a la OEA? ¿Qué le pasa a su secretario general? José Miguel Insulza ha llevado a la organización a un alto grado de desprestigio después de que buscó, apoyó e influenció a todos los gobiernos del área para que respaldaran el ingreso a la institución de una de las dictaduras más largas de la historia en el mundo.

Fue una medida política, de la que pudo convencer a los gobiernos, pero no pudo hacerlo con la gente de a pie, que más allá de las ideologías, reconoce que en Cuba no existe libertad y no le gustaría ir a vivir a “ese paraíso”

¿Es éste insulso personaje, el más idóneo para hablar de democracia y para negociar con el gobierno de Roberto Micheletti la restitución de Mel Zelaya? después de defender a un régimen como el de La Habana o no haber dicho nada a Hugo Chávez quien en días pasados expresó que invadiría Honduras para derrocar al gobierno. Parece que el tema de la no intervención es solo una vara aplicada a algunos países, particularmente los de izquierda.

Insulza, a quien se le acusa de buscar su reelección apoyado por Chávez y los gobiernos parte del sistema ideológico del ALBA, ¿es la persona idónea para negociar en Honduras, siendo que el golpe contra Zelaya se debió a su alianza entretejida con Chávez en los últimos años?

Seguramente cuando mañana Insulza sea recibido por Micheletti, tratando de negociar que se cumpla con la resolución de que se restituya a Zelaya, el secretario general de la OEA tendrá que soportar los vítores de miles de hondureños que apoyan al nuevo gobierno.

Mientras tanto, quien provocó todo este desbarajuste, Hugo Chávez, sigue mirando de lejos y acusando a los medios de comunicación de haber dado el golpe en connivencia con los militares y los demás poderes del Estado – ya que no puede acusar a Obama y al “imperio” que se desvinculó de todo – además de felicitar a Cristina de Kirchner quien acompañaría eventualmente a Zelaya a su regreso.

Pero lo más cómico de todo, es que hoy Hugo Chávez, fiel a no ir a ningún lado donde no pueda ser protegido por la inteligencia venezolana o cubana, dijo que no acompañaría a Zelaya, aunque aclaró que “yo quisiera ir, pero no debo, por la más elemental prudencia”. (¿¿??)

Más allá del destino de la crisis, lo cierto es que el conflicto ha desnudado que hay grandes movimientos en el continente que no quieren que Chávez se entrometa en sus asuntos internos, a pesar de que abra su billetera de par en par. Chávez declaró que su injerencia en Honduras es falsa, pero los hondureños lo desmienten gritándole masivamente en las calles.

Dolorosa libertad de prensa en Honduras

A juzgar por el atropello contra la libertad de prensa, los periodistas y los medios de comunicación, se puede afirmar que en Honduras sí hubo un golpe de Estado el domingo cuando se destituyó al presidente Manuel Zelaya. Esta, la libertad de prensa, es una de las primeras víctimas que llevan implícito los cortes constitucionales, así como el debilitamiento de otros derechos individuales y sociales.

Más allá de si se justificaba o no para el pueblo y las autoridades hondureñas expulsar al Presidente o sobre la discusión de si se trató de un golpe de Estado o de una destitución apegada a las leyes, lo cierto es que el nuevo gobierno censuró a periodistas y medios de comunicación, como en el caso de los medios radioeléctricos, particularmente, entre ellos las cadenas internacionales Telesur y CNN Internacional, así como la agencia AP. Si bien las restricciones fueron duras en las primeras 48 horas, también es un poco exagerado hablar de un “apagón informativo” como algunos grupos defensores de derechos humanos y de defensa de la libertad de prensa hicieron ver, como si se hubiera tratado de otro Irán.

Prueba de que no fue así, es que los sitios de internet de noticias más importantes del país, prácticamente todos los periódicos, no tuvieron ningún tipo de censura. Se informó minuto a minuto, sin censura previa, y los medios o la comunidad internacional no se vieron forzados a informarse a través de Twitter, Facebook o YouTube como sucedió tras la crisis y la férrea censura en Irán.

También se deben dejar de lado por mentirosas y chabacanas las acusaciones de Hugo Chávez quien desde el principio – como no pudo culpar a Barack Obama ni al imperio de estar detrás del golpe – responsabilizó a “los medios oligarcas” de ser los intelectuales atrás de la escena. Los medios hondureños, principalmente los diarios independientes, ya están acostumbrados a los insultos de Chávez, como cuando les calificó de “pitiyanquis” y de “lame cu…” después de criticar al gobierno de Zelaya por alinearse a la iniciativa ideológica del ALBA.

Vale aclarar que si bien no hay excusa para restringir la labor de la prensa en ningún momento y bajo ninguna circunstancia, tampoco se puede pecar de ingenuidad y pensar que durante el gobierno de Zelaya la libertad de prensa era absoluta. El Canal 8 fue cerrado por las nuevas autoridades porque no se trataba de un canal público, sino de uno que fue utilizado por el gobierno de Zelaya, con los dineros de los hondureños, como un medio al servicio propagandístico.

El gobierno de Zelaya también se ha caracterizado, y fue denunciado, por utilizar la publicidad oficial para castigar y premiar a los medios, corrompió a numerosos periodistas que estaban en planilla, y cometió continuos atropellos contra medios y periodistas por el solo hecho de que disentían y fiscalizaban su labor.

Lo que sí es censurable, es que entre tanta confusión y sin saber a quien echarle la culpa en el tumulto, mucha gente parece avivada y azuzada para volcarse en contra de los medios y acusarlos de golpistas. No hay un medio de comunicación en Honduras que no haya estado o todavía esté de alguna forma – la empresa en sí, sus editores, periodistas o fotógrafos – siendo amenazado, agredido, violentado, maltratado o malinterpretado por una u otra posición que forman parte de la profunda polarización que afecta a la sociedad.

Lamentablemente, la libertad de prensa termina siendo un elemento muy doloroso para muchos, pero muy necesaria para mantener a la democracia a flote. Y al nuevo gobierno le cabe preservarla.

junio 30, 2009

Elecciones anticipadas para Honduras

¿No sería oportuno adelantar las elecciones presidenciales en Honduras para sacar al país de una crisis que parece encaminada a profundizarse? ¿Sería muy descabellado?
De repente, el nuevo presidente Roberto Micheletti y el depuesto Mel Zelaya – quien dijo que quiere terminar su período y prometió que no buscaría reformar la Constitución para perpetuarse en poder – podrían consensuar una salida institucional y adelantar las elecciones, que de todas maneras están a la vuelta de la esquina, programadas para noviembre. Ambos dijeron querer lo mejor para el país, y creo que ese sentimiento, cuando los ánimos se calmen es lo que en realidad todos quieren, excepto que ahora, unos y otros, quiere tener su razón.

En realidad, estamos ante dos posiciones polarizadas e irreconciliables: La mayoría de los hondureños en Honduras y muchos exiliados pareciera que apoyan a Micheletti, dicen que no fue un golpe de Estado porque los militares solo hicieron respetar la Constitución y se manifiestan concretamente en contra de Zelaya y de quienes consideran su promotor, Hugo Chávez. Mientras tanto, la comunidad internacional insiste en que se trata de un golpe de Estado, que Zelaya debe ser restituido, a la vez que se están buscando los castigos para hacer recapacitar al nuevo gobierno.

Hoy, por ejemplo, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo se sumaron al movimiento contra el nuevo gobierno, argumentando que suspenden créditos y ayuda financiera al país, a la vez que los organismos intergubernamentales analizan aislar al país.

La situación se pondrá tensa este jueves si es que Zelaya realmente piensa ingresar al país, acompañado de Rafael Correa, Cristina de Kirchner e Insulza. Parece ser una bravuconada, si uno realmente entiende que para entrar al país, un avión necesita los permisos necesarios o por lo menos los del aeropuerto para poder aterrizar. Más aún, las nuevas autoridades parece que lo esperarían con órdenes de captura, por lo que se entiende que hasta el momento, Zelaya está utilizando argumentos y propaganda a su favor.

Hay en todo esto, además de mucha confusión y polarización sobre las dos posiciones más visibles, una increíble dosis de hipocresía que molesta y mucho. No se puede entender que después de que muchos gobiernos que hasta hace una semana eran fuertemente críticos de la OEA y que se pasaban constantemente la carta democrática por el traste, se revistan ahora de grandes demócratas y de poner a la OEA en una posición que nunca le dieron y que nuca tuvo.

El solo anuncio de que pudiera haber elecciones anticipadas podría ayudar a descomprimir esta tensión natural que se ha creado el domingo con el golpe y mucho tiempo antes con todos los “golpecitos” constitucionales que Zelaya venía pegando.

junio 29, 2009

Zelaya, la víctima

Como era previsible y natural, la comunidad internacional reaccionó en contra del golpe de Estado que destituyó a Manuel Zelaya. Las nuevas autoridades que asumieron tras la destitución de Zelaya, fueron torpes en no calcular la avalancha internacional de opiniones que los hechos provocarían.

Incluso varios gobiernos - a sabiendas de que Zelaya era quien estaba dando continuos “golpes” con medidas anticonstitucionales como un llamado ilegal a un referendo para buscar su reelección presidencial - quedaron con las manos atadas ya que nunca podrían avalar una destitución, que a todas luces y por sus formas, se mostró como un golpe de Estado.

Lo increíble de esta historia, es que ahora, quien había mostrado actitudes anti democráticas y anti constitucionales, terminó siendo avalado como un gran demócrata a quien le usurparon el poder por pura casualidad. Las formas en cómo se procedió, como recalqué en el blog de ayer, fue la gran equivocación.

Hoy Zelaya, la víctima, fue vitoreado en conjunto por presidentes como Rafael Correa, Hugo Chávez, Evo Morales y Daniel Ortega quienes se han llenado la boca de democracia como si la practicaran en sus países; y como presidentes como Felipe Calderón, Alvaro Uribe o Barack Obama, que no tuvieron otra salida que alinearse a la izquierda por un principio de institucionalidad.

Escuchar hoy a personajes como a Fidel Castro condenar un golpe de Estado, a Raúl Castro sancionar la falta de democracia, a Hugo Chávez hablar de invadir Honduras y a Daniel Ortega invocar la Carta Interamericana fue una experiencia tan fascinante como haber pasado sin pagar entrada al Ringling Borthers.

Equivocados: fondo y forma

Las reacciones en el mundo entero no se hicieron esperar apenas se supo que el presidente Manuel Zelaya fue destituido por el Congreso hondureño o que se le dio un golpe de Estado, como prefirieron llamarlo otros. En todos lados se condenó y seguramente a partir de este lunes las organizaciones intergubernamentales verán de qué forma aplicarán medidas o castigos.
Más allá de las argumentaciones que se escucharon durante el día - especialmente en el Congreso y del nuevo presidente Roberto Micheletti, quien prometió que continuará con el proceso electoral hacia noviembre – sobre que no se trató de un golpe de Estado, sino de una transición democrática de constitucionalmente deponer el Presidente de su cargo por incumplir con la ley y la Constitución, lo cierto es que las autoridades hondureñas se han equivocado.
Es probable que en el fondo la cúpula política hondureña haya tenido razones valederas en contra de Zelaya, quien en la última semana desacató órdenes de la Justicia que le prohibía realizar una encuesta este domingo con la que quería palpar el sentir de los electores para acrecentar sus intenciones sobre la reelección presidencial. Sin embargo, lo que estuvo equivocado, fue la forma en que se produjeron los hechos, un Presidente detenido por los militares y expulsado hacia Costa Rica.
La forma, más que un proceso democrático debido que debería seguir juicio político y otros esquemas que deben estar fijados por ley, se vio plenamente como un golpe de Estado, aspecto que ningún otro gobierno o institución internacional puede hacerle la vista gorda y dejar de condenar.
Si bien una gran cantidad de personas, de líderes y dirigentes detestaba la forma en que Zelaya estaba atropellando al país, da la sensación que esa gente pudiera estar enfrentándose a un caso similar a lo que sucedió con Hugo Chávez en abril de 2002, quien fue restituido al gobierno luego de un golpe de Estado injustificado.
Creo que los hondureños tienen todo el derecho, apegándose a la legislación y a la Constitución – como en cualquier otro país – de destituir a un Presidente por las razones ilegítimas e ilegales que hubiera en juego; pero se deberían haber cuidado las formas, pensado en las apariencias, ya que la opinión pública internacional desconocía todos los elementos y solo puede juzgar los acontecimientos a la luz de un golpe de Estado.

junio 27, 2009

Tosudez de Zelaya

Simpatizo con la opinión de quienes en este blog votaron (350 personas a las 11:30 pm de este sábado) en contra de la “cuarta urna”. El 80 por ciento votó en contra de que el presidente hondureño Manuel Zelaya se salga con la suya este domingo en la encuesta, prosiguiendo sus planes para la reforma constitucional y la reelección presidencial para noviembre.
No queda nadie en Honduras que le haya dicho que no: la gente, las instituciones, la Iglesia, los militares. Sin embargo, el presidente Zelaya sigue con sus planes y obligando a la gente a que vote a su favor en la encuesta.
Parece que en América Latina estamos condenados a tener democracias mediocres, en la que los presidentes y los políticos quieren perpetuarse sistemáticamente en el poder. Hay pocos países que se han salvado de los aires reformistas y reeleccionistas. ¡Qué poco valor tienen las Constituciones! Cada chitrulo que sube al poder la quiere cambiar a su favor.
Debería haber una ley internacional o algún mecanismo que prohíba a los políticos reformar las constituciones. Con tantos cambios que a las pobres se les hace en todos los países, lo que en realidad están buscando los políticos es tener legitimidad para gobernar a su gusto y placer. Estamos rodeados de dictaduras constitucionales.
Este domingo, si Zelaya se sale con la suya, después de que los demás poderes del Estado declararon ilegal su encuesta, estaremos siendo testigos de una nueva dictadura constitucional.

Irán, Facebook y Twitter

A pesar de una férrea censura y bloqueo contra la prensa, el gobierno de Irán no pudo impedir que miles de ciudadanos, fortalecidos por las nuevas tecnologías de la comunicación, generaran una ola de e-mails, mensajes de texto, fotos y videos aficionados para denunciar ante el mundo un proceso electoral manchado de fraude y sangre.
El internet, las redes sociales y la telefonía móvil, desde su uso en Teherán, demuestran que su fortaleza es crear opinión, contagiar y sumar objetivos en comunidades virtuales sobre situaciones políticas difíciles.
Pero aunque Facebook, Twitter, YouTube y los blogs permitieron sustituir a los medios tradicionales cuando el régimen de los Ayatolas decidió “apagarlos”, la verdad es que toda la inmensa capacidad de información del ciberespacio no puede suplantar la capacidad de los periodistas profesionales para interpretar, investigar, cuestionar y contextualizar procesos tan complejos como el iraní.
Esta experiencia en Persia demuestra que ambas formas de comunicación, la individual-cibernética y la social-mediática, no son excluyentes, sino cada vez más complementarias. De ahí que la censura iraní inteligentemente se enfoque contra las dos al mismo tiempo, sin distinción. A los periodistas de las agencias internacionales los expulsa, no les renueva sus visas, les impide salir de sus oficinas y sólo cubrir las marchas progubernamentales. A los particulares, les corta señales de telefonía celular, prohíbe mensajes de texto, piratea y filtra el contenido de páginas de internet, mientras disminuye la capacidad de banda ancha para que no puedan trasmitir fotos y videos.
La diferencia entre ambas formas de comunicación, es que la individual-cibernética es más hábil para burlar la censura, siendo imposible controlar todo su contenido. A pesar del rigor gubernamental, los iraníes que apoyan al candidato opositor y reclamante Mir Hosein Musav tras las elecciones del 12 de junio, usaron y utilizan servidores en el extranjero para evadir controles locales y mensajes por twitter para difundir textos e imágenes.
Pero estas maniobras en el ciberespacio para burlar a un régimen y generar un resquicio de libertad, provoca polémicas. Se corre el riesgo, por ejemplo, de justificar la piratería y los ataques cibernéticos en contra del gobierno iraní y la página web del propio presidente autocrático Mahmud Ahmadineyad, acusado de perpetuarse con votos fraudulentos. Entonces, valen las preguntas: ¿Hay una censura mala y otra buena? ¿Se puede justificar el espionaje cibernético para atacar a los “malos”, pero criticarlo cuando es en contra de los “buenos”? Y, por otra parte, ¿cuán responsables son Google, Microsoft y Yahoo por proveer herramientas a gobiernos despóticos con los que censuran el internet?
Estas preguntas, claro está, no excusan a un régimen opresor como el iraní que castiga y encarcela a periodistas, blogueros y disidentes por igual, que amenaza con aplicar pena de muerte a quienes provoquen disturbios o denuncia a otros gobiernos por permanentes conspiraciones desestabilizadoras.
La crisis política iraní nos enseña cuanto recelo guardan los gobiernos autocráticos contra la libertad de información y cómo se desquician para censurar y controlar. Un ejemplo similar al de Irán es Cuba. El régimen de los hermanos Castro no solo mantiene presos a periodistas y disidentes que opinen diferente al gobierno o prohíbe a reporteros independientes y extranjeros su libre movilización por el país; sino, que además, practica una aguda cibercensura contra la telefonía celular y el acceso a internet, aspecto que le valió la peor calificación de la organización Freedom House en su informe de abril. El gobierno cubano, según ese análisis, es el mayor censor del mundo, comparándolo a China, Túnez e Irán, donde también se prohíbe, bloquea y filtra todo tipo de mensajes.
Dos enseñanzas optimistas emergen de esta experiencia de censura informativa: Primero, que las nuevas formas de comunicación ciudadanas son eficientes para penetrar y derruir sistemas cerrados; y si bien los avances tecnológicos pueden también ser diseñados para ejercer controles, por su masividad, anonimidad y velocidad, no podrán a la larga, generar otra cosa más que espacios de libertad. Segundo, teniendo en cuenta que una sustantiva cantidad de mensajes a veces no implica mejor calidad en la comunicación sino mayor caos informativo, se hace cada vez más necesario contar con medios tradicionales y periodistas profesionales que nos digieran y “traduzcan” la realidad.

junio 26, 2009

Por la libertad de prensa en Venezuela

Este sábado, en el Día del Periodista venezolano, lo que iba a ser una fiesta de los reporteros para celebrar su derecho de reunión y clamar por la libertad de prensa, terminó transformándose en una puja en la que el gobierno quiere medir fuerzas de convocatoria y neutralizar cualquier acción que lo pueda mostrar débil y vulnerable.

Como siempre, la estrategia de Hugo Chávez, es la utilización de la propaganda y la fuerza y el temor para desmotivar a quienes buscan un espacio para dar cumplimiento a dos derechos humanos fundamentales en una democracia: libertad de expresión y derecho de reunión.

Los periodistas independientes (a los que el régimen chavista califica de “opositores”) realizarán este sábado una concentración popular en el centro de Caracas, con la intención de reclamar libertad de prensa y evitar que Globovisión, el canal de televisión multado y amenazado de ejercer “terrorismo mediático” por Chávez, corra la misma suerte que RCTV, televisora cerrada en mayo de 2007.

Pero como siempre sucede, el gobierno chavista, en forma antidemocrática, debido a que utiliza los recursos del Estado para fines particulares, organizó otra marcha a través de su partido político, con la cual busca amedrentar a quien se manifieste en contra del gobierno o a favor de Globovisión.

La estrategia de la propaganda y del temor no es nueva, forma parte de la idiosincrasia de un régimen que se viene perpetuando en el poder desde 1999 sobre la base del dominio y control de los demás poderes públicos, y tratando de pisotear a la prensa.

La libertad de prensa está en juego, así como parte de la democracia, y ojalá los periodistas venezolanos puedan mostrar toda su fortaleza y motivar a las organizaciones internacionales y a otros gobiernos a que intercedan ante Venezuela para que Globovisión y todos los demás medios puedan seguir operando. El objetivo es difícil. Chávez está decidido a cerrar el canal.

junio 25, 2009

Los dos Michael Jackson

La muerte de Michael Jackson fue sorpresiva y me despertó, como a muchos, tristeza. Pero también me movió y reflotó dos sentimientos opuestos que tuve hacia su persona: Amor y odio.

Amor por su música, su baile y su talento; y odio por su extravagancia, acusaciones sobre abuso de menores y sus declaraciones sobre que dormía con chicos en Neverland.
Y otra impresión de extrañeza también, interna, sobre cómo puedo vivir tranquilo y armoniosamente entre sentimientos duales hacia una persona, de aversión y admiración.
Su fatalidad lo pondrá Michael Jackson como Rey del Pop a la misma altura que a John Lennon, que al Rey del Rock y al del Zorzal Criollo, cuatro muertes trágicas que convirtieron a sus figuras en los íconos más grandes de la música popular. Los cuatro fueron innovadores, controversiales para sus épocas, talentosos, vendedores de su imagen y aptitudes, y murieron en el apogeo de una fama titilante y rutilante.

Pero la vida de Michael Jackson fue extraordinariamente la más famosa y controversial de todas a pesar de que fue ermitaño y trató de esconderse de la prensa. Sus manías, sus mansiones, sus cirugías, sus enfermedades, sus tapa bocas, sus procesos judiciales, sus finanzas, sus padres, sus hermanos, sus hijos, sus esposas, siempre salieron a la luz y estuvieron rodeadas de un halo de misterio, rumores y especulaciones. Nada nunca fue claro en su caso y todo permutó como su piel. Esa arista de su personalidad fue repulsada por muchos y tolerada a regañadientes por otros y excusada por la mayoría de sus fanáticos.

Pero su otro yo, su otra personalidad fue admirada por todos, especialmente por los que tuvimos la dicha de ser sus contemporáneos y disfrutar de su talento, de su ritmo, de su voz, de sus bailes, de su amor pregonado por los niños, por su solidaridad por Africa, el continente que nunca olvidó, o por ser espejo para muchos artistas.

Sin dudas existieron dos Michael Jackson. Así como una dualidad de sentimientos totalmente comprensibles, en las que los humanos podemos vivir y apreciar a una sola persona desde dos ópticas diametralmente opuestas y tener la tranquilidad de que ambas visiones no están reñidas con nuestra ética y moral. Estamos tranquilos con el bien y el mal. Así, bien tranquilos, podemos repulsar, desaprobar u odiar y, al mismo tiempo, amar confiadamente a esa misma persona.

Es un sentimiento muy normal, especialmente para quienes amamos el fútbol y cuando tenemos en frente a Diego Maradona. Podemos achacarle, reprocharle y odiarle por su vida disipada, sus drogas, su doping, sus declaraciones molestas, su amor por Fidel Castro; pero al mismo tiempo todavía sentir el hipnotismo de sus gambetas y piruetas, y estar motivados por imágenes recurrentes en algún rincón del cerebro que reaparecen cuando los resultados actuales no aparecen.

Me quedaré con uno de los dos Michael Jackson. Rechazo al personal, pero admiro y quiero al artista. Lamento que éste último será al único que recuerde. Al otro, por suerte para él, lo borraré.

junio 24, 2009

De San Pedro Sula a Teherán

El derecho de reunión es uno de los derechos humanos más fundamentales concebidos en los tratados internacionales y en las constituciones de cada país. Su mejor representación es a través de la convocatoria ciudadana para reclamar justicia, exigir cambios o reprobar conductas.
Así como lo están demostrando los iraníes, quienes vienen manifestándose públicamente en las calles de Teherán y otras ciudades de su país para reprobar el fraude y burla electoral cometido por su gobierno, los hondureños de Tegucigalpa y San Pedro Sula vienen haciendo uso de esta herramienta popular para exigir que el gobierno desista de sus intenciones de perpetuarse en el poder a través de una reforma que permita la reelección.
La marcha de ayer en San Pedro Sula, calificada por el diario La Prensa de San Pedro Sula, como histórica, es una muestra más de la madurez de un pueblo que quiere vivir en una democracia palpable, diversa y plural, sin la necesidad de que los gobernantes – como sucede lamentablemente en muchos países – traten de perpetuarse en el poder mediante métodos no muy transparentes. Los gobiernos, por lo general, tienen los recursos y muchas veces las herramientas fraudulentas (como en Irán) para poder acomodar las cosas a su antojo y a los intereses personales.
A diferencia de los iraníes – claro está – los hondureños tienen la libertad para expresarse y hacer cuántas marchas quieran. Pero más allá de esa diferencia, el ímpetu demostrado en las marchas como la de “la unidad nacional en paz y libertad”, muestran la vocación y el ansia de vivir en una democracia plural y diversa.
Las marchas en contra de los secuestrados en Colombia, en contra de la violencia en Guatemala, en contra del terrorismo en España, en contra del fraude electoral en Irán, en Venezuela o en Nicaragua y en contra de la inseguridad en tantas capitales latinoamericanas, son un canto al coraje y a la valentía de un pueblo que quiere hacer escuchar su voz y que no solo quiere que lo tomen en cuenta durante los períodos electorales.

Ortega el adelantado; y los premiados

Daniel Ortega se adelantó. Mientras se esperaba que Hugo Chávez consumara su amenaza de cerrar la cadena televisiva Globovisión y de que Rafael Correa también hiciera lo suyo contra Teleamazonas, el presidente nicaragüense Ortega se adelantó aprovechando la distracción.
El sábado pasado, sin que nadie lo advirtiera, casi en silencio, clausuró una radioemisora que pertenece al periodista Santiago Aburto, un duro crítico del gobierno a través de su programa “Buenas tardes”, en radio Corporación. Para clausurar la radio de Aburto, Radio La Ley, el Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor) envió a más de 30 personas armadas hasta los dientes a su domicilio, los que decomisaron los equipos de trasmisión y operación.
La cancelación de la licencia de la radio y la fuerza bruta utilizada para clausurarla antes de que el sábado 20 de junio comenzara a trasmitir, se ha denunciado en Nicaragua como una revancha en contra de un periodista crítico del gobierno, actitud muy normal que Ortega y su esposa Rosario Murillo suelen tomar contra periodistas, columnistas, presentadores de televisión y medios en general.
De esta forma, el gobierno continúa alejándose de los principios fundamentales de la democracia que obligan por ley, y por Constitución a respetar la libertad de prensa, como se establece en el Art. 68 de la carta magna, la que establece que “en ningún caso podrán decomisarse, como instrumento o cuerpo del delito, la imprenta o sus accesorios ni cualquier otro medio o equipo destinado a la difusión del pensamiento”.
Otra nota que vale la pena resaltar fue la del presidente Hugo Chávez quien – también como su maestro Fidel Castro el año pasado – fue galardonado ayer como comunicador o periodista con un premio municipal en caracas que lo distinguió por su "lenguaje pedagógico y sencillo'' para explicar "los valores del proceso revolucionario'.
El galardón, “mención especial” al periodismo alternativo, es el Premio Municipal Fabricio Ojeda del Consejo Municipal de Caracas y la Comisión Permanente de Cultura, Patrimonio Histórico, concedido a Chávez por su interminable programa dominical por radio y televisión “Aló presidente”, que ya cumplió 10 años, y por su nuevo programa semanal "Aló Presidente teórico'' que comenzó el 11 de junio y sus columnas semanales al estilo Castro, que publica desde enero en varios diarios nacionales bajo el nombre de "Las Líneas de Chávez''.
Faltaría, para completar esta lista de “presi-riodistas”, que algún grupo de chupamedias ecuatorianos le ofreciera a Correa un premio por sus programas de los sábados.

A Nobel for Infantino

The Nobel Prize Committee has decided that Gianni Infantino will receive the next Nobel Peace Prize because—apparently—soccer is synonymous ...