No salgo de mi asombro y de preguntarme si el premio a Hugo Chávez por su prédica a favor de la libertad de prensa, la comunicación comunitaria y de un montón de justificativos políticos, que le otorgó la Universidad de La Plata en Argentina, es una broma de mal gusto, una tomadura de pelo a todas las víctimas de la represión de la palabra libre o una de esas tonterías de sesgo político para llamar la atención.
Me parece que es un poco de todo. Mi primera reacción, después del asombro, fue pensar en los alumnos de esa universidad, no en aquellos que gustosamente habrán celebrado, que los debe haber, sino en aquellos que comprenden los descalabros que Hugo Chávez ha hecho desde que asumió en 1999, persiguiendo periodistas, insultándolos, agrediéndolos a través de las turbas de camisas coloradas, cerrando 35 emisoras y decenas de periódicos y páginas de internet, abriendo nuevos medios del gobierno para usarlos no como medios públicos sino de propaganda gubernamental, y creando leyes y decretos en contra de la información libre, bloquear el acceso a información pública y limitar, bloquear y filtrar el acceso y contenidos en el internet y las redes sociales.
Si yo fuera alumno de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social estaría muy preocupado y consideraría dejar de estudiar. ¿Por qué? Simplemente porque si la mirada política de la universidad en materia de comunicación y de visión del periodismo y la libertad de prensa es ésta, que garantías tengo de que me ofrecerán una educación imparcial, objetiva, independiente; justamente siendo esos los valores que me deben inculcar como los más importantes de mi formación.
Esto de Chávez me hace acordar a similar premio que recibió Fidel Castro de un colegio de periodista cubano, así como el Premio Internacional a los Derechos Humanos que Muamar al Kadafi le entregó a Hugo Chávez, Evo Morales y Raúl Castro en diferentes oportunidades.
Me preocupa que Florencia Saitout, decana de la Facultad de Periodismo y CS de la Universidad de La Plata crea que en Venezuela hay libertad de prensa. Dijo que para ella es una alegría que Chávez aceptará el premio y que discutirá con los estudiantes. Creo que es bueno que se reúna con los estudiantes, pero de ahí a que el punto de partida sea un reconocimiento a su lucha por la libertad de prensa, huele a hediondo.
El premio Rodolfo Walsh se instituyó en 1997 para estimular la excelencia periodística. Ojalá los estudiantes puedan reevaluar lo que significa excelencia periodística, que más allá de un componente informativo, la profesión tiene una alta carga de responsabilidad sobre la defensa de la libertad de prensa, por lo que obviamente este premio a Chávez termina siendo una flagrante contradicción a los valores de nuestra profesión y de la libertad de expresión.
Publiqué hace poco mi novela futurística en Amazon: "Robots con Alma: atrapados entre la verdad y la libertad". En este blog trato de temas de actualidad referidos a los valores de la verdad y la libertad. Blog por Ricardo Trotti
marzo 26, 2011
marzo 25, 2011
Derechos humanos y su manipulación política
En el día que se recordará porque Brasil votó a favor en el Consejo de De Derechos Humanos para que se envíe un investigador de derechos humanos a Irán, terminando el idilio de tantos años del ex presidente Lula Da Silva con el régimen iraní, les comparto la columna que bajo el título “derechos humanos politizados”, publicaron varios medios esta semana.
Cuando de violaciones a los derechos humanos se trata, los gobiernos tienden a ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. De ahí que el presidente venezolano Hugo Chávez propusiera que la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) tenga su propio tribunal internacional, al considerar que los de la ONU y la OEA son títeres de EE.UU. y chantajean en su nombre.
La coartada de Chávez le permite desviar la atención de las violaciones que su gobierno comete, prohibir la supervisión de organismos internacionales en su territorio, expulsar a directivos de Human Rights Watch o desconocer los fallos de la Corte Interamericana, sin temor a reprimendas. Su hipocresía le vale de excusa para intercambiar con Moamar al Kadafi la espada de Simón Bolívar por el Premio Internacional de los Derechos Humanos; o “comprarlo” para que lo exhiban de trofeo sus solidarios colegas Daniel Ortega y Evo Morales.
Los políticos tienen esa extraña forma de solidaridad para omitir las denuncias de los violadores cuando se trata de camaradas de ideología. Así lo resaltó el ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso para acusar a su sucesor, Lula da Silva, por haber llamado “líder y hermano” a Kadafi, o prodigarle honores a los hermanos Castro.
Salvo excepciones, los intelectuales también se comportan igual. Lo confirma el escaso apoyo que despertó la valiente arremetida del disidente cubano, Oscar Elías Biscet, apenas salido de la cárcel. Rechazando el destierro, pidió a Raúl y Fidel Castro que renunciaran por mantener una dictadura totalitaria de corte hitleriano-stalinista.
Raúl Castro no replicó. Seguro que sus amigos lo harán por él, como en 2009, cuando la Comisión de Derechos Humanos de la ONU reconoció a su gobierno por sus “significativos resultados en la promoción y protección de los derechos humanos para todos''. Entonces, el comité estaba dominado por China y Libia, y la resolución fue promovida por Venezuela, tres gobiernos de sobra conocidos por acusar a otros de los delitos que ellos cometen.
Esa incongruencia entre lo que se dice y hace, también alcanza a EE.UU. El gobierno de Barack Obama promueve erradicar la violencia en la frontera con México, pero su Departamento de Justicia autorizó la operación secreta “Rápido y Furioso”, con la que se infiltraron armas de asalto entre narcotraficantes con la justificación de poder rastrear sus conductas y aniquilarlas.
Algunos insisten en que un fin loable justifica medios espurios, pero el problema es que esas armas pudieron generar más muertes de inocentes. Justificar esa acción, sería como creer que para comprobar la eficiencia de la penicilina, EE.UU. actuó bien a mediados del siglo pasado, cuando sus médicos inyectaron con sífilis y gonorrea a centeneras de presos y pacientes psiquiátricos de Guatemala. Tan abominable fue aquel laboratorio de Estado, como la filtración de armas entre los narcos más violentos del mundo.
El Estado es por naturaleza quien debe proteger los derechos humanos y prevenir sus violaciones, de ahí la gravedad cuando los infringe. Así, no se pueden justificar los genocidios de los militares latinoamericanos o el uso reciente de los servicios secretos en Argentina, Colombia y Perú, para espiar o perseguir a opositores, jueces y periodistas. Por prácticas similares, es que los egipcios destituyeron esta semana sus servicios de inteligencia para garantizar que los vientos democráticos permitan un verdadero cambio.
En derechos humanos, las medidas deben ser preventivas, no solo correctivas. Por eso empezaron a lloverle críticas a los gobiernos japoneses. Nadie duda del estoicismo y la honradez de un pueblo que sobrelleva con orden un terremoto y un tsunami catastróficos; pero no se entiende como uno de los países más previsores del mundo, falló por décadas en inspeccionar y reacondicionar los reactores nucleares de Fukushima, a expensas del derecho a la vida de sus ciudadanos.
El olvido también es una forma peligrosa de politizar los derechos humanos. La desmemoria permite que dictadores sangrientos, como el haitiano Jean-Claude Duvalier, puedan regresar campantes a probar suerte en países que en su momento vilipendiaron.
Si no hay memoria, es decir justicia, algún día también podría volver el “carnicero de Trípoli”, si es que lo destronan o neutralizan, como lo acaba de autorizar el Consejo de Seguridad de la ONU.
Cuando de violaciones a los derechos humanos se trata, los gobiernos tienden a ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. De ahí que el presidente venezolano Hugo Chávez propusiera que la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) tenga su propio tribunal internacional, al considerar que los de la ONU y la OEA son títeres de EE.UU. y chantajean en su nombre.
La coartada de Chávez le permite desviar la atención de las violaciones que su gobierno comete, prohibir la supervisión de organismos internacionales en su territorio, expulsar a directivos de Human Rights Watch o desconocer los fallos de la Corte Interamericana, sin temor a reprimendas. Su hipocresía le vale de excusa para intercambiar con Moamar al Kadafi la espada de Simón Bolívar por el Premio Internacional de los Derechos Humanos; o “comprarlo” para que lo exhiban de trofeo sus solidarios colegas Daniel Ortega y Evo Morales.
Los políticos tienen esa extraña forma de solidaridad para omitir las denuncias de los violadores cuando se trata de camaradas de ideología. Así lo resaltó el ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso para acusar a su sucesor, Lula da Silva, por haber llamado “líder y hermano” a Kadafi, o prodigarle honores a los hermanos Castro.
Salvo excepciones, los intelectuales también se comportan igual. Lo confirma el escaso apoyo que despertó la valiente arremetida del disidente cubano, Oscar Elías Biscet, apenas salido de la cárcel. Rechazando el destierro, pidió a Raúl y Fidel Castro que renunciaran por mantener una dictadura totalitaria de corte hitleriano-stalinista.
Raúl Castro no replicó. Seguro que sus amigos lo harán por él, como en 2009, cuando la Comisión de Derechos Humanos de la ONU reconoció a su gobierno por sus “significativos resultados en la promoción y protección de los derechos humanos para todos''. Entonces, el comité estaba dominado por China y Libia, y la resolución fue promovida por Venezuela, tres gobiernos de sobra conocidos por acusar a otros de los delitos que ellos cometen.
Esa incongruencia entre lo que se dice y hace, también alcanza a EE.UU. El gobierno de Barack Obama promueve erradicar la violencia en la frontera con México, pero su Departamento de Justicia autorizó la operación secreta “Rápido y Furioso”, con la que se infiltraron armas de asalto entre narcotraficantes con la justificación de poder rastrear sus conductas y aniquilarlas.
Algunos insisten en que un fin loable justifica medios espurios, pero el problema es que esas armas pudieron generar más muertes de inocentes. Justificar esa acción, sería como creer que para comprobar la eficiencia de la penicilina, EE.UU. actuó bien a mediados del siglo pasado, cuando sus médicos inyectaron con sífilis y gonorrea a centeneras de presos y pacientes psiquiátricos de Guatemala. Tan abominable fue aquel laboratorio de Estado, como la filtración de armas entre los narcos más violentos del mundo.
El Estado es por naturaleza quien debe proteger los derechos humanos y prevenir sus violaciones, de ahí la gravedad cuando los infringe. Así, no se pueden justificar los genocidios de los militares latinoamericanos o el uso reciente de los servicios secretos en Argentina, Colombia y Perú, para espiar o perseguir a opositores, jueces y periodistas. Por prácticas similares, es que los egipcios destituyeron esta semana sus servicios de inteligencia para garantizar que los vientos democráticos permitan un verdadero cambio.
En derechos humanos, las medidas deben ser preventivas, no solo correctivas. Por eso empezaron a lloverle críticas a los gobiernos japoneses. Nadie duda del estoicismo y la honradez de un pueblo que sobrelleva con orden un terremoto y un tsunami catastróficos; pero no se entiende como uno de los países más previsores del mundo, falló por décadas en inspeccionar y reacondicionar los reactores nucleares de Fukushima, a expensas del derecho a la vida de sus ciudadanos.
El olvido también es una forma peligrosa de politizar los derechos humanos. La desmemoria permite que dictadores sangrientos, como el haitiano Jean-Claude Duvalier, puedan regresar campantes a probar suerte en países que en su momento vilipendiaron.
Si no hay memoria, es decir justicia, algún día también podría volver el “carnicero de Trípoli”, si es que lo destronan o neutralizan, como lo acaba de autorizar el Consejo de Seguridad de la ONU.
marzo 24, 2011
Bolivia y el justo reclamo de salida al mar
No comparto para nada la visión de Evo Morales sobre la forma de hacer gobierno ni como mira a la realidad o al mundo. Me identifico mucho más con la manera ordenada de gerenciamiento de Sebastián Piñera y las características de un gobierno plenamente democrático como el chileno.
Sin embargo, me parece adecuado y legítimo que el presidente boliviano quiera buscar en los tribunales internacionales una salida al mar después de que su país, con la ayuda de Perú, perdió la guerra con Chile hace 132 años y con ello 400 kilómetros de costa en el Océano Pacífico y 120 mil kms cuadrados de territorio.
Aunque con su anuncio de que creará una Dirección General de Reivindicación Marítima, para crear estrategias de lucha ante los tribunales internacionales, Morales sepultó el diálogo con su homólogo chileno que contenía algunas esperanzas de obtener una salida al mar, creo que tiene todo el derecho de buscar otras alternativas, tal vez menos políticas y más rápidas.
La salida al mar de Bolivia no es un tema fácil y despierta nacionalismos y pasiones a ambos lados de la frontera. Muchos creen que nada avanzará a favor o en contra a pesar de los diálogos. Creer que Bolivia no puede reclamar porque ha perdido una guerra, sería como para la Argentina renunciar a la soberanía de las Islas Malvinas porque ha perdido varias veces esas islas en los campos de batalla.
Bolivia tiene todo el derecho de trenzarse una vez más en una disputa jurídica internacional. Lo peor que le pueda pasar es que todo el peso de la ley quede del lado chileno y se le cierren las puertas al diálogo y la salida al mar a varias generaciones bolivianas futuras.
Sin embargo, me parece adecuado y legítimo que el presidente boliviano quiera buscar en los tribunales internacionales una salida al mar después de que su país, con la ayuda de Perú, perdió la guerra con Chile hace 132 años y con ello 400 kilómetros de costa en el Océano Pacífico y 120 mil kms cuadrados de territorio.
Aunque con su anuncio de que creará una Dirección General de Reivindicación Marítima, para crear estrategias de lucha ante los tribunales internacionales, Morales sepultó el diálogo con su homólogo chileno que contenía algunas esperanzas de obtener una salida al mar, creo que tiene todo el derecho de buscar otras alternativas, tal vez menos políticas y más rápidas.
La salida al mar de Bolivia no es un tema fácil y despierta nacionalismos y pasiones a ambos lados de la frontera. Muchos creen que nada avanzará a favor o en contra a pesar de los diálogos. Creer que Bolivia no puede reclamar porque ha perdido una guerra, sería como para la Argentina renunciar a la soberanía de las Islas Malvinas porque ha perdido varias veces esas islas en los campos de batalla.
Bolivia tiene todo el derecho de trenzarse una vez más en una disputa jurídica internacional. Lo peor que le pueda pasar es que todo el peso de la ley quede del lado chileno y se le cierren las puertas al diálogo y la salida al mar a varias generaciones bolivianas futuras.
marzo 23, 2011
La libertad de prensa y la democracia
La libertad de prensa y la democracia - Revista Aplausos - ElNuevoHerald.com
Esta es una nota publicada hoy en El Nuevo Herald, sobre un presentación que hicimos con la Fundación Carlos Castañada sobre libertad de prensa y democracia.
By OLGA CONNOR
¿Cómo es posible tener democracia en un país donde se restringen las libertades en las comunicaciones, dónde el pueblo no puede estar informado? Para responder ésta y otras preguntas sobre la libertad de prensa en la América Latina se realizó el quinto programa del ciclo de la Fundación Educativa Carlos M. Castañeda, en la Casa Bacardí, sede del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano Americanos (ICCAS), de la Universidad de Miami.
El acto fue presidido, como en las otras conferencias anteriores, por Lillian Castañeda, viuda del periodista cubano Carlos M. Castañeda, quien reunió esta vez a un panel incisivo de periodistas para debatir el tema: Wilfredo Cancio, productor editorial de Canal 41-WJAN/América Tevé de Miami; Julio Muñoz, director ejecutivo de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP); Patricia Poleo, directora del periódico El Nuevo País, de Caracas, y Ricardo Trotti, director del Instituto de Prensa de la SIP, como moderador.
“¿Hay libertad de prensa en América Latina?”, fue la pregunta de Trotti antes de presentar a los panelistas. “Hugo Chávez recibe andanadas de críticas de los periodistas, pero hay que preguntar cuáles son las represalias”, expresó. “En Cuba los periodistas son encarcelados, por eso existe la autocensura. Pero una manera de cruzar la barrera de la censura es el uso del celular y la internet, si es que hay suficientes teléfonos y líneas abiertas dentro de un sistema totalitario”.
VENEZUELA
Paticia Poleo, asilada política en Miami por haber sido perseguida por el régimen en Venezuela, exclamó: “¡Cómo nos ha costado para que se nos escuche!”, añadiendo que “la comunidad cubana sí presta atención”. Los ataques del régimen fueron al principio personales: la acusaron de alcohólica, de estar gorda, de tener amigos íntimos indeseables, etc. Pero luego la enfrentaron judicialmente, incitándola a revelar sus fuentes y a incurrir en gastos legales impagables. Este acoso llegó a la acusación de planear intelectualmente el asesinato del fiscal Danilo Anderson y a estar fichada por INTERPOL como criminal peligrosa.
La primera fase fue atacar a los periodistas individualmente, explicó Poleo. Pero luego llegó el ataque a los medios, cuando el poder judicial se supeditó a Chávez, afirmó Poleo. La hegemonía del Estado es la meta, y responsabilizan a los medios de lo que escriba el periodista. Nunca se puede informar sobre las protestas del pueblo, porque dan la excusa de que no hay que causar zozobra en la ciudadanía. Hay más de 15 periodistas venezolanos exiliados, informó. “Pero no hemos dejado de dar la pelea y la seguiremos dando”.
CUBA
De cara al siglo XXI no hay cambios en la isla, aseveró Wilfredo Cancio, quien expresó que Patricia Poleo había pintado magistralmente a una institución que trata de defenderse del proceso de la censura. En Cuba, desde 1960, la realidad es la censura, que no hace falta porque ya se sabe lo que se tiene que decir en los medios.
En la década de 1950, Cuba estaba a la cabeza del continente con 20 periódicos en La Habana, y era el primer país con la televisión en colores. A fines de la década de 1980 se creyó que la “perestroika” iba a solucionar algo y la Escuela de Periodismo se convirtió en un foco de problemas para el gobierno lo que le costó el puesto a la decana, porque los estudiantes retaron cara a cara a Fidel Castro.
Hoy, un 75 por ciento de la población nació después del 59, año de la Revolución. Los temas políticos producen un rechazo absoluto en ese grupo generacional, dijo Cancio. Muchos de ellos están en Miami, porque de 1994 hasta el 2010 ha habido un “Mariel” silencioso, debido a las políticas migratorias.
El periodista contrastó a Egipto, que era una dictadura donde había 60 millones de celulares y 18 proveedores de internet en un país de 80 millones de habitantes, con Cuba, donde hay un solo proveedor de internet, el del gobierno, y sólo nueve por ciento de teléfonos celulares (aproximadamente 1,007, 000 de la red inalámbrica, en una población de unos 11.2 millones de personas).
El ciudadano está adormecido y escéptico, afirmó Cancio. El movimiento periodista independiente tiene a la SIP como pilar de defensa, pero aunque hayan liberado a los presos, en Cuba todavía se encarcela a las personas a pura voluntad.
SIP
Julio Muñoz ensalzó la memoria de Carlos Castañeda como activo miembro de la SIP y relató su extenso resume antes de dar su visión sobre la prensa en América Latina. Actualmente, dijo, se ha pasado de la censura directa a la subliminal. En algunos lugares llega el militar a la sala de redacción y dice: “Eso sí y eso no”. También se refirió a una serie de controles de la censura, algunas de estilo directo, como el asalto, la detención o la muerte, y otras de estilo indirecto: restricción del papel, control de la distribución, control del contenido político.
La violencia contra los periodistas se ha arreciado en algunos países de América, afirmó, en Honduras, Brasil, Colombia y ahora mayormente en México. El año pasado hubo 27 casos de asesinatos de periodistas en las Américas.
En el 2010, la SIP envió 24 misiones a diferentes países para discutir temas de libertad de prensa. La próxima asamblea se realizará en San Diego, California, del 6 al 9 de abril.•
Esta es una nota publicada hoy en El Nuevo Herald, sobre un presentación que hicimos con la Fundación Carlos Castañada sobre libertad de prensa y democracia.
By OLGA CONNOR
¿Cómo es posible tener democracia en un país donde se restringen las libertades en las comunicaciones, dónde el pueblo no puede estar informado? Para responder ésta y otras preguntas sobre la libertad de prensa en la América Latina se realizó el quinto programa del ciclo de la Fundación Educativa Carlos M. Castañeda, en la Casa Bacardí, sede del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano Americanos (ICCAS), de la Universidad de Miami.
El acto fue presidido, como en las otras conferencias anteriores, por Lillian Castañeda, viuda del periodista cubano Carlos M. Castañeda, quien reunió esta vez a un panel incisivo de periodistas para debatir el tema: Wilfredo Cancio, productor editorial de Canal 41-WJAN/América Tevé de Miami; Julio Muñoz, director ejecutivo de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP); Patricia Poleo, directora del periódico El Nuevo País, de Caracas, y Ricardo Trotti, director del Instituto de Prensa de la SIP, como moderador.
“¿Hay libertad de prensa en América Latina?”, fue la pregunta de Trotti antes de presentar a los panelistas. “Hugo Chávez recibe andanadas de críticas de los periodistas, pero hay que preguntar cuáles son las represalias”, expresó. “En Cuba los periodistas son encarcelados, por eso existe la autocensura. Pero una manera de cruzar la barrera de la censura es el uso del celular y la internet, si es que hay suficientes teléfonos y líneas abiertas dentro de un sistema totalitario”.
VENEZUELA
Paticia Poleo, asilada política en Miami por haber sido perseguida por el régimen en Venezuela, exclamó: “¡Cómo nos ha costado para que se nos escuche!”, añadiendo que “la comunidad cubana sí presta atención”. Los ataques del régimen fueron al principio personales: la acusaron de alcohólica, de estar gorda, de tener amigos íntimos indeseables, etc. Pero luego la enfrentaron judicialmente, incitándola a revelar sus fuentes y a incurrir en gastos legales impagables. Este acoso llegó a la acusación de planear intelectualmente el asesinato del fiscal Danilo Anderson y a estar fichada por INTERPOL como criminal peligrosa.
La primera fase fue atacar a los periodistas individualmente, explicó Poleo. Pero luego llegó el ataque a los medios, cuando el poder judicial se supeditó a Chávez, afirmó Poleo. La hegemonía del Estado es la meta, y responsabilizan a los medios de lo que escriba el periodista. Nunca se puede informar sobre las protestas del pueblo, porque dan la excusa de que no hay que causar zozobra en la ciudadanía. Hay más de 15 periodistas venezolanos exiliados, informó. “Pero no hemos dejado de dar la pelea y la seguiremos dando”.
CUBA
De cara al siglo XXI no hay cambios en la isla, aseveró Wilfredo Cancio, quien expresó que Patricia Poleo había pintado magistralmente a una institución que trata de defenderse del proceso de la censura. En Cuba, desde 1960, la realidad es la censura, que no hace falta porque ya se sabe lo que se tiene que decir en los medios.
En la década de 1950, Cuba estaba a la cabeza del continente con 20 periódicos en La Habana, y era el primer país con la televisión en colores. A fines de la década de 1980 se creyó que la “perestroika” iba a solucionar algo y la Escuela de Periodismo se convirtió en un foco de problemas para el gobierno lo que le costó el puesto a la decana, porque los estudiantes retaron cara a cara a Fidel Castro.
Hoy, un 75 por ciento de la población nació después del 59, año de la Revolución. Los temas políticos producen un rechazo absoluto en ese grupo generacional, dijo Cancio. Muchos de ellos están en Miami, porque de 1994 hasta el 2010 ha habido un “Mariel” silencioso, debido a las políticas migratorias.
El periodista contrastó a Egipto, que era una dictadura donde había 60 millones de celulares y 18 proveedores de internet en un país de 80 millones de habitantes, con Cuba, donde hay un solo proveedor de internet, el del gobierno, y sólo nueve por ciento de teléfonos celulares (aproximadamente 1,007, 000 de la red inalámbrica, en una población de unos 11.2 millones de personas).
El ciudadano está adormecido y escéptico, afirmó Cancio. El movimiento periodista independiente tiene a la SIP como pilar de defensa, pero aunque hayan liberado a los presos, en Cuba todavía se encarcela a las personas a pura voluntad.
SIP
Julio Muñoz ensalzó la memoria de Carlos Castañeda como activo miembro de la SIP y relató su extenso resume antes de dar su visión sobre la prensa en América Latina. Actualmente, dijo, se ha pasado de la censura directa a la subliminal. En algunos lugares llega el militar a la sala de redacción y dice: “Eso sí y eso no”. También se refirió a una serie de controles de la censura, algunas de estilo directo, como el asalto, la detención o la muerte, y otras de estilo indirecto: restricción del papel, control de la distribución, control del contenido político.
La violencia contra los periodistas se ha arreciado en algunos países de América, afirmó, en Honduras, Brasil, Colombia y ahora mayormente en México. El año pasado hubo 27 casos de asesinatos de periodistas en las Américas.
En el 2010, la SIP envió 24 misiones a diferentes países para discutir temas de libertad de prensa. La próxima asamblea se realizará en San Diego, California, del 6 al 9 de abril.•
marzo 22, 2011
El destierro como ejercicio del castrismo
El gobierno cubano anunció hoy una excelente noticia para los familiares de otros dos presos políticos del grupo de los 75 y la liberación también de otros 11 prisioneros que no eran parte de ese grupo de la Primavera Negra de marzo de 2003.
No se puede negar el papel preponderante que ha jugado la Iglesia Católica cubana y el gobierno español en todo este proceso de liberación y hay que destacar la actitud del gobierno de los hermanos Castro de haber cumplido con sus promesas. Claro está, de las 114 liberaciones de disidentes cubanos, ninguna era reconocida hasta la mediación de la Iglesia como si se tratara de presos políticos
Sin embargo, esto no significa el relajamiento del estricto régimen, porque se trata en definitiva, salvo por una decena de excepciones de estas 86 últimas liberaciones, de un destierro masivo de disidentes que el gobierno no permitiría que permanecieran en la isla por temor a que se replique el efecto dominó de las revueltas que voltearon a los presidentes de Túnez, Egipto y que pronto acabará con la Presidencia en Yemen.
De esta nueva válvula de escape que acciona el régimen en forma periódica para evitar la ebullición interna, se beneficiarán los 11 presos que viajarán a España: Néstor Rodríguez Lobaina, Juan Carlos Vázquez, Bodanis Zulueta, José Antonio Sardiñas, Antonio García, Arnaldo Márquez, Eduardo Díaz, Erick Caballero, Alberto Dobouchet, José Manuel de la Rosa y Roberto López. Según la agencia EFE, todos ellos cumplían penas de entre cuatro y 30 años.
No se puede negar el papel preponderante que ha jugado la Iglesia Católica cubana y el gobierno español en todo este proceso de liberación y hay que destacar la actitud del gobierno de los hermanos Castro de haber cumplido con sus promesas. Claro está, de las 114 liberaciones de disidentes cubanos, ninguna era reconocida hasta la mediación de la Iglesia como si se tratara de presos políticos
Sin embargo, esto no significa el relajamiento del estricto régimen, porque se trata en definitiva, salvo por una decena de excepciones de estas 86 últimas liberaciones, de un destierro masivo de disidentes que el gobierno no permitiría que permanecieran en la isla por temor a que se replique el efecto dominó de las revueltas que voltearon a los presidentes de Túnez, Egipto y que pronto acabará con la Presidencia en Yemen.
De esta nueva válvula de escape que acciona el régimen en forma periódica para evitar la ebullición interna, se beneficiarán los 11 presos que viajarán a España: Néstor Rodríguez Lobaina, Juan Carlos Vázquez, Bodanis Zulueta, José Antonio Sardiñas, Antonio García, Arnaldo Márquez, Eduardo Díaz, Erick Caballero, Alberto Dobouchet, José Manuel de la Rosa y Roberto López. Según la agencia EFE, todos ellos cumplían penas de entre cuatro y 30 años.
marzo 21, 2011
La gira de Obama: ¿y la justicia?
Me da la sensación que por lo que va de la gira de Barack Obama hasta ahora, habiendo estado en Brasil y Chile y partiendo hacia El Salvador, no hubo ningún anuncio espectacular ni especial, sino simplemente un poco más de política y demagogia para edulcorar a una región que estaba esperando palabras dulces para sus oídos.
No está mal. Es bueno y necesario que EEUU, ensimismado y perplejo por situaciones ajenas a nuestro continente, como las preocupaciones nucleares en Japón y las militares en Libia, se haya enfocado en destacar las fortalezas de la región y que haya tratado a los países como socios comerciales indispensables para el progreso y prosperidad de su economía. Habiéndose comportado de esa forma egoísta, tirará por debajo de la borda las críticas de que siempre se comporta como un imperio que mira hacia el sur con una visión paternalista.
Sin embargo, creo que más allá del progreso económico de la región, la necesidad de combatir la pobreza, el desempleo y la inseguridad, Obama hubiera también tenido que aprovechar para remarcar las grandes debilidades de la región que tienen que ver con la corrupción y la falta de justicia, aspectos que estoy convencido están minando las democracias como si se tratara de la implosión de un edificio.
El problema de América Latina es la falta de justicia, una justicia dependiente del poder político, o una justicia corrupta infiltrada por el crimen organizado. Esta falta de un sistema de incentivos y castigos justos y equilibrados hace que la región esté desequilibrada y que sus ciudadanos descrean de las instituciones.
Obama seguramente prometerá más ayuda a El Salvador para combatir al narcotráfico como parte de los esfuerzos por apoyar el Plan Mérida y el Plan Colombia; sin embargo todos los esfuerzos económicos estarán destinados a paliar los gastos militares en esa guerra.
No creo en la legalización de las drogas como proponen muchos ex presidentes, intelectuales y periodistas a cambio de esa política correctiva. Creo que la legalización aportará mayores dolores de cabeza, porque las actividades del crimen organizado simplemente buscarán otras actividades donde anidar.
Creo, en cambio, que EE.UU. podría hacer mucho más si volcara ayuda para fortalecer la justicia. Más recursos económicos, técnicos y humanos para proteger, especializar y entrenar a fiscales, jueces y agentes auxiliares de la justicia podrían empezar a arrojar frutos en el futuro inmediato y a largo plazo.
La fortaleza de una democracia es proporcional al grado de independencia, madurez y eficiencia del sistema judicial. Cuando la justicia funciona, cuando existen castigos e incentivos para todos con igualdad y sin privilegios, retorna la credibilidad del ciudadano y la democracia gana en autoestima.
No está mal. Es bueno y necesario que EEUU, ensimismado y perplejo por situaciones ajenas a nuestro continente, como las preocupaciones nucleares en Japón y las militares en Libia, se haya enfocado en destacar las fortalezas de la región y que haya tratado a los países como socios comerciales indispensables para el progreso y prosperidad de su economía. Habiéndose comportado de esa forma egoísta, tirará por debajo de la borda las críticas de que siempre se comporta como un imperio que mira hacia el sur con una visión paternalista.
Sin embargo, creo que más allá del progreso económico de la región, la necesidad de combatir la pobreza, el desempleo y la inseguridad, Obama hubiera también tenido que aprovechar para remarcar las grandes debilidades de la región que tienen que ver con la corrupción y la falta de justicia, aspectos que estoy convencido están minando las democracias como si se tratara de la implosión de un edificio.
El problema de América Latina es la falta de justicia, una justicia dependiente del poder político, o una justicia corrupta infiltrada por el crimen organizado. Esta falta de un sistema de incentivos y castigos justos y equilibrados hace que la región esté desequilibrada y que sus ciudadanos descrean de las instituciones.
Obama seguramente prometerá más ayuda a El Salvador para combatir al narcotráfico como parte de los esfuerzos por apoyar el Plan Mérida y el Plan Colombia; sin embargo todos los esfuerzos económicos estarán destinados a paliar los gastos militares en esa guerra.
No creo en la legalización de las drogas como proponen muchos ex presidentes, intelectuales y periodistas a cambio de esa política correctiva. Creo que la legalización aportará mayores dolores de cabeza, porque las actividades del crimen organizado simplemente buscarán otras actividades donde anidar.
Creo, en cambio, que EE.UU. podría hacer mucho más si volcara ayuda para fortalecer la justicia. Más recursos económicos, técnicos y humanos para proteger, especializar y entrenar a fiscales, jueces y agentes auxiliares de la justicia podrían empezar a arrojar frutos en el futuro inmediato y a largo plazo.
La fortaleza de una democracia es proporcional al grado de independencia, madurez y eficiencia del sistema judicial. Cuando la justicia funciona, cuando existen castigos e incentivos para todos con igualdad y sin privilegios, retorna la credibilidad del ciudadano y la democracia gana en autoestima.
marzo 19, 2011
Obama y la esperanza latinoamericana
Acaba de arrancar en Brasil el periplo de Barack Obama y la esperanza de que una vez por todas EE.UU. mire hacia el sur con un ánimo de mayor comprensión y piense que el progreso y la democracia se deben acentuar primero en esta región para luego expandirla por el mundo; en lugar de mirar tanto hacia el lejano oriente.
Comparada a las demás regiones del mundo, América Latina está atrasada en lo económico y educativo respecto a los tigres del Asia y en lo democrático y científico a los países europeos. Pero un gran porcentaje de culpabilidad la tiene EE.UU. porque siempre vio a la región como su “patio trasero”, una visión paternalista, casi como una mirada constante de hijo descarriado al que se debe castigar y mandar al rincón. Culpabilidad que no recae solo en el gobierno, sino también en sus multinacionales que se han engrandecido en la región sobre la base de hacer negocios corruptos como Chiquita en Centroamérica, la Drumond en Colombia, la Exxon en Ecuador o la IBM en Argentina.
Para corregir al hijo descarriado, EE.UU. muchas veces incentivó y promovió golpes de Estado o invadió países para empujar la democracia en vez de educar sobre ella. Las consecuencias de ello fue que América Latina no mejoró sino que decayó producto de la corrupción, la violencia y la inseguridad, y del tráfico de drogas, lo que está relacionado con la demanda de drogas en suelo estadounidense.
Pero para ser más justos, EE.UU. también contribuyó en mucho con América Latina. Ha sido y es un país generoso en ayudar económicamente a sus instituciones civiles, más allá de los gobiernos, y es un receptáculo como ningún otro donde los perseguidos políticos son bienvenidos y también los que quieren tener una vida mejor, con mayor estabilidad para buscar la felicidad propia y de sus familias. Y producto de esto, es el mayor contribuyente de la región en materia de remesas familiares, millones y millones de dólares que empujan a las
economías locales.
Por sobre todo, EE.UU. enseña cómo deben respetarse las instituciones para que haya verdadera democracia, para que los poderes de gobierno sean independientes y estén balanceados y la justicia prevalezca sobre el poder político, en defensa de los derechos de todos los ciudadanos, sin privilegios.
Para este viaje que Obama comenzó anoche por Brasil, y seguriá por Chile y El Salvador, encontrará a una población amiga y que quiere ver a EE.UU como una nación hermana, no como a un padre severo. Me quedo con las palabras que el presidente de EE.UU. usó para cerrar su columna que fue publicada entre ayer y hoy por muchísimos periódicos del hemisferio. Palabras que habrá que tener en cuenta en los próximos meses y años, y tratar de que sean no solo promesa sino realidad.
Este es un viaje histórico y ojalá muestre cuanta esperanza para el progreso existe en nuestro continente, como Obama sostiene:
“Nos une a nuestros vecinos en el continente americano una historia, valores e intereses comunes. Lo que trasmitiré esta semana es que somos socios dedicados al progreso. Reforzar estas alianzas aumentará la prosperidad y seguridad común de todos nuestros pobladores, al generar nuevos empleos y nuevo crecimiento en todo el hemisferio, y contribuir a que nuestra economía siga siendo el motor que impulsa a nuestro pueblo y genera oportunidades para todos”.
Comparada a las demás regiones del mundo, América Latina está atrasada en lo económico y educativo respecto a los tigres del Asia y en lo democrático y científico a los países europeos. Pero un gran porcentaje de culpabilidad la tiene EE.UU. porque siempre vio a la región como su “patio trasero”, una visión paternalista, casi como una mirada constante de hijo descarriado al que se debe castigar y mandar al rincón. Culpabilidad que no recae solo en el gobierno, sino también en sus multinacionales que se han engrandecido en la región sobre la base de hacer negocios corruptos como Chiquita en Centroamérica, la Drumond en Colombia, la Exxon en Ecuador o la IBM en Argentina.
Para corregir al hijo descarriado, EE.UU. muchas veces incentivó y promovió golpes de Estado o invadió países para empujar la democracia en vez de educar sobre ella. Las consecuencias de ello fue que América Latina no mejoró sino que decayó producto de la corrupción, la violencia y la inseguridad, y del tráfico de drogas, lo que está relacionado con la demanda de drogas en suelo estadounidense.
Pero para ser más justos, EE.UU. también contribuyó en mucho con América Latina. Ha sido y es un país generoso en ayudar económicamente a sus instituciones civiles, más allá de los gobiernos, y es un receptáculo como ningún otro donde los perseguidos políticos son bienvenidos y también los que quieren tener una vida mejor, con mayor estabilidad para buscar la felicidad propia y de sus familias. Y producto de esto, es el mayor contribuyente de la región en materia de remesas familiares, millones y millones de dólares que empujan a las
economías locales.
Por sobre todo, EE.UU. enseña cómo deben respetarse las instituciones para que haya verdadera democracia, para que los poderes de gobierno sean independientes y estén balanceados y la justicia prevalezca sobre el poder político, en defensa de los derechos de todos los ciudadanos, sin privilegios.
Para este viaje que Obama comenzó anoche por Brasil, y seguriá por Chile y El Salvador, encontrará a una población amiga y que quiere ver a EE.UU como una nación hermana, no como a un padre severo. Me quedo con las palabras que el presidente de EE.UU. usó para cerrar su columna que fue publicada entre ayer y hoy por muchísimos periódicos del hemisferio. Palabras que habrá que tener en cuenta en los próximos meses y años, y tratar de que sean no solo promesa sino realidad.
Este es un viaje histórico y ojalá muestre cuanta esperanza para el progreso existe en nuestro continente, como Obama sostiene:
“Nos une a nuestros vecinos en el continente americano una historia, valores e intereses comunes. Lo que trasmitiré esta semana es que somos socios dedicados al progreso. Reforzar estas alianzas aumentará la prosperidad y seguridad común de todos nuestros pobladores, al generar nuevos empleos y nuevo crecimiento en todo el hemisferio, y contribuir a que nuestra economía siga siendo el motor que impulsa a nuestro pueblo y genera oportunidades para todos”.
Damas acosadas y odio ciudadano
El castrismo sigue mostrando por qué es uno de los regímenes totalitarios más desfachatados y con orígenes en el nacionalismo hitleriano-stalinista como lo denunció esta semana Oscar Elías Biscet.
En el octavo aniversario de la Primavera Negra, cuando se conmemora el abuso de Estado contra 75 disidentes que fueron encarcelados, las Damas de Blanco no pudieron ayer expresarse en las calles de La Habana porque el gobierno de los Castro envió sus turbas a agredir e impedir que se consume cualquier acto donde se muestre la libre expresión y de asociación.
Las turbas cubanas, así como las camisas rojas que empuja Hugo Chávez a las calles o los piqueteros de Cristina Kirchner, son parte de la estrategia de Estado para neutralizar la libre expresión. Lo más triste, es que en estas contramarchas, donde la gente es pagada y empujada, no por convicción sino por oportunismo o presión de parte del gobierno, se incentiva el odio ciudadano.
Estos regímenes autoritarios como el de los Castro o el de Chávez, terminarán siendo repudiados en la historia justamente por dividir, polarizar y crear odio, todo lo contrario a lo que un buen gobierno está destinado: unir, crear marcos de tolerancia y buscar el bien común.
Las turbas castristas son un arma desesperada del gobierno para evitar lo que está sucediendo en el mundo árabe: el hartazgo de la opresión.
En el octavo aniversario de la Primavera Negra, cuando se conmemora el abuso de Estado contra 75 disidentes que fueron encarcelados, las Damas de Blanco no pudieron ayer expresarse en las calles de La Habana porque el gobierno de los Castro envió sus turbas a agredir e impedir que se consume cualquier acto donde se muestre la libre expresión y de asociación.
Las turbas cubanas, así como las camisas rojas que empuja Hugo Chávez a las calles o los piqueteros de Cristina Kirchner, son parte de la estrategia de Estado para neutralizar la libre expresión. Lo más triste, es que en estas contramarchas, donde la gente es pagada y empujada, no por convicción sino por oportunismo o presión de parte del gobierno, se incentiva el odio ciudadano.
Estos regímenes autoritarios como el de los Castro o el de Chávez, terminarán siendo repudiados en la historia justamente por dividir, polarizar y crear odio, todo lo contrario a lo que un buen gobierno está destinado: unir, crear marcos de tolerancia y buscar el bien común.
Las turbas castristas son un arma desesperada del gobierno para evitar lo que está sucediendo en el mundo árabe: el hartazgo de la opresión.
marzo 18, 2011
Mira los finalistas del concurso Dona tu voz por los que no tienen voz
Mira los finalistas del concurso Dona tu voz por los que no tienen voz: "Mira los finalistas del concurso Dona tu voz por los que no tienen voz"
marzo 17, 2011
Gran talento artístico y 22 finalistas
Comparto con ustedes una gran iniciativa que estamos realizando en la SIP pero que lamentablemente está llegando a su fin, pero con excelentes resultados.
“Quisiera cantar un himno a los que ya no están”, es el verso inicial de una de las 22 canciones e interpretaciones artísticas del concurso de canto organizado por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en las redes sociales, cuyo objetivo es despertar mayor conciencia sobre la violencia contra la prensa y la impunidad que rodea a cientos de crímenes cometidos contra periodistas en los últimos años.
“Dona tu voz para los que no tienen voz” es el nombre del concurso que contó con el apoyo fundamental del reconocido productor musical Emilio Estefan, generando gran entusiasmo en las redes sociales, donde hoy la SIP escogió informar sobre los 22 finalistas que competirán por la canción que se espera será el himno contra la impunidad.
Las canciones de los finalistas - entre las que se destacan ritmos de protesta y pegajosos que van desde el hip-hop, rap, pop, baladas y tango, entre otros - se pueden escuchar y descargar en: http://www.donatuvoz.com/esp/concurso.html
Los finalistas fueron escogidas de entre más de 150 interpretaciones y letras “donadas” por artistas aficionados de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, Guatemala, Grecia, Guinea Ecuatorial, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Uno de los criterios de pre selección incluyó el número de votos que recibieron los artistas en la página www.donatuvoz.com
La fina lírica de algunos intérpretes habla de la pasión con la que se está desarrollando este certamen de canto, para el cual la SIP contrató a la firma Firefly, con sede en Miami, para la creación, producción y dirección del evento.
• “Está prohibido prohibir, más que prohibido matar… no está prohibido callar”, profundiza Laura Vargas de Uruguay.
• “Canto por la vida que tiene su final, pero te enseña a defender un ideal”, expresa la solista Juliana Castro de Argentina;
• “Quisiera cantar un himno a los que ya no están” clama Leonardo Lozano y su grupo de Colombia;
• “Canto por aquél que ya no puede hablar porque una bala asesina ha callado su voz”, reclama Armando Elonga de Guinea Ecuatorial.
• “Son las voces del silencio, son las voces del amor que conducen a la esperanza… que cambian el destino que cambian el corazón”, interpreta Fabiano Portugal de EE.UU.
Un jurado especial, compuesto por ejecutivos discográficos, académicos, periodistas, activistas de los derechos humanos y la libertad de prensa, tendrá la tarea de seleccionar a los tres primeros ganadores como intérpretes. También se premiará a otros concursantes que han participado solamente con lírica. Los primeros premios son recompensados económicamente y la mejor canción será producida a nivel profesional. Sin embargo, dado el entusiasmo generado, la SIP prevé producir un CD con las mejores interpretaciones que inspiren la lucha en contra de la impunidad.
El certamen iniciado a principios de noviembre, despertó la curiosidad de más de 250.000 personas de todas las Américas y de Polonia, Alemania, Arabia Saudita, India, Filipinas, Holanda, Estonia, Kazajstán y Chipre. Las canciones finalistas, en su conjunto, recibieron el apoyo de más de 57.000 mil votos entre miles de internautas que debieron registrarse para tal fin.
Los resultados sobre los ganadores serán informados a principios de abril, así como en la reunión semestral de la SIP que se celebrará en San Diego, California, del 6 al 9 de abril próximo. Algunos intérpretes serían invitados a la Conferencia Hemisférica sobre Impunidad que la SIP realizará con universidades de todo el continente en Puebla, México, el 25 y 26 de agosto de este año.
“Quisiera cantar un himno a los que ya no están”, es el verso inicial de una de las 22 canciones e interpretaciones artísticas del concurso de canto organizado por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en las redes sociales, cuyo objetivo es despertar mayor conciencia sobre la violencia contra la prensa y la impunidad que rodea a cientos de crímenes cometidos contra periodistas en los últimos años.
“Dona tu voz para los que no tienen voz” es el nombre del concurso que contó con el apoyo fundamental del reconocido productor musical Emilio Estefan, generando gran entusiasmo en las redes sociales, donde hoy la SIP escogió informar sobre los 22 finalistas que competirán por la canción que se espera será el himno contra la impunidad.
Las canciones de los finalistas - entre las que se destacan ritmos de protesta y pegajosos que van desde el hip-hop, rap, pop, baladas y tango, entre otros - se pueden escuchar y descargar en: http://www.donatuvoz.com/esp/concurso.html
Los finalistas fueron escogidas de entre más de 150 interpretaciones y letras “donadas” por artistas aficionados de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, Guatemala, Grecia, Guinea Ecuatorial, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Uno de los criterios de pre selección incluyó el número de votos que recibieron los artistas en la página www.donatuvoz.com
La fina lírica de algunos intérpretes habla de la pasión con la que se está desarrollando este certamen de canto, para el cual la SIP contrató a la firma Firefly, con sede en Miami, para la creación, producción y dirección del evento.
• “Está prohibido prohibir, más que prohibido matar… no está prohibido callar”, profundiza Laura Vargas de Uruguay.
• “Canto por la vida que tiene su final, pero te enseña a defender un ideal”, expresa la solista Juliana Castro de Argentina;
• “Quisiera cantar un himno a los que ya no están” clama Leonardo Lozano y su grupo de Colombia;
• “Canto por aquél que ya no puede hablar porque una bala asesina ha callado su voz”, reclama Armando Elonga de Guinea Ecuatorial.
• “Son las voces del silencio, son las voces del amor que conducen a la esperanza… que cambian el destino que cambian el corazón”, interpreta Fabiano Portugal de EE.UU.
Un jurado especial, compuesto por ejecutivos discográficos, académicos, periodistas, activistas de los derechos humanos y la libertad de prensa, tendrá la tarea de seleccionar a los tres primeros ganadores como intérpretes. También se premiará a otros concursantes que han participado solamente con lírica. Los primeros premios son recompensados económicamente y la mejor canción será producida a nivel profesional. Sin embargo, dado el entusiasmo generado, la SIP prevé producir un CD con las mejores interpretaciones que inspiren la lucha en contra de la impunidad.
El certamen iniciado a principios de noviembre, despertó la curiosidad de más de 250.000 personas de todas las Américas y de Polonia, Alemania, Arabia Saudita, India, Filipinas, Holanda, Estonia, Kazajstán y Chipre. Las canciones finalistas, en su conjunto, recibieron el apoyo de más de 57.000 mil votos entre miles de internautas que debieron registrarse para tal fin.
Los resultados sobre los ganadores serán informados a principios de abril, así como en la reunión semestral de la SIP que se celebrará en San Diego, California, del 6 al 9 de abril próximo. Algunos intérpretes serían invitados a la Conferencia Hemisférica sobre Impunidad que la SIP realizará con universidades de todo el continente en Puebla, México, el 25 y 26 de agosto de este año.
Corresponsales en la mira
Ser corresponsal de guerra es uno de los oficios más peligrosos. En estos días, las revueltas en los países árabes están confirmando esa tesitura. Esta semana en Libia el New York Times no sabe sobre el paradero de cuatros de sus periodistas y Humberto Trezzi, un corresponsal brasileño del grupo RBS de Porto Alegre, salió ileso del fuego cruzado entre rebeldes y oficialistas, después de que se lo había dado por desaparecido. Humberto fue entrenado en un curso que en la SIP ofrecíamos hasta el año pasado para corresponsales, junto a militares argentinos de Caecopaz, una fuerza de cascos azules de la ONU.
En mi columna de esta semana, Zonas de Exclusión, publicada en EE.UU. y varios diarios latinoamericanos expongo el tema:
“Cuando los autócratas temen una crisis, a lo primero que atinan es a maniatar a medios de comunicación y periodistas; pero estos premeditados apagones informativos suelen desencadenar mayores conflictos, con desenlaces no deseados.
La caída de los presidentes de Túnez y Egipto, y la suerte del régimen libio de Moamar el Kadafi, son la evidencia. Censurar a los medios y al internet o crear zonas de exclusión para prohibir el trabajo de los periodistas extranjeros, no les garantiza a los gobiernos que puedan continuar indefinidamente con sus políticas autoritarias.
La censura es una medida a corto plazo, porque la información siempre termina por filtrarse e imponerse. Por más que las noticias sean negativas, cuando fluyen, como ocurre en Libia, pueden incluso beneficiar al régimen. En este caso, EEUU, la OTAN y la Comunidad Europea no intervienen militarmente no porque no puedan o Rusia y China se opongan, sino porque están midiendo las posibles reacciones negativas de una opinión pública internacional informada y vigilante.
De todos modos, los gobiernos despóticos creen en la salvaguarda de la censura y que los corresponsales extranjeros son su mayor amenaza. Por eso les prohíben cubrir informaciones que consideran sensibles o los agreden, encarcelan, vigilan, les niegan las acreditaciones, retiran sus visas de trabajo o los expulsan.
A veces las agresiones son brutales y desmedidas. Esta semana, soldados del régimen libio simularon un fusilamiento contra corresponsales de la BBC de Londres en castigo por violar una zona de exclusión periodística, un hecho tan cercano a la tortura como el caso de Laura Logan, de la cadena estadounidense CBS, que fue violada por las turbas egipcias cuando cubría la caída de Hosni Mubarak.
Libia no es el único país donde los corresponsales sufren restricciones. En China, el gobierno impuso nuevas prohibiciones para que los periodistas no merodeen una plaza en Shangai y un barrio de Beijing adonde los internautas habían convocado a las “protestas de jazmín”, para reclamar todos los domingos por menos corrupción, más reformas y democracia.
En estos días, el gobierno chino, decidido a impedir protestas similares a las del mundo árabe, detuvo, vigiló y agredió a una treintena de miembros de la prensa extranjera, con la misma bestialidad que usa contra sus disidentes políticos. Una violencia que fue usual en el régimen de Irán en 2009, cuando se les prohibió a los corresponsales salir de sus hoteles para cubrir las protestas por el fraude electoral que llevó al poder al presidente Mahmud Ahmadineyad.
En Irán los periodistas solo tienen permitido cubrir marchas progubernamentales. Por eso esta semana fue expulsado el jefe de la agencia noticiosa francesa AFP y se les revocó la visa a otros 10 reporteros foráneos por cubrir una protesta de la oposición. Y en una forma muy creativa, como en China, se acusa a los periodistas ya sea de entrenar a hackers para que interfieran sitios oficiales de internet o de fabricar noticias. Muchas veces el argumento, como ocurrió a principios de mes en Panamá, cuando el gobierno de Ricardo Martinelli expulsó a dos cronistas españoles, es que los periodistas instigan al delito o arengan a las turbas para crear noticias.
Estas estrategias son usuales en el gobierno de Cuba, que sigue practicando una efectiva presión contra los corresponsales a través del Centro Internacional de Prensa, encargado de emitir acreditaciones. Si bien Cuba no ha expulsado corresponsales desde que en 2007 echó a los de El Universal de México, Chicago Tribune y la BBC, limita la cantidad de reporteros que pueden acreditar los medios extranjeros. Además, estos solo tienen que movilizarse con choferes y ayudantes que provee el gobierno, con la intención de que se delate cualquier conducta impropia de los reporteros.
Pero más allá de la censura a medios tradicionales y corresponsales, los regímenes autoritarios no contaban con la alianza estratégica que el periodismo viene tejiendo con los activos ciudadanos, con una comunicación más horizontal a través de internet, redes sociales y telefonía celular.
Así, como se observa en las crisis actuales, los déspotas no saben bien cómo lidiar con las nuevas tecnologías de la comunicación y el poder ciudadano. Advierten que la censura y las zonas de exclusión ya no les son suficientes para mantener su poder”.
En mi columna de esta semana, Zonas de Exclusión, publicada en EE.UU. y varios diarios latinoamericanos expongo el tema:
“Cuando los autócratas temen una crisis, a lo primero que atinan es a maniatar a medios de comunicación y periodistas; pero estos premeditados apagones informativos suelen desencadenar mayores conflictos, con desenlaces no deseados.
La caída de los presidentes de Túnez y Egipto, y la suerte del régimen libio de Moamar el Kadafi, son la evidencia. Censurar a los medios y al internet o crear zonas de exclusión para prohibir el trabajo de los periodistas extranjeros, no les garantiza a los gobiernos que puedan continuar indefinidamente con sus políticas autoritarias.
La censura es una medida a corto plazo, porque la información siempre termina por filtrarse e imponerse. Por más que las noticias sean negativas, cuando fluyen, como ocurre en Libia, pueden incluso beneficiar al régimen. En este caso, EEUU, la OTAN y la Comunidad Europea no intervienen militarmente no porque no puedan o Rusia y China se opongan, sino porque están midiendo las posibles reacciones negativas de una opinión pública internacional informada y vigilante.
De todos modos, los gobiernos despóticos creen en la salvaguarda de la censura y que los corresponsales extranjeros son su mayor amenaza. Por eso les prohíben cubrir informaciones que consideran sensibles o los agreden, encarcelan, vigilan, les niegan las acreditaciones, retiran sus visas de trabajo o los expulsan.
A veces las agresiones son brutales y desmedidas. Esta semana, soldados del régimen libio simularon un fusilamiento contra corresponsales de la BBC de Londres en castigo por violar una zona de exclusión periodística, un hecho tan cercano a la tortura como el caso de Laura Logan, de la cadena estadounidense CBS, que fue violada por las turbas egipcias cuando cubría la caída de Hosni Mubarak.
Libia no es el único país donde los corresponsales sufren restricciones. En China, el gobierno impuso nuevas prohibiciones para que los periodistas no merodeen una plaza en Shangai y un barrio de Beijing adonde los internautas habían convocado a las “protestas de jazmín”, para reclamar todos los domingos por menos corrupción, más reformas y democracia.
En estos días, el gobierno chino, decidido a impedir protestas similares a las del mundo árabe, detuvo, vigiló y agredió a una treintena de miembros de la prensa extranjera, con la misma bestialidad que usa contra sus disidentes políticos. Una violencia que fue usual en el régimen de Irán en 2009, cuando se les prohibió a los corresponsales salir de sus hoteles para cubrir las protestas por el fraude electoral que llevó al poder al presidente Mahmud Ahmadineyad.
En Irán los periodistas solo tienen permitido cubrir marchas progubernamentales. Por eso esta semana fue expulsado el jefe de la agencia noticiosa francesa AFP y se les revocó la visa a otros 10 reporteros foráneos por cubrir una protesta de la oposición. Y en una forma muy creativa, como en China, se acusa a los periodistas ya sea de entrenar a hackers para que interfieran sitios oficiales de internet o de fabricar noticias. Muchas veces el argumento, como ocurrió a principios de mes en Panamá, cuando el gobierno de Ricardo Martinelli expulsó a dos cronistas españoles, es que los periodistas instigan al delito o arengan a las turbas para crear noticias.
Estas estrategias son usuales en el gobierno de Cuba, que sigue practicando una efectiva presión contra los corresponsales a través del Centro Internacional de Prensa, encargado de emitir acreditaciones. Si bien Cuba no ha expulsado corresponsales desde que en 2007 echó a los de El Universal de México, Chicago Tribune y la BBC, limita la cantidad de reporteros que pueden acreditar los medios extranjeros. Además, estos solo tienen que movilizarse con choferes y ayudantes que provee el gobierno, con la intención de que se delate cualquier conducta impropia de los reporteros.
Pero más allá de la censura a medios tradicionales y corresponsales, los regímenes autoritarios no contaban con la alianza estratégica que el periodismo viene tejiendo con los activos ciudadanos, con una comunicación más horizontal a través de internet, redes sociales y telefonía celular.
Así, como se observa en las crisis actuales, los déspotas no saben bien cómo lidiar con las nuevas tecnologías de la comunicación y el poder ciudadano. Advierten que la censura y las zonas de exclusión ya no les son suficientes para mantener su poder”.
marzo 16, 2011
Tenemos 22 finalistas en Dona tu Voz
Escuchen y descarguen las canciones de estos estupendos 22 talentosos artistas que nos donaron sus voces e interpretaciones para crear mayor conciencia sobre la violencia en contra de la violencia y la impunidad que rodea a los críemens contra periodistas
Dona tu voz por los que no tienen voz
Dona tu voz por los que no tienen voz
marzo 15, 2011
Japón nos enseña dos cosas
La tragedia en Japón nos enseña dos cosas. La prevención, la preparación y las precauciones en materia de desastres naturales ahorran muchas vidas; pero la creencia de que todo es previsible, seguro y manejable en materia de energía atómica es solo un espejismo, una ilusión o una quimera.
Solo basta pensar qué hubiera pasado en Haití o en Chile el año pasado si un sismo y un tsunami como el que el pasado viernes le tocó a Japón, hubiera desplegado toda su furia. En Haití los más de 300 mil muertos y en Chile lo casi mil, hubieran sido solo una pequeña porción de la tragedia.
Japón tiene muchos muertos y pueblos arrasados, pero gracias a sus sistemas de prevención ha podido ahorrar cientos de miles de vidas. Muchas personas escaparon a la tragedia por el solo hecho de haber sido advertidos con tiempo, gracias a sistemas que se empezaron a implementar hace décadas y a que sus ciudadanos son instruidos en el arte de lidiar con las catástrofes como nadie. Los niños aprenden cómo prepararse y la supervivencia, la solidaridad y la calma se han transformado en una forma de vida. Hemos podido observar cómo la gente, a pesar de la conmoción, hace filas, está en orden, respeta a los demás y no se produjeron escenas de desesperados que se aprovechan de lo ajeno. Los chilenos y haitianos se mostraron diferentes y los hemos justificado porque la tragedia puede sacar a todos de su quicio. Lo de Japón y su tranquilidad, en cambio, pareció desquiciarnos.
Pero Japón nos dio otra lección y la humanidad hoy se encuentra repensando la utilidad y la seguridad de la energía nuclear. Ésta es tal vez la más limpia, pero a pesar de todo el minucioso proceso de seguridad, también es la más insegura o, al menos, la que percibimos como la más insegura.
Lo importante es que como nunca antes, con las comunicaciones tan globalizadas, estamos aprendiendo como nunca sobre los pros y contras de la energía nuclear. Y los gobiernos, a pesar de que mucho no les agrade, se ven cada vez más obligados a ser transparentes y rendir cuentas. De ahí que ahora deban lidiar con una opinión pública internacional demasiado ignorante, por lo que varios gobiernos actúan de acuerdo a los vaivenes electorales, como el caso del Alemán que debió mantener apagados varios reactores, o están pagando su imagen con una mala percepción del público debido a que no pueden contrarrestar a tiempo el sensacionalismo que despliegan muchos medios de comunicación.
Lo cierto es que la energía atómica no solo representa su vulnerabilidad ante una catástrofe natural de las dimensiones del terremoto de Japón, sino que también nos hace pensar cuán vulnerable puede ser ante un minúsculo ataque de algún terrorista o de algún desperfecto de ingeniería o de un ciber ataque.
Una nube radioactiva como la que se desprendió de Fukushima, trae a la memoria la radioactividad mortal de Chernobyl en Rusia y los problemas de Three Mile Island en EEUU. Nuestros parámetros y percepciones están nuevamente cambiando, y de ella depende la suerte de la energía nuclear para el futuro.
Si en Japón, uno de los países más desarrollados del mundo, con la sofisticación de haber sido hasta hace poco la segunda economía mundial y capacitado en la cultura de la prevención, estos accidentes pasan; qué confianza podemos tener en las centrales de Argentina, Brasil y México.
Solo basta pensar qué hubiera pasado en Haití o en Chile el año pasado si un sismo y un tsunami como el que el pasado viernes le tocó a Japón, hubiera desplegado toda su furia. En Haití los más de 300 mil muertos y en Chile lo casi mil, hubieran sido solo una pequeña porción de la tragedia.
Japón tiene muchos muertos y pueblos arrasados, pero gracias a sus sistemas de prevención ha podido ahorrar cientos de miles de vidas. Muchas personas escaparon a la tragedia por el solo hecho de haber sido advertidos con tiempo, gracias a sistemas que se empezaron a implementar hace décadas y a que sus ciudadanos son instruidos en el arte de lidiar con las catástrofes como nadie. Los niños aprenden cómo prepararse y la supervivencia, la solidaridad y la calma se han transformado en una forma de vida. Hemos podido observar cómo la gente, a pesar de la conmoción, hace filas, está en orden, respeta a los demás y no se produjeron escenas de desesperados que se aprovechan de lo ajeno. Los chilenos y haitianos se mostraron diferentes y los hemos justificado porque la tragedia puede sacar a todos de su quicio. Lo de Japón y su tranquilidad, en cambio, pareció desquiciarnos.
Pero Japón nos dio otra lección y la humanidad hoy se encuentra repensando la utilidad y la seguridad de la energía nuclear. Ésta es tal vez la más limpia, pero a pesar de todo el minucioso proceso de seguridad, también es la más insegura o, al menos, la que percibimos como la más insegura.
Lo importante es que como nunca antes, con las comunicaciones tan globalizadas, estamos aprendiendo como nunca sobre los pros y contras de la energía nuclear. Y los gobiernos, a pesar de que mucho no les agrade, se ven cada vez más obligados a ser transparentes y rendir cuentas. De ahí que ahora deban lidiar con una opinión pública internacional demasiado ignorante, por lo que varios gobiernos actúan de acuerdo a los vaivenes electorales, como el caso del Alemán que debió mantener apagados varios reactores, o están pagando su imagen con una mala percepción del público debido a que no pueden contrarrestar a tiempo el sensacionalismo que despliegan muchos medios de comunicación.
Lo cierto es que la energía atómica no solo representa su vulnerabilidad ante una catástrofe natural de las dimensiones del terremoto de Japón, sino que también nos hace pensar cuán vulnerable puede ser ante un minúsculo ataque de algún terrorista o de algún desperfecto de ingeniería o de un ciber ataque.
Una nube radioactiva como la que se desprendió de Fukushima, trae a la memoria la radioactividad mortal de Chernobyl en Rusia y los problemas de Three Mile Island en EEUU. Nuestros parámetros y percepciones están nuevamente cambiando, y de ella depende la suerte de la energía nuclear para el futuro.
Si en Japón, uno de los países más desarrollados del mundo, con la sofisticación de haber sido hasta hace poco la segunda economía mundial y capacitado en la cultura de la prevención, estos accidentes pasan; qué confianza podemos tener en las centrales de Argentina, Brasil y México.
marzo 14, 2011
¿Universidades o fútbol?
En América Latina estamos muy atrasados en materia educativa, la disciplina por la cual se puede prever el futuro. Con la calidad universitaria actual, el porvenir está comprometido.
En un estudio reciente realizado por la firma Ipos Media a pedido del diario británico The Times, no figura ninguna universidad latinoamericana entre las más destacadas de una lista de 200 que encabeza la estadounidense Universidad de Harvard.
En el informe, con cierto sarcasmo, pero como realidad objetiva, se destaca que la región "no causa la misma sensación que sus equipos de fútbol".
Creería que se refiere a selecciones nacionales de fútbol, porque de equipos de clubes de fútbol en general, la exportación y sangría de jugadores viene debilitando al deporte en forma progresiva, de ahí que los clubes sudamericanos ya no integren la lista de equipos conformada mayormente por italianos, británicos y españoles y que encabeza hoy en día el Barcelona.
Lamentablemente el fútbol no salvará a América Latina del subdesarrollo, sí lo harían universidades mejores, con presupuesto adecuado, con plantillas estables de profesores dedicados a la investigación, con programas de “outreach” o de alcance a la comunidad.
De las 10 mejores universidades encontradas en la encuesta entre 13.388 académicos de 131 países, hay siete estadounidenses y tres inglesas, de un total de 72 norteamericanas, 29 británicas, 14 alemanas, 10 holandesas y seis chinas.
Estas son las 10 mejores universidades del mundo: 1. Harvard; 2. Instituto de Tecnología de California; 3. Massachusetts Institute of Technology (MIT); 4. Stanford; 5. Princeton; 6. Cambridge; 7. Oxford; 8. California, Berkeley; 9. Imperial College; y 10. Yale.
Ojalá en los próximos años en América Latina nos sintamos más orgullosos por tener mejores universidades que clubes de fútbol.
En un estudio reciente realizado por la firma Ipos Media a pedido del diario británico The Times, no figura ninguna universidad latinoamericana entre las más destacadas de una lista de 200 que encabeza la estadounidense Universidad de Harvard.
En el informe, con cierto sarcasmo, pero como realidad objetiva, se destaca que la región "no causa la misma sensación que sus equipos de fútbol".
Creería que se refiere a selecciones nacionales de fútbol, porque de equipos de clubes de fútbol en general, la exportación y sangría de jugadores viene debilitando al deporte en forma progresiva, de ahí que los clubes sudamericanos ya no integren la lista de equipos conformada mayormente por italianos, británicos y españoles y que encabeza hoy en día el Barcelona.
Lamentablemente el fútbol no salvará a América Latina del subdesarrollo, sí lo harían universidades mejores, con presupuesto adecuado, con plantillas estables de profesores dedicados a la investigación, con programas de “outreach” o de alcance a la comunidad.
De las 10 mejores universidades encontradas en la encuesta entre 13.388 académicos de 131 países, hay siete estadounidenses y tres inglesas, de un total de 72 norteamericanas, 29 británicas, 14 alemanas, 10 holandesas y seis chinas.
Estas son las 10 mejores universidades del mundo: 1. Harvard; 2. Instituto de Tecnología de California; 3. Massachusetts Institute of Technology (MIT); 4. Stanford; 5. Princeton; 6. Cambridge; 7. Oxford; 8. California, Berkeley; 9. Imperial College; y 10. Yale.
Ojalá en los próximos años en América Latina nos sintamos más orgullosos por tener mejores universidades que clubes de fútbol.
marzo 13, 2011
Bipolaridad a la cubana: Biscet y Gross
Cuba no ha dejado de regalarnos sorpresas en las últimas semanas. Por sus procederes recientes confirma que el régimen deambula con su personalidad bipolar entre medio de su esquizofrenia y su paranoia. Lo demuestra Fidel Castro con sus columnas que pretenden mayor cerramiento y las aperturas que su hermano Raúl quiere hacer desde el poder.
En realidad, los gobernantes cubanos nos regalan una de cal y otra de arena. Lo más positivo del año fue que esta semana el régimen liberó al disidente Oscar Elías Biscet, a pesar de que aceptó su liberación a cambio de no ser desterrado.
Aunque este médico opositor - quien estaba cumpliendo cárcel por una condena de 25 años desde el 2002 (ya había estado preso por tres años de 1999) por ‘‘actos contra la soberanía y la independencia del territorio nacional'' – está en libertad condicional y por cualquier motivo podrá ser reenviado a la cárcel, es igualmente una luz de esperanza para el movimiento disidente de la isla.
Pero cuando el régimen parecía congraciarse con la comunidad internacional, especialmente con la administración de Barack Obama que sigue relajando el embargo hacia la isla, la Justicia cubana (es decir el gobierno) condenó al contratista estadounidense Alan Gross, de 61 años.
La condena de Gross es a 15 años de cárcel por el uso de sistemas de comunicaciones entregados a la comunidad judía, considerado por el régimen un “proyecto subversivo del gobierno de Estados Unidos” por propiciar “actos contra la independencia o integridad territorial del Estado” para destruir el régimen de gobierno.
Seguramente el gobierno cubano busca así canjear a Gross con los cinco espías cubanos presos en EEUU, aunque las diferencias entre lo que hacían unos y otros es abismal.
De todos modos, lo de Gross, quien dependía de una agencia gubernamental para EEUU para sus actividades de donaciones de equipos de comunicación en la isla, tendrá que analizarse también desde el punto de vista de la soberanía de los estados y la intromisión que los gobiernos pueden hacer en otros países aunque los objetivos, como en este caso, sean loables, como es el de propiciar una mejor comunicación, mayor libertad de expresión y democracia.
Por lo pronto, Cuba nos sigue sorprendiendo con este tipo de noticias contradictorias dentro de un esquema político bipolar.
En realidad, los gobernantes cubanos nos regalan una de cal y otra de arena. Lo más positivo del año fue que esta semana el régimen liberó al disidente Oscar Elías Biscet, a pesar de que aceptó su liberación a cambio de no ser desterrado.
Aunque este médico opositor - quien estaba cumpliendo cárcel por una condena de 25 años desde el 2002 (ya había estado preso por tres años de 1999) por ‘‘actos contra la soberanía y la independencia del territorio nacional'' – está en libertad condicional y por cualquier motivo podrá ser reenviado a la cárcel, es igualmente una luz de esperanza para el movimiento disidente de la isla.
Pero cuando el régimen parecía congraciarse con la comunidad internacional, especialmente con la administración de Barack Obama que sigue relajando el embargo hacia la isla, la Justicia cubana (es decir el gobierno) condenó al contratista estadounidense Alan Gross, de 61 años.
La condena de Gross es a 15 años de cárcel por el uso de sistemas de comunicaciones entregados a la comunidad judía, considerado por el régimen un “proyecto subversivo del gobierno de Estados Unidos” por propiciar “actos contra la independencia o integridad territorial del Estado” para destruir el régimen de gobierno.
Seguramente el gobierno cubano busca así canjear a Gross con los cinco espías cubanos presos en EEUU, aunque las diferencias entre lo que hacían unos y otros es abismal.
De todos modos, lo de Gross, quien dependía de una agencia gubernamental para EEUU para sus actividades de donaciones de equipos de comunicación en la isla, tendrá que analizarse también desde el punto de vista de la soberanía de los estados y la intromisión que los gobiernos pueden hacer en otros países aunque los objetivos, como en este caso, sean loables, como es el de propiciar una mejor comunicación, mayor libertad de expresión y democracia.
Por lo pronto, Cuba nos sigue sorprendiendo con este tipo de noticias contradictorias dentro de un esquema político bipolar.
marzo 12, 2011
Mil post y miles de agradecimientos
Celebro hoy mi entrada número 1.000 (mil) en este blog, con un agradecimiento enorme a los que me leen desde que empecé esta publicación el 15 de abril de 2008, y a aquellos que dejan todo tipo de comentarios y argumentos; disintiendo, consintiendo.
Decidí ser bloguero para tener un espacio propio donde canalizar lo que antes hubiera volcado en las charlas de café con amigos o en las redacciones con mis colegas periodistas; pero sobre todo, convencido de que era necesario extender la formalidad de mi trabajo como funcionario y encargado de libertad de prensa de la Sociedad Interamericana de Prensa a un nivel más informal, íntimo, relajado, aunque siempre con el norte puesto en que no puede haber verdadera democracia sin libertad de prensa.
Mi blog es de opinión y de protesta; lo concebí como un lugar para orientar sobre temas de libre expresión. No es un espacio de investigación. Pero desde aquí alabo, honro, apoyo y comprendo a quienes eligieron esa tarea esencial para burlar la censura y la brutalidad de los déspotas, aún a pesar de pagarlo con cárcel, agravios y agresiones. Me siento honrado de pertenecer a esta comunidad de blogueros que emergió como un canto a la libertad gracias a las nuevas tecnologías.
Y aunque los blogs parezcan una antigüedad frente a otras formas de comunicación horizontal que emergieron gracias al internet, como las redes sociales, y a la telefonía celular con sus mensajes de texto, siempre serán un espacio adecuado para acomodar los pensamientos, los argumentos, las convicciones y los sentimientos (furias y alegrías).
Después de estos 1,000 post, si de algo estoy convencido, es que no cejaré jamás de reclamar por un mundo con mayor libertad de expresión; aunque esto implica tener que tolerar los agravios provenientes de ciber militantes contratados por gobiernos o empujados por convicciones propias, que tienen la tarea de insultar para generar autocensura.
La libertad de prensa y la libertad de expresión son disciplinas sin las cuales jamás se podría construir una verdadera sociedad equilibrada, equitativa, justa y democrática.
Agradezco a todos por su acompañamiento y si me permiten un consejo, hagan su propio blog. Es una buena manera de expresión, además de que con la escritura se practica la disciplina y la voluntad, atributos que sirven para ordenar los pensamientos.
Muchas gracias.
marzo 11, 2011
Justicia aplaca al kirchnerismo
A la presidenta argentina Cristina Kirchner, y muchos menos al canciller Héctor Timerman, no les debe haber gustado para nada que la Justicia hay resuelto que no hubo delito en el caso del avión de EE.UU, por las irregularidades de una carga destinada al entrenamiento de policías.
El caso se había salido de desproporciones después de fuertes ataques del oficialismo argentino que pusieron al gobierno estadounidense a la defensiva, ante acusaciones sobre entrada ilegal al país de armas, explosivos, equipos de comunicación, drogas y medicamentos vencidos.
Lo peor de todo fue que el gobierno argentino alardeó mucha arrogancia con un tema que debería haberse quedado dentro de los muros de la Aduana y que no debería haberse politizado. De esta forma, Argenina perdió puntos debilitando una relación bilateral que siempre es mejor fortalecer. Es decir, pelearse con EE.UU y especialmente porque se daría entrenamiento a policías argentinos, recuerda las políticas adoptadas por los gobiernos de Ecuador, Bolivia y Venezuela de estar echando diplomáticos y agentes antinarcótico con el único propósito de demarcar la cancha del nacionalismo.
El juez en lo penal económico Marcelo Aguinsky decidió archivar el caso por inexistencia de delito. Ahora les tocará a otros jueces en lo administrativo analizar si hubo violación de normas y disponer eventuales sanciones.
Más allá del freno de la justicia, es muy probable que Timerman siga insistiendo con sus ataques directos y personales, lo que debería erradicarse de la diplomacia argentina, para el bien del país.
Donen sus voces; quedan pocos días
Dona tu voz por los que no tienen voz
Visiten la página "Dona tu voz por los que no tienen voz" y podrán apreciar las canciones que mucha gente envió para protestar en contra de la impunidad que rodea a los crímenes contra los periodistas y por la violencia en contra de la prtensa, que representa un atentado en contra del derecho del público a estar informado.
En la SIP estamos orgullosos de la gran participación de la gente y por la capacidad creativa en torno a este tema. Muchas de las canciones merecerían terminar como himnos de nuestra causa en contra de la impunidad.
Este 15 de marzo cierra el plazo para presentar videos y canciones y letras de canciones. El jurado de expertos tendrá un veredicto para principios de abril.
Visiten la página "Dona tu voz por los que no tienen voz" y podrán apreciar las canciones que mucha gente envió para protestar en contra de la impunidad que rodea a los crímenes contra los periodistas y por la violencia en contra de la prtensa, que representa un atentado en contra del derecho del público a estar informado.
En la SIP estamos orgullosos de la gran participación de la gente y por la capacidad creativa en torno a este tema. Muchas de las canciones merecerían terminar como himnos de nuestra causa en contra de la impunidad.
Este 15 de marzo cierra el plazo para presentar videos y canciones y letras de canciones. El jurado de expertos tendrá un veredicto para principios de abril.
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