Publiqué hace poco mi novela futurística en Amazon: "Robots con Alma: atrapados entre la verdad y la libertad". En este blog trato de temas de actualidad referidos a los valores de la verdad y la libertad. Blog por Ricardo Trotti
noviembre 18, 2012
noviembre 15, 2012
Ni triunfadores ni vencidos
Comparto con ustedes la columna del fin de semana pasado sobre las elecciones que parecieran que hubieran quedado en el pasado pretérito, dada las últimas instancias que sacuden a la opinión pública estadounidense en estos días, tras la renuncia a la CIA del general David Petraus y las implicaciones de sus relaciones premaritales.
Esta es mi columna sobre la victoria de Obama y la derrota de Romney:
La división en partes iguales del electorado estadounidense
demanda moderación y humildad. Ni el inquilino de la Casa Blanca ni la mayoría
republicana elegida para la Cámara de Diputados pueden sentirse triunfalistas.
El llamado de los electores, incluido el 42% que no salió a votar, invita a
demócratas y republicanos a la reconciliación.
No será fácil. Ninguno de los dos partidos querrá traicionar
la confianza electoral de sus constituyentes. Pero si para diciembre no logran
consenso sobre cómo resolver el abismo fiscal, sanear cuentas fiscales y que
los 23 millones de desempleados empiecen a tener esperanza, corren el riesgo de
impulsar otra recesión económica y mayor desconfianza en Washington.
Pese al triunfalismo mostrado en los medios de
comunicación y las redes sociales, Barack Obama ganó pero no puede sentirse
triunfador. Sacó menos votos que en 2008 cuando obtuvo más de 69 millones. Los
republicanos no deben sentirse vencidos, en los estados que decidieron la
contienda, como Ohio, Virginia y Florida, el margen de diferencia fue mínimo,
casi del uno por ciento. Además, es normal que un presidente gane la relección;
Obama es el noveno en lograrlo en los últimos 100 años, salvo excepciones más
recientes como el demócrata Jimmy Carter y el republicano George Bush padre.
Del otro lado de la moneda, es importante observar que
con más de 60 millones de votos, Obama ganó con más de lo que preveía. Mientras
que Mitt Romney con casi 58 millones de votos, obtuvo un millón menos que John
McCain en 2008. Y eso que McCain tenía enormes desventajas en comparación. Tuvo
que defender dos guerras y una economía en picada que heredaba de George Bush
hijo y no consiguió recaudar dinero para la contienda electoral.
Obama y Romney también perdieron juntos. La masiva concurrencia
mostrada en imágenes de largas filas frente a las urnas, fue una ilusión óptica
o producto de una mejor cobertura televisiva. Solo un 58 por ciento acudió a votar,
cuatro puntos menos que en 2008 y dos menos que en 2004. La falta de
movilización contrasta con una campaña electoral que, para todos los cargos en
disputa, fue la más cara de la historia y del mundo, con un monto superior a
los seis billones de dólares.
También perdió aquella frase de “Es la economía,
estúpido” que definía las elecciones. Romney se aferró a criticar los yerros
económicos de los primeros cuatro años de Obama, mientras que Obama logró
esquivar el bulto castigando al extremismo de los republicanos más conservadores,
imponiendo en la agenda temas como el aborto, los anticonceptivos, la
inmigración, los matrimonios entre personas del mismo sexo, la salud pública y la
legalización de las drogas.
Gracias a esos temas, el país todo es el que ganó.
El mensaje es que el bolsillo no es lo único que importa, también el capital
social. Eso quedó espejado en el nuevo Congreso que asumirá en enero, que a
réplica de la demografía actual, contará con la mayor cantidad de mujeres y de
hispanos de la historia. Habrá 20 mujeres en el Senado y 77 en la Cámara de
Diputados. Los latinos tendrán 28 diputados y tres senadores y, además, los afroamericanos
tendrán 43 legisladores y los asiático-americanos, 10. Cinco homosexuales y una
congresista bisexual, también serán de la partida.
Los izquierdistas del mundo tampoco deben apoderarse
de triunfalismo con Obama. La diferencia entre demócratas y republicanos tiene que
ver con objetivos económicos y con el papel regulador del Estado, pero no con
el remplazo del sector privado. La visión política y económica es la misma.
Creen y defienden el libre mercado, las ideas y la creatividad, así como en los
sagrados valores de libertad individual y persecución de la felicidad,
establecidos en la Declaración de Independencia de 1776.
Nadie puede sentirse triunfalista ni derrotado. La
política estadounidense es cíclica y siempre el vencido reaparece con un
candidato joven y prometedor. Bill Clinton, Barack Obama y George Bush hijo, demuestran
que los partidos vuelven con mejores y jóvenes apuestas para recuperar la Casa
Blanca.
Lo importante sería que para el 2016, demócratas
y republicanos respeten esa mejor representación demográfica del país; y que
los mejores candidatos a presidente, además de jóvenes, sean mujeres e
hispanos.
noviembre 14, 2012
Incoherencia: Venezuela en DDHH
Hugo Chávez consiguió lo que pretendía, que Venezuela entre al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas a partir de enero próximo.
De esta forma, uno de los países que mas ha desacatado recomendaciones sobre el mejoramiento de derecho humanos en su territorio hechas por ese Consejo, y que desconoce las medidas y decisiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la Corte Interamericana, será, contradictoriamente, una de las naciones que supervisará los DD HH en el mundo.
Según un cable de AP, entre 2011 y 2012, más de 70 países evaluaron la situación de los derechos humanos en Venezuela mediante el Examen Periódico Universal. Chavez acogió 97 recomendaciones y rechazó 38.
Aceptó las generales sobre ratificación de pactos internacionales, sin embargo desacató todas aquellas que tuvieron que ver con libertad de expresión, de prensa, independencia judicial y sobre detenciones arbitrarias, entre otras.
Chávez ha echado de su país a funcionarios de la CIDH, de Human Rights y no ha permitido e ingreso de otros organismos de supervisión de los derechos humanos. También, junto al presidente Rafael Correa de Ecuador, lidera la propuesta de reforma de la CIDH, que no es mas que una represalia por sus decisiones sobre ambos países, es decir, una forma de neutralizara y hacerla menos autónoma de los países de la OEA.
El gobierno de Chávez en el Consejo de DDHH es una total incoherencia. No es la única.
noviembre 10, 2012
Cristina vs. Dilma; de nuevo
Hace poco escribí sobre las diferencias notables que Cristina de
Kirchner y Dilma Rousseff tienen respecto a la filosofía de su mandato,
haciendo un paralelismo sobre los discursos que ambas ofrecieron en la Universidad
de Harvard, en diferentes actividades este año.
Aunque el dicho diga que las comparaciones son odiosas, creo que es la
mejor manera para mostrar las realidades. En estos días, cuando en Brasil se
está desarrollando uno de los juicios anti corrupción más grande de la historia
que tiene como protagonistas al partido oficialista, y cuando en Argentina un
amplio sector de la población salió a las calles el 8 de noviembre, cacerolas
en mano, para protestar en contra de las poco eficaces medidas del gobierno en
materia de seguridad y economía, una vez más, ambas mandatarias fueron muy
transparentes sobre su visión política.
Durante la Conferencia Internacional Anticorrupción celebrada en
Brasilia, la presidenta Rousseff hizo una destacada defensa del valor de la
libertad de prensa y del flujo informativo, pese a decir que muchas veces la
información es exagerada.
"Es preferible el ruido de
los periódicos al silencio de tumba de las dictaduras”, dijo la presidente
brasileña, recordando épocas en que fue prisionera por tres años y torturada
por la dictadura de su país. Una sentencia suficiente para comprender el valor
que le da a la información, lo que además es consecuente con varias medidas
adoptadas en Brasil para favorecer el flujo informativo, como la Ley de Acceso
a la Información Pública.
Respecto a la transparencia y la corrupción, Rousseff recordó que es
papel del Estado combatirla, mediante la Fiscalía General, la Policía Federal y
la prensa libre; que hay más de 100 proyectos de ley en ese sentido y que se
combate actualmente a través de órganos
de control ético, de la Ley de Transparencia y de la Fiche Limpia, que impide a
políticos presentarse a cargos electivos si tuvieron condenas en alguna
instancia.
Por último, la mandataria hizo una defensa sobre el
valor de las instituciones y dijo que no son ellas las que se corrompen, sino
las personas.
Cristina de Kirchner, por otro lado, quien no es
conocida por el valor que le da a la lucha contra la corrupción, considera que
los medios de comunicación y los periodistas son los grandes conspiradores de
su mandato, a los que les achaca todos los males que padece su gobierno. En el
anterior cacerolazo y en el reciente del N8, la presidente argentina, cree que
se esconde la mano de Clarín, La Nación y de otros diarios a los que acusa de
luchar por sus intereses empresarios y que los que marcharon cacerola en mano
no tenían idea de por qué lo hacían o que eran contratados por la oligarquía de
la prensa nacional para hacerlo.
Cristina de Kirchner se mofó, ironizó y tuvo frases
sarcásticas por doquier para desacreditar a muchos argentinos. Como siempre, el
gobierno de Kirchner prefiere la confrontación al diálogo, la chicana a la
tolerancia. Y lamentablemente, después de todo el descrédito que le achaca a
los involucrados que se convocaron por Facebook, dice que en el país las
marchas demuestran que existe amplia libertad de expresión.
Creo que en ese sentido, la presidenta se equivoca,
de la misma forma que lo hace cuando habla del 54% de apoyo que obtuvo en las
urnas. Primero, la libertad de expresión demanda tolerancia y respeto por las
opiniones diversas y acciones en consecuencia, por ejemplo una ley de acceso a
la información y, sobretodo, no tomar represalias contra quienes disienten.
Segundo, el mandato mayor de una democracia no involucra el poder electoral –
que dicho sea de paso muchas veces en Argentina, bajo cualquier tipo de
gobierno fue manipulado y hubo más clientelismo que otra cosa – sino gobernar
de cara a las minorías, construyendo un país incluyente, diverso y plural; y no
tratar de des construir y crear clases diferentes de personas, cuya
consecuencia será siempre un país dividido, polarizado y cada vez más alejado
del bien común (léase) del bien de todos.
noviembre 08, 2012
Deber de escuchar… a las cacerolas
El
gobierno de Cristina de Kirchner debe esta vez escuchar el ruido de las
cacerolas de este N8 y actuar en consecuencia.
La
protesta es masiva e indicativa que hay gran porcentaje de la población que
estima que sus políticas están erradas. Es verdad que fue elegida por un 54% de
los votos, pero a esta altura en lugar de desacreditar a quienes marchan o a
sus motivaciones, el gobierno debería empezar por escuchar.
¿Cómo
hacerlo en una situación tan polarizada donde tantas organizaciones, individuos
y partidarios de sus políticas se podrían ofender si ella les diera la espalda?
Simple. El gobierno podría utilizar a una empresa de medición de opiniones para
que ausculte el sentimiento de la gente y pueda escuchar en forma directa
cuales son los reclamos o la prioridad de los mismos: Si se trata de la
seguridad, de la economía, de la relección, del cepo cambiario, de las faltas
de libertades, de la arrogancia o la falta de confianza en los dirigentes, etc…
Midiendo
esas opiniones podrá saber cuales son las prioridades de la gente, ya que a
esta altura muchos son los temas y también es verdad que algunos pueden
aprovechar a plantear sus intereses, lo que no necesariamente puede estar
sincronizado con las verdaderas y más inquietantes necesidades. Y de esa forma
podrá actuar en consecuencia, hacer ajustes y reformas y podrá también, como
hoy lo expresó la Presidenta, no hacer cosas que crea que van en contra de sus principios,
aunque deberá recordar que ella es empleada de todos, debe pretender el bien
común no defender sus intereses. Debe sobretodo, no privilegiar a unos sectores
sobre otros.
Un buen
gobierno debe saber escuchar y debe tener la actitud de diálogo. Hoy Cristina de
Kirchner tiene esa oportunidad. Gran parte de su pueblo se lo pide.
noviembre 07, 2012
Republicanos sin fiesta, como decían los sondeos
Nota
a pedido del diario La Voz del Interior, Córdoba, Argentina, que redacté en la
cobertura del acto final de los republicanos. Por Ricardo Trotti, especial
desde Boston, 07/11/2012 00:01 por Ricardo Trotti
Entrada
la noche, mientras se conocían los primeros resultados dentro de la sede
central de campaña de Mitt Romney, en el Centro de Convenciones de
Boston
en el sur de la ciudad, miles de partidarios se enfocaban en sus teléfonos
inteligentes, tabletas y en los monitores, para seguir los resultados con la
misma ansiedad de semanas pasadas, cuando las encuestas nunca apostaron por un
claro ganador.
Pero la ansiedad duró hasta las 23.14 de
Boston, cuando sobrevino la frustración. Mientras en las pantallas gigantes del
recinto las cadenas nacionales mostraban que Barack Obama acababa de alcanzar
273 electores, tres más de los requeridos para ocupar la Casa Blanca, y la
multitud explotaba de alegría en Chicago, el presidente enviaba su primer tuit
y sentencia de la noche: “Esto pasó debido a ustedes. Gracias”.
La noche nunca fue buena dentro del
Centro de Convenciones. Nadie festejó cuando se anunciaron los primeros
resultados con Romney cuando obtenía ocho electores por el estado de Kentucky y
Obama sus primeros tres de Vermont.
De reojo, y con mayor atención, todos
miraban a la pantalla gigante con los datos de la Florida, uno de los estados
indecisos que, minuto a minuto, iba cambiando de color según se adelantaba el
voto demócrata o el republicano, sabiendo que 29 electores eran esenciales para
llegar a la Casa Blanca.
Poco a poco, temprano en la noche, las
pantallas gigantes mostraban los votos de Indiana, Virginia, Carolina del Norte
y Ohio, entre otros estados, y si bien Romney seguía favorecido por el voto
popular, se sabía que la carrera en el Colegio Electoral iría por otra
dirección, tal como las encuestas de boca de urna y sondeos previos habían
pronosticado.
Nadie festejaba con la ventaja
momentánea, sabiendo que sólo un milagro podría hacer que Nueva York con 29
electores, New Jersey 14 y Ohio con 18, renegaran de su tradición demócrata.
Nadie dentro del Centro parecía reparar
que los republicanos mantendrían la Cámara de Diputados y con ello el balance
de poderes en el gobierno. Todos estaban concentrados en la carrera cabeza a
cabeza de Romney y en imágenes del ícono neoyorquino, el Empire State Building,
en cuya cúspide dos luces, azul demócrata y roja republicana, trepaban según el
conteo de electores.
Todo seguía bastante frío como la
temperatura exterior de cero grados, donde quedó una multitud que no consiguió
entradas al recinto.
Pero el baldazo llegó pasadas las 11 de
la noche cuando se supo que Ohio, el estado clave, tenía clara tendencia
demócrata y que Florida, con pocos votos por contar, también se quedaría con
Obama. California, con 55 electores, nuevamente, como en muchas elecciones, ni
siquiera contó a la hora de favorecer a Obama como estaba previsto.
Hubo varias derrotas para los
republicanos en el recinto. La primera sobrevino cuando temprano los monitores
mostraron que la demócrata Elizabeth Warren le quitó el puesto de senador por
Massachusetts al republicano Scott Brown con el 52 por ciento de los votos.
Al cierre de esta edición, Mitt Romney y
su entorno todavía aguardaban en el Hotel Westin cruzando la calle del Centro
de Convenciones.
Pese a la frustración, la gente lo
seguía aguardando con orgullo, banderitas en mano y mejor cara que la que le
presentaron hace cuatro años al republicano John McCain, de quien se sabía que
perdería antes de que se contaran los votos.
Romney anoche, pese a que perdió la
presidencia, seguía teniendo una leve ventaja en el voto popular.
Y aunque no la mantuviera, seguro que es
suficiente para que el reelecto presidente Obama gobierne pensando también en
los cambios que esa mayoría eligió.
noviembre 06, 2012
Mi voto, hoy cuenta, y mucho
Comparto esta nota que me publicó hoy La Voz del Interior, Córdoba, Argentina.
06/11/2012
01:01 | Por Ricardo Trotti (Especial desde
Boston)
No es fácil votar en Estados Unidos
cuando uno es independiente y quiere que su voto cuente. Depende mucho del
estado en el que esté empadronado, la franja horaria donde vive y, sobre todo,
cómo bloquear tanta información y propaganda política negativa que se cuela
debajo de la puerta, por la televisión, Facebook y mensajes de texto.
Al no existir días de reflexión como en
otros países, la propaganda y los discursos políticos tratan de arrancarle a
uno la voluntad hasta el último minuto. Ayer la campaña de Barack Obama me
pidió por correo electrónico que comparta en Facebook la curiosidad de que de
las 30.542.975 personas que votaron en forma anticipada, 10.230 se llaman
Ricardo. Y la de Romney, que asista a sus celebraciones de hoy en el Convention
Center y a las del Boston Park Plaza Hotel, donde recalará Scott Brown, senador
nacional republicano por Massachussets, quien busca su reelección.
El tironeo por la propaganda desgasta,
pero lo bueno es que es pareja. A uno, como inmigrante latinoamericano, le llama
la atención que el oficialismo no tiene ventajas, ni más medios para hacer
propaganda ni usa los recursos del Estado como si fueran propios. Cabe la
crítica que estas elecciones son las más caras de la historia, pero tranquiliza
que gran parte del dinero provenga de donaciones y no de los contribuyentes.
El sistema de Colegio Electoral tiene
desventajas. Los estados que realmente importan son los indecisos, el resto,
entre ellos los más poblados y económicamente más importantes del país –Nueva
York, Texas y California– no cuenta. Prueba de ello, es que los candidatos ni
repararon en esos estados y se concentraron en el desconocido New Hampshire y
en Nevada, que después de Las Vegas tiene pocos atractivos.
Estar empadronado en un estado decidido,
desmotiva la responsabilidad democrática. Una persona amiga aquí en
Massachusetts está desahuciada. Su voto castigo contra Romney no tiene valor,
ya que Obama ganará fácilmente, por lo que envidia a quienes votamos en estados
indecisos. Su único incentivo es que votará por Elizabeth Warren, candidata
demócrata a senadora, quien buscará recuperar la banca que Ted Kennedy dejó
tras su muerte en 2009.
El huso horario del estado al que uno
pertenece también conspira. Muchos californianos y pobladores de estados del
oeste terminan siendo espectadores de las elecciones para presidente. Votar con
tres horas de atraso al resto del país, cuando resultados y sondeos a boca de
urna, ya marcan la tendencia o el resultado final, desmotivan salir a votar
para hacer una diferencia. Si a ello se le suma que de los ocho estados
indecisos, los cinco más importantes están en el Este –Florida, Ohio, New
Hampshire, Carolina del Norte y Virginia– las elecciones pueden terminar siendo
un fiasco.
En mi caso, por suerte, mi voto contará.
Soy hispano, parte de la minoría más grande de Estados Unidos con 50 millones
de habitantes y un caudal de 12 millones de votantes cada vez más importante en
el mapa político del país. Tengo domicilio en Florida, estado indeciso y del
este, que permite el voto en ausencia y adelantado, por lo que mi esposa y yo,
ya sufragamos hace dos semanas a través del correo con sobre con franqueo
pagado.
Y a juzgar por cómo se definieron las
elecciones de 2000 –la Corte Suprema de Florida tras un conteo manual de votos
favoreció con los electores a George W. Bush dándole la presidencia– ser
residente de la Florida es un privilegio.
noviembre 05, 2012
Otra apuesta de Romney
05/11/2012
01:01 | Ricardo Trotti (Especial desde
Boston) para La Voz del Interior, Córdoba, Argentina
A pesar
de que Mitt Romney tuvo una gestión exitosa al frente de la gobernación de
Massachusetts en el período 2003-2007, mañana perderá las elecciones por amplio
margen en ese estado.
Romney lo sabe y no le preocupa.
Después de todo, Massachussetts está más inclinada a los demócratas no por ser
tierra de la dinastía de los Kennedy, sino por el desgaste de los últimos
cuatro gobernadores republicanos (1991-2007) y por sus propios errores. Cuando
Romney decidió en 2005 no apostar a la reelección y aventurarse a buscar la
nominación presidencial, esto le demandó ausentarse permanentemente del estado
para formar su red de apoyo, lo que terminó por derrumbar su popularidad.
Por aquellas ausencias seguirá pagando
castigo y por eso, sus varios logros de los que hizo gala en tres debates
contra el presidente Barack Obama, no le servirán de nada. En Massachusetts,
uno de los seis estados de la zona de Nueva Inglaterra, la más histórica y
política del país, los errores se pagan caro.
El área metropolitana de Boston, donde
Romney tiene su sede nacional de campaña y la Universidad de Harvard es centro
focal en la localidad de Cambridge, parece ser una zona detenida en el 2008
post-George W. Bush, cuando hablar mal de Obama o a favor de algún republicano,
sonaba a mala palabra o ser condenado al ostracismo.
Pese a que en la Facultad de Negocios de
Harvard varios logros de Romney gobernador fueron casos de estudio, la mayoría
de los académicos y del público reniega de los beneficios de aquella
gobernación. Romney equilibró el presupuesto bajo acuerdo entre demócratas y
republicanos, generó empleos, elevó a las escuelas públicas al primer puesto
del desempeño educativo de la nación y creó un plan universal de salud, el
“ Romneycare ”, con mayores ventajas de los que promete
el Obamacare .
Con
valor simbólico. Perdidos
por perdidos los 11 votos electorales de este estado, Romney prefirió ir a la
caza obsesiva de los cuatro del vecino New Hampshire, uno de los ocho todavía
considerados indecisos que podrían volcar la elección. Una casa familiar de
descanso y una constante presencia en este estado, podrían darle la ventaja
necesaria en una elección que se pronostica quedará definida por pequeñísimo
margen.
New Hampshire, de escasos 1.3 millón de
habitantes, es tradicionalmente importante. No sólo tiene el electorado más
participativo del país con un 70 por ciento muy superior al 50 por ciento del
promedio nacional, sino que es donde se empiezan a revelar los primeros
resultados. También este estado acredita tener la mayor curiosidad electoral,
por eso Obama, Romney y todos los periodistas, esperarán los resultados de las
elecciones de la pequeña localidad de Dixville Notch, con sólo una veintena de
votantes.
El conteo se podrá saber minutos después
del lunes a la medianoche cuando terminen los sufragios apenas se abran las
urnas ubicadas en el ya famoso y simbólico vestíbulo del hotel The
Balsams . Aunque los resultados no necesariamente coinciden con los
finales, seguro que les sirve a los candidatos para disipar las ansiedades y
empezar a terminar el día más largo de sus vidas.
noviembre 04, 2012
Romney, cada vez más confiado
Nota
especial que preparé a pedido del diario La Voz del Interior, Córdoba,
Argentina, publicada hoy: 04/11/2012 | Ricardo Trotti (Desde Boston)
Mitt Romney sabe que tiene posibilidades
y está confiado. Sabe también que debe remar cuesta arriba en estos últimos dos
días de campaña, en la que el actual presidente Barack Obama sacó algunas
ventajas con el manejo de la desgracia que Sandy llevó por Nueva York y otras
ciudades del este del país.
Con sonrisa y peinado “reganiano”,
Romney hace sus últimos esfuerzos para convencer a los obstinados electores
independientes, que todavía quedan en los ocho estados indecisos, los que
pueden definir la elección.
Cinco estados en un día, 13 ciudades en
otro, los viajes son agotadores, pero el trofeo de alcanzar los 270 electores
es inconmensurable.
Su confianza, apoyada por sondeos de
última hora que en Florida le dan una ventaja de seis puntos (estado con 29
delegados en el Colegio Electoral), ha impregnado de optimismo a miles de
partidarios en la sede central de la campaña republicana, algunos de los cuales
se sumaron a Romney para sus viajes finales.
Atrás quedaron miles de coordinadores y
un comité de celebración con su visión enfocada en la celebración del martes.
Ese día, desde muy temprano, se espera a Romney y Paul Ryan en el Centro de
Convenciones, donde el acto central empezará a las 8 de la noche, en el que
confían que el exgobernador se transformará en presidente del país.
Romney no escucha ni tiene tiempo para
las campanas victoriosas. Está concentrado en desbancar a Obama, a quien no
considera un mal presidente, pero sí alguien que encarna una visión errada y
errática.
Romney, republicano al fin, pero no tan
conservador como al Tea Party y a otros republicanos les gustaría, a menudo
rescata a los padres fundadores del país, quienes pregonaban que la libertad y
la persecución de la felicidad son conceptos de derecho individual.
Por eso pregona que el error grave de
Obama fue haber traicionado los principios fundacionales, haber creado más
gobierno y burocracia, y de haberles quitado lustre a los pequeños negocios y a
todo el sector privado, castigándolos con mayores impuestos y menos incentivos.
El último esfuerzo discursivo de Romney
en New Hampshire, Ohio, Iowa, Colorado, Wisconsin y Pennsylvania se concentra
en lo que domina las elecciones: el bolsillo. Insiste en que reducirá el
déficit sideral que se duplicó durante este gobierno, que creará empleos reduciendo
impuestos al sector privado, atraerá negocios e inversiones al país y creará
nuevos mercados, como en América latina, región a la que considera estratégica.
El exgobernador de Massachusetts también
sabe que ya nadie escucha discursos y propuestas. En una campaña tan reñida, lo
más importante termina siendo ganar el corazón de la gente, no sus razones.
Al final, todo termina reducido a lo más
elemental de la política: cuántas manos estrechar, cuántos bebés levantar,
cuántas sonrisas ofrecer.
Hoy, en un acto de cierre de campaña en
New Hampshire, Romney pegó un batacazo como en el primer debate. Pidió a la
gente “votar por amor a su país”, con lo que consumó dos objetivos: llegar al
corazón de la gente, pero, sobre todo, criticar a Obama que horas antes pidió
un “voto venganza” en contra de los republicanos.
Perfil
del candidato
El
primer mormón. El exgobernador de Massachusetts
(2003-2007) busca convertirse en el primer presidente mormón en la historia de
Estados Unidos. Se presenta en la recta final de la contienda como un candidato
centrista y un avezado empresario que desde la Casa Blanca podrá estimular la
recuperación económica del país.
Millonario. Nacido en Detroit (Michigan) el 12 de marzo de
1947, en el seno de una familia con profundas raíces políticas y religiosas,
fue misionero mormón en París a finales de los ‘60. Después hizo fortuna como
fundador y ejecutivo de Bain Capital en 1984. Este es su segundo intento desde
2008 para llegar a la presidencia.
noviembre 03, 2012
En Memoria de Verónica Guerin
La
periodista irlandesa Verónica Guerin fue asesinada el 26 de junio de 1996 por narcotraficantes
que hicieron lo imposible para que ella no reporte ni investigue sobre sus sucios
negocios.
Una
amiga en Harvard University, June Erlick, profesora de un curso sobre la
relación del periodismo en el cine y editora de la prestigiosa publicación ReVista
del Centro David Rockefeller para Asuntos Latinoamericanos, me invitó a una de
sus premieres para presentar esta película sobre la vida de Verónica Guerin, un
“true story”, interpretada por la extraordinaria Kate Blanchet.
Se
trata de una película que ningún periodista o estudiante de comunicación
debería perderse. Enseña mucho sobre la conducta de los periodistas, su forma
de trabajar y sus miedos, frustraciones y conflictos éticos.
La
presentación sirvió para honrar la memoria de muchas periodistas que en el
mundo y principalmente en América Latina fueron asesinadas por tratar de
descubrir la verdad. Una de ellas, la guatemalteca Irma Flaquer, caso que June
investigó y que en las próximos meses la llevará a presentar su libro sobre el
caso en Guatemala y Colombia.
Estas
son algunas de las cosas que plantee antes y después de la proyección de la
película:
Desde
una perspectiva periodística, esta película nos enfrenta a nuestra misión de
cómo descubrimos lo oculto, buscamos la verdad y el costo que ello conlleva.
Siempre dije que hacer periodismo no es sobre cómo cubrimos hechos y eventos, sino
el arte de descubrir e iluminar los hechos más complejos y ocultos.
En la
vida de Verónica podremos observar la línea delgada que separa la pasión de la
obsesión, siendo que la primera nos hace tomar caminos inteligentes; mientras
que la obsesión, hacer cosas tontas.
La vida
y la muerte de Verónica fueron trascendentes. Aunque sus medios para alcanzar
su fin no siempre estuvieron sincronizados con principios éticos y
profesionales, al final llegó a hacer una diferencia como ella pretendía
durante su carrera, especialmente en los dos últimos años de su vida cuando
decidió investigar al narcotráfico de su país.
Varios
mafiosos terminaron pagando en la cárcel por su crimen y viendo como sus
negocios se desbarataban. Hubo reformas constitucionales y legales con las que
se agravaron estos delitos, lo que en los primeros años después del asesinato
de Verónica ayudó para que la tasa de criminalidad se redujera
considerablemente.
Para
lograr sus fines, Verónica muchas veces sobrepasó criterios éticos del
periodismo a tal punto de ser más activista por una causa que periodista, se involucró
con fuentes de la criminalidad, pagó para obtener información, terminó usando rumores como información
fidedigna y quiso obtener justica por sus propias manos.
Me
quedaron en el tintero varias preguntas que se las hice a la audiencia para
generar un debate, entre ellas: ¿Su periódico hizo lo suficiente para
defenderla? ¿Su conducta puso en riesgo la vida de otros periodistas y la de
sus familiares? ¿Debió ella autocensurarse? ¿Pudo ella descubrir lo mismo y
alcanzar sus fines sin exponerse a tantos riesgos? ¿Vale pagar un precio tan
alto por descubrir la verdad?
En el
auditorio no tuvimos la sapiencia para contestar todas las preguntas. La vida y
muerte de Verónica tan bien interpretadas en la película, lo dejan a uno aturdido,
confundido, repensando en el papel del periodismo en la sociedad, en el papel
que cada uno de nosotros como periodista ha jugado hasta ahora. Verónica hace
pensar y pensarse a uno mismo.
Sin
dudas es una película que deberían ver todos los periodistas y aspirantes a
periodista.
octubre 30, 2012
El último orejón del tarro
A juzgar por el tercer
debate electoral entre Barack Obama y Mitt Romney, Latinoamérica está condenada
a seguir siendo el último orejón del tarro, viéndose relegada a un plano
intrascendente en las relaciones con EE.UU.
Así como los
latinoamericanos, también los europeos se sintieron desahuciados en el debate
sobre política exterior. La crisis económica en Europa, el tráfico de armas, el
narcotráfico, la inmigración y el cambio climático, temas sobre los que EE.UU.
debe asumir responsabilidades a nivel global, fueron ignorados.
Obama entró al
recinto como favorito y salió como vencedor. Romney no ofreció contrastes ni
propuestas diferentes. Felicitó a Obama por el asesinato de Osama Bin Laden, la
invasión de Libia y la muerte de Muamar Kadafi, y la caída del egipcio Hosni Mubarack.
Tampoco tenía mucho margen de maniobra. Le hubiera costado la elección
argumentar que las tropas se queden en Afganistán más allá del 2014 o proponer
que se abran nuevos frentes militares en Siria e Irán.
Romney falló en
arrinconar a su adversario sobre la malograda operación oficial Rápido y
Furioso que permitió a narcotraficantes mexicanos obtener armas de grueso
calibre. Tampoco cuestionó la falta de una reforma migratoria que sigue
dividiendo a millones de familias latinoamericanas y sobre el cierre de la
cárcel de Guantánamo, promesas de la anterior campaña de Obama, todavía
incumplidas.
Romney acertó en
decir que América Latina es tierra de oportunidades, mayores a las que ofrece
China, potencia a la que achacó un juego comercial desleal permitido por Obama.
Pero fue una tímida frase de segundos en una discusión de 90 minutos, en los
que no se habló sobre tratados de libre comercio, del Plan Colombia, del Plan
Mérida, ni de futura asistencia para el desarrollo de la región o sobre la
resistencia que EE.UU. provoca entre algunos gobiernos.
Las oportunidades
para hablar de política exterior con América Latina eran muchas. No debieron
ignorarse temas importantes como la legalización de las drogas como alternativa
para detener la violencia del narcotráfico; el tráfico ilegal de precursores
químicos que permite la apertura de centros de producción de metanfetaminas en Argentina,
Brasil y México y el creciente problema de tráfico de personas. También se
olvidaron de hablar sobre el impacto de las deportaciones de criminales que
siguen engrosando las filas de las pandillas juveniles que asolan América
Central y la viabilidad del embargo económico sobre Cuba.
La ausencia de estos
temas también fue responsabilidad del moderador. El periodista Bob Schieffer, de
la cadena CBS, falló en poner a Latinoamérica en la agenda del debate. Esto
denuncia la poca importancia que la prensa estadounidense le da a la región, lo
que quedó aún más en evidencia esta semana cuando el diario tejano Houston Chronicle
anunció el cierre de su oficina en Ciudad de México, siguiendo el patrón de
muchos medios colegas.
También es cierto
que América Latina no es muy relevante en la agenda de los estados indecisos,
los que tienen la posibilidad de voltear la elección. Sobre el imperfecto
sistema electoral, que no depende del voto popular sino de un Colegio Electoral,
una proyección del New York Times estima que Obama tendría 237 electores de los
270 que se necesitan para ganar la Presidencia; mientras que Romney tendría 206
sumando el de todos los estados tradicionalmente republicanos.
En definitiva, lo
que está en juego son 95 electores de los ocho estados indecisos, Florida (el
más importante con 29), Ohio, Virginia, New Hampshire, Nevada, Carolina del
Norte, Iowa, Colorado y Wisconsin, lugares donde se enfocará lo poco que queda
de campaña.
De todos modos, habrá que observar qué importancia
le darán el próximo presidente y el nuevo Congreso estadounidenses a las
relaciones con América Latina; si les darán prioridad o dejarán al fondo del
tarro. Todo puede pasar. La política exterior estadounidense es tan pragmática
que mucho depende del contexto y de los humores políticos del momento. Por eso
resulta difícil descifrar el revoltijo de 60 años de relaciones, en los que
brillan con la misma intensidad desde la Alianza para el Progreso de Kennedy al
Plan Brady de Bush padre, desde las invasiones y el apoyo a dictaduras militares
al respaldo de procesos democráticos.
octubre 29, 2012
La sangría cubana
La inmigración es un trueque injusto. Un país gana
lo que el otro pierde. Pero se trata también de una decisión justa de quien la
toma para buscar mejores oportunidades.
Para muchos que todavía creen en el romanticismo de
la revolución cubana de los hermanos Castro, solo falta mirar hacia el flujo
migratorio anormal desde la isla, para tratar de equilibrar su idea sobre que
esa revolución no debe ser tal, si por revolución se entiende que es la
transformación de las condiciones de vida y de cultura para mejor.
Este año fiscal que acaba de terminar a fines de
setiembre, evidenció que en Cuba las cosas siguen mal y sin mejorar. Trece mil
cubanos (13.000) indocumentados se escaparon de Cuba llegando a las costas de la
Florida o siendo interceptados en alta mar antes de alcanzarlas. Además de esto
hay que contar que veinte mil (20.000) son las visas que otorga EE.UU. anualmente,
las que nunca alcanzan.
El gobierno de Raúl Castro hizo pública semanas
atrás su nueva política de que permitirá a los cubanos salir de la isla, aunque
mantendrá ciertas restricciones para algunos individuos, entre ellos médicos,
deportistas y científicos. La apertura de puertas, de todos modos, no se trata
tanto de un mejor trato humanitario sino de abrir una válvula de escape para no
tener que seguir soportando la presión de una economía que sigue sin alzar
cabeza y que necesita de menos bocas que alimentar.
Esta sangría cubana que a corto plazo puede ayudar a
descomprimir la olla a presión, sin dudas será una gran pérdida para el futuro
de la isla. Es muy difícil que los cubanos que construyan hogares y raíces en
otros países, particularmente en EE.UU., puedan luego optar por el regreso. También
es idílico pensar que regresarán a Cuba (como Raúl Castro lo permitirá a partir
del 2013) balseros, médicos y
deportistas que emigraron, se escaparon o desertaron.
Según el diario El Nuevo Herald, entre 2009 y
2011, el promedio anual de inmigrantes cubanos fue de 7.500. “Pero este año es
la primera vez desde el 2008 que el número de inmigrantes cubanos sin visa
supera los 10,000, incluyendo aquellos que fueron interceptados en alta mar en
camino al sur de la Florida. En el 2008, el número de inmigrantes cubanos que
llegaron a territorio estadounidense o que fueron interceptados se situó en
16,260”.
Los expertos señalan
que el número se redujo después de 2008 debido a la crisis económica en EE.UU.
“Actualmente – dice
ENH - no hay consenso entre los expertos sobre por qué están llegando más
cubanos, pero la mayoría parece inclinarse a favor de la teoría de que los
familiares en Estados Unidos quizá pudieran tener más dinero para contratar
contrabandistas que transporten a sus seres queridos desde la isla, y también
que los cubanos pudieran estar desilusionados con el lento ritmo de las
reformas bajo el régimen de Raúl Castro”.
octubre 28, 2012
octubre 24, 2012
Democratización de la comunicación
Sin libertad de expresión la democracia es imperfecta. Esta máxima
quedó más vigente que nunca tras la reunión semestral de la Sociedad
Interamericana de Prensa que culminó en Brasil esta semana.
No se debe solo a los 18 periodistas latinoamericanos asesinados este
año, ni al bullying gubernamental ni al acoso legal contra medios de
comunicación privados, pero a dos temas que trascienden a estos grupos y que
afectan la libertad de expresión de los ciudadanos: Las restricciones a la
información pública que los gobiernos están obligados a ofrecer y el burdo
bombardeo propagandístico estatal, como si se viviera en un proceso de
elecciones permanentes.
Estas dos características desnaturalizan la esencia de la democracia,
la que no se basa solo en el derecho del ciudadano a votar, sino en el deber
del gobierno a informar sin mentir y a rendir cuentas de sus acciones. Para que
el sistema funcione, la democracia tiene en las ONGs y en la prensa privada a
sus anticuerpos, las que deben tener libertad y garantías para fiscalizar al
poder público.
Existen gobiernos y grupos que
reniegan de esa acción fiscalizadora ciudadana. En un mensaje a la SIP, el
premio Nobel argentino, Adolfo Pérez Esquivel, y un grupo de intelectuales,
calificaron a la institución de “Cartel” compuesto por dueños de medios “que
concentran y monopolizan el sector”, y que se oponen a la “democratización de
la comunicación”. Invalidaron así, que periódicos de familias como El Universal
de Caracas, El Comercio de Lima, La Nación de Buenos Aires o el New York Times
de los Sulzberger, tuvieran derecho a existir.
La SIP y los medios no se inmutan por descalificaciones, ya que las
han experimentado con diferentes gobiernos arbitrarios, desde Augusto Pinochet
a Hugo Chávez, Alfredo Stroessner a Rafael Correa o de Alberto Fujimori a
Cristina de Kirchner. Pero ahora, lo que por “democratización de la
comunicación” se vende, es el falso precepto de que los medios privados pretenden
el dominio económico, oprimir a los pobres, son corruptos y antidemocráticos,
por lo que el Estado debe disciplinarlos y asumir o subsidiar canales
informativos propios para decir la “única verdad”.
Ese estatismo comunicacional – a lo que el expresidente peruano Alan
García denominó el “opio de los pueblos”, rescatando la famosa sentencia que Karl
Marx atribuía a las religiones – lo vienen consumando los gobiernos de Argentina,
Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela. No satisfechos con la creación de
docenas de medios estatales a los que manejan como propios, han instituido
gigantescos aparatos de propaganda, en los que se vierte información dirigida, sin
contraste ni equilibrio.
Es cierto que existen medios privados que también manipulan
información, pero está el público para desecharlos o no prestarles atención. Los
medios estatales son distintos. Por su carácter de públicos, porque pertenecen
a todos y están hechos con los recursos de todos, el gobierno tiene la
obligación de ser objetivo, equilibrado, no manipular información ni mentir
sobre estadísticas oficiales de pobreza e inflación, como ocurre en Argentina y
Venezuela. Si el gobierno miente, difícil resultará la implementación de
políticas públicas para solucionar esos problemas.
También es grave, cuando los gobiernos, además de manipular datos, omiten
y traban el acceso a la información pública. En los informes de violaciones a
la libertad de prensa que repasó la SIP, tanto de Argentina, Canadá, Cuba, El
Salvador, Ecuador, Haití, Nicaragua, Panamá, Uruguay y Venezuela, esta
dificultad se observa como estructural. Pese a que en muchos países existen
leyes que obligan a los gobiernos a ofrecer la información oficial a los
ciudadanos sin cortapisas, en la práctica el acceso se restringe y los estados
siguen inmersos en la cultura pasada del silencio y el secretismo.
Si los gobiernos realmente quieren “democratizar la comunicación” deberían
informar con la verdad, sin necesidad de saturar a la ciudadanía propalando en
forma constante por cadenas nacionales, actos políticos y medios oficiosos. Estos
métodos populistas de propaganda y de restricción de información oficial para
dominar la opinión pública, tienen como consecuencia la instauración de
democracias cada vez más imperfectas. trottiart@gmail.com
octubre 22, 2012
Tercer debate sin América Latina
Los
candidatos a la Presidencia de EEUU, Barack Obama y Mitt Romney, se olvidaron de hablar esta noche en el tercer
debate sobre la importancia geopolítica de América Latina en materia de
política exterior. Solo Mitt Romney mencionó América Latina pero desde una
perspectiva económica, de comercio exterior.
Fast
and Furious, Plan Mérida y Plan Colombia, el crecimiento de Brasil como fuerza
de liderazgo en América Latina, o el acercamiento constante del presidente Hugo
Chávez a Irán, o los problemas limítrofes entre Canadá y EE.UU, entre México y
EE.UU., el problema del narcotráfico en Centroamérica y la falta de políticas
explícitas y concretas de inmigración que afectan a millones de
latinoamericanos, el tema de las remesas familiares, el desarrollo de los
países más pobres del continente como Haití y Nicaragua y la cuestión del
embargo sobre Cuba, fueron temas totalmente excluidos por los candidatos.
El
moderador fue esta noche el mejor de los tres debates, fue firme, administró
bien el tiempo y sin tratar de ser protagonista como la periodista de CNN en el
segundo, se mostró con la autoridad y el respeto suficiente para que el debate
no se alejara de su curso. Sin embargo, no acertó en tratar de inclinar a los
candidatos hacia el tema de América Latina. Ignoró el tema.
Es
probable que Obama ganara este tercer debate, sin embargo Romney no se mostró
como perdedor. Se mostró moderado en materia de exponer al país a una nueva
intervención militar, ya sea en Siria como en Irán.
No creo
que los debates hayan modificado los resultados de las elecciones. Simplemente
reafirmaron las simpatías y lealtades que cada individuo ya tiene tanto en los
demócratas como en los republicanos.
octubre 21, 2012
Paz tortuosa para Colombia
Ningún
proceso de paz termina beneficiando a todos y este es el largo y tortuoso
camino que tiene a Colombia como epicentro. Tantos crímenes y tantas víctimas y
tantas heridas sufridas en los últimos 50 años difícilmente podrán olvidarse ni
curarse con las negociaciones en Oslo y en La Habana.
El
tema no es fácil. El proceso de paz es posible gracias a una reforma
constitucional que permitirá que prácticamente todos los actores violentos en
Colombia puedan ser acusados, investigados pero no encarcelados. Se trata de
una amnistía general o un acuerdo político que tal vez se plantea como la única
ventana o alternativa para llegar a la paz.
En
una conferencia este viernes pasado en la Universidad de Harvard, organizado
por la Iniciativa Latinoamericana del Carr Center, José Miguel Vivanco,
director de Human Rights Watch por las Américas, se mostró crítico ante esta
reforma, a lo que calificó de una “bacanal de impunidad” y que su organización
estará presta a interponer demandas ante la Corte Penal Internacional.
Referente
a esta “orgía” de impunidad, Vivanco, en su lectura de la realidad colombiana,
interpreta que la reforma es en realidad una gran amnistía que solo permitirá
castigar a los responsables directos de las masacres cometidas por las FARC o
los paramilitares o los militares responsables de los “falsos positivos”, pero
que el Estado reniega a castigar a los autores intelectuales, a los
financistas, a los cómplices de tantos crímenes de lesa humanidad.
Vivanco
teme que el proceso de paz sea un tema para las cámaras, para que algún
colombiano termine ganado el Premio Nobel de la Paz, pero que dado el marco
jurídico estropeado por la reforma, no permitirá reparar la justicia que
demandan las víctimas. Estadísticas diferentes sitúan a las víctimas en un
promedio de 600 mil muertos, 15 mil desaparecidos y casi 4 millones de
desplazados.
Vivanco
indicó que no le quedará otra alternativa jurídica a HRW que presentar demandas
en contra de algunos individuos colombianos ante la Corte Penal Internacional
en caso de que el Supremo Tribunal Constitucional de Colombia deje la reforma
en firme. Además, porque el país se sometió a la jurisdicción del tribunal
internacional, por lo que no puede quedar como un espacio limitado solo a la
demagogia o a que esa organización termine solo fallando sobre casos del
continente africano, como más se manifiesta hasta ahora.
La
paz en Colombia es obviamente política. Difícilmente puede lograrse de otra
forma si los miembros de las FARC no son amnistiados y si no se les ofrece un
sitio para hacer política. Otras ofertas, cuatro en total, fueron rotundos
fracasos en el pasado. ¿Pero podrá haber paz para las víctimas y para todos los
colombianos en caso de que el sangriento Timochenko termine debatiendo en el
Congreso como un legislador más?
Difícil
es saber si es preferible una paz defectuosa con el consabido sabor amargo de
que muchos quedarán desahuciados, a continuar con una guerra sangrienta que
pudiera seguir causando más víctimas.
Los
procesos de paz en América Central y las leyes de amnistía y punto final fueron
imperfectas en América del Sur, pero permitieron una paz política relativa y
necesaria.
Chávez ganó, pero...
La victoria de Hugo Chávez con un 55% del electorado
a su favor fue extraordinaria y categórica; pero no significa que ganó Venezuela.
La historia enseña que pese a los votos, ningún proceso fue democrático ni un gobierno
bueno, tras 20 años ininterrumpidos en el poder.
La derrota de la oposición, pese al 44% de votos, también
fue contundente. Es que Henrique Capriles tuvo que cargar con el lastre de
otras derrotas más decisivas que esta. Entre ellas, la del referéndum de 2004
cuando se aprobó que un presidente pudiera eternizarse en el poder y cuando la
oposición, también unida aquella vez, se retiró en masa del Congreso permitiendo
que por años, Chávez gobierne por decreto y a sus anchas.
La fuerza del populismo, basado en el
asistencialismo, la propaganda y la adulación de las mayorías, hicieron que los
tres períodos que gobernó Chávez desde 1999, se vieran como buenos y
democráticos. Pero fueron lo contrario. Chávez gobernó y ganó elecciones porque
sometió al resto de los poderes e instituciones del Estado y porque se
benefició en forma absoluta de sus recursos.
La revolución de Chávez no ha funcionado. La pobreza
es alta, el empleo y la producción baja, la infraestructura inexistente, la inflación
galopante y la tasa de criminalidad exorbitante. Todos porcentajes peores de
los que tienen otros países latinoamericanos con menores potencialidades que
Venezuela. Por eso, la historia juzgará a Chávez por los talentos y la riqueza que
ha desaprovechado, la materia gris que se ha escapado y por las inversiones
extranjeras que ha espantado.
El futuro puede ser más sombrío aún. Chávez podrá
escudarse detrás del caudal de votos conseguidos para profundizar el
nacionalismo, seguir rescindiendo de la oposición y las minorías, promover más
división de clases y ahondar la polarización ideológica. Seguramente será un
gobierno más cerrado, menos transparente, con mayor control interno y menos
escrutinio internacional.
Es verdad que
Chávez ha conectado mejor con los sectores más vulnerables que otros gobiernos
ignoraron, mediante programas y misiones de salud, educación y bienestar
social. Sin embargo, esas fórmulas de asistencialismo por sí solas no bastan;
Cuba, donde busca reflejarse, no es buen ejemplo de desarrollo ni equidad.
Por otro lado, la
oposición debe reconocer que el chavismo ya es un movimiento político estable y
legítimo, que no depende solo de su líder. La elección del canciller Nicolás
Maduro como vicepresidente, más cercano a La Habana y los Castro que el propio
Chávez, auguran una continuidad de la política más allá de la suerte y la salud
del primer mandatario.
Con Chávez y
Maduro el proceso revolucionario está garantizado hacia dentro y fuera del
país. Venezuela continuará subsidiando a Cuba, endeudándose con China,
comprándole armas a Rusia, abriéndole puertas a Irán y vendiéndole petróleo a
EE.UU. En gran parte, Chávez depende de que los precios del barril de crudo
sigan razonables para seguir exportando su revolución por el resto de América
Latina. Pero una caída en los precios, así sea por mayor estabilidad en el
Medio Oriente, mayor independencia energética de EE.UU., o mejores tecnologías
para la extracción en otros países, harán que la revolución bolivariana sea un sueño
insostenible.
Mientras tanto,
el chavismo seguirá expropiando y estatizando, acusando al neoliberalismo de
haber privatizado los recursos del Estado, sin admitir que las privatizaciones
se concretaron para detener la sangría de empresas deficitarias, corruptas y
burocráticas que otros gobiernos populistas del pasado crearon. El manejo
político de PDVSA, la mayor y más estratégica empresa del país, confirma la
regla de que los gobiernos arbitrarios y populistas suelen ser malos
administradores.
Capriles sabe que el populismo es un vicio de la
democracia, pero que el chavismo tiene un gran poder de convocatoria y
movilización que no puede desconocerse. Su mayor desafío es mantener a la
oposición unida y que no se desbande, al menos, hasta después de las elecciones
legislativas de diciembre. Aún sin la alternancia debida del poder, la creación
de contrapesos en el Congreso puede ser el único antídoto para que Chávez se sienta
fiscalizado y responsablemente obligado a rendir cuentas.
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