Estos son algunos de los puntos que expresé en un panel sobre libertad de prensa y democracia que se realizó hoy en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Texas en la ciudad de Austin.
Para hablar de libertad de prensa es necesario hablar de democracia, porque ambas disciplinas están estrechamente relacionadas. La calidad de una afecta a la otra.
Esta ecuación se puede observar claramente en América Latina:
La región ganó en democracia formal en los últimos 20 años, pero las instituciones son muy débiles y en muchos casos el Estado no logra resolver las necesidades de la gente. Los gobiernos – los tres poderes y otras instituciones, como los militares – tienen los índices más bajos de credibilidad.
Podemos hablar de Estados fallidos, ya que creo que el problema de fondo es la extrema debilidad y falta de independencia de la Justicia, utilizada como instrumento político del poder. A esto se suman gobiernos con sistemas muy presidencialistas, demasiado protagonistas, con un sistema de oposición de partidos políticos demasiado débiles.
Con una prensa que se desenvuelve en un clima hostil, que en muchos casos es arrastrada al plano político – a veces por su falta de independencia y otras veces porque debe llenar el vacío de otras instituciones – en el que es violentada, calificada de “opositora” y tener intereses más allá de lo periodístico.
Esta realidad se da en un contexto con problemas sociales estructurales:
Inseguridad generalizada: En casi todos los países un 80% de la gente se siente desprotegida. Se vive en muchas ciudades en un clima permanente de incertidumbre, similar al que hubo en Estados Unidos en los primeros meses después de Setiembre 11.
El crimen organizado, las pandillas y en muchos casos los propios gobiernos, especialmente las policías, como sucede en México, son parte del problema.
Corrupción: Con excepciones como Chile y Costa Rica, América Latina sigue a la cabeza en índices de corrupción gubernamental en el mundo y con tendencia a crecer. Incide en estos índices la corrupción provocada por multinacionales, como IBM, Chevron o antes Chiquita. ¿Por qué? Simplemente porque hay clima y cultura para delinquir.
Educación: Es otro de los índices en que la región está a la zaga. Si bien hay avances en alfabetización, la educación no tiene nivel para preparar a la fuerza laboral para competir en un mundo más globalizado.
Pobreza y hambre: Grandes porcentajes de la población es pobre, existen países con graves desigualdades, como el caso de Brasil o Bolivia. La crisis aumentó la pobreza y 53 millones de latinoamericanos sufren hambre según la FAO. El desempleo es tan alarmante como la baja producción; siendo un continente cuyas exportaciones dependen de materia prima, no de productos manufacturados.
En el próximo post, pondré la segunda parte del discurso.
Publiqué hace poco mi novela futurística en Amazon: "Robots con Alma: atrapados entre la verdad y la libertad". En este blog trato de temas de actualidad referidos a los valores de la verdad y la libertad. Blog por Ricardo Trotti
septiembre 10, 2009
septiembre 09, 2009
Los medios y la "ética obligada"
Todas las organizaciones periodísticas argentinas se están pronunciando en contra de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que el 27 de agosto envió al Congreso la presidenta Cristina de Kirchner, especialmente pidiendo que haya un procedimiento transparente y un debate alejado de la politización.
Las críticas más frecuentes es que el gobierno está cercenando la libertad de empresa, la competencia y la pluralidad y diversidad que se dice busca la ley, generando un Estado más fuerte como presencia mayor en las licitaciones, más o menos como haciendo ver que las empresas privadas son el mal y las estatales son las que ofrecen una real democracia participativa.
De todas las críticas y propuestas que leí, hay una, la del Foro de Periodismo Argentino (FOPEA), un grupo de 270 profesionales argentinos muy respetados y de buena reputación en el periodismo nacional, que me sorprendió negativamente.
Primero vale aclarar que la mayoría de los 16 puntos que presentaron me parecieron muy válidos, excepto el referente a la ética periodística. En el punto 2 de la carta dicen lo siguiente: “Proponemos que a los licenciatarios se les exija, al presentarse a una licitación, un código de ética, lineamientos de estándares profesionales y un código de conducta empresaria. Asimismo, deben comprometerse a la financiación y organización de la capacitación permanente de sus periodistas. Todas estas pautas para garantizar la calidad periodística deben poder ser demostrables. El incumplimiento de estos compromisos debe ser considerado una falta grave. Sugerimos que la ley disponga que cada medio designe un Defensor del oyente o del televidente, de acuerdo al modelo de la Asociación Internacional de Ombudsman, considerando las categorías de medios que disponga la norma”.
Considero este punto un grave error. Primero, porque la ética periodística o la que deben albergar los medios es un ideal, es un objetivo a alcanzar o no, ya que justamente la ética, a diferencia de la ley, que es obligatoria, depende del libre albedrío de la persona o, en este caso, del medio. La ética no se puede imponer. La autorregulación de por sí misma se define, depende de la elección que la persona o le medio haga. Hay medios que prefieren guiarse por conductas que se han logrado por la práctica, en forma consuetudinaria, y otros que prefieren tener códigos de ética muy pormenorizados y otros solo declaraciones orientativas muy generales. La ley obliga, la ética se escoge.
Mucho peor aún, es obligar a los medios a que tengan ombudsman, una práctica que en muchos casos y países no ha resultado para nada exitoso.
Ambas prácticas, la de tener o no Código de ética o ombudsman deben ser cuestiones estrictamente voluntarias que no deben estar regidas por ley.
Las críticas más frecuentes es que el gobierno está cercenando la libertad de empresa, la competencia y la pluralidad y diversidad que se dice busca la ley, generando un Estado más fuerte como presencia mayor en las licitaciones, más o menos como haciendo ver que las empresas privadas son el mal y las estatales son las que ofrecen una real democracia participativa.
De todas las críticas y propuestas que leí, hay una, la del Foro de Periodismo Argentino (FOPEA), un grupo de 270 profesionales argentinos muy respetados y de buena reputación en el periodismo nacional, que me sorprendió negativamente.
Primero vale aclarar que la mayoría de los 16 puntos que presentaron me parecieron muy válidos, excepto el referente a la ética periodística. En el punto 2 de la carta dicen lo siguiente: “Proponemos que a los licenciatarios se les exija, al presentarse a una licitación, un código de ética, lineamientos de estándares profesionales y un código de conducta empresaria. Asimismo, deben comprometerse a la financiación y organización de la capacitación permanente de sus periodistas. Todas estas pautas para garantizar la calidad periodística deben poder ser demostrables. El incumplimiento de estos compromisos debe ser considerado una falta grave. Sugerimos que la ley disponga que cada medio designe un Defensor del oyente o del televidente, de acuerdo al modelo de la Asociación Internacional de Ombudsman, considerando las categorías de medios que disponga la norma”.
Considero este punto un grave error. Primero, porque la ética periodística o la que deben albergar los medios es un ideal, es un objetivo a alcanzar o no, ya que justamente la ética, a diferencia de la ley, que es obligatoria, depende del libre albedrío de la persona o, en este caso, del medio. La ética no se puede imponer. La autorregulación de por sí misma se define, depende de la elección que la persona o le medio haga. Hay medios que prefieren guiarse por conductas que se han logrado por la práctica, en forma consuetudinaria, y otros que prefieren tener códigos de ética muy pormenorizados y otros solo declaraciones orientativas muy generales. La ley obliga, la ética se escoge.
Mucho peor aún, es obligar a los medios a que tengan ombudsman, una práctica que en muchos casos y países no ha resultado para nada exitoso.
Ambas prácticas, la de tener o no Código de ética o ombudsman deben ser cuestiones estrictamente voluntarias que no deben estar regidas por ley.
septiembre 08, 2009
Obama, educación, democracia
Me pareció totalmente exagerado que los conservadores estadounidenses hayan hecho tanta alharaca por el discurso del presidente Barack Obama en la inauguración del ciclo escolar en una escuela de Arlington, Virginia.
Los conservadores, apenas se enteraron que Obama daría un discurso, pusieron el grito en el cielo sobre unas declaraciones con las que se podría ideologizar a los estudiantes con sus “ideas socialistas”, lo que terminó creando temor en muchísimos padres de familia.
También me pareció exagerado que muchos distritos escolares o sistemas educativos hayan decidido no reproducir en los televisores o permitido a los estudiantes mirar el discurso siquiera por internet por ese temor a que alguien, por más que sea el Presidente, puede politizar las aulas, temor que está fundado tal vez, por el lobby que Obama está haciendo a favor de su proyecto de reforma del sistema de salud.
Más allá de que me pareció exagerada la reacción a un discurso que finalmente terminó siendo de motivación para que los estudiantes sean responsables, estudien por el bien de ellos y de su país y no abandonen la escuela, lo que me pareció inconmensurablemente bueno es la discusión democrática que originó y la importancia que se le da en el sistema educativo, a la reacción y opinión de los padres de familia.
Apenas sucedió eso, me pregunté si ese nivel de involucramiento lo permite la nueva ley de educación que fue adoptada en Venezuela, una legislación que ideologiza y que le quita a los padres la potestad sobre sus hijos. Otra forma más de acabar con la democracia.
Los conservadores, apenas se enteraron que Obama daría un discurso, pusieron el grito en el cielo sobre unas declaraciones con las que se podría ideologizar a los estudiantes con sus “ideas socialistas”, lo que terminó creando temor en muchísimos padres de familia.
También me pareció exagerado que muchos distritos escolares o sistemas educativos hayan decidido no reproducir en los televisores o permitido a los estudiantes mirar el discurso siquiera por internet por ese temor a que alguien, por más que sea el Presidente, puede politizar las aulas, temor que está fundado tal vez, por el lobby que Obama está haciendo a favor de su proyecto de reforma del sistema de salud.
Más allá de que me pareció exagerada la reacción a un discurso que finalmente terminó siendo de motivación para que los estudiantes sean responsables, estudien por el bien de ellos y de su país y no abandonen la escuela, lo que me pareció inconmensurablemente bueno es la discusión democrática que originó y la importancia que se le da en el sistema educativo, a la reacción y opinión de los padres de familia.
Apenas sucedió eso, me pregunté si ese nivel de involucramiento lo permite la nueva ley de educación que fue adoptada en Venezuela, una legislación que ideologiza y que le quita a los padres la potestad sobre sus hijos. Otra forma más de acabar con la democracia.
septiembre 07, 2009
Los K, sus abusos y los medios
Nada del matrimonio Kirchner que “reina” en la Argentina me gustó alguna vez. Pero ahora es peor, ya no lo soporto y menos a Cristina por dejar que su esposo Néstor siga siendo el presidente y trate de imponer la agenda política y pública en el país. Siempre los adversé principalmente por su verborragia autocrática, cargada de adjetivos e insultos contra sus adversarios. La historia que les antecede en su provincia de origen es nefasta, aunque fueron exitosos para llegar al poder.
Hay algunos puntos específicos que me hicieron perder credibilidad en ellos, que tienen que ver con privilegios y abusos continuos. De los que más me molestaron: depositaron millones de dólares de la provincia en el exterior, mientras los bolsillos del resto – de todos los argentinos – eran saqueados por el “corralito”; la cantidad de medios de comunicación y testaferros que ubicaron en ellos para ir creando un aparato propagandístico de proporciones titánicas; la política agropecuaria de malgastar los ingresos para el país por unas retenciones impositivas confiscatorias que les posibilitaría “caja chica” para hacer demagogia; el dinero desproporcionado que han acumulado en ganancias que supera el 600% en los últimos años; y, por último, el abuso que están cometiendo en contra de la libertad de prensa.
La semana pasada Cristina envió al Congreso el proyecto de ley de Servicios Audiovisuales argumentando que el país necesita mayor pluralidad y diversidad de medios, cuando en realidad lo que están buscando – y su marido lo ha expresado en numerosas ocasiones – es amordazar no solo a Clarín y las empresas mediáticas de este grupo, sino a todos los demás que representan el disenso, la crítica y la “oposición”.
Este proyecto de ley, de por sí, ya viene mal barajado, porque quieren imponer que el Congreso lo discuta antes del 10 de diciembre cuando el oficialismo perderá su mayoría, después de que los Kirchner fueron derrotados en las elecciones legislativas pasadas de junio. En cuanto al proyecto, que tampoco los oficialistas han permitido que la oposición realice audiencias públicas en el interior del país, empezará a debatirse esta próxima semana, lo que creará una profunda polémica por un contenido abusivo que justamente lo que menos busca es pluralidad y diversidad.
Crea un órgano de control muy fuerte con figuras del gobierno, pide que el gobierno revise las licencias otorgadas cada dos años, ocho años menos de lo que estipula la ley actual, lo que convertirá a este mecanismos en un método de autocensura sistemática y los grupos que ahora tienen medios de diferentes tecnologías, radio, televisión, escritos, internet – con licencias otorgadas por ley - se verán obligados a venderlos a precios irrisorios antes de un año de promulgada la ley por una cláusula inconstitucional de retroactividad.
Por donde se la mire, esta ley que trata de derribar los monopolios, lo que está haciendo es coartando la pluralidad y diversidad que trata de incentivar, porque después de todo, muchas de esas empresas le han dado al interior del país una gama importante de opciones, de cómo informarse y entretenerse. El Estado es quien terminará recibiendo mayor cantidad de licencias, lo que va en detrimento del sector privado. Además, permitirá que el Estado pueda sancionar a un medio retirándole la licencia por dos faltas graves, pudiendo confiscar al medio y adueñándose de los equipos, algo similar a lo que sucede en Venezuela, donde por ejemplo Hugo Chávez cerró RCTV en mayo de 2007, y utilizó los equipos de la televisora central y de trasmisión y estudios en todo el país, para crear una nueva televisora estatal.
Al igual que en Venezuela, también el proyecto de Cristina permitirá disponer “cadenas” cada vez que existan supuestos de “trascendencia institucional”, lo que implica que es a su pura discreción.
Veremos que sucede esta semana cuando las comisiones discutan en profundidad el proyecto
Hay algunos puntos específicos que me hicieron perder credibilidad en ellos, que tienen que ver con privilegios y abusos continuos. De los que más me molestaron: depositaron millones de dólares de la provincia en el exterior, mientras los bolsillos del resto – de todos los argentinos – eran saqueados por el “corralito”; la cantidad de medios de comunicación y testaferros que ubicaron en ellos para ir creando un aparato propagandístico de proporciones titánicas; la política agropecuaria de malgastar los ingresos para el país por unas retenciones impositivas confiscatorias que les posibilitaría “caja chica” para hacer demagogia; el dinero desproporcionado que han acumulado en ganancias que supera el 600% en los últimos años; y, por último, el abuso que están cometiendo en contra de la libertad de prensa.
La semana pasada Cristina envió al Congreso el proyecto de ley de Servicios Audiovisuales argumentando que el país necesita mayor pluralidad y diversidad de medios, cuando en realidad lo que están buscando – y su marido lo ha expresado en numerosas ocasiones – es amordazar no solo a Clarín y las empresas mediáticas de este grupo, sino a todos los demás que representan el disenso, la crítica y la “oposición”.
Este proyecto de ley, de por sí, ya viene mal barajado, porque quieren imponer que el Congreso lo discuta antes del 10 de diciembre cuando el oficialismo perderá su mayoría, después de que los Kirchner fueron derrotados en las elecciones legislativas pasadas de junio. En cuanto al proyecto, que tampoco los oficialistas han permitido que la oposición realice audiencias públicas en el interior del país, empezará a debatirse esta próxima semana, lo que creará una profunda polémica por un contenido abusivo que justamente lo que menos busca es pluralidad y diversidad.
Crea un órgano de control muy fuerte con figuras del gobierno, pide que el gobierno revise las licencias otorgadas cada dos años, ocho años menos de lo que estipula la ley actual, lo que convertirá a este mecanismos en un método de autocensura sistemática y los grupos que ahora tienen medios de diferentes tecnologías, radio, televisión, escritos, internet – con licencias otorgadas por ley - se verán obligados a venderlos a precios irrisorios antes de un año de promulgada la ley por una cláusula inconstitucional de retroactividad.
Por donde se la mire, esta ley que trata de derribar los monopolios, lo que está haciendo es coartando la pluralidad y diversidad que trata de incentivar, porque después de todo, muchas de esas empresas le han dado al interior del país una gama importante de opciones, de cómo informarse y entretenerse. El Estado es quien terminará recibiendo mayor cantidad de licencias, lo que va en detrimento del sector privado. Además, permitirá que el Estado pueda sancionar a un medio retirándole la licencia por dos faltas graves, pudiendo confiscar al medio y adueñándose de los equipos, algo similar a lo que sucede en Venezuela, donde por ejemplo Hugo Chávez cerró RCTV en mayo de 2007, y utilizó los equipos de la televisora central y de trasmisión y estudios en todo el país, para crear una nueva televisora estatal.
Al igual que en Venezuela, también el proyecto de Cristina permitirá disponer “cadenas” cada vez que existan supuestos de “trascendencia institucional”, lo que implica que es a su pura discreción.
Veremos que sucede esta semana cuando las comisiones discutan en profundidad el proyecto
septiembre 06, 2009
Maradona: desfasado y a destiempo
Ya no creo en Maradona. No porque haya perdido 3 a 1 contra Brasil anoche, sino porque el fútbol que le hace jugar a su equipo trabaja a destiempo, juega en otra realidad a la que se mueve su rival.
Creo que Maradona nunca se percató de su don, y del que tiene Leonel Messi, de que lo que algunos piensan que se trata de jugadores tocados por la varita mágica, no es otra cosa que estar superdotados por moverse en otra dimensión, en otro tiempo, en otro espacio. Cada vez que ellos tocan o se deslizan con la pelota, lo hacen con dos o tres jugadas en mente, casi como los maestros del ajedrez. Nada en ellos es casualidad, cada toque, cada gambeta, cada puntapié tiene una razón de ser, y por eso aventajan y aventajaron a sus adversarios. De ahí su magia, de ahí que cada uno de nosotros cada vez que estos jugadores están en la cancha, así sea con pelota en el pie o libres de ella en cualquier espacio de la cancha, tenemos la expectativa de que algo increíble puede pasar. Y la mayoría de las veces no nos decepcionan.
Así como ese destiempo es su ventaja y cualidad y los convierte en privilegiados, también puede ser negativo y una desventaja. De ahí que haya jugadores que no progresan, que viven en la mediocridad porque están desfasados con las habilidades físicas e intelectuales de sus rivales.
Así juega Argentina. Y quedó demostrado con todos los goles que le metieron en los últimos partidos – once - contando los dos de Ecuador, los seis de Bolivia y los tres de Brasil, con solo tres a favor, uno a Bolivia, otro a Brasil – que no significaron nada excepto salvar el honor – y uno contra Colombia que fue la única victoria que se escabulló en la era Maradona.
Maradona no tiene visión de técnico. Es un técnico que vive y piensa como jugador y como fue un superdotado hace jugar a su equipo concibiéndolos a todos como superdotados, como individualidades y haciendo un fútbol por demás demagógico y populista, que agrada por los nombres y las luminarias que convoca, pero que no están sintonizados a trabajar en un todo, como un equipo, como realmente lo hace el Barcelona de Messi o el seleccionado de Raúl.
Argentina no está encontrando la fórmula de jugar con el destiempo a su favor. Está por debajo del tiempo y espacio en que se mueven sus rivales. Por eso termina desorientado, como ante Bolivia, o estúpidamente embaucado como ante Brasil, en el primer gol, cuando los delanteros arrastraron a los defensores abriendo el área para que de la nada aparezca un cabezazo solitario que vino picando desde atrás y con él, la debacle de la noche.
Maradona y Messi siempre supieron, como los karatecas, usar la fuerza de sus adversarios en su propio beneficio. Pero esta selección no sabe hacer eso, juega como si no hubiera rival en la cancha, siempre con una estrategia similar para cualquier partido y rival creyendo que las fuerzas de la casualidad o las repetidas veces que Maradona se persigna al costado de la cancha servirá para que Dios ilumine a los suyos. No entiende que el fútbol, por más sagrado que sea él o la gente lo perciba de esa forma, no tiene nada de sagrado, es pura estrategia de equipo con algo de garra y de individualidades. ¿Acaso Messi podría jugar sin Henry, sin Iniesta, sin Puyol?
Maradona no entiende la gran diferencia que hay entre su concepción del fútbol, internalizado y elevado a la enésima potencia, con la de un equipo que necesita considerar a sus rivales como diferentes. El fútbol de Brasil, al menos el de anoche, no fue superlativo, fue práctico, aburrido, de empuje, de garra, algo que a nadie le gusta realmente, dejó de ser el “jogo bonito” de antaño. Aunque la diferencia fue que jugó utilizando las fuerzas, los miedos y las inseguridades de los argentinos.
Se viene Paraguay y el horizonte hacia Sudáfrica es difuso. Y aunque se logre su cometido, el fútbol de Maradona como técnico seguirá estando desfasado del tiempo y el espacio. Será casualidad ganar un partido – como fue contra Colombia – y llegar al Mundial.
Dedico este post a mi querido hermano Gerardo que vive en Madrid, con quien compartimos estas disquisiciones en una llamada telefónica esta mañana, en la que hicimos un poco de catarsis y tratamos de poner en otras palabras lo que a los dos seguramente nos apetecía más: gritar insultos a mansalva.
Creo que Maradona nunca se percató de su don, y del que tiene Leonel Messi, de que lo que algunos piensan que se trata de jugadores tocados por la varita mágica, no es otra cosa que estar superdotados por moverse en otra dimensión, en otro tiempo, en otro espacio. Cada vez que ellos tocan o se deslizan con la pelota, lo hacen con dos o tres jugadas en mente, casi como los maestros del ajedrez. Nada en ellos es casualidad, cada toque, cada gambeta, cada puntapié tiene una razón de ser, y por eso aventajan y aventajaron a sus adversarios. De ahí su magia, de ahí que cada uno de nosotros cada vez que estos jugadores están en la cancha, así sea con pelota en el pie o libres de ella en cualquier espacio de la cancha, tenemos la expectativa de que algo increíble puede pasar. Y la mayoría de las veces no nos decepcionan.
Así como ese destiempo es su ventaja y cualidad y los convierte en privilegiados, también puede ser negativo y una desventaja. De ahí que haya jugadores que no progresan, que viven en la mediocridad porque están desfasados con las habilidades físicas e intelectuales de sus rivales.
Así juega Argentina. Y quedó demostrado con todos los goles que le metieron en los últimos partidos – once - contando los dos de Ecuador, los seis de Bolivia y los tres de Brasil, con solo tres a favor, uno a Bolivia, otro a Brasil – que no significaron nada excepto salvar el honor – y uno contra Colombia que fue la única victoria que se escabulló en la era Maradona.
Maradona no tiene visión de técnico. Es un técnico que vive y piensa como jugador y como fue un superdotado hace jugar a su equipo concibiéndolos a todos como superdotados, como individualidades y haciendo un fútbol por demás demagógico y populista, que agrada por los nombres y las luminarias que convoca, pero que no están sintonizados a trabajar en un todo, como un equipo, como realmente lo hace el Barcelona de Messi o el seleccionado de Raúl.
Argentina no está encontrando la fórmula de jugar con el destiempo a su favor. Está por debajo del tiempo y espacio en que se mueven sus rivales. Por eso termina desorientado, como ante Bolivia, o estúpidamente embaucado como ante Brasil, en el primer gol, cuando los delanteros arrastraron a los defensores abriendo el área para que de la nada aparezca un cabezazo solitario que vino picando desde atrás y con él, la debacle de la noche.
Maradona y Messi siempre supieron, como los karatecas, usar la fuerza de sus adversarios en su propio beneficio. Pero esta selección no sabe hacer eso, juega como si no hubiera rival en la cancha, siempre con una estrategia similar para cualquier partido y rival creyendo que las fuerzas de la casualidad o las repetidas veces que Maradona se persigna al costado de la cancha servirá para que Dios ilumine a los suyos. No entiende que el fútbol, por más sagrado que sea él o la gente lo perciba de esa forma, no tiene nada de sagrado, es pura estrategia de equipo con algo de garra y de individualidades. ¿Acaso Messi podría jugar sin Henry, sin Iniesta, sin Puyol?
Maradona no entiende la gran diferencia que hay entre su concepción del fútbol, internalizado y elevado a la enésima potencia, con la de un equipo que necesita considerar a sus rivales como diferentes. El fútbol de Brasil, al menos el de anoche, no fue superlativo, fue práctico, aburrido, de empuje, de garra, algo que a nadie le gusta realmente, dejó de ser el “jogo bonito” de antaño. Aunque la diferencia fue que jugó utilizando las fuerzas, los miedos y las inseguridades de los argentinos.
Se viene Paraguay y el horizonte hacia Sudáfrica es difuso. Y aunque se logre su cometido, el fútbol de Maradona como técnico seguirá estando desfasado del tiempo y el espacio. Será casualidad ganar un partido – como fue contra Colombia – y llegar al Mundial.
Dedico este post a mi querido hermano Gerardo que vive en Madrid, con quien compartimos estas disquisiciones en una llamada telefónica esta mañana, en la que hicimos un poco de catarsis y tratamos de poner en otras palabras lo que a los dos seguramente nos apetecía más: gritar insultos a mansalva.
septiembre 05, 2009
Marihuana
La sentencia de la Corte Suprema de Justicia de Argentina que esta semana despenalizó la posesión y consumo de marihuana envía un mensaje pésimo a los jóvenes, a los padres y a los traficantes de drogas. La falta de castigo pudiera propiciar la percepción de que la droga, después de todo, no es tan mala ni peligrosa y hasta es menos dañina que el alcohol y el tabaco.
Aunque el fallo está fundamentado en la excepcionalidad, porque no legaliza la marihuana sino que solo descarta el castigo de cárcel a los mayores de edad que la consumieren en la privacidad y sin perjudicar a terceros, su forma precipitada e inconsulta, invita al rechazo.
El sabio principio constitucional invocado en forma unánime por los siete jueces de que toda acción privada que no ofenda el orden y la moral pública “está sólo reservada a Dios y exenta de la autoridad de los magistrados”, es irrelevante para los padres, ya que mientras el dictamen apunta a la responsabilidad del Estado sobre las drogas, minimiza los esfuerzos de los progenitores por enseñar a sus hijos sobre los efectos de la marihuana en la salud, el núcleo familiar y en la conducta moral.
Por más que el fallo haga disquisiciones filosóficas sobre el entorno de la persona con su privacidad y libertad, lo que los padres tienen claro es que la droga es mala. El fundamento no es racional, brota de la conciencia pura, del sentido común: nadie aconsejaría a su hijo a consumir drogas, así sea en el rincón más íntimo de su casa, y aunque no sea un delito criminal. Saben que la marihuana provoca adicción, crea tránsito hacia sustancias más tóxicas y desinhibe conductas delictivas, por más que muchos justifiquen lo contrario.
El mensaje del fallo también es peligroso porque relaja el comportamiento de quienes trafican y venden drogas, que con violencia o persuasión, buscan aumentar la demanda. Quienes incluso van más allá de la despenalización y creen en la legalización - porque permitiría mayores controles y hasta cobrar impuestos que reducirían el valor de las drogas y su negocio - desestiman que el narcotráfico maneja volumen, precios de promoción e iniciación, y que las drogas son solo un renglón más de un crimen organizado cada vez más diverso y productivo; que, como en México, es hasta protegido por entidades estatales infiltradas e instituciones sociales beneficiadas con generosas donaciones del narcotráfico.
Despenalizar o no la marihuana es una polémica muy añeja en el mundo con tantos detractores como simpatizantes. No hay evidencia confiable que muestre que con o sin criminalización del consumo se haya reducido la drogadicción. Lo que sí es evidente, es que la batalla contra la globalización del mercado de las drogas se está perdiendo.
De ahí que tres ex presidentes, César Gaviria de Colombia, Henrique Cardoso de Brasil y Ernesto Zedillo de México, ante políticas puramente represivas como las que aplica EE.UU. frente al narcotráfico y a los adictos, hayan sugerido la despenalización del consumo de la marihuana en el documento “Drogas y democracia: hacia un cambio de paradigma”, a la vez de exigir mayor responsabilidad a los países consumistas.
El documento, conocido este año, tiene fallos y aciertos. En lo negativo, desestima que el límite entre países productores, de tránsito y consumidores es cada vez más difuso porque el narcotráfico supo globalizar la venta y el consumo. En lo positivo, como lo apunta el dictamen argentino, la despenalización evitaría el sobrecargo de los sistemas judiciales y penitenciarios, permitiendo a las autoridades combatir el narcotráfico y tratar a los adictos como enfermos, no como criminales.
A pesar de las buenas intenciones de los magistrados argentinos en materia de salud y seguridad pública, su error no radica en el espíritu del fallo, que bien sugiere al Estado la adopción de medidas preventivas "con información y ecuación disuasiva del consumo”, sino en la forma apresurada e impositiva de la decisión.
Una medida de esta naturaleza, como la despenalización – que modificará conductas y apreciaciones morales entre padres, educadores e hijos – hubiera requerido un amplio y profundo debate social, de tal forma que los protagonistas principales hubieran sentido que sus preocupaciones y derechos estuvieran debidamente incluidos.
Aunque el fallo está fundamentado en la excepcionalidad, porque no legaliza la marihuana sino que solo descarta el castigo de cárcel a los mayores de edad que la consumieren en la privacidad y sin perjudicar a terceros, su forma precipitada e inconsulta, invita al rechazo.
El sabio principio constitucional invocado en forma unánime por los siete jueces de que toda acción privada que no ofenda el orden y la moral pública “está sólo reservada a Dios y exenta de la autoridad de los magistrados”, es irrelevante para los padres, ya que mientras el dictamen apunta a la responsabilidad del Estado sobre las drogas, minimiza los esfuerzos de los progenitores por enseñar a sus hijos sobre los efectos de la marihuana en la salud, el núcleo familiar y en la conducta moral.
Por más que el fallo haga disquisiciones filosóficas sobre el entorno de la persona con su privacidad y libertad, lo que los padres tienen claro es que la droga es mala. El fundamento no es racional, brota de la conciencia pura, del sentido común: nadie aconsejaría a su hijo a consumir drogas, así sea en el rincón más íntimo de su casa, y aunque no sea un delito criminal. Saben que la marihuana provoca adicción, crea tránsito hacia sustancias más tóxicas y desinhibe conductas delictivas, por más que muchos justifiquen lo contrario.
El mensaje del fallo también es peligroso porque relaja el comportamiento de quienes trafican y venden drogas, que con violencia o persuasión, buscan aumentar la demanda. Quienes incluso van más allá de la despenalización y creen en la legalización - porque permitiría mayores controles y hasta cobrar impuestos que reducirían el valor de las drogas y su negocio - desestiman que el narcotráfico maneja volumen, precios de promoción e iniciación, y que las drogas son solo un renglón más de un crimen organizado cada vez más diverso y productivo; que, como en México, es hasta protegido por entidades estatales infiltradas e instituciones sociales beneficiadas con generosas donaciones del narcotráfico.
Despenalizar o no la marihuana es una polémica muy añeja en el mundo con tantos detractores como simpatizantes. No hay evidencia confiable que muestre que con o sin criminalización del consumo se haya reducido la drogadicción. Lo que sí es evidente, es que la batalla contra la globalización del mercado de las drogas se está perdiendo.
De ahí que tres ex presidentes, César Gaviria de Colombia, Henrique Cardoso de Brasil y Ernesto Zedillo de México, ante políticas puramente represivas como las que aplica EE.UU. frente al narcotráfico y a los adictos, hayan sugerido la despenalización del consumo de la marihuana en el documento “Drogas y democracia: hacia un cambio de paradigma”, a la vez de exigir mayor responsabilidad a los países consumistas.
El documento, conocido este año, tiene fallos y aciertos. En lo negativo, desestima que el límite entre países productores, de tránsito y consumidores es cada vez más difuso porque el narcotráfico supo globalizar la venta y el consumo. En lo positivo, como lo apunta el dictamen argentino, la despenalización evitaría el sobrecargo de los sistemas judiciales y penitenciarios, permitiendo a las autoridades combatir el narcotráfico y tratar a los adictos como enfermos, no como criminales.
A pesar de las buenas intenciones de los magistrados argentinos en materia de salud y seguridad pública, su error no radica en el espíritu del fallo, que bien sugiere al Estado la adopción de medidas preventivas "con información y ecuación disuasiva del consumo”, sino en la forma apresurada e impositiva de la decisión.
Una medida de esta naturaleza, como la despenalización – que modificará conductas y apreciaciones morales entre padres, educadores e hijos – hubiera requerido un amplio y profundo debate social, de tal forma que los protagonistas principales hubieran sentido que sus preocupaciones y derechos estuvieran debidamente incluidos.
septiembre 04, 2009
Calidad contra Chávez
Es difícil cuantificar el éxito midiéndolo por la cantidad de personas que pudieran haberse sumado en el mundo entero para protestar contra Hugo Chávez. El éxito debe medirse en esta circunstancia por el contagio multi internacional que se logró como producto de la inter conectividad y conexión que se contagió por las redes sociales a través de cientos de ciudades alrededor del mundo. Una convocatoria que ni siquiera se hubiera logrado hace dos años atrás.
Lo mejor, para muchos, fue que la marcha multinacional coincidió con un Chávez que está lejos, de gira por países “democráticos”, como en Siria y Libia, entre otros, donde en todos ellos gritó pomposamente que era “soldado de la revolución y soldado de Fidel Castro”, sintiéndose orgulloso de pertenecer a un grupo de dictadores.
La indignación de un grupo de jóvenes colombianos que despertaron este entusiasmo en contra de Chávez, fue coronado aún más por el “voto de censura” que el Senado de Brasil produjo en contra de Chávez este martes por coartar la libertad de prensa en su país. Desde que hace un par de meses atrás el presidente venezolano pidió a sus ministros que prepararan un “mapa de guerra mediática”, todos los funcionarios se dieron a la tarea de agradar a su amo, presentando varios proyectos de ley para castigar “delitos mediáticos” y prohibir el derecho de reunión, lo último que queda por prohibir en Venezuela.
En realidad el proceso de controlar el derecho de asociación y reunión hace rato que empezó. En el país, ya se iniciaron 2.200 procesos judiciales contra personas que han participado en marchas y protestas contra de políticas gubernamentales o por la falta de agua o el estado deficiente de edificios escolares, entre otras cosas cotidianas.
Chávez podrá seguir adelante con su dictadura interna, pero lo que no podrá hacer jamás es dominar todo el proceso internacional de rechazo en su contra. Hoy ha sido un día fantástico en el que quedó demostrado que las redes sociales se están transformando en un medio importante para concientizar sobre causas justas y necesarias.
Lo mejor, para muchos, fue que la marcha multinacional coincidió con un Chávez que está lejos, de gira por países “democráticos”, como en Siria y Libia, entre otros, donde en todos ellos gritó pomposamente que era “soldado de la revolución y soldado de Fidel Castro”, sintiéndose orgulloso de pertenecer a un grupo de dictadores.
La indignación de un grupo de jóvenes colombianos que despertaron este entusiasmo en contra de Chávez, fue coronado aún más por el “voto de censura” que el Senado de Brasil produjo en contra de Chávez este martes por coartar la libertad de prensa en su país. Desde que hace un par de meses atrás el presidente venezolano pidió a sus ministros que prepararan un “mapa de guerra mediática”, todos los funcionarios se dieron a la tarea de agradar a su amo, presentando varios proyectos de ley para castigar “delitos mediáticos” y prohibir el derecho de reunión, lo último que queda por prohibir en Venezuela.
En realidad el proceso de controlar el derecho de asociación y reunión hace rato que empezó. En el país, ya se iniciaron 2.200 procesos judiciales contra personas que han participado en marchas y protestas contra de políticas gubernamentales o por la falta de agua o el estado deficiente de edificios escolares, entre otras cosas cotidianas.
Chávez podrá seguir adelante con su dictadura interna, pero lo que no podrá hacer jamás es dominar todo el proceso internacional de rechazo en su contra. Hoy ha sido un día fantástico en el que quedó demostrado que las redes sociales se están transformando en un medio importante para concientizar sobre causas justas y necesarias.
septiembre 03, 2009
Alvaro Uribe III
Aunque lo ha conseguido tras un proceso democrático y gracias a su gran popularidad, el presidente Alvaro Uribe es parte de la saga latinoamericana donde los presidentes se desviven por perpetuarse en el poder.
Los diputados colombianos casi por unanimidad, 85 a 5, votaron a favor de un referéndum para que sea reformada la Constitución y así seguir con un proceso electoral en el que al menos 7.5 millones de colombianos deben votar para darle validez a una nueva y tercera reelección de Uribe de cara a las elecciones de mayo de 2010.
Seguramente, gracias a su popularidad, una de las más altas de América Latina, Uribe se quedará en la presidencia. Para muchos, es el presidente ideal para Colombia que le ha ayudado a salir del círculo indescifrable de la violencia. Para otros, es la única forma de tener un balance continental donde la izquierda de Hugo Chávez siempre choca con el paredón ideológico que representa Uribe.
Más allá de los pro y cons, se trata de una muestra más de un presidencialismo exacerbado que nunca fue bueno para América Latina ya que la concentración de poder que se alcanza con tantos años deviene en abuso de poder y corrupción. Claro está, es que también estos dos vicios de la democracia se han dado en presidentes que tuvieron un solo período o que ni siquiera llegaron a cumplirlo.
Sin embargo, lo peor está en que esa posibilidad de los vicios democráticos se busquen mediante ley, sabiendo – como sucedió en el caso colombiano con denuncias de extorsiones y coimas – que el Estado (o el gobierno de turno que lo administre) siempre utilizará su estructura – lo que es ya un abuso de poder en sí mismo – para alcanzar sus fines. De ahí, la preocupación escasa de que este referéndum votado por los legisladores será aceptado por la Corte Suprema de Justicia y la Corte Constitucional que a pesar de los grandes encontronazos con Uribe, terminarán limando sus asperezas mediante el lobby y la influencia.
Este proceso hacia el Alvaro Uribe III cierra las puertas a todos los críticos que alguna vez tuvieron presidentes como Chávez, Morales o Correa – algo que con denodada atención busca Ortega – por haberse perpetuado en el poder a instancias de referendos y plebiscitos de dudosa procedencia y resultados.
Los diputados colombianos casi por unanimidad, 85 a 5, votaron a favor de un referéndum para que sea reformada la Constitución y así seguir con un proceso electoral en el que al menos 7.5 millones de colombianos deben votar para darle validez a una nueva y tercera reelección de Uribe de cara a las elecciones de mayo de 2010.
Seguramente, gracias a su popularidad, una de las más altas de América Latina, Uribe se quedará en la presidencia. Para muchos, es el presidente ideal para Colombia que le ha ayudado a salir del círculo indescifrable de la violencia. Para otros, es la única forma de tener un balance continental donde la izquierda de Hugo Chávez siempre choca con el paredón ideológico que representa Uribe.
Más allá de los pro y cons, se trata de una muestra más de un presidencialismo exacerbado que nunca fue bueno para América Latina ya que la concentración de poder que se alcanza con tantos años deviene en abuso de poder y corrupción. Claro está, es que también estos dos vicios de la democracia se han dado en presidentes que tuvieron un solo período o que ni siquiera llegaron a cumplirlo.
Sin embargo, lo peor está en que esa posibilidad de los vicios democráticos se busquen mediante ley, sabiendo – como sucedió en el caso colombiano con denuncias de extorsiones y coimas – que el Estado (o el gobierno de turno que lo administre) siempre utilizará su estructura – lo que es ya un abuso de poder en sí mismo – para alcanzar sus fines. De ahí, la preocupación escasa de que este referéndum votado por los legisladores será aceptado por la Corte Suprema de Justicia y la Corte Constitucional que a pesar de los grandes encontronazos con Uribe, terminarán limando sus asperezas mediante el lobby y la influencia.
Este proceso hacia el Alvaro Uribe III cierra las puertas a todos los críticos que alguna vez tuvieron presidentes como Chávez, Morales o Correa – algo que con denodada atención busca Ortega – por haberse perpetuado en el poder a instancias de referendos y plebiscitos de dudosa procedencia y resultados.
septiembre 02, 2009
Honduras y su escenario futuro
Es difícil predecir lo que sucederá con Honduras en los próximos meses. La cuenta regresiva hacia las elecciones comenzó este lunes, mientras el gobierno de Roberto Micheletti no da vuelta atrás y la comunidad internacional apoya la moción del Consejo permanente de la OEA para no reconocer al próximo gobierno que los hondureños elijan el 29 de noviembre.
Por ahora el acuerdo propuesto por el presidente Oscar Arias no parece permear en la voluntad del nuevo gobierno y la prensa internacional – además del mentor presidente venezolano – está dejando caer las pretensiones de Manuel Zelaya de regresar al poder. A esta altura, muchos se preguntan: ¿regresar para qué? Antes de que logre reacomodarse debería dejar lugar a unas elecciones que se adelantarían por un mes, según Arias, y en las que no se podría colocar ningún tipo de cuarta urna.
La Comunidad Europea dio marcha atrás a más sanciones contra Honduras y tal vez Zelaya logre algún otro compromiso de parte de Hillary Clinton este jueves, que muchos esperan que no sea en contra de lo que queda de ayuda económica estadounidense, inversiones ni remesas y que todo siga por el lado de la política, tal el caso de restricciones inmigratorias para que las sanciones no penalicen a los millones de hondureños que no están a favor de una u otra postura en pugna y que no tienen la culpa de lo que sucede, sino que quieren vivir en paz y que no los manipulen acercándolos a cualquiera de los dos extremos en la polémica.
Nadie sabe que significará en la práctica que el nuevo gobierno que emerja de las elecciones de noviembre no sea reconocido. ¿Más sanciones? ¿Qué se piense que Mel Zelaya debe regresar, aún habiéndosele acabado su tiempo? ¿Y si fuera así por cuánto tiempo regresaría?¿Es que se trata de un partido de fútbol en que el referí da un alargue porque alguien demoró el juego? ¿Pero cuánto tiempo más seguirían las sanciones y el no reconocimiento de un gobierno nuevo, legítimo, elegido por el pueblo, conformado por un candidato que nada tuvo que ver en el golpe o la sucesión, como quieran llamarla? ¿Las elecciones y todo el cronograma electoral ya estaban aprobados y autorizados antes del 28 de junio, por lo que no haberlo cumplido, hubiera significado el descarte de los candidatos?
Pero la pregunta más trascendente es ¿cómo se comportaría la comunidad internacional en caso de que las elecciones se realicen con normalidades (masivas y transparentes) y se elija al nuevo presidente en noviembre con un alto porcentaje de votos, y luego éste asuma en enero como está previsto en el calendario, mientras Micheletti se retira a su finca?
Por ahora el acuerdo propuesto por el presidente Oscar Arias no parece permear en la voluntad del nuevo gobierno y la prensa internacional – además del mentor presidente venezolano – está dejando caer las pretensiones de Manuel Zelaya de regresar al poder. A esta altura, muchos se preguntan: ¿regresar para qué? Antes de que logre reacomodarse debería dejar lugar a unas elecciones que se adelantarían por un mes, según Arias, y en las que no se podría colocar ningún tipo de cuarta urna.
La Comunidad Europea dio marcha atrás a más sanciones contra Honduras y tal vez Zelaya logre algún otro compromiso de parte de Hillary Clinton este jueves, que muchos esperan que no sea en contra de lo que queda de ayuda económica estadounidense, inversiones ni remesas y que todo siga por el lado de la política, tal el caso de restricciones inmigratorias para que las sanciones no penalicen a los millones de hondureños que no están a favor de una u otra postura en pugna y que no tienen la culpa de lo que sucede, sino que quieren vivir en paz y que no los manipulen acercándolos a cualquiera de los dos extremos en la polémica.
Nadie sabe que significará en la práctica que el nuevo gobierno que emerja de las elecciones de noviembre no sea reconocido. ¿Más sanciones? ¿Qué se piense que Mel Zelaya debe regresar, aún habiéndosele acabado su tiempo? ¿Y si fuera así por cuánto tiempo regresaría?¿Es que se trata de un partido de fútbol en que el referí da un alargue porque alguien demoró el juego? ¿Pero cuánto tiempo más seguirían las sanciones y el no reconocimiento de un gobierno nuevo, legítimo, elegido por el pueblo, conformado por un candidato que nada tuvo que ver en el golpe o la sucesión, como quieran llamarla? ¿Las elecciones y todo el cronograma electoral ya estaban aprobados y autorizados antes del 28 de junio, por lo que no haberlo cumplido, hubiera significado el descarte de los candidatos?
Pero la pregunta más trascendente es ¿cómo se comportaría la comunidad internacional en caso de que las elecciones se realicen con normalidades (masivas y transparentes) y se elija al nuevo presidente en noviembre con un alto porcentaje de votos, y luego éste asuma en enero como está previsto en el calendario, mientras Micheletti se retira a su finca?
agosto 31, 2009
Leyes de Radio-TV y la libertad
La mejor forma que tiene un gobierno para cercenar la libertad de prensa es mediante la asfixia de la radio y la televisión, medios a los que tiene a mano. Debido a sus características, los medios electrónicos están regulados por leyes especiales ya que utilizan el espacio público, el éter, por lo que es necesario administrar las frecuencias en las que operan para que no se produzca un caos con otras frecuencias de servicio público.
En todas las épocas, las licencias que se otorgan a los prestatarios, siempre han concitado arduas polémicas. Casi todos los gobiernos, en una u otra época, han utilizado las leyes o las han reformado para poder discriminar con tranquilidad a quienes les critican o denuncian sus actos de corrupción. Por eso cada tanto, aparecen proyectos de ley para reformar “legislación obsoleta” y acabar con los “monopolios”, que si bien existen, son solo el producto de lo que las leyes y los gobiernos anteriores permitieron; dándose paso, con las nuevas leyes, a privilegiar a otros empresarios que “comulgan” con el nuevo gobierno, por lo que se desactivarán viejos monopolios para crear concentración de medios en grupos más sumisos o menos “opositores”.
La Ley de Responsabilidad Social en Venezuela, así como la nueva Ley de Servicios Audiovisuales que presentó la semana pasada la presidenta Cristina de Kirchner y la que está presentando Rafael Correa en Ecuador, tienen características parecidas. Nacieron como parte de un paquete estratégico del gobierno en épocas que los poderes ejecutivos estaban y están cercenando otras libertades y garantías. No llegaron a la opinión pública como parte de un proceso de consulta y discusión, sino como simple arrebato en contra de los medios de comunicación, los que son calificados de “opositores”, “golpistas” y “desestabilizadores”. En nombre de la diversidad y pluralidad, buscan que estas leyes justifiquen el cierre, la expropiación y compra de medios de comunicación, desnaturalizando la función del Estado que debe comunicar y no hacer propaganda, para lo que terminan sirviendo sus medios.
¿Qué chances tendrán estas leyes de causar estragos en sus respectivos países?
En Venezuela ya ha causado graves daños, siendo el cierre de RCTV, de 34 emisoras de radio y la amenaza de cierre de Globovisión, así como la creación de la Agencia Bolivariana de Noticias, Telesur, cientos de radios comunitarias y periódicos, la muestra de que esta ley funciona a favor del gobierno.
En Argentina la pelea será amplia y fuerte, y por la tradición que existe, seguramente los estragos que pudiera causar se morigerarán bastante con la oposición, si es que se consigue dejar para el nuevo Congreso – el cual no tendrá mayoría oficialista – su discusión y aprobación.
En Ecuador reina más la incertidumbre; sin embargo, la férrea decisión de Rafael Correa de ir en contra de los medios, como lo hace habitualmente, como el caso del Canal Teleamazonas y en contra de los periódicos, y según se desprende de sus discursos en los que no escatima críticas, insultos y sarcasmos en contra de los medios, parecen remarcar que se vendrá una ley de comunicación muy politizada y exageradamente protectora del Poder Ejecutivo.
En todas las épocas, las licencias que se otorgan a los prestatarios, siempre han concitado arduas polémicas. Casi todos los gobiernos, en una u otra época, han utilizado las leyes o las han reformado para poder discriminar con tranquilidad a quienes les critican o denuncian sus actos de corrupción. Por eso cada tanto, aparecen proyectos de ley para reformar “legislación obsoleta” y acabar con los “monopolios”, que si bien existen, son solo el producto de lo que las leyes y los gobiernos anteriores permitieron; dándose paso, con las nuevas leyes, a privilegiar a otros empresarios que “comulgan” con el nuevo gobierno, por lo que se desactivarán viejos monopolios para crear concentración de medios en grupos más sumisos o menos “opositores”.
La Ley de Responsabilidad Social en Venezuela, así como la nueva Ley de Servicios Audiovisuales que presentó la semana pasada la presidenta Cristina de Kirchner y la que está presentando Rafael Correa en Ecuador, tienen características parecidas. Nacieron como parte de un paquete estratégico del gobierno en épocas que los poderes ejecutivos estaban y están cercenando otras libertades y garantías. No llegaron a la opinión pública como parte de un proceso de consulta y discusión, sino como simple arrebato en contra de los medios de comunicación, los que son calificados de “opositores”, “golpistas” y “desestabilizadores”. En nombre de la diversidad y pluralidad, buscan que estas leyes justifiquen el cierre, la expropiación y compra de medios de comunicación, desnaturalizando la función del Estado que debe comunicar y no hacer propaganda, para lo que terminan sirviendo sus medios.
¿Qué chances tendrán estas leyes de causar estragos en sus respectivos países?
En Venezuela ya ha causado graves daños, siendo el cierre de RCTV, de 34 emisoras de radio y la amenaza de cierre de Globovisión, así como la creación de la Agencia Bolivariana de Noticias, Telesur, cientos de radios comunitarias y periódicos, la muestra de que esta ley funciona a favor del gobierno.
En Argentina la pelea será amplia y fuerte, y por la tradición que existe, seguramente los estragos que pudiera causar se morigerarán bastante con la oposición, si es que se consigue dejar para el nuevo Congreso – el cual no tendrá mayoría oficialista – su discusión y aprobación.
En Ecuador reina más la incertidumbre; sin embargo, la férrea decisión de Rafael Correa de ir en contra de los medios, como lo hace habitualmente, como el caso del Canal Teleamazonas y en contra de los periódicos, y según se desprende de sus discursos en los que no escatima críticas, insultos y sarcasmos en contra de los medios, parecen remarcar que se vendrá una ley de comunicación muy politizada y exageradamente protectora del Poder Ejecutivo.
agosto 30, 2009
"No más Chávez"
El 4 de setiembre será un día histórico y existe el desafío de hacer una “marcha” o “concentración” lo más inmensamente posible por internet en contra de Hugo Chávez. Mientras los gobiernos y las organizaciones intergubernamentales se muestran pusilánimes con los atropellos del chavismo, gente de varias disciplinas salió al paso y ya se está abroquelando tras la campaña mundial “No más Chávez”.
Amigo de los titulares, Chávez en su Aló presidente de hoy dijo que permitiría esta marcha (¿?) pero invitó a sus partidarios a organizar una en su apoyo llamada “yanquis go home”. Chávez cree que él tiene que autorizar las marchas en su contra, y en cierta forma ya empieza a tener la razón, ya que ahora “su” fiscal general, Ortega Díaz, dijo este fin de semana que acabaría con las marchas contrarias al gobierno, para que no se altere la paz y el orden, delito que conlleva de 12 a 24 años de prisión.
Esta fiscal, que hace un par de semanas atrás presentó a la Asamblea nacional un proyecto de ley sobre “delitos mediáticos”, una ley mordaza que atinaba a acabar con los pocos medios independientes que quedan, dijo ahora que encausará a quienes marchan en contra del gobierno.
Ya no es sorpresa que el gobierno chavista esté debilitando a la democracia con una estrategia desde todos los ángulos. Ahora, a la falta de libertad de prensa, la falta de independencia de los poderes públicos y el sometimiento de la junta electoral, la Asamblea y la justicia, se le suma el debilitamiento del derecho de reunión y de asociación. Toda una autocracia.
Amigo de los titulares, Chávez en su Aló presidente de hoy dijo que permitiría esta marcha (¿?) pero invitó a sus partidarios a organizar una en su apoyo llamada “yanquis go home”. Chávez cree que él tiene que autorizar las marchas en su contra, y en cierta forma ya empieza a tener la razón, ya que ahora “su” fiscal general, Ortega Díaz, dijo este fin de semana que acabaría con las marchas contrarias al gobierno, para que no se altere la paz y el orden, delito que conlleva de 12 a 24 años de prisión.
Esta fiscal, que hace un par de semanas atrás presentó a la Asamblea nacional un proyecto de ley sobre “delitos mediáticos”, una ley mordaza que atinaba a acabar con los pocos medios independientes que quedan, dijo ahora que encausará a quienes marchan en contra del gobierno.
Ya no es sorpresa que el gobierno chavista esté debilitando a la democracia con una estrategia desde todos los ángulos. Ahora, a la falta de libertad de prensa, la falta de independencia de los poderes públicos y el sometimiento de la junta electoral, la Asamblea y la justicia, se le suma el debilitamiento del derecho de reunión y de asociación. Toda una autocracia.
agosto 29, 2009
El “Divisur” quedó igual. Colombia ganó
Después de la apretujada reunión de siete horas en Bariloche, todo quedó igual. Colombia sigue con sus planes de alianza con los militares estadounidenses en siete bases colombianas para enfrentar al terrorismo y el narcotráfico, y por más pataleos estúpidos que pegó Hugo Chávez y Rafael Correa, no pudieron disimular su desencanto con todos sus vecinos, porque no se aprobó ni la revisión del acuerdo ni el pedido de llamado a Barack Obama para que comparezca en otra reunión a dar explicaciones.
La reunión, como todas las que se hacen últimamente, no es otra cosa que para medir fuerzas ideológicas, entre la derecha de Alvaro Uribe, la izquierda recalcitrante de Chávez, Correa y Morales, la moderada de Lula da Silva, Cristina de Kirchner, Tabaré Vázquez y Fernando Lugo, y la acomodaticia de Alan García y Michelle Bachelet que juegan su ideología por una lado y su practicidad cuasi neoliberal del otro, teniendo las economías de mayor crecimiento.
Uribe salió muy bien parado en la reunión, teniendo en cuenta que estaba en el banquillo de los acusados y fue debido a él que la reunión la había convocado Chávez con la ayuda de su discípulo Correa. Uribe dijo que su acuerdo estaba cerrado y no merecía revisión, que su país era soberano y que si bien los ministros de Defensa del Unasur podrán observar lo que sucederá con las bases, logró que en la declaración final también se estableciera que a cambio de esa observación, se deberán revisar los acuerdos militares de otros países, las operaciones de las Farc en Colombia y Ecuador; a la vez que reclamó a los presentes mayor cooperación.
Cristina se comportó como siempre… jugando a la gran demócrata pidió relajamiento y bajar los decibeles, todo lo contrario a lo que practica internamente. Chávez sacó a relucir el viejo y manido argumento de que Estados Unidos quiere controlar e invadir a Venezuela y que trae “vientos de guerra”, como si los yanquis necesitaran ir a Colombia para preparar una invasión, a quienes le alcanzaría con un solo portaviones frente a Isla Margarita. Y Correa, escondido detrás de su arrogancia, sacó a relucir sus bravuconadas para seguir evadiendo las evidencias de los videos de las Farc que lo señalan como a uno de sus socios en su primera campaña electoral.
Parecía que tratando de expulsar a los estadounidenses de América Latina, algo que ya han hecho Morales, Chávez y Correa, le estaban sirviendo en bandeja el territorio colombiano y sus alrededores a las Farc para que sigan extendiendo su manto de terrorismo y narcotráfico. En realidad ninguno de los países presentes en Bariloche puede demostrar lo que realmente es necesario para combatir el narcotráfico, algo que Uribe viene consiguiendo de Obama y antes de George W. Bush: inteligencia.
Me refiero a inteligencia, sin sarcasmos, inteligencia militar y estratégica. Ningún sistema militar de los países latinoamericanos tiene la capacidad para combatir al narcotráfico, ya que éste los supera en estrategia. Los aviones Awacs y otros pertrechos de inteligencia que provee Estados Unidos son los únicos capaces de lidiar con los narcos y evitar que se siga desparramado por toda la región. Por eso no se entiende toda la tozudez y desvarío por el apoyo de Estados Unidos en la región.
La reunión, como todas las que se hacen últimamente, no es otra cosa que para medir fuerzas ideológicas, entre la derecha de Alvaro Uribe, la izquierda recalcitrante de Chávez, Correa y Morales, la moderada de Lula da Silva, Cristina de Kirchner, Tabaré Vázquez y Fernando Lugo, y la acomodaticia de Alan García y Michelle Bachelet que juegan su ideología por una lado y su practicidad cuasi neoliberal del otro, teniendo las economías de mayor crecimiento.
Uribe salió muy bien parado en la reunión, teniendo en cuenta que estaba en el banquillo de los acusados y fue debido a él que la reunión la había convocado Chávez con la ayuda de su discípulo Correa. Uribe dijo que su acuerdo estaba cerrado y no merecía revisión, que su país era soberano y que si bien los ministros de Defensa del Unasur podrán observar lo que sucederá con las bases, logró que en la declaración final también se estableciera que a cambio de esa observación, se deberán revisar los acuerdos militares de otros países, las operaciones de las Farc en Colombia y Ecuador; a la vez que reclamó a los presentes mayor cooperación.
Cristina se comportó como siempre… jugando a la gran demócrata pidió relajamiento y bajar los decibeles, todo lo contrario a lo que practica internamente. Chávez sacó a relucir el viejo y manido argumento de que Estados Unidos quiere controlar e invadir a Venezuela y que trae “vientos de guerra”, como si los yanquis necesitaran ir a Colombia para preparar una invasión, a quienes le alcanzaría con un solo portaviones frente a Isla Margarita. Y Correa, escondido detrás de su arrogancia, sacó a relucir sus bravuconadas para seguir evadiendo las evidencias de los videos de las Farc que lo señalan como a uno de sus socios en su primera campaña electoral.
Parecía que tratando de expulsar a los estadounidenses de América Latina, algo que ya han hecho Morales, Chávez y Correa, le estaban sirviendo en bandeja el territorio colombiano y sus alrededores a las Farc para que sigan extendiendo su manto de terrorismo y narcotráfico. En realidad ninguno de los países presentes en Bariloche puede demostrar lo que realmente es necesario para combatir el narcotráfico, algo que Uribe viene consiguiendo de Obama y antes de George W. Bush: inteligencia.
Me refiero a inteligencia, sin sarcasmos, inteligencia militar y estratégica. Ningún sistema militar de los países latinoamericanos tiene la capacidad para combatir al narcotráfico, ya que éste los supera en estrategia. Los aviones Awacs y otros pertrechos de inteligencia que provee Estados Unidos son los únicos capaces de lidiar con los narcos y evitar que se siga desparramado por toda la región. Por eso no se entiende toda la tozudez y desvarío por el apoyo de Estados Unidos en la región.
agosto 28, 2009
Hambre
La retórica ruidosa que generan las riñas entre líderes latinoamericanos por mayor espacio ideológico, dificultan prestar atención a las verdaderas amenazas contra la paz y la seguridad en la región: el hambre y la inseguridad alimentaria.
Denominada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) como la “crisis silenciosa”, el hambre está repuntando en Latinoamérica después de años en receso, con el potencial de generar peligrosos conflictos sociales como se teme en Guatemala, donde se anunció esta semana que 4.059 poblados fueron afectados por una sequía que destruyó entre un 60 y un 90 por ciento los sembradíos de maíz y frijol.
La falta de alimentos y la inseguridad alimentaria como consecuencia de malas políticas agropecuarias, agravadas por la recesión internacional, el alto valor de los combustibles, las plagas y los bruscos cambios climáticos, están creando nuevos bolsones de pobreza. Hoy existen en Latinoamérica 53 millones de personas hambrientas, 13 por ciento más que en el 2008, de un total de 1.100 millones de desnutridos en todo el mundo, cifra que aumentará un 11 por ciento para diciembre, según la FAO.
Más allá de la disfuncionalidad física e intelectual que provoca el hambre, se trata también de un foco de desestabilización silenciosa capaz de originar sus propios golpes de Estado. Solo basta recordar el proceso que vivió Haití en abril de 2008 cuando por falta de comida hubo avalanchas humanas que produjeron muerte, destrucción y la destitución del primer ministro Jacques-Edouard Alexis. Por aquella época, el presidente de México, Felipe Calderón debió crear subsidios especiales para confrontar la “crisis de la tortilla”, un sobreprecio de un 60 por ciento del maíz, que alimentó aires desestabilizadores para el PAN, su partido político.
El hambre y la crisis están creando bombas que de no ser desactivadas a tiempo pueden detonar hasta en los lugares más insospechados. No por nada, el Papa Benedicto XVI acaba de desafiar al gobierno de Cristina de Kirchner para “reducir el escándalo de la pobreza y la inequidad social”.
En ese país, otrora el “granero del mundo”, existen bolsas de hambruna por doquier. Aunque el gobierno argentino manipule los índices oficiales, un reciente estudio de la Universidad Católica Argentina certifica que 14 millones de personas, 39 por ciento de la población, son pobres, mientras que cuatro son indigentes. Solo en la provincia del Chaco, unos 2.000 indígenas siguen hoy protestando contra el hambre y la pobreza extrema frente a la sede del gobierno provincial, tras no haberse cumplido un fallo judicial supremo del 2007 que ordenaba paliar la desnutrición que cobró la vida de 22 indígenas de la zona.
Casi toda la población desnutrida del planeta vive en países en desarrollo debido, en parte, a la desigualdad en la distribución de la riqueza, como sucede en la mayoría de los países latinoamericanos. Las poblaciones indígenas, como muestran los ejemplos de Guatemala y Argentina, son las más vulnerables, alcanzando cifras escalofriantes. Un 48 por ciento de los niños guatemaltecos menores de 5 años sufre de desnutrición crónica y raquitismo. Cifras preocupantes se dan en otros países como Honduras y El Salvador.
La falta de alimentos no reconoce fronteras. Las naciones más desarrolladas, siempre más previsoras, están agresivamente adoptando políticas “ventajistas” que aumentarán la crisis a largo plazo. Arabia Saudita, Japón, así como otros países asiáticos, están alquilando tierras en países subdesarrollados para suplir sus faltantes de alimentos.
Culpables o no, los países ricos y los pobres deberán sentarse a la misma mesa en la Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimentaria de noviembre en Roma. Obligados a comer juntos, tendrán que digerir jornadas de negociaciones para impulsar mayores inversiones públicas y privadas en la agricultura, generar políticas de combustibles y fertilizantes alternativos para no agravar el cambio climático y crear programas de incentivos para devolver los campesinos al campo, ofreciéndoles tecnología barata y financiamiento.
Latinoamérica y el Caribe tienen un futuro brillante en la lucha mundial contra el hambre. Los recursos humanos y naturales son extraordinarios. Solo le basta a los políticos bajar los decibeles, dejar de pelearse y congeniar estrategias de producción. El trabajo y el empleo se encargarán de fortalecer la seguridad alimentaria y la democrática.
Denominada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) como la “crisis silenciosa”, el hambre está repuntando en Latinoamérica después de años en receso, con el potencial de generar peligrosos conflictos sociales como se teme en Guatemala, donde se anunció esta semana que 4.059 poblados fueron afectados por una sequía que destruyó entre un 60 y un 90 por ciento los sembradíos de maíz y frijol.
La falta de alimentos y la inseguridad alimentaria como consecuencia de malas políticas agropecuarias, agravadas por la recesión internacional, el alto valor de los combustibles, las plagas y los bruscos cambios climáticos, están creando nuevos bolsones de pobreza. Hoy existen en Latinoamérica 53 millones de personas hambrientas, 13 por ciento más que en el 2008, de un total de 1.100 millones de desnutridos en todo el mundo, cifra que aumentará un 11 por ciento para diciembre, según la FAO.
Más allá de la disfuncionalidad física e intelectual que provoca el hambre, se trata también de un foco de desestabilización silenciosa capaz de originar sus propios golpes de Estado. Solo basta recordar el proceso que vivió Haití en abril de 2008 cuando por falta de comida hubo avalanchas humanas que produjeron muerte, destrucción y la destitución del primer ministro Jacques-Edouard Alexis. Por aquella época, el presidente de México, Felipe Calderón debió crear subsidios especiales para confrontar la “crisis de la tortilla”, un sobreprecio de un 60 por ciento del maíz, que alimentó aires desestabilizadores para el PAN, su partido político.
El hambre y la crisis están creando bombas que de no ser desactivadas a tiempo pueden detonar hasta en los lugares más insospechados. No por nada, el Papa Benedicto XVI acaba de desafiar al gobierno de Cristina de Kirchner para “reducir el escándalo de la pobreza y la inequidad social”.
En ese país, otrora el “granero del mundo”, existen bolsas de hambruna por doquier. Aunque el gobierno argentino manipule los índices oficiales, un reciente estudio de la Universidad Católica Argentina certifica que 14 millones de personas, 39 por ciento de la población, son pobres, mientras que cuatro son indigentes. Solo en la provincia del Chaco, unos 2.000 indígenas siguen hoy protestando contra el hambre y la pobreza extrema frente a la sede del gobierno provincial, tras no haberse cumplido un fallo judicial supremo del 2007 que ordenaba paliar la desnutrición que cobró la vida de 22 indígenas de la zona.
Casi toda la población desnutrida del planeta vive en países en desarrollo debido, en parte, a la desigualdad en la distribución de la riqueza, como sucede en la mayoría de los países latinoamericanos. Las poblaciones indígenas, como muestran los ejemplos de Guatemala y Argentina, son las más vulnerables, alcanzando cifras escalofriantes. Un 48 por ciento de los niños guatemaltecos menores de 5 años sufre de desnutrición crónica y raquitismo. Cifras preocupantes se dan en otros países como Honduras y El Salvador.
La falta de alimentos no reconoce fronteras. Las naciones más desarrolladas, siempre más previsoras, están agresivamente adoptando políticas “ventajistas” que aumentarán la crisis a largo plazo. Arabia Saudita, Japón, así como otros países asiáticos, están alquilando tierras en países subdesarrollados para suplir sus faltantes de alimentos.
Culpables o no, los países ricos y los pobres deberán sentarse a la misma mesa en la Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimentaria de noviembre en Roma. Obligados a comer juntos, tendrán que digerir jornadas de negociaciones para impulsar mayores inversiones públicas y privadas en la agricultura, generar políticas de combustibles y fertilizantes alternativos para no agravar el cambio climático y crear programas de incentivos para devolver los campesinos al campo, ofreciéndoles tecnología barata y financiamiento.
Latinoamérica y el Caribe tienen un futuro brillante en la lucha mundial contra el hambre. Los recursos humanos y naturales son extraordinarios. Solo le basta a los políticos bajar los decibeles, dejar de pelearse y congeniar estrategias de producción. El trabajo y el empleo se encargarán de fortalecer la seguridad alimentaria y la democrática.
agosto 27, 2009
Se viene el "divisur"
La reunión está convocada para mañana en la hermosa Bariloche. Los 12 países integrantes del Unasur, con la presidencia de Ecuador, y a pedido de Venezuela, se enfrascarán en un “juicio sumario” contra Colombia, para tratar de que de marcha atrás a su alianza militar con Estados Unidos y siga así permitiendo a los soldados estadounidenses trabajar en bases colombianas en contra de la guerrilla y el narco terror.
Quien puso el grito en el cielo es Hugo Chávez pidiendo a Rafael Correa una reunión del Unasur sin que hasta el momento se haya sentido ofendido por el Plan Colombia que opera desde hace un lustro con un intercambio y colaboración extrema entre militares colombianos y estadounidenses que le han permitido a Colombia luchar contra el terrorismo y el narcotráfico. El Plan Colombia le ha servido a Alvaro Uribe para aniquilar las fuerzas de las FARC y disminuir su fuerza a unos 9.000 subversivos, aumentar la percepción de seguridad de la población nacional, haciendo disminuir los secuestros en un 80 por ciento, los homicidios y recuperando gran parte del territorio nacional que estaba en manos de las narco guerrillas y los narco paramilitares. El gobierno estima que ahora tiene el control del 90 por ciento del territorio, mientras que en el 2003 sólo tenía bajo su control el 70 por ciento.
Esta reunión de Unasur parece, además, una de “divisur”, donde se podrá observar una áspera disputa entre los países andinos, todos peleados entre sí. Bolivia, Perú y Chile están enfrascados en una riña de micrófonos con una diplomacia que se ha escapado de las embajadas para instalarse en los medios de comunicación a través de declaraciones altisonantes por un diferendo limítrofe y la salida al mar, un grave problema que se inició hace dos siglos atrás cuando los países se enfrascaron en una guerra tripartita que a la postre terminó beneficiando a Chile adjudicándose territorios que Bolivia y Perú reclaman más ahora que nunca.
Colombia, Ecuador y Venezuela están enfrascados en una guerra verbal en la que la retórica ha servido para alimentar “vientos de guerra” por parte de Hugo Chávez quien no quiere que nadie intervenga en sus asuntos internos, aunque él haga todo lo contrario. La gran controversia y la verdadera es la que mantienen Colombia y Ecuador después de que en marzo del 2008 los colombianos justificaran la incursión en territorios vecinos en caso de que tengan que perseguir a las FARC. Años atrás Ecuador estaba pelado con Colombia por la fumigación de campos de coca en territorio ecuatoriano y un poquito antes, los colombianos estaban peleados con los peruanos porque Vladimiro Montesinos había “transferido” armas a las FARC, asimismo como los ecuatorianos estuvieron casi al borde de la guerra con los peruanos por un fuerte diferendo limítrofe.
Los únicos que están un poco más apaciguados son argentinos y uruguayos, quienes fueron los que se dieron pelea apenas Brasil instaló el Unasur en el 2008, debido a las diferencias por la planta de celulosa instalada en Uruguay que Argentina reclamaba envenenaba un río limítrofe.
En fin, Colombia tratará mañana de contrarrestar las acusaciones en su contra, justificando que Unasur no puede meterse en asuntos de su soberanía, que la presencia militar estadounidense se justifica y preferirá abrir el debate ante otros acuerdos militares que países como Venezuela mantienen con Rusia e Irán o pedirá explicaciones sobre la carrera armamentista que hay en la región con Brasil, Chile y Venezuela a la cabeza.
Veremos si los resultados serán los mismos que hubo en Santo Domingo después de una escalada retórica del año pasado que terminó con abrazos y apretones de manos para disipar diferencias o si este Unasur está destinado a ser un simple “divisur” y reflejar la realidad de una región. Por lo pronto, muchos hace el ridículo, como Evo Morales tan llamado siempre a tirar ideas novedosas sobre las mesas, como la de hacer un plebiscito entre las poblaciones latinoamericanas para saber si los “pueblos” apoyan o no a Colombia en su alianza con los ejércitos del imperio. Sin palabras.
Quien puso el grito en el cielo es Hugo Chávez pidiendo a Rafael Correa una reunión del Unasur sin que hasta el momento se haya sentido ofendido por el Plan Colombia que opera desde hace un lustro con un intercambio y colaboración extrema entre militares colombianos y estadounidenses que le han permitido a Colombia luchar contra el terrorismo y el narcotráfico. El Plan Colombia le ha servido a Alvaro Uribe para aniquilar las fuerzas de las FARC y disminuir su fuerza a unos 9.000 subversivos, aumentar la percepción de seguridad de la población nacional, haciendo disminuir los secuestros en un 80 por ciento, los homicidios y recuperando gran parte del territorio nacional que estaba en manos de las narco guerrillas y los narco paramilitares. El gobierno estima que ahora tiene el control del 90 por ciento del territorio, mientras que en el 2003 sólo tenía bajo su control el 70 por ciento.
Esta reunión de Unasur parece, además, una de “divisur”, donde se podrá observar una áspera disputa entre los países andinos, todos peleados entre sí. Bolivia, Perú y Chile están enfrascados en una riña de micrófonos con una diplomacia que se ha escapado de las embajadas para instalarse en los medios de comunicación a través de declaraciones altisonantes por un diferendo limítrofe y la salida al mar, un grave problema que se inició hace dos siglos atrás cuando los países se enfrascaron en una guerra tripartita que a la postre terminó beneficiando a Chile adjudicándose territorios que Bolivia y Perú reclaman más ahora que nunca.
Colombia, Ecuador y Venezuela están enfrascados en una guerra verbal en la que la retórica ha servido para alimentar “vientos de guerra” por parte de Hugo Chávez quien no quiere que nadie intervenga en sus asuntos internos, aunque él haga todo lo contrario. La gran controversia y la verdadera es la que mantienen Colombia y Ecuador después de que en marzo del 2008 los colombianos justificaran la incursión en territorios vecinos en caso de que tengan que perseguir a las FARC. Años atrás Ecuador estaba pelado con Colombia por la fumigación de campos de coca en territorio ecuatoriano y un poquito antes, los colombianos estaban peleados con los peruanos porque Vladimiro Montesinos había “transferido” armas a las FARC, asimismo como los ecuatorianos estuvieron casi al borde de la guerra con los peruanos por un fuerte diferendo limítrofe.
Los únicos que están un poco más apaciguados son argentinos y uruguayos, quienes fueron los que se dieron pelea apenas Brasil instaló el Unasur en el 2008, debido a las diferencias por la planta de celulosa instalada en Uruguay que Argentina reclamaba envenenaba un río limítrofe.
En fin, Colombia tratará mañana de contrarrestar las acusaciones en su contra, justificando que Unasur no puede meterse en asuntos de su soberanía, que la presencia militar estadounidense se justifica y preferirá abrir el debate ante otros acuerdos militares que países como Venezuela mantienen con Rusia e Irán o pedirá explicaciones sobre la carrera armamentista que hay en la región con Brasil, Chile y Venezuela a la cabeza.
Veremos si los resultados serán los mismos que hubo en Santo Domingo después de una escalada retórica del año pasado que terminó con abrazos y apretones de manos para disipar diferencias o si este Unasur está destinado a ser un simple “divisur” y reflejar la realidad de una región. Por lo pronto, muchos hace el ridículo, como Evo Morales tan llamado siempre a tirar ideas novedosas sobre las mesas, como la de hacer un plebiscito entre las poblaciones latinoamericanas para saber si los “pueblos” apoyan o no a Colombia en su alianza con los ejércitos del imperio. Sin palabras.
agosto 25, 2009
Duro golpe a la OEA
Los siete cancilleres latinoamericanos se marcharon hoy de Honduras con la cabeza baja, después de dos días de entrevistas y negociaciones con un amplio espectro de hondureños. Su misión era convencer a Roberto Micheletti de que aceptara renunciar y restituir en el poder a Manuel Zelaya, como manda la propuesta del presidente costarricense Oscar Arias.
El duro golpe continuará en estos días para la OEA. Mañana en Washington, en medio de la reunión de embajadores de la OEA, Colombia introducirá una moción para rechazar a Hugo Chávez por su “proyecto expansionista”, ya que el domingo el presidente venezolano instruyó a su ministra de propaganda a que “hay que hacer todo lo posible para que mi mensaje llegue a los colombianos”, algo que Chávez ya había hecho el 16 de agosto cuando publicó un campo pagado en los diarios de referencia colombianos denunciando la connivencia militar entre Estados Unidos y Colombia.
También el viernes, el tema militar que ha levantado “vientos de guerra” según Chávez, será la excusa para la reunión de Bariloche del Unasur que hora conduce su homólogo Rafael Correa, por lo que de haber algún acuerdo o arreglo será nuevamente fuera de la OEA, un organismo que da la apariencia que no está ayudando a solucionar los grandes problemas de una región, cuyos asuntos más importantes, como los conflictos entre chilenos-bolivianos- peruanos o entre nicaragüenses-hondureños o ecuatorianos-colombianos o venezolanos-colombianos o argentinos-uruguayos o venezolanos-contra todos, están lejos de resolverse con el liderazgo de la OEA y de su secretario general.
Micheletti no cedió a la persuasión de los cancilleres y dijo que su gobierno se mantendrá firme a pesar de las nuevas presiones del gobierno de Estados Unidos en la suspensión de las visas generales que afectarán a unos 30 mil hondureños en forma anual. Micheletti dijo que seguirá adelante con el proceso electoral y estará por verse que suspensiones impondrá la comunidad internacional, ya que difícilmente podrá no reconocerse un proceso que estaba pautado desde antes de la salida de Zelaya y que tiene la garantía de la mayoría de los partidos políticos y los órganos rectores dentro del país. El nuevo gobierno se presta a desafiar a la comunidad internacional prometiendo una participación masiva en las elecciones de noviembre para demostrar el apoyo a la democracia.
Estará por verse lo que suceda en estas próximas semanas, las presiones económicas más extremas y cuáles serán las estrategias de Zelaya y Chávez que han estado desaparecidos por un par de días del tema Honduras, lo que parece toda una eternidad.
El duro golpe continuará en estos días para la OEA. Mañana en Washington, en medio de la reunión de embajadores de la OEA, Colombia introducirá una moción para rechazar a Hugo Chávez por su “proyecto expansionista”, ya que el domingo el presidente venezolano instruyó a su ministra de propaganda a que “hay que hacer todo lo posible para que mi mensaje llegue a los colombianos”, algo que Chávez ya había hecho el 16 de agosto cuando publicó un campo pagado en los diarios de referencia colombianos denunciando la connivencia militar entre Estados Unidos y Colombia.
También el viernes, el tema militar que ha levantado “vientos de guerra” según Chávez, será la excusa para la reunión de Bariloche del Unasur que hora conduce su homólogo Rafael Correa, por lo que de haber algún acuerdo o arreglo será nuevamente fuera de la OEA, un organismo que da la apariencia que no está ayudando a solucionar los grandes problemas de una región, cuyos asuntos más importantes, como los conflictos entre chilenos-bolivianos- peruanos o entre nicaragüenses-hondureños o ecuatorianos-colombianos o venezolanos-colombianos o argentinos-uruguayos o venezolanos-contra todos, están lejos de resolverse con el liderazgo de la OEA y de su secretario general.
Micheletti no cedió a la persuasión de los cancilleres y dijo que su gobierno se mantendrá firme a pesar de las nuevas presiones del gobierno de Estados Unidos en la suspensión de las visas generales que afectarán a unos 30 mil hondureños en forma anual. Micheletti dijo que seguirá adelante con el proceso electoral y estará por verse que suspensiones impondrá la comunidad internacional, ya que difícilmente podrá no reconocerse un proceso que estaba pautado desde antes de la salida de Zelaya y que tiene la garantía de la mayoría de los partidos políticos y los órganos rectores dentro del país. El nuevo gobierno se presta a desafiar a la comunidad internacional prometiendo una participación masiva en las elecciones de noviembre para demostrar el apoyo a la democracia.
Estará por verse lo que suceda en estas próximas semanas, las presiones económicas más extremas y cuáles serán las estrategias de Zelaya y Chávez que han estado desaparecidos por un par de días del tema Honduras, lo que parece toda una eternidad.
Uribe y la concentración de poder
Lamentablemente, todo parece indicar que los vientos reeleccionistas que tanto se critican en toda Latinoamérica por permitir a los gobiernos seguir concentrando poder, debilitando a las democracias, será el mismo camino que seguirá Alvaro Uribe en Colombia, para quien se reformaría una vez más la Constitución para que siga siendo presidente por tercera ocasión consecutiva, después de que ganó las elecciones en el 2002 y una reforma en el 2006 que le permitió quedarse en el Palacio de Nariño.
En vísperas de lograr una nueva autorización para un plebiscito que le permita a los colombianos decidir si puede haber una reforma adicional a la Constitución para un tercer mandato consecutivo, Uribe se muestra y se deja idolatrar por los sabuesos que predominan en todo el continente halagando a las mayorías – y gastando plata por doquier – para que le sigan dando su voto de confianza, lo que indudablemente terminará desgastando a la democracia y haciendo del presidencialismo uno de los peores pecados que existen en América Latina.
Seguramente muchos colombianos se inclinarán por darle otra oportunidad a Uribe, un presidente que tiene alta popularidad por su sabiduría en haberle devuelto a Colombia gran parte de la seguridad y estabilidad que gobiernos anteriores no pudieron asegurar tras décadas de drogas y violencia provocadas por las FARC y otras narco guerrillas.
De todas maneras, lo que indican las mayorías no siempre es bueno y muchas veces es perjudicial y la historia lo viene demostrando en muchos procesos. Muchas veces estas mayorías son compradas, como se está demostrando con las denuncias de cientos de políticos colombianos que han sido “ayudados” por el estado con asignaciones y dineros a favor de la reelección, así como se prevé que el gobierno pondrá toda su maquinaria para trabajar a favor de un plebiscito que no le será desfavorable. El problema mayor, es que el plebiscito no solo autorizará una posible reforma constitucional y reelección presidencial, sino que legitimará una excesiva concentración de poder, proceso político que siempre terminó en abusos de poder.
En vísperas de lograr una nueva autorización para un plebiscito que le permita a los colombianos decidir si puede haber una reforma adicional a la Constitución para un tercer mandato consecutivo, Uribe se muestra y se deja idolatrar por los sabuesos que predominan en todo el continente halagando a las mayorías – y gastando plata por doquier – para que le sigan dando su voto de confianza, lo que indudablemente terminará desgastando a la democracia y haciendo del presidencialismo uno de los peores pecados que existen en América Latina.
Seguramente muchos colombianos se inclinarán por darle otra oportunidad a Uribe, un presidente que tiene alta popularidad por su sabiduría en haberle devuelto a Colombia gran parte de la seguridad y estabilidad que gobiernos anteriores no pudieron asegurar tras décadas de drogas y violencia provocadas por las FARC y otras narco guerrillas.
De todas maneras, lo que indican las mayorías no siempre es bueno y muchas veces es perjudicial y la historia lo viene demostrando en muchos procesos. Muchas veces estas mayorías son compradas, como se está demostrando con las denuncias de cientos de políticos colombianos que han sido “ayudados” por el estado con asignaciones y dineros a favor de la reelección, así como se prevé que el gobierno pondrá toda su maquinaria para trabajar a favor de un plebiscito que no le será desfavorable. El problema mayor, es que el plebiscito no solo autorizará una posible reforma constitucional y reelección presidencial, sino que legitimará una excesiva concentración de poder, proceso político que siempre terminó en abusos de poder.
Enfrentar a Chávez pide el Post
El diario estadounidense The Washington Post puso las tildes sobre la íes. Dio en el clavo en su editorial de hoy al desafiar a los gobiernos latinoamericanos a no quejarse tanto de Estados Unidos, especialmente en lo concerniente a un grupo de militares que servirán de auxiliares en siete base colombianas, cuando el verdadero problema de la región se llama Hugo Chávez.
El editorial del Post especifica que la verdadera amenaza de la región es Hugo Chávez quien es justamente un gran amigo del gobierno iraní de Mahmud Ahmadinejad, presidente acusado por la Justicia argentina de haber nombrado como ministro de Defensa a un personaje oscuro, buscado por interpol, por ser el responsable del atentado contra la AMIA en Buenos Aires.
El Post criticó a los gobiernos latinoamericanos diciendo que se reunirán en Bariloche en el marco del Unasur este próximo viernes por la presencia militar estadounidense en Colombia, mientras que la verdadera amenaza para la región es la de Chávez que ha comprado armas a los rusos, practicado ejercicios navales con la armada de ese país, ha vendido armas suecas a las FARC, aunque omitió incluir en la lista de desbarajuste del presidente venezolano, que está entregando uranio enriquecido a los iraníes y apoyando grupos subversivos internacionales dándole cobijo en su territorio o apoyándolos en otras regiones del continente.
Luego de enumerar atropellos a la libertad de prensa y de expresión y violaciones a los derechos humanos y las garantías constitucionales, denuncia a Chávez como un gran embaucador que habla de que “soplan vientos de guerra” para tapar y "distraer la atención de su propia conducta y al mismo tiempo está colocando a la defensiva al gobierno estadounidense".
Por último, este periódico liberal que siempre ha tenido predilección por los gobiernos demócratas, pone mejor los puntos sobre las íes al referirse al presidente Barack Obama a quien le endilga parte de la culpa del comportamiento de Chávez. Dice que el gobierno de Obama se muestra débil y timorato porque no ha sabido denunciar “las graves y genuinas acciones hostiles que Chávez ha tomado contra sus vecinos y contra la oposición democrática en su propio país. Esos son realmente los hechos que deben ser tema de una reunión interamericana. El hecho de que no lo son demuestra cuán lejos está el gobierno estadounidense de tener una eficaz diplomacia hacia Latinoamérica".
El editorial del Post especifica que la verdadera amenaza de la región es Hugo Chávez quien es justamente un gran amigo del gobierno iraní de Mahmud Ahmadinejad, presidente acusado por la Justicia argentina de haber nombrado como ministro de Defensa a un personaje oscuro, buscado por interpol, por ser el responsable del atentado contra la AMIA en Buenos Aires.
El Post criticó a los gobiernos latinoamericanos diciendo que se reunirán en Bariloche en el marco del Unasur este próximo viernes por la presencia militar estadounidense en Colombia, mientras que la verdadera amenaza para la región es la de Chávez que ha comprado armas a los rusos, practicado ejercicios navales con la armada de ese país, ha vendido armas suecas a las FARC, aunque omitió incluir en la lista de desbarajuste del presidente venezolano, que está entregando uranio enriquecido a los iraníes y apoyando grupos subversivos internacionales dándole cobijo en su territorio o apoyándolos en otras regiones del continente.
Luego de enumerar atropellos a la libertad de prensa y de expresión y violaciones a los derechos humanos y las garantías constitucionales, denuncia a Chávez como un gran embaucador que habla de que “soplan vientos de guerra” para tapar y "distraer la atención de su propia conducta y al mismo tiempo está colocando a la defensiva al gobierno estadounidense".
Por último, este periódico liberal que siempre ha tenido predilección por los gobiernos demócratas, pone mejor los puntos sobre las íes al referirse al presidente Barack Obama a quien le endilga parte de la culpa del comportamiento de Chávez. Dice que el gobierno de Obama se muestra débil y timorato porque no ha sabido denunciar “las graves y genuinas acciones hostiles que Chávez ha tomado contra sus vecinos y contra la oposición democrática en su propio país. Esos son realmente los hechos que deben ser tema de una reunión interamericana. El hecho de que no lo son demuestra cuán lejos está el gobierno estadounidense de tener una eficaz diplomacia hacia Latinoamérica".
agosto 23, 2009
Correa y sus ansias por controlar
El presidente Rafael Correa se apareció en la isla de Cuba este fin de semana para visitar a Fidel Castro y seguramente para buscar mayores consejos sobre qué hacer con los ``Comités de Defensa de la Revolución Ciudadana'', que hace unos días prometió crear en Ecuador y que dijo que serían elementos de disuasión para quienes quieran romper la democracia.
“El próximo seré yo”, declaró Correa en alusión al presidente hondureño Manuel Zelaya, y de esa forma justificó la creación de grupos ciudadanos que servirán para controlar a sus vecinos y garantizar un gobierno libre de disensos; tratándose de las estructuras más antidemocráticas que se puedan concebir.
Esta nueva modalidad de Correa - que sacó de la galera porque no lo había siquiera prometido durante su campaña electoral – es una de las formas de asemejarse a Hugo Chávez con sus Círculos Bolivarianos y a Fidel Castro con los Comités de Defensa de la Revolución y la Unidades de Respuesta Rápida, que no son más que grupos oficialistas para controlar y atemorizar.
Correa dijo que estos “comités” servirán como “antídoto” para contrarrestar a las “oligarquías golpistas”, lo que indudablemente les está dando un carácter de choque, como una especie de grupos paraestatales, ya que como sucede en Nicaragua, Venezuela y en Cuba son usados para amedrentar a detractores y opositores al oficialismo.
Seguramente después de un tiempo, estos grupos, una vez conformados, irán exigiendo más poder hasta que terminarán siendo incontrolables. En América Latina hay muchísimos ejemplos y de todo tipo de ideología, desde los “descamisados” utilizados en la época peronista argentina hasta la Patrullas de Autodefensa Civil que el gobierno guatemalteco armó durante la guerra civil y las Autodefensas Unidas de Colombia que se originaron para contrarrestar a los grupos subversivos.
Correa ya no esconde su objetivo de permanecer para siempre en el poder, de ahí sus ansias de controlar todo. Lamentable para la democracia ecuatoriana.
“El próximo seré yo”, declaró Correa en alusión al presidente hondureño Manuel Zelaya, y de esa forma justificó la creación de grupos ciudadanos que servirán para controlar a sus vecinos y garantizar un gobierno libre de disensos; tratándose de las estructuras más antidemocráticas que se puedan concebir.
Esta nueva modalidad de Correa - que sacó de la galera porque no lo había siquiera prometido durante su campaña electoral – es una de las formas de asemejarse a Hugo Chávez con sus Círculos Bolivarianos y a Fidel Castro con los Comités de Defensa de la Revolución y la Unidades de Respuesta Rápida, que no son más que grupos oficialistas para controlar y atemorizar.
Correa dijo que estos “comités” servirán como “antídoto” para contrarrestar a las “oligarquías golpistas”, lo que indudablemente les está dando un carácter de choque, como una especie de grupos paraestatales, ya que como sucede en Nicaragua, Venezuela y en Cuba son usados para amedrentar a detractores y opositores al oficialismo.
Seguramente después de un tiempo, estos grupos, una vez conformados, irán exigiendo más poder hasta que terminarán siendo incontrolables. En América Latina hay muchísimos ejemplos y de todo tipo de ideología, desde los “descamisados” utilizados en la época peronista argentina hasta la Patrullas de Autodefensa Civil que el gobierno guatemalteco armó durante la guerra civil y las Autodefensas Unidas de Colombia que se originaron para contrarrestar a los grupos subversivos.
Correa ya no esconde su objetivo de permanecer para siempre en el poder, de ahí sus ansias de controlar todo. Lamentable para la democracia ecuatoriana.
agosto 22, 2009
Juanes y su concierto (¿por la paz?) en Cuba
El mensaje de la música es poderoso, más si es de protesta. Según su letra, el contexto en el que se difunde y la intención de quien la emite, puede ayudar a modificar la percepción o crear conciencia sobre un tema y generar cambios sociales.
Así como el concierto de Woodstock de hace 40 años buscó contagiar una cultura de paz y amor, nadie duda que el cantante colombiano Juanes tenga esos propósitos al ofrecer conciertos para estimular la armonía entre los países. Sin embargo, peca de ingenuo al mostrarse sorprendido sobre la polémica que levantó por organizar para setiembre, un recital por la paz en la Plaza de la Revolución de La Habana.
Aunque sea muy válido “fomentar la unión entre los pueblos” como es su argumento y lo fue para el concierto anterior que convocó en la frontera colombo venezolana para disipar tensiones, rechazar la violencia, el secuestro y las minas antipersonales, esta vez, los valores en juego son diferentes.
Su pregunta en Twitter sobre “¿por qué le molesta al mundo cuando se habla de paz?”, dirigida a apaciguar las críticas de miles de cubanos exiliados que escaparon de la opresión o fueron expulsados de su patria, aparenta ser inocente. Es que el valor principal en disputa en Cuba no es la paz, un principio relativo con alto grado de conciencia social que no genera división de opinión en el país; sino la libertad en todas sus acepciones – de reunión, asociación, traslado, expresión y de prensa - un valor absoluto, avasallado grotescamente desde hace 50 años.
La polémica en torno a su decisión, no es porque promueva la paz, ni por su “A Dios le pido” ni por su pegajosa “camisa negra”, sino por la posibilidad de que omita hablar de la libertad en el seno mismo de la opresión. La experiencia indica que el gobierno dictatorial cubano siempre utiliza la censura previa como a su arma predilecta, habiendo certeza de que se le habría condicionado la plaza a Juanes, a cambio de no criticar al régimen durante su visita, no hablar de libertad de expresión ni pedir la liberación de los centenares de presos políticos.
Lo criticable es que siendo lo suyo un acto político por contar con el apoyo de Raúl Castro y el beneplácito de Hillary Clinton, insista en la comodidad de promover la paz, cuando debería usar el escenario para exigir la molestosa libertad. Ni más ni menos, lo que se solicitó sin éxito a una decena de presidentes latinoamericanos que llegó a la isla este año para adular al régimen y fotografiarse con Fidel, con la condición de guardar silencio sobre las violaciones a los derechos humanos.
Juanes, así como otros cantantes que lo acompañarán, como Olga Tañón, tratan de despolitizar sus intenciones. Sin embargo, no pueden esconder la actitud política detrás del acto, ya que fueron autorizados por un régimen que censura a sus colegas, así sean extranjeros, exiliados como Willy Chirino o viviendo en la isla como la banda Porno para Ricardo; al tiempo que discrimina a sus ciudadanos permitiéndoles pisar la plaza sólo a aquellos que acatan y promueven la revolución como Silvio Rodríguez y los Van Van.
Pero más allá de la polémica, los principios de libertad de expresión enseñan que no es bueno juzgar, boicotear, condenar o censurar a Juanes en forma previa, antes de que viaje, ya que existe la posibilidad de que su música, entusiasmo y causa noble pueda permitir al régimen otorgar concesiones que jamás admitiría ante gobiernos extranjeros.
Es preferible, en todo caso, demostrar esa ofuscación y hacer a Juanes responsable en forma posterior, después de que se sepa si su propósito sirvió o no para abrir espacios de libertad, si avaló al régimen o si corrió igual suerte que decenas de otros cantantes extranjeros que se marcharon con el mismo sentimiento de haber sido utilizados. Pero debe tener la posibilidad de intentarlo.
Es cierto, como dice Juanes, que “la música, el arte, deben estar por encima de toda ideología o condición”; pero también es verdad que lo que causa aquí mucha indignación, es que un gobierno manipule las expresiones artísticas transformándolas en pura propaganda.
Así como el concierto de Woodstock de hace 40 años buscó contagiar una cultura de paz y amor, nadie duda que el cantante colombiano Juanes tenga esos propósitos al ofrecer conciertos para estimular la armonía entre los países. Sin embargo, peca de ingenuo al mostrarse sorprendido sobre la polémica que levantó por organizar para setiembre, un recital por la paz en la Plaza de la Revolución de La Habana.
Aunque sea muy válido “fomentar la unión entre los pueblos” como es su argumento y lo fue para el concierto anterior que convocó en la frontera colombo venezolana para disipar tensiones, rechazar la violencia, el secuestro y las minas antipersonales, esta vez, los valores en juego son diferentes.
Su pregunta en Twitter sobre “¿por qué le molesta al mundo cuando se habla de paz?”, dirigida a apaciguar las críticas de miles de cubanos exiliados que escaparon de la opresión o fueron expulsados de su patria, aparenta ser inocente. Es que el valor principal en disputa en Cuba no es la paz, un principio relativo con alto grado de conciencia social que no genera división de opinión en el país; sino la libertad en todas sus acepciones – de reunión, asociación, traslado, expresión y de prensa - un valor absoluto, avasallado grotescamente desde hace 50 años.
La polémica en torno a su decisión, no es porque promueva la paz, ni por su “A Dios le pido” ni por su pegajosa “camisa negra”, sino por la posibilidad de que omita hablar de la libertad en el seno mismo de la opresión. La experiencia indica que el gobierno dictatorial cubano siempre utiliza la censura previa como a su arma predilecta, habiendo certeza de que se le habría condicionado la plaza a Juanes, a cambio de no criticar al régimen durante su visita, no hablar de libertad de expresión ni pedir la liberación de los centenares de presos políticos.
Lo criticable es que siendo lo suyo un acto político por contar con el apoyo de Raúl Castro y el beneplácito de Hillary Clinton, insista en la comodidad de promover la paz, cuando debería usar el escenario para exigir la molestosa libertad. Ni más ni menos, lo que se solicitó sin éxito a una decena de presidentes latinoamericanos que llegó a la isla este año para adular al régimen y fotografiarse con Fidel, con la condición de guardar silencio sobre las violaciones a los derechos humanos.
Juanes, así como otros cantantes que lo acompañarán, como Olga Tañón, tratan de despolitizar sus intenciones. Sin embargo, no pueden esconder la actitud política detrás del acto, ya que fueron autorizados por un régimen que censura a sus colegas, así sean extranjeros, exiliados como Willy Chirino o viviendo en la isla como la banda Porno para Ricardo; al tiempo que discrimina a sus ciudadanos permitiéndoles pisar la plaza sólo a aquellos que acatan y promueven la revolución como Silvio Rodríguez y los Van Van.
Pero más allá de la polémica, los principios de libertad de expresión enseñan que no es bueno juzgar, boicotear, condenar o censurar a Juanes en forma previa, antes de que viaje, ya que existe la posibilidad de que su música, entusiasmo y causa noble pueda permitir al régimen otorgar concesiones que jamás admitiría ante gobiernos extranjeros.
Es preferible, en todo caso, demostrar esa ofuscación y hacer a Juanes responsable en forma posterior, después de que se sepa si su propósito sirvió o no para abrir espacios de libertad, si avaló al régimen o si corrió igual suerte que decenas de otros cantantes extranjeros que se marcharon con el mismo sentimiento de haber sido utilizados. Pero debe tener la posibilidad de intentarlo.
Es cierto, como dice Juanes, que “la música, el arte, deben estar por encima de toda ideología o condición”; pero también es verdad que lo que causa aquí mucha indignación, es que un gobierno manipule las expresiones artísticas transformándolas en pura propaganda.
agosto 21, 2009
Educación "rojita"; otro golpe de Chávez
No hay forma de llamarlo por otro nombre. En Venezuela, el país secuestrado por Hugo Chávez, donde los poderes públicos, sin excepción, están sometidos a sus designios, se continúa asestando golpes a lo poco que queda de democracia y libertad.
Esta semana, el debate se concitó en torno al último atropello: una Ley de Educación o mejor dicho un proyecto de adoctrinamiento educativo que alguna vez fue derrotado en las urnas, pero que la semana pasada Chávez logró que después de 11 días, su asamblea legislativa lo aprobara casi a hurtadillas.
Faltaba de Chávez este toqueteo a la iniciativa y creatividad individual y privada para asemejarse a su maestro y mentor Fidel Castro, quien desde hace 50 años adoctrina a los niños cubanos con la excusa de una educación “martiniana”, ufanándose de haber acabado con el analfabetismo, como muchos románticos todavía creen. Que todos sepan hablar y escribir es un logro, por cierto, pero también es verdad que es una vergüenza que el Estado mantenga la potestad de los niños y que sean educados bajo una doctrina tan usurpadora de ideas y de la libertad como la comunista.
Pues bien, Chávez fiel a sus principios propagandísticos también tendrá ahora la oportunidad de adoctrinar a “sus” ciudadanos, ya que considera que los venezolanos, en cuerpo y alma, le pertenecen. “Su” ley es totalmente ideológica e intervencionista ya que autoriza al Estado, es decir a él, a regular, planificar, programar e integrar la educación, con cierto trabajo que delega en los educadores – que deben seguir sus lineamientos - a los padres – que no podrán elegir el sistema educativo para sus hijos - y a los “consejos comunales”, que no son otra cosa que el brazo político del partido de Chávez y que se mueven solo si él lo ordena o lo permite. Pura ideología e idolatría.
El Estado se convierte en el todo. Asumirá la administración del ingreso a las universidades, supervisará la salida laboral de los egresados de acuerdo a las necesidades del Estado; lo que le permitirá seguir impulsando la creación de profesionales de poca calidad, como los ingenieros, médicos y todo tipo de profesionistas que solo pasan tres años en las universidades, ya que el gobierno prefiere mejorar las estadísticas que ofrecer calidad.
Esta nueva legislación permite incluso agudizar otras, como la ley mordaza en contra de la radio y la televisión, permitiendo la “suspensión inmediata” de los medios, en caso de que propalen programas que “produzcan terror en los niños, inciten al odio, violencia o que contraríen los sanos valores”. Claro está, que será la autoridad política, y no la judicial, la que se encargará de ser la que determine qué tipo de programas pueden trasmitirse, con lo que – muy astutamente – Chávez cierra el círculo contra los medios teniendo la potestad de censurar lo que él quiera.
Es decir, educación “roja, rojita”, el color preferido de quien se ha convertido en el mayor dictador del hemisferio, con el agravante de que todo lo que hace tiene viso de legalidad y sobre quien los organismos intergubernamentales hacen la vista gorda.
Esta semana, el debate se concitó en torno al último atropello: una Ley de Educación o mejor dicho un proyecto de adoctrinamiento educativo que alguna vez fue derrotado en las urnas, pero que la semana pasada Chávez logró que después de 11 días, su asamblea legislativa lo aprobara casi a hurtadillas.
Faltaba de Chávez este toqueteo a la iniciativa y creatividad individual y privada para asemejarse a su maestro y mentor Fidel Castro, quien desde hace 50 años adoctrina a los niños cubanos con la excusa de una educación “martiniana”, ufanándose de haber acabado con el analfabetismo, como muchos románticos todavía creen. Que todos sepan hablar y escribir es un logro, por cierto, pero también es verdad que es una vergüenza que el Estado mantenga la potestad de los niños y que sean educados bajo una doctrina tan usurpadora de ideas y de la libertad como la comunista.
Pues bien, Chávez fiel a sus principios propagandísticos también tendrá ahora la oportunidad de adoctrinar a “sus” ciudadanos, ya que considera que los venezolanos, en cuerpo y alma, le pertenecen. “Su” ley es totalmente ideológica e intervencionista ya que autoriza al Estado, es decir a él, a regular, planificar, programar e integrar la educación, con cierto trabajo que delega en los educadores – que deben seguir sus lineamientos - a los padres – que no podrán elegir el sistema educativo para sus hijos - y a los “consejos comunales”, que no son otra cosa que el brazo político del partido de Chávez y que se mueven solo si él lo ordena o lo permite. Pura ideología e idolatría.
El Estado se convierte en el todo. Asumirá la administración del ingreso a las universidades, supervisará la salida laboral de los egresados de acuerdo a las necesidades del Estado; lo que le permitirá seguir impulsando la creación de profesionales de poca calidad, como los ingenieros, médicos y todo tipo de profesionistas que solo pasan tres años en las universidades, ya que el gobierno prefiere mejorar las estadísticas que ofrecer calidad.
Esta nueva legislación permite incluso agudizar otras, como la ley mordaza en contra de la radio y la televisión, permitiendo la “suspensión inmediata” de los medios, en caso de que propalen programas que “produzcan terror en los niños, inciten al odio, violencia o que contraríen los sanos valores”. Claro está, que será la autoridad política, y no la judicial, la que se encargará de ser la que determine qué tipo de programas pueden trasmitirse, con lo que – muy astutamente – Chávez cierra el círculo contra los medios teniendo la potestad de censurar lo que él quiera.
Es decir, educación “roja, rojita”, el color preferido de quien se ha convertido en el mayor dictador del hemisferio, con el agravante de que todo lo que hace tiene viso de legalidad y sobre quien los organismos intergubernamentales hacen la vista gorda.
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