“Ojos que no ven, corazón que no siente”, dice el refrán, implicando que sólo las imágenes nos dan la certeza de cómo ocurren los hechos. Las palabras, en cambio, no tienen tanta fuerza ni credibilidad.
Se dice también que “una fotografía vale más que mil palabras”, ya que lo visual nos acerca más a la realidad. De ahí, que las imágenes del desmoronamiento de las torres gemelas nos ofrecen una mejor impresión sobre el terrorismo; las de un zapato volando hacia un presidente infieren un pésimo gobierno y la foto del gol de Maradona a los ingleses evidencia que la “mano de Dios” existe.
Pero a las fotografías se las suele malinterpretar, ya que se las responsabiliza por lo que en ellas queda retratado. De ahí que despierten controversias más allá de sus protagonistas, como sucedió con el padre Alberto Cutié después que lo pescaron engolosinado con su novia en una playa de Miami; con el premier italiano Silvio Berlusconi regocijado en sus orgías de Cerdeña o con el olímpico Michael Phelps enfiestado con su pipa de marihuana.
Las polémicas son mayores cuando las imágenes originan una disputa entre dos principios de igual valor, pero opuestos. Una disyuntiva así, entre la seguridad nacional y el acceso a la información pública, tiene mareado y a maltraer al presidente Barack Obama. Hace unos días pidió a la Justicia que no obligue al Pentágono a divulgar unas fotografías de los militares carceleros torturando a prisioneros en Irak y Afganistán, bajo el argumento de que puede generar mayor opinión pública antiestadounidense, poner en peligro la vida y seguridad física de las tropas e incentivar a Al Qaeda a que reclute más terroristas.
En la otra cara de la moneda, la Asociación Americana para las Libertades Cívicas, exigiendo que se conozca la verdad, reclama la validez de un fallo judicial de setiembre de 2008 que manda desclasificar las fotos bajo la Ley de Acceso a la información Pública. En estos días deberá pronunciarse la Corte Suprema de Justicia, poco después de que Obama regrese de su periplo por países musulmanes.
Las imágenes sobre las guerras en Irak y Afganistán siempre generaron discusiones, desde las menos complicadas como las de ataúdes con cuerpos de soldados estadounidenses que fueron prohibidas a los periodistas, hasta las más conflictivas, como las que se filtraron en el 2004 desde la cárcel de Abu Ghraib exponiendo casos aberrantes de tortura. Las fotografías tildadas de malditas fueron erróneamente responsabilizadas de aquel escándalo; en realidad, las malas acciones en ellas registradas, fueron las culpables.
La posición de Obama de no divulgar, si bien no es débil legalmente – y tal vez es una de las primeras medidas que apoyan los republicanos y critican sus partidarios demócratas - es contradictoria con el compromiso moral que adoptó el primer día de su mandato. Aquel 21 de enero prometió transparencia y rendición de cuentas y, distanciándose de la cultura del secreto creada por la administración Bush, aprobó un decreto para fortalecer la Ley de Acceso; estableciendo que de existir una disputa reñida o una duda entre la secrecía por razones de seguridad nacional y la transparencia, siempre deberá prevalecer esta última.
Suprimir información para prevenir peligros potenciales como los que argumenta Obama, no es muy convincente. Probablemente la publicidad de las fotos pudiera traer algún tipo de represalia y causar un revuelo internacional, pero no difundirlas, habiendo trascendido parte de su contenido, no atempera los ánimos o hace que el delito de la tortura sea inexistente.
Por el contrario, desclasificarlas estaría más en sintonía con la imagen y confianza que debe generar un líder, dando la oportunidad al Pentágono de repudiar y no repetir esas conductas, y poder exigir a otros gobiernos que también muestren sus atrocidades. Además, permitiría a Obama ser más consecuente con su reciente discurso en el Cairo sobre que “cometimos actos contrarios a nuestras tradiciones y nuestros ideales”.
La publicación de las imágenes, por más bochornosos y nocivos que los hechos puedan ser, es la única fórmula certera de que se pueda conocer la verdad y generar los anticuerpos para combatir las violaciones. Ni la transparencia ni las fotografías son malditas; prohibirlas es lo que genera duda.
Publiqué hace poco mi novela futurística en Amazon: "Robots con Alma: atrapados entre la verdad y la libertad". En este blog trato de temas de actualidad referidos a los valores de la verdad y la libertad. Blog por Ricardo Trotti
junio 13, 2009
junio 12, 2009
Tibio informe sobre libertad de prensa
El informe de la cancillería estadounidense (Departamento de Estado) sobre la falta de libertad de prensa en muchos de los países latinoamericanos es válido, pero tibio e insuficiente. No llama a los problemas por su nombre.
Es un informe si se quiere diplomático. En América Latina los problemas de las libertadas públicas, en especial de la libertad de expresión, son graves.
Solo basta dar unos ejemplos:
En Cuba no se respeta ese derecho y 26 periodistas independientes permanecen presos, además de tres centenares de presos políticos encarcelados, por los “graves” delitos de disentir de la opinión de los gobernantes.
Más de 340 periodistas fueron asesinados en los últimos 20 años, mientras que el 90% de esos crímenes no recibieron castigo. El narcotráfico en México, en Guatemala, en Honduras, para nombrar algunos países, está asesinando, secuestrando y desapareciendo periodistas. Los gobiernos no están haciendo mucho al respecto.
Muchos presidentes, como los casos de Hugo Chávez, Rafael Correa, Daniel Ortega y Evo Morales, han adoptado posiciones extremistas ante la divulgación de críticas y la fiscalización de medios. Están cerrando medios, amenazando cerrar a otros, utilizando dineros públicos para crear sus propios medios a los que usan para propalar su propaganda gubernamental, y desacreditando el trabajo de los periodistas en cada ocasión. La polarización política que los gobiernos están gestando con el ánimo de “dividir para reinar”, está creando un fuerte temor en la sociedad y una intolerancia a la tolerancia por el disenso, por lo que la gente opta por autocensurarse.
Estamos llegando a una situación dramática en América Latina en materia del derecho constitucional que tenemos todos los ciudadanos para expresarnos con total libertad y sin temor a sufrir represalias.
Es un informe si se quiere diplomático. En América Latina los problemas de las libertadas públicas, en especial de la libertad de expresión, son graves.
Solo basta dar unos ejemplos:
En Cuba no se respeta ese derecho y 26 periodistas independientes permanecen presos, además de tres centenares de presos políticos encarcelados, por los “graves” delitos de disentir de la opinión de los gobernantes.
Más de 340 periodistas fueron asesinados en los últimos 20 años, mientras que el 90% de esos crímenes no recibieron castigo. El narcotráfico en México, en Guatemala, en Honduras, para nombrar algunos países, está asesinando, secuestrando y desapareciendo periodistas. Los gobiernos no están haciendo mucho al respecto.
Muchos presidentes, como los casos de Hugo Chávez, Rafael Correa, Daniel Ortega y Evo Morales, han adoptado posiciones extremistas ante la divulgación de críticas y la fiscalización de medios. Están cerrando medios, amenazando cerrar a otros, utilizando dineros públicos para crear sus propios medios a los que usan para propalar su propaganda gubernamental, y desacreditando el trabajo de los periodistas en cada ocasión. La polarización política que los gobiernos están gestando con el ánimo de “dividir para reinar”, está creando un fuerte temor en la sociedad y una intolerancia a la tolerancia por el disenso, por lo que la gente opta por autocensurarse.
Estamos llegando a una situación dramática en América Latina en materia del derecho constitucional que tenemos todos los ciudadanos para expresarnos con total libertad y sin temor a sufrir represalias.
La farsa de los derechos humanos
Si el gobierno cubano se manifiesta contento sobre la protección de los derechos humanos en la isla, estamos fritos, hay gato encerrado, o simplemente se trata de una nueva estrategia de los hermanos Castro para mentir a nivel internacional y a través de los organismos intergubernamentales.
Si hay un país maltrecho en el que los derechos humanos vienen siendo pisoteados – a pesar de que aparezcan siempre aquellos que defienden los logros de salud y educación – desde hace décadas, es Cuba. Los derechos de reunión, asociación, libertad de prensa y de expresión, equidad ante la justicia, son aspectos de lo que los cubanos, en general, no gozan.
Sin embargo, el Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, un organismo que desde siempre fue dominado por gobiernos como el de China, el de Cuba y el de Libia para tapar sus fechorías, comprenderemos que se trata de una emboscada a los derechos humanos.
Un comunicado publicado por el presidente Raúl Castro dice que en Ginebra "se constató nuevamente el reconocimiento de la mayoría de los Estados y organizaciones no gubernamentales que intervinieron a los significativos resultados alcanzados por el pueblo y el Gobierno cubanos en la promoción y protección de todos los derechos humanos para todos''.
¡Inexplicable!
Lo que su comunicado no dijo, es que en la reunión de Ginebra hubo hasta asociaciones civiles de China las que defendieron explícitamente a Cuba, mientras que a otras de nivel internacional como Human Rights Watch no se les permitió hablar.
¡Pura farsa!
Si hay un país maltrecho en el que los derechos humanos vienen siendo pisoteados – a pesar de que aparezcan siempre aquellos que defienden los logros de salud y educación – desde hace décadas, es Cuba. Los derechos de reunión, asociación, libertad de prensa y de expresión, equidad ante la justicia, son aspectos de lo que los cubanos, en general, no gozan.
Sin embargo, el Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, un organismo que desde siempre fue dominado por gobiernos como el de China, el de Cuba y el de Libia para tapar sus fechorías, comprenderemos que se trata de una emboscada a los derechos humanos.
Un comunicado publicado por el presidente Raúl Castro dice que en Ginebra "se constató nuevamente el reconocimiento de la mayoría de los Estados y organizaciones no gubernamentales que intervinieron a los significativos resultados alcanzados por el pueblo y el Gobierno cubanos en la promoción y protección de todos los derechos humanos para todos''.
¡Inexplicable!
Lo que su comunicado no dijo, es que en la reunión de Ginebra hubo hasta asociaciones civiles de China las que defendieron explícitamente a Cuba, mientras que a otras de nivel internacional como Human Rights Watch no se les permitió hablar.
¡Pura farsa!
junio 10, 2009
Fútbol y "cuarta urna"
Estoy en la bella San Pedro Sula y feliz de compartir las pasiones que tienen por estos días los hondureños y de lo que hablan hoy: fútbol y “cuarta urna”. Dos temas con connotaciones totalmente diferentes. El primero, infiere la unión de todos los catrachos detrás de una pasión común; y el segundo, muestra la polarización política de un país al que su máximo político lo tiene enfrascado y confundido en su pasión personal por buscar la reelección.
Hoy es un día muy especial ya que Honduras recibe por las eliminatorias a El Salvador, no solo un clásico porque reverdece rivalidades que se tejieron durante las eliminatorias de los 70 cuando ambos países sostuvieron una guerra de seis días lo que se denominó la “guerra del fútbol”, sino porque ninguno de los dos equipos tiene la seguridad de llegar a Sudáfrica. Los catrachos vienen maltrechos por haber perdido 2 a 1 contra los estadounidenses en Chicago y los salvadoreños llegan agrandados de haberle ganado los mexicanos en su cancha por el mismo marcador. Aquí como en el resto de Latinoamérica, todos tenemos la mente en los partidos y con los corazones medio paralizados, ya pensando en celebraciones o las excusas que pondremos si perdemos y cómo deberemos enfrentar a los burladores.
Por mi parte, estoy pendiente de lo que pasará en la altura de Quito, sabiendo que el síndrome del 6 a 1 en La Paz perseguirá a los argentinos hasta que aparezca en un futuro una goleada peor para hacer olvidar a la boliviana. Así fue con los 5 a 0 de los colombianos en el Monumental, que aunque parecía que sería eterno, ya quedó en la historia, por lo que los pobres colombianos ya no podrán ostentar aquel logro magnífico. Los periódicos quiteños tratan de contagiar a su gente y destruir psicológicamente a sus adversarios, por eso un ocurrente tabloide, tituló hoy: “Diego, si La Paz fue tu tortura, Quito será tu tumba”).
Pero aquí en San Pedro cuando las cosas del fútbol se apaciguan, un tema que polariza al país es el que viene enarbolando el presidente Manuel Zelaya, que alejado de toda la crítica que le hacen varios sectores políticos, de la sociedad civil, la Iglesia y los medios de comunicación, sigue con su tesitura de que se reforme la Constitución para que se permita la reelección, un tema muy de moda por estos tiempos en América Latina.
Zelaya insiste que en las elecciones de noviembre haya una “cuarta urna” (además de las que se dispondrán para las elecciones de presidente, legisladores y alcaldes) para crear una constituyente capaz de incluir una reforma que sostenga una reelección y así aspirar a otro mandato.
Lo peligroso es que para lograr esto, está hablando de hacer una encuesta y de conseguir un plafón político que impulse sus ideas, argumentos que muchos miran con desdén, mirando de reojo a los militares sobre quienes varios dicen que estarían tentados a no dejar que los principios constitucionales sean pisoteados si Zelaya continúa con sus aspiraciones. Hace rato que en Honduras se habla o al menos se rumora sobre la posibilidad de un golpe de Estado, algo que por más justificado que parezca a nivel interno para muchos, podría resultar una medida totalmente sorpresiva a nivel internacional.
Hoy, antes del partido, parto hacia San Salvador. Veré la pasión de la otra cara de la moneda.
Hoy es un día muy especial ya que Honduras recibe por las eliminatorias a El Salvador, no solo un clásico porque reverdece rivalidades que se tejieron durante las eliminatorias de los 70 cuando ambos países sostuvieron una guerra de seis días lo que se denominó la “guerra del fútbol”, sino porque ninguno de los dos equipos tiene la seguridad de llegar a Sudáfrica. Los catrachos vienen maltrechos por haber perdido 2 a 1 contra los estadounidenses en Chicago y los salvadoreños llegan agrandados de haberle ganado los mexicanos en su cancha por el mismo marcador. Aquí como en el resto de Latinoamérica, todos tenemos la mente en los partidos y con los corazones medio paralizados, ya pensando en celebraciones o las excusas que pondremos si perdemos y cómo deberemos enfrentar a los burladores.
Por mi parte, estoy pendiente de lo que pasará en la altura de Quito, sabiendo que el síndrome del 6 a 1 en La Paz perseguirá a los argentinos hasta que aparezca en un futuro una goleada peor para hacer olvidar a la boliviana. Así fue con los 5 a 0 de los colombianos en el Monumental, que aunque parecía que sería eterno, ya quedó en la historia, por lo que los pobres colombianos ya no podrán ostentar aquel logro magnífico. Los periódicos quiteños tratan de contagiar a su gente y destruir psicológicamente a sus adversarios, por eso un ocurrente tabloide, tituló hoy: “Diego, si La Paz fue tu tortura, Quito será tu tumba”).
Pero aquí en San Pedro cuando las cosas del fútbol se apaciguan, un tema que polariza al país es el que viene enarbolando el presidente Manuel Zelaya, que alejado de toda la crítica que le hacen varios sectores políticos, de la sociedad civil, la Iglesia y los medios de comunicación, sigue con su tesitura de que se reforme la Constitución para que se permita la reelección, un tema muy de moda por estos tiempos en América Latina.
Zelaya insiste que en las elecciones de noviembre haya una “cuarta urna” (además de las que se dispondrán para las elecciones de presidente, legisladores y alcaldes) para crear una constituyente capaz de incluir una reforma que sostenga una reelección y así aspirar a otro mandato.
Lo peligroso es que para lograr esto, está hablando de hacer una encuesta y de conseguir un plafón político que impulse sus ideas, argumentos que muchos miran con desdén, mirando de reojo a los militares sobre quienes varios dicen que estarían tentados a no dejar que los principios constitucionales sean pisoteados si Zelaya continúa con sus aspiraciones. Hace rato que en Honduras se habla o al menos se rumora sobre la posibilidad de un golpe de Estado, algo que por más justificado que parezca a nivel interno para muchos, podría resultar una medida totalmente sorpresiva a nivel internacional.
Hoy, antes del partido, parto hacia San Salvador. Veré la pasión de la otra cara de la moneda.
junio 09, 2009
Correa, el arrogante
Como aprendiz del presidente venezolano Hugo Chávez, Rafael Correa está por graduarse de arrogante como si se tratara de un curso acelerado al mantener un léxico insultante contra los medios, los periodistas y los procesos electorales, culpando a todo el mundo de corrupto y de desestabilizar a su gobierno.
En estos últimos días, así como Chávez viene despotricando en contra de Globovisión, Correa comenzó su diatriba contra la televisora crítica e independiente Teleamazonas, la que está siendo seguida muy de cerca por Conartel (Consejo Nacional de Radiodifusión y Televisión) con la amenaza de que será cerrada por 90 días, lo que implica - para cualquier medio de comunicación - una súbita muerte.
En sus últimas alocuciones este fin de semana, Correa arremetió contra organismos internacionales europeos veedores de elecciones porque en un informe sobre las últimas elecciones del 26 de abril en las que fue reelegido por cuatro años, le criticaron su “presencia dominante en los medios”, lo que terminó por perjudicar la equidad en la campaña.
Y como había amenazado a los medios de su país a los que criticó de corruptos por lo que cuando asuma la titularidad del UNASUR creará un observatorio de medios para denunciar los atropellos, abusos y deshonestidad periodísticas, ahora volvió a invocar al UNASUR. Pero esta vez, en la mira no lo tuvo a los periodistas en la mira, sino a los veedores electorales, ya que prometió crear un observatorio para vigilar a los entes veedores internacionales; lo que implica que a Correa se le subió el poder internacional a la cabeza, creyendo que ese flamante organismo podrá o tendrá tiempo para crear organismos de control.
De seguir a este ritmo, Correa tendrá que crear observatorios para vigilar a sindicalistas, a los indígenas, a las amas de casas, a la oposición, al Congreso y a cualquier ciudadano que lo critique.
En estos últimos días, así como Chávez viene despotricando en contra de Globovisión, Correa comenzó su diatriba contra la televisora crítica e independiente Teleamazonas, la que está siendo seguida muy de cerca por Conartel (Consejo Nacional de Radiodifusión y Televisión) con la amenaza de que será cerrada por 90 días, lo que implica - para cualquier medio de comunicación - una súbita muerte.
En sus últimas alocuciones este fin de semana, Correa arremetió contra organismos internacionales europeos veedores de elecciones porque en un informe sobre las últimas elecciones del 26 de abril en las que fue reelegido por cuatro años, le criticaron su “presencia dominante en los medios”, lo que terminó por perjudicar la equidad en la campaña.
Y como había amenazado a los medios de su país a los que criticó de corruptos por lo que cuando asuma la titularidad del UNASUR creará un observatorio de medios para denunciar los atropellos, abusos y deshonestidad periodísticas, ahora volvió a invocar al UNASUR. Pero esta vez, en la mira no lo tuvo a los periodistas en la mira, sino a los veedores electorales, ya que prometió crear un observatorio para vigilar a los entes veedores internacionales; lo que implica que a Correa se le subió el poder internacional a la cabeza, creyendo que ese flamante organismo podrá o tendrá tiempo para crear organismos de control.
De seguir a este ritmo, Correa tendrá que crear observatorios para vigilar a sindicalistas, a los indígenas, a las amas de casas, a la oposición, al Congreso y a cualquier ciudadano que lo critique.
junio 08, 2009
Tiempo perdido el de la OEA
La OEA perdió el tiempo en San Pedro Sula, así se lo demostró la nomenclatura cubana. Después de tantos intentos de parte de los cancilleres y presidentes latinoamericanos para que Cuba ingrese a la OEA y cuando se había conseguido una resolución al respecto, finalmente el gobierno cubano, a través del medio oficial, el periódico Granma, dijo “GRACIAS, PERO NO”.
Los esfuerzos en San Pedro Sula habían empezado desde principios de año con el desfile de 10 presidentes latinoamericanos a La Habana y continuado en la Cumbre de Trinidad y Tobago.
La idea, detrás de todo esto, era enviar un mensaje directo al gobierno de Estados Unidos para que levante el embargo; aunque no tuvieron en cuenta que Barack Obama les ganaría de mano habiendo levantado una serie de restricciones y dejando la pelota en la cancha cubana.
Lamentablemente, la OEA desperdició otros temas de agenda importante, como la no violencia, por aferrarse a un tema netamente político como el de la inserción de Cuba a la organización. En definitiva, como Cuba debe comprometerse a ciertas normas democráticas, elecciones libres, libertad de expresión y multipartidismo, se sabía de antemano que ello no sería posible.
Cuba “ratifica una vez más que no regresará a la OEA" dice la nota oficial publicada hoy, por lo que ojala sea este un punto final a la polémica que Cuba inició para seguir siendo noticia. Ojala la OEA no pierda más el tiempo y solo lo tenga para cuando Cuba quiera comenzar a respetars los derechos y garantías individuales de sus ciudadanos.
Los esfuerzos en San Pedro Sula habían empezado desde principios de año con el desfile de 10 presidentes latinoamericanos a La Habana y continuado en la Cumbre de Trinidad y Tobago.
La idea, detrás de todo esto, era enviar un mensaje directo al gobierno de Estados Unidos para que levante el embargo; aunque no tuvieron en cuenta que Barack Obama les ganaría de mano habiendo levantado una serie de restricciones y dejando la pelota en la cancha cubana.
Lamentablemente, la OEA desperdició otros temas de agenda importante, como la no violencia, por aferrarse a un tema netamente político como el de la inserción de Cuba a la organización. En definitiva, como Cuba debe comprometerse a ciertas normas democráticas, elecciones libres, libertad de expresión y multipartidismo, se sabía de antemano que ello no sería posible.
Cuba “ratifica una vez más que no regresará a la OEA" dice la nota oficial publicada hoy, por lo que ojala sea este un punto final a la polémica que Cuba inició para seguir siendo noticia. Ojala la OEA no pierda más el tiempo y solo lo tenga para cuando Cuba quiera comenzar a respetars los derechos y garantías individuales de sus ciudadanos.
junio 07, 2009
Gobiernos víctimas
Gobiernos latinoamericanos de derecha, centro o izquierda, por igual, han acusado a los medios de comunicación de estar desestabilizando el orden institucional, con la ambición de controlarlos o manipularlos para dominar a la opinión pública, demoler a la oposición y reinar a su antojo.
La estrategia liderada por gobiernos personalistas como los de Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales, no tan distinta de las anteriores de Alberto Fujimori y Carlos Menem al lado opuesto del dial ideológico, es mostrarse victimizados por el “poder corrosivo” de la prensa, a la que prácticamente se le achacan todos los males terrenales.
Ese jugar a la víctima personal del poder mediático “oligárquico e imperialista” – sumado al debilitamiento progresivo de las instituciones y de la oposición – les permite justificar el uso de una eficiente estrategia de propaganda con el propósito de defender sus revoluciones y perseguir opositores, para la que no escatiman recursos ni fondos públicos.
Estos gobiernos egocéntricos se afanan en desacreditar y minar la credibilidad de la prensa en todos los sectores sociales. Inducen a pensar que cualquier opinión disonante con el régimen, noticia negativa o investigación que destape corrupción, sin distinción, es un juego manipulador de oposición política destinado a socavar las buenas intenciones revolucionarias para con el pueblo.
Este esquema comunicacional personalista de confrontación, de exposición permanente y obligatorio en los medios de comunicación, lo explota muy bien Chávez, quien celebra sus 10 años de ininterrumpida y maratónica labor con su Aló Presidente. Un espacio que utilizó en estos días para ordenar a sus funcionarios y a la justicia que ejecuten a aquellos “medios opositores” que promueven el “envenenamiento” de la población.
Chávez alinea así su estrategia de propaganda para generar opinión pública favorable y excusar el cierre de medios “corruptos”, como acusa a Globovisión. La misma táctica que usó con éxito contra RCTV, cadena a la que cerró en mayo de 2007, después de una campaña de desprestigio y amenazas iniciada en diciembre de 2006.
Esa misma victimización la expuso el presidente Correa cuando anunció que al asumir el liderazgo de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) propondrá - con el apoyo explícito de Chávez - crear un organismo “para defender a gobiernos y a la población” de “la prensa corrupta, instrumento de la oligarquía”.
Esta faceta de gobierno injuriado también la despliega el presidente boliviano Morales para denigrar a los medios que lo critican, pero no alcanza, claro está, a los que simpatizan con sus revoluciones, como por ejemplo, una red gigantesca de radios y televisoras estatales que han creado los regímenes de Caracas, Quito y La Paz, no para utilizarla como medio público, sino con fin ideológico.
La creación de organismos estatales y observatorios de medios como asimismo los impulsaron la argentina Cristina de Kirchner y el hondureño Manuel Zelaya, es parte de una trama anti medios que incluye amedrentamiento permanente contra la prensa, ya sea mediante la confrontación dialéctica o agresiones directas ejecutadas por fuerzas de choque paraestatales, mecanismos de presión económica, así como la sanción de leyes cada vez más restrictivas.
Es ingenuo pensar que ningún medio o periodista practica un juego político u opositor o que está exento del escrutinio y de la crítica; pero la intervención del Estado debe limitarse a establecer el orden jurídico y legal, allanando el camino para que la justicia castigue los actos corruptos y desestabilizadores concretos de alguna prensa. Como bien le explicó en estos días a Evo Morales el titular de la Sociedad Interamericana de Prensa, Enrique Santos Calderón, no se puede confundir ni generalizar en cuestión de medios, porque “una prensa que cuestione y fiscalice no equivale a una prensa sediciosa ni subversiva”.
La astucia de la victimización, que se torna una costumbre adictiva entre los presidentes personalistas vigorizándose en una constante “caza de brujas”, aumenta el riesgo de que se adopten políticas más peligrosas de control más allá de los medios tradicionales. La férrea censura del internet que se practica en Cuba y el reciente bloqueo de Facebook que se ordenó en Irán para minar las posibilidades electorales de la oposición, muestran que una vez que se cierran medios tradicionales, indefectiblemente le llegará el turno a las demás expresiones más populares.
La estrategia liderada por gobiernos personalistas como los de Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales, no tan distinta de las anteriores de Alberto Fujimori y Carlos Menem al lado opuesto del dial ideológico, es mostrarse victimizados por el “poder corrosivo” de la prensa, a la que prácticamente se le achacan todos los males terrenales.
Ese jugar a la víctima personal del poder mediático “oligárquico e imperialista” – sumado al debilitamiento progresivo de las instituciones y de la oposición – les permite justificar el uso de una eficiente estrategia de propaganda con el propósito de defender sus revoluciones y perseguir opositores, para la que no escatiman recursos ni fondos públicos.
Estos gobiernos egocéntricos se afanan en desacreditar y minar la credibilidad de la prensa en todos los sectores sociales. Inducen a pensar que cualquier opinión disonante con el régimen, noticia negativa o investigación que destape corrupción, sin distinción, es un juego manipulador de oposición política destinado a socavar las buenas intenciones revolucionarias para con el pueblo.
Este esquema comunicacional personalista de confrontación, de exposición permanente y obligatorio en los medios de comunicación, lo explota muy bien Chávez, quien celebra sus 10 años de ininterrumpida y maratónica labor con su Aló Presidente. Un espacio que utilizó en estos días para ordenar a sus funcionarios y a la justicia que ejecuten a aquellos “medios opositores” que promueven el “envenenamiento” de la población.
Chávez alinea así su estrategia de propaganda para generar opinión pública favorable y excusar el cierre de medios “corruptos”, como acusa a Globovisión. La misma táctica que usó con éxito contra RCTV, cadena a la que cerró en mayo de 2007, después de una campaña de desprestigio y amenazas iniciada en diciembre de 2006.
Esa misma victimización la expuso el presidente Correa cuando anunció que al asumir el liderazgo de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) propondrá - con el apoyo explícito de Chávez - crear un organismo “para defender a gobiernos y a la población” de “la prensa corrupta, instrumento de la oligarquía”.
Esta faceta de gobierno injuriado también la despliega el presidente boliviano Morales para denigrar a los medios que lo critican, pero no alcanza, claro está, a los que simpatizan con sus revoluciones, como por ejemplo, una red gigantesca de radios y televisoras estatales que han creado los regímenes de Caracas, Quito y La Paz, no para utilizarla como medio público, sino con fin ideológico.
La creación de organismos estatales y observatorios de medios como asimismo los impulsaron la argentina Cristina de Kirchner y el hondureño Manuel Zelaya, es parte de una trama anti medios que incluye amedrentamiento permanente contra la prensa, ya sea mediante la confrontación dialéctica o agresiones directas ejecutadas por fuerzas de choque paraestatales, mecanismos de presión económica, así como la sanción de leyes cada vez más restrictivas.
Es ingenuo pensar que ningún medio o periodista practica un juego político u opositor o que está exento del escrutinio y de la crítica; pero la intervención del Estado debe limitarse a establecer el orden jurídico y legal, allanando el camino para que la justicia castigue los actos corruptos y desestabilizadores concretos de alguna prensa. Como bien le explicó en estos días a Evo Morales el titular de la Sociedad Interamericana de Prensa, Enrique Santos Calderón, no se puede confundir ni generalizar en cuestión de medios, porque “una prensa que cuestione y fiscalice no equivale a una prensa sediciosa ni subversiva”.
La astucia de la victimización, que se torna una costumbre adictiva entre los presidentes personalistas vigorizándose en una constante “caza de brujas”, aumenta el riesgo de que se adopten políticas más peligrosas de control más allá de los medios tradicionales. La férrea censura del internet que se practica en Cuba y el reciente bloqueo de Facebook que se ordenó en Irán para minar las posibilidades electorales de la oposición, muestran que una vez que se cierran medios tradicionales, indefectiblemente le llegará el turno a las demás expresiones más populares.
junio 06, 2009
Si desaparece Globovisión
La hipótesis no está lejos de concretarse. El gobierno de Hugo Chávez está atacando ferozmente a Globovisión y todos los días hay un nuevo embate con la única televisora que está informando en forma independiente sobre la realidad venezolana, que incluye corrupción y abusos gubernamentales. Ayer, se produjeron nuevas excusas legales encaminadas hacia el cierre, una multa que sobrepasa los dos millones de dólares y una persecución penal por “usura” contra su propietario, Guillermo Zuloaga. Además de cientos de acusaciones públicas que recibió de parte de Chávez y varios de sus ministros en estas últimas semanas, señales claras de que Globovisión está en la misma mira que estuvo entre diciembre de 2006 y mayo de 2007 Radio Caracas Televisión hasta que fue clausurada el 27 de mayo.
Si desaparece Globovisión, el gobierno de Chávez obtendría automáticamente un pasaporte más amplio de impunidad y daría un paso más hacia el autoritarismo o esta especie de “dictadura democrática”, una autocracia disfrazada de legalidad, la que es conseguida y ejecutada a través de una Asamblea Legislativa y una Justicia totalmente ofertadas al mejor postor: Chávez.
Si desaparece Globovisión, pierde la democracia; ésta, entendida como soberanía popular, ya que se le estará robando a los ciudadanos el derecho a estar informados o a estar sometidos a información televisiva que sólo provendrá de canales estatales propagandísticos o de otros privados en los cuales el temor o los acomodos los han hecho autocensurarse.
Si desaparece Globovisión, se estarán desarticulando los derechos más fundamentales que en la Constitución Bolivariana ya están de adorno: libertad de prensa y de expresión, así como los derechos de reunión y asociación.
Si desaparece Globovisión, se le estará entregando a Chávez una Venezuela en “bandeja de plata”; una Venezuela impune, sumisa, derruida, desposeída, débil, en la que cada día los valores del disenso, la crítica, la investigación y la denuncia –atributos de las verdaderas democracias – quedarán en el silencio.
Si desaparece Globovisión, Chávez pronto se enfocará a destruir diario por diario, periódico por periódico, último bastión de resistencia democrática y por la libertad de prensa que debido a sus críticas, investigaciones sobre corrupción y opiniones de toda índole y colores mantiene la esperanza de que Chávez todavía no ha robado todo.
Todavía tiene que robar la dignidad de miles de periodistas que a favor o en contra de las ideas revolucionarias trata de acercar la verdad a los ciudadanos.
Si desaparece Globovisión, más allá de las responsabilidades históricas que tendrá que asumir Chávez y sus acólitos en el futuro, pesará una gran responsabilidad sobre los hombros de en organizaciones como la OEA y un puñado muy grande de gobiernos, tanto latinoamericanos como del mundo entero, que no están alzando sus voces, mediando o presionando al gobierno para que no siga impunemente matando la democracia venezolana, tan declamada en tratados y acuerdos internacionales.
Si desaparece Globovisión, todos seremos menos como seres humanos porque nos estarán quitando ese derecho tan importante a la información.
Si desaparece Globovisión, el gobierno de Chávez obtendría automáticamente un pasaporte más amplio de impunidad y daría un paso más hacia el autoritarismo o esta especie de “dictadura democrática”, una autocracia disfrazada de legalidad, la que es conseguida y ejecutada a través de una Asamblea Legislativa y una Justicia totalmente ofertadas al mejor postor: Chávez.
Si desaparece Globovisión, pierde la democracia; ésta, entendida como soberanía popular, ya que se le estará robando a los ciudadanos el derecho a estar informados o a estar sometidos a información televisiva que sólo provendrá de canales estatales propagandísticos o de otros privados en los cuales el temor o los acomodos los han hecho autocensurarse.
Si desaparece Globovisión, se estarán desarticulando los derechos más fundamentales que en la Constitución Bolivariana ya están de adorno: libertad de prensa y de expresión, así como los derechos de reunión y asociación.
Si desaparece Globovisión, se le estará entregando a Chávez una Venezuela en “bandeja de plata”; una Venezuela impune, sumisa, derruida, desposeída, débil, en la que cada día los valores del disenso, la crítica, la investigación y la denuncia –atributos de las verdaderas democracias – quedarán en el silencio.
Si desaparece Globovisión, Chávez pronto se enfocará a destruir diario por diario, periódico por periódico, último bastión de resistencia democrática y por la libertad de prensa que debido a sus críticas, investigaciones sobre corrupción y opiniones de toda índole y colores mantiene la esperanza de que Chávez todavía no ha robado todo.
Todavía tiene que robar la dignidad de miles de periodistas que a favor o en contra de las ideas revolucionarias trata de acercar la verdad a los ciudadanos.
Si desaparece Globovisión, más allá de las responsabilidades históricas que tendrá que asumir Chávez y sus acólitos en el futuro, pesará una gran responsabilidad sobre los hombros de en organizaciones como la OEA y un puñado muy grande de gobiernos, tanto latinoamericanos como del mundo entero, que no están alzando sus voces, mediando o presionando al gobierno para que no siga impunemente matando la democracia venezolana, tan declamada en tratados y acuerdos internacionales.
Si desaparece Globovisión, todos seremos menos como seres humanos porque nos estarán quitando ese derecho tan importante a la información.
junio 05, 2009
Venezuela autoritaria
Un nuevo informe de la organización Freedom House pone muy bien a Venezuela en el mismo saco que China, Rusia, Irán y Pakistán como uno de los países cuyos regímenes autoritarios minan el desarrollo democrático no tan sólo dentro de sus fronteras, sino también afuera.
Acusa a estas naciones de desacreditar a las organizaciones pro derechos humanos de una forma sofisticada, en un informe que se dio a conocer esta semana en coincidencia con el aniversario de la masacre de la Plaza de Tiananmen, justo cuando el gobierno chino prohibía la entrada a la plaza a los periodistas, corresponsales extranjeros y curiosos, al tiempo que censuraba el internet y las redes sociales para que los ciudadanos chinos siquiera pudieran intercambiar comentarios al respecto.
El informe denominado “Degradando la democracia”, ofrece ejemplos concretos sobre cómo en estos cinco países se está socavando el imperio de la ley, los derechos humanos y la libertad de expresión. Dado a conocer ayer, también coincidió con nuevos ataques del gobierno de Hugo Chávez contra la cadena Globovisión, televisora que tiene los días contados, así como ya los tuvo la señal de aire de Radio Caracas Televisión.
El informe completo que se puede encontrar en el sitio de internet de Freedom House, se refiere a la ayuda millonaria que algunos de estos países están haciendo a otros, minando estrategias de organizaciones intergubernamentales sobre el mejoramiento de la gobernabilidad y la reducción de la corrupción. También explica que estos regímenes están contrarrestando las acciones de organizaciones como la OEA, creando nuevas instituciones como lo hace Chávez sin definiciones en materia de derechos humanos.
Peligroso además, es que estos autoritarismos están modificando los parámetros y definiciones de la democracia, confundiendo a las poblaciones internas y externas a través de amplias campañas de propaganda mediática. Al mismo tiempo, cercenan las comunicaciones en el internet y manipulan los sistemas educativos para distorsionar la historia mediante un lente nacionalista, hostil, antidemocrático y sospechoso del mundo exterior.
Acusa a estas naciones de desacreditar a las organizaciones pro derechos humanos de una forma sofisticada, en un informe que se dio a conocer esta semana en coincidencia con el aniversario de la masacre de la Plaza de Tiananmen, justo cuando el gobierno chino prohibía la entrada a la plaza a los periodistas, corresponsales extranjeros y curiosos, al tiempo que censuraba el internet y las redes sociales para que los ciudadanos chinos siquiera pudieran intercambiar comentarios al respecto.
El informe denominado “Degradando la democracia”, ofrece ejemplos concretos sobre cómo en estos cinco países se está socavando el imperio de la ley, los derechos humanos y la libertad de expresión. Dado a conocer ayer, también coincidió con nuevos ataques del gobierno de Hugo Chávez contra la cadena Globovisión, televisora que tiene los días contados, así como ya los tuvo la señal de aire de Radio Caracas Televisión.
El informe completo que se puede encontrar en el sitio de internet de Freedom House, se refiere a la ayuda millonaria que algunos de estos países están haciendo a otros, minando estrategias de organizaciones intergubernamentales sobre el mejoramiento de la gobernabilidad y la reducción de la corrupción. También explica que estos regímenes están contrarrestando las acciones de organizaciones como la OEA, creando nuevas instituciones como lo hace Chávez sin definiciones en materia de derechos humanos.
Peligroso además, es que estos autoritarismos están modificando los parámetros y definiciones de la democracia, confundiendo a las poblaciones internas y externas a través de amplias campañas de propaganda mediática. Al mismo tiempo, cercenan las comunicaciones en el internet y manipulan los sistemas educativos para distorsionar la historia mediante un lente nacionalista, hostil, antidemocrático y sospechoso del mundo exterior.
junio 04, 2009
OEA da la espalda al pueblo cubano
Así como sucedió en Trinidad y Tobago, los gobiernos de nuestro hemisferio prefirieron el marco de la OEA para insistir en temas de corte netamente ideológico y político, dejando de lado las cuestiones importantes y que hacen a la vida de la gente.
En esta nueva batalla librada especialmente por Honduras, Venezuela y Nicaragua, con el apoyo del resto, se consiguió levantar la restricción que pesaba contra Cuba desde 1962 y que el propio secretario general, el chileno Insulza, venía pregonando sobre que al no existir ya la “guerra fría” no existe ningún impedimento para que Cuba siga alejada del organismo.
Bochornoso de todas maneras es que haya pesado en esta decisión una cuestión ideológica y no se haya reparado en la violación de la Carta Democrática que exige libertad y democracia a todos los países como requisito para pertenecer a la OEA. Pero claro, que se le puede exigir a Cuba, si esa misma falta de libertad ya es parte del contexto venezolano por ejemplo, y de las prácticas anti democráticas en contra de la libertad de expresión que a todo ritmo siguen presidentes como Daniel Ortega, Manuel Zelaya, Rafael Correa y Evo Morales, por citar algunos.
Lo trágico de todo esto es el mensaje desesperanzador que se le está dando al pueblo cubano – no a los hermanos Castro ni a su partido comunista que gozan de todos los privilegios – sino a todos esos millones de cubanos que sueñan con la libertad y que siempre esperan que otras democracias los rescaten a ellos de 50 años de ostracismo y opresión.
En esta nueva batalla librada especialmente por Honduras, Venezuela y Nicaragua, con el apoyo del resto, se consiguió levantar la restricción que pesaba contra Cuba desde 1962 y que el propio secretario general, el chileno Insulza, venía pregonando sobre que al no existir ya la “guerra fría” no existe ningún impedimento para que Cuba siga alejada del organismo.
Bochornoso de todas maneras es que haya pesado en esta decisión una cuestión ideológica y no se haya reparado en la violación de la Carta Democrática que exige libertad y democracia a todos los países como requisito para pertenecer a la OEA. Pero claro, que se le puede exigir a Cuba, si esa misma falta de libertad ya es parte del contexto venezolano por ejemplo, y de las prácticas anti democráticas en contra de la libertad de expresión que a todo ritmo siguen presidentes como Daniel Ortega, Manuel Zelaya, Rafael Correa y Evo Morales, por citar algunos.
Lo trágico de todo esto es el mensaje desesperanzador que se le está dando al pueblo cubano – no a los hermanos Castro ni a su partido comunista que gozan de todos los privilegios – sino a todos esos millones de cubanos que sueñan con la libertad y que siempre esperan que otras democracias los rescaten a ellos de 50 años de ostracismo y opresión.
junio 02, 2009
SIP, OEA y libertad
La libertad de expresión es el derecho humano más indispensable para que una muchedumbre se transforme en sociedad. Ninguna otra garantía es tan indispensable para que haya verdadera civilización.
Con eso en mente, las autoridades de la SIP dispusieron que en este último día de asamblea de la OEA en San Pedro Sula mañana 3 de junio, se les recuerde a los cancilleres del continente americano que deben asumir los compromisos adoptados en los tratados internacionales como la Carta Democrática Interamericana y el Art. 13 del Pacto de San José, exigiéndolos a todos los países. Principalmente en aquellos donde las libertades están flaqueando cada vez más como en Venezuela.
Doy a conocer aquí el texto de una solicitada o Carta Abierta que está siendo publicada por la SIP en diarios de Honduras y Venezuela mañana 3 de junio, en la que se pide a la OEA que permita a todos los ciudadanos del continente seguir creyendo en ella y acabar con todos los subterfugios agoreros como los expresados hoy por los presidentes de Honduras Manuel Zelaya y de Nicaragua Daniel Ortega, que imitaron los dichos recientes de Hugo Chávez y los hermanos Castro.
Carta Abierta de la SIP a los Cancilleres de la OEA reunidos en esta 39 asamblea: “Queremos resaltar ante ustedes la responsabilidad que le cabe a todos los gobernantes de respetar y hacer cumplir los derechos individuales y sociales, en especial, las garantías constitucionales sobre libertad de expresión y de prensa, sin las cuales no puede haber verdadera convivencia democrática.
Asimismo, deseamos manifestarle nuestra preocupación sobre los constantes atropellos a estas garantías básicas en el continente, en particular, en Venezuela. En este país, el presidente Hugo Chávez y otros miembros del gobierno, expresaron su pretensión de cerrar el canal de televisión independiente Globovisión, lo que derivaría en un grave perjuicio al derecho del público a la información.
Nos llama profundamente la atención que estos ejemplos de intolerancia, como el atentado cometido en mayo de 2007 por el cierre y confiscación de equipos de Radio Caracas Televisión, sean habitualmente tolerados por la OEA. Esta institución, en cambio, debería exigir el cumplimiento de tratados internacionales, tales como la Carta Democrática Interamericana y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, las que mandan observar la libertad de expresión y de prensa como resguardo fundamental de la democracia.
Permitir conductas contrarias a esas libertades, no hace más que aumentar la desconfianza de la población en las instituciones democráticas y sobre la capacidad y responsabilidad de la OEA.
Como representantes de sus países ante todos los pueblos americanos, les exhortamos a que dispongan los mecanismos necesarios para que en Venezuela, así como en todos los rincones de nuestro continente, se exija, sin distinciones de gobiernos ni ideologías, el debido respeto por la libertad de expresión y de prensa de todos los seres humanos”.
Con eso en mente, las autoridades de la SIP dispusieron que en este último día de asamblea de la OEA en San Pedro Sula mañana 3 de junio, se les recuerde a los cancilleres del continente americano que deben asumir los compromisos adoptados en los tratados internacionales como la Carta Democrática Interamericana y el Art. 13 del Pacto de San José, exigiéndolos a todos los países. Principalmente en aquellos donde las libertades están flaqueando cada vez más como en Venezuela.
Doy a conocer aquí el texto de una solicitada o Carta Abierta que está siendo publicada por la SIP en diarios de Honduras y Venezuela mañana 3 de junio, en la que se pide a la OEA que permita a todos los ciudadanos del continente seguir creyendo en ella y acabar con todos los subterfugios agoreros como los expresados hoy por los presidentes de Honduras Manuel Zelaya y de Nicaragua Daniel Ortega, que imitaron los dichos recientes de Hugo Chávez y los hermanos Castro.
Carta Abierta de la SIP a los Cancilleres de la OEA reunidos en esta 39 asamblea: “Queremos resaltar ante ustedes la responsabilidad que le cabe a todos los gobernantes de respetar y hacer cumplir los derechos individuales y sociales, en especial, las garantías constitucionales sobre libertad de expresión y de prensa, sin las cuales no puede haber verdadera convivencia democrática.
Asimismo, deseamos manifestarle nuestra preocupación sobre los constantes atropellos a estas garantías básicas en el continente, en particular, en Venezuela. En este país, el presidente Hugo Chávez y otros miembros del gobierno, expresaron su pretensión de cerrar el canal de televisión independiente Globovisión, lo que derivaría en un grave perjuicio al derecho del público a la información.
Nos llama profundamente la atención que estos ejemplos de intolerancia, como el atentado cometido en mayo de 2007 por el cierre y confiscación de equipos de Radio Caracas Televisión, sean habitualmente tolerados por la OEA. Esta institución, en cambio, debería exigir el cumplimiento de tratados internacionales, tales como la Carta Democrática Interamericana y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, las que mandan observar la libertad de expresión y de prensa como resguardo fundamental de la democracia.
Permitir conductas contrarias a esas libertades, no hace más que aumentar la desconfianza de la población en las instituciones democráticas y sobre la capacidad y responsabilidad de la OEA.
Como representantes de sus países ante todos los pueblos americanos, les exhortamos a que dispongan los mecanismos necesarios para que en Venezuela, así como en todos los rincones de nuestro continente, se exija, sin distinciones de gobiernos ni ideologías, el debido respeto por la libertad de expresión y de prensa de todos los seres humanos”.
junio 01, 2009
OEA incongruente: Cuba y Venezuela
Es increíble que en esta 39 asamblea general de la OEA haya países tan ciegos que pidan – como lo hicieron desde la Cumbre de Trinidad y Tobago – que Cuba sea insertada nuevamente en la organización hemisférica, sin pedirle nada a cambio, especialmente en materia de libertades civiles y garantías para los derechos humanos.
A pesar de que los hermanos Castro y Hugo Chávez han dicho y reiterado recientemente que la OEA es una organización de porquería y que Cuba jamás querría ni debería incorporarse, muchas naciones latinoamericanas insisten que la OEA ya no puede existir sin Cuba.
Esta es una de las mayores incongruencias históricas de la organización, no solo porque no aprovecha la oportunidad para exigir a Cuba que libere a unos 300 presos políticos y que respete la libertad de expresión y de prensa; sino, porque además, no está haciendo absolutamente nada en contra de Chávez quien está ensañado en contra de la televisora independiente Globovisión a la cual ha jurado que cerrará, tal como lo hizo con RCTV en mayo de 2007.
La incongruencia de esta organización hemisférica sobre Cuba y Venezuela, es que debería tener la obligación y responsabilidad de hacer cumplir la Carta Democrática Interamericana y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, documentos ambos que centran su atención en las garantías constitucionales e internacionales y en la libertad de prensa y de expresión como valores fundamentales de la democracia.
Si la OEA no hace algo al respecto, o peor aún, lo hace al revés, ganará en mayor desconfianza de parte de toda la población y le dará la razón a muchos quienes piensan que no tiene nada que contribuir.
A pesar de que los hermanos Castro y Hugo Chávez han dicho y reiterado recientemente que la OEA es una organización de porquería y que Cuba jamás querría ni debería incorporarse, muchas naciones latinoamericanas insisten que la OEA ya no puede existir sin Cuba.
Esta es una de las mayores incongruencias históricas de la organización, no solo porque no aprovecha la oportunidad para exigir a Cuba que libere a unos 300 presos políticos y que respete la libertad de expresión y de prensa; sino, porque además, no está haciendo absolutamente nada en contra de Chávez quien está ensañado en contra de la televisora independiente Globovisión a la cual ha jurado que cerrará, tal como lo hizo con RCTV en mayo de 2007.
La incongruencia de esta organización hemisférica sobre Cuba y Venezuela, es que debería tener la obligación y responsabilidad de hacer cumplir la Carta Democrática Interamericana y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, documentos ambos que centran su atención en las garantías constitucionales e internacionales y en la libertad de prensa y de expresión como valores fundamentales de la democracia.
Si la OEA no hace algo al respecto, o peor aún, lo hace al revés, ganará en mayor desconfianza de parte de toda la población y le dará la razón a muchos quienes piensan que no tiene nada que contribuir.
mayo 31, 2009
Mauricio Funes y la libertad de prensa
Este lunes un periodista reemplazará a otro como presidente de El Salvador y veremos cómo se comportará en materia de libertad de prensa y expresión durante su gestión, y si lo hará tan bien como quien será su antecesor a partir de mañana.
El izquierdista Mauricio Funes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) reemplazará al derechista presidente Antonio Saca de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). Funes, además de ex guerrillero que dejó de lado 12 años de lucha armada tras los acuerdos de paz de 1992, se desempeñó como periodista; lo mismo que Saca, comentarista deportivo de radio y televisión y quien por años fue dirigente de la Asociación Internacional de Radiodifusión.
Si habría que prejuzgarlo a Funes como periodista, uno pudiera tener la tranquilidad de que respetará la libertad de prensa tal como Saca lo ha hecho, tanto en materia de acceso a la información pública, despenalización de los delitos de difamación cuando son cometidos contra funcionarios, sin discriminar en materia de publicidad oficial y siendo tolerante contra quienes lo criticaron a través de los medios de comunicación.
Veremos y esperemos. Funes tiene la misma ideología que los gobiernos izquierdistas y neo populistas actuales, como los de Hugo Chávez, Daniel Ortega, Evo Morales, Rafael Correa y Cristina de Kirchner, los que si por algo se están caracterizando, es justamente por su intolerancia y atropellos a la libertad de prensa y de expresión y las demás garantías individuales.
Por suerte, Funes ha dicho que para su período de cinco años está enfocado en imitar los pasos de Lula da Silva, un presidente que ha tenido un comportamiento muy adecuado con los medios de comunicación y los periodistas, y que se ha conducido con mucho respeto por la libertad de expresión de todos los brasileños.
Ojalá que Funes – quien ganó el 15 de marzo dejando atrás 20 años de gobiernos ARENA - comience y siga entonces con el enfoque brasileño, ya que respetando la libertad de prensa le resultará más fácil enfrentarse a los grandes desafíos que tiene por delante: el crimen e inseguridad generada por las pandillas juveniles y la débil economía producto del desbarajuste mundial.
Ojalá también, y a diferencia de los demás presidentes, sepa respetar los lineamientos sobre libertad de prensa que se expresan en la Declaración de Chapultepec y en los Principios sobre Libertad de Expresión de la OEA.
El izquierdista Mauricio Funes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) reemplazará al derechista presidente Antonio Saca de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). Funes, además de ex guerrillero que dejó de lado 12 años de lucha armada tras los acuerdos de paz de 1992, se desempeñó como periodista; lo mismo que Saca, comentarista deportivo de radio y televisión y quien por años fue dirigente de la Asociación Internacional de Radiodifusión.
Si habría que prejuzgarlo a Funes como periodista, uno pudiera tener la tranquilidad de que respetará la libertad de prensa tal como Saca lo ha hecho, tanto en materia de acceso a la información pública, despenalización de los delitos de difamación cuando son cometidos contra funcionarios, sin discriminar en materia de publicidad oficial y siendo tolerante contra quienes lo criticaron a través de los medios de comunicación.
Veremos y esperemos. Funes tiene la misma ideología que los gobiernos izquierdistas y neo populistas actuales, como los de Hugo Chávez, Daniel Ortega, Evo Morales, Rafael Correa y Cristina de Kirchner, los que si por algo se están caracterizando, es justamente por su intolerancia y atropellos a la libertad de prensa y de expresión y las demás garantías individuales.
Por suerte, Funes ha dicho que para su período de cinco años está enfocado en imitar los pasos de Lula da Silva, un presidente que ha tenido un comportamiento muy adecuado con los medios de comunicación y los periodistas, y que se ha conducido con mucho respeto por la libertad de expresión de todos los brasileños.
Ojalá que Funes – quien ganó el 15 de marzo dejando atrás 20 años de gobiernos ARENA - comience y siga entonces con el enfoque brasileño, ya que respetando la libertad de prensa le resultará más fácil enfrentarse a los grandes desafíos que tiene por delante: el crimen e inseguridad generada por las pandillas juveniles y la débil economía producto del desbarajuste mundial.
Ojalá también, y a diferencia de los demás presidentes, sepa respetar los lineamientos sobre libertad de prensa que se expresan en la Declaración de Chapultepec y en los Principios sobre Libertad de Expresión de la OEA.
mayo 30, 2009
Marchas y contramarchas
Movilizaciones El video póstumo del abogado Rodrigo Rosemberg que acusó a la Presidencia de Guatemala de ser responsable de su asesinato, arrastró al presidente Álvaro Colom a incurrir en un grave abuso de autoridad: organizó una marcha masiva con sus partidarios políticos y empleados de la administración pública, para contrarrestar una protesta legítima de la sociedad civil que grita por más justicia y menos impunidad.
Este recurso utilizado por Colom es habitual entre otros gobiernos latinoamericanos. Las contramarchas o movilizaciones de auto apoyo gubernamental, como también las organizan Hugo Chávez, Daniel Ortega y Cristina de Kirchner, entre otros presidentes, buscan neutralizar protestas públicas de oponentes; intimidar a disidentes, creando inseguridad para desmotivar futuros reclamos; mostrar o medir fuerza política; y polarizar, lo que atomiza a la población que se ve obligada a escoger entre estar a favor o en contra, todo o nada, sí o no.
Las contramarchas son antidemocráticas desde su concepción. El derecho de reunión, explícito en todas las constituciones del continente - junto a los de la vida, expresión, justicia y libre asociación - es un derecho de la persona como individuo, y el Estado, como entidad jurídica, no lo puede asumir como suyo, sino garantizarlo, defenderlo y protegerlo.
Sobre este deber de protección del Estado, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en un fallo de febrero contra Venezuela en materia de libertad de expresión - lo que puede ser extrapolado al derecho de reunión – manifestó que si bien los gobernantes pueden expresarse libremente (o promover una manifestación) tienen más restricciones y responsabilidades que los individuos, ya que no pueden menoscabar las garantías individuales, mucho menos en situaciones de conflictividad y sensibilidad social, debido a los riesgos que se pueden generar contra las personas y grupos involucrados.
Las contramarchas suelen tener además tres características que las desacreditan institucionalmente. Dilapidan recursos públicos, utilizan fuerzas de choque para atemorizar y promueven métodos propagandísticos anti minorías.
Valen estos ejemplos. Se calcula que el presidente Colom gastó casi un millón de dólares para convocar a miles de funcionarios partidarios electos de todo el país a su movilización y así debilitar los efectos del video de Rosemberg. Es conocido que el chavismo venezolano, el sandinismo nicaragüense y el kirchnerismo argentino reclutan fuerzas de choque - camisas rojas, consejos del poder ciudadano y piqueteros - para contrarrestar manifestaciones estudiantiles, marchas por elecciones fraudulentas o en apoyo al sector agropecuario. Y más grave aún, es que los gobiernos, al mantener aceitados sus aparatos de propaganda ideológica para arengar a sus mayorías, olvidan que la democracia implica atender y respetar las necesidades de las minorías.
Entre esas minorías se ubican las fuerzas de oposición, las que sí pueden adjudicarse el derecho de reunión. Por eso no es malo que Manuel López Obrador reúna a miles todos los días en las calles de México para acusar a Felipe Calderón de haberle robado la Presidencia; y es bueno que Calderón no salga a contestar con una contramarcha para justificar su legitimidad.
A un gobierno democrático no se le ocurriría perder el tiempo en organizar marchas políticas de auto apoyo. Michele Bachelet ni Nicolás Sarkozy ni Barack Obama convocarían a sus masas de partidarios para contrapesar las quejas de la oposición sobre carencia de justicia o transparencia.
Los gobiernos deberían hasta abstenerse de convocar reuniones masivas para promover fines altruistas, como el de José Luis Rodríguez Zapatero en contra de la violencia de la ETA o el de Alvaro Uribe por los secuestrados de las FARC. Es que al final, como el hábito hace al monje, pueden terminar cayendo en la tentación de utilizar los métodos de las contramarchas para incentivar otros fines de corte político o comprar mayores lealtades.
Aunque las contramarchas no son ilegales, porque no hay leyes que las reglamenten, prohíban o condenen, demuestran la debilidad del gobierno, siendo ética y democráticamente reprobables. Los Congresos deberían ser los encargados de fiscalizar a los gobiernos que las organizan, porque derrochan recursos que pertenecen a todos los ciudadanos; porque masifican a las mayorías violentando a las minorías; y porque polarizan y atomizan, motivando a que seamos cada vez más apáticos y descreídos de las instituciones democráticas.
Este recurso utilizado por Colom es habitual entre otros gobiernos latinoamericanos. Las contramarchas o movilizaciones de auto apoyo gubernamental, como también las organizan Hugo Chávez, Daniel Ortega y Cristina de Kirchner, entre otros presidentes, buscan neutralizar protestas públicas de oponentes; intimidar a disidentes, creando inseguridad para desmotivar futuros reclamos; mostrar o medir fuerza política; y polarizar, lo que atomiza a la población que se ve obligada a escoger entre estar a favor o en contra, todo o nada, sí o no.
Las contramarchas son antidemocráticas desde su concepción. El derecho de reunión, explícito en todas las constituciones del continente - junto a los de la vida, expresión, justicia y libre asociación - es un derecho de la persona como individuo, y el Estado, como entidad jurídica, no lo puede asumir como suyo, sino garantizarlo, defenderlo y protegerlo.
Sobre este deber de protección del Estado, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en un fallo de febrero contra Venezuela en materia de libertad de expresión - lo que puede ser extrapolado al derecho de reunión – manifestó que si bien los gobernantes pueden expresarse libremente (o promover una manifestación) tienen más restricciones y responsabilidades que los individuos, ya que no pueden menoscabar las garantías individuales, mucho menos en situaciones de conflictividad y sensibilidad social, debido a los riesgos que se pueden generar contra las personas y grupos involucrados.
Las contramarchas suelen tener además tres características que las desacreditan institucionalmente. Dilapidan recursos públicos, utilizan fuerzas de choque para atemorizar y promueven métodos propagandísticos anti minorías.
Valen estos ejemplos. Se calcula que el presidente Colom gastó casi un millón de dólares para convocar a miles de funcionarios partidarios electos de todo el país a su movilización y así debilitar los efectos del video de Rosemberg. Es conocido que el chavismo venezolano, el sandinismo nicaragüense y el kirchnerismo argentino reclutan fuerzas de choque - camisas rojas, consejos del poder ciudadano y piqueteros - para contrarrestar manifestaciones estudiantiles, marchas por elecciones fraudulentas o en apoyo al sector agropecuario. Y más grave aún, es que los gobiernos, al mantener aceitados sus aparatos de propaganda ideológica para arengar a sus mayorías, olvidan que la democracia implica atender y respetar las necesidades de las minorías.
Entre esas minorías se ubican las fuerzas de oposición, las que sí pueden adjudicarse el derecho de reunión. Por eso no es malo que Manuel López Obrador reúna a miles todos los días en las calles de México para acusar a Felipe Calderón de haberle robado la Presidencia; y es bueno que Calderón no salga a contestar con una contramarcha para justificar su legitimidad.
A un gobierno democrático no se le ocurriría perder el tiempo en organizar marchas políticas de auto apoyo. Michele Bachelet ni Nicolás Sarkozy ni Barack Obama convocarían a sus masas de partidarios para contrapesar las quejas de la oposición sobre carencia de justicia o transparencia.
Los gobiernos deberían hasta abstenerse de convocar reuniones masivas para promover fines altruistas, como el de José Luis Rodríguez Zapatero en contra de la violencia de la ETA o el de Alvaro Uribe por los secuestrados de las FARC. Es que al final, como el hábito hace al monje, pueden terminar cayendo en la tentación de utilizar los métodos de las contramarchas para incentivar otros fines de corte político o comprar mayores lealtades.
Aunque las contramarchas no son ilegales, porque no hay leyes que las reglamenten, prohíban o condenen, demuestran la debilidad del gobierno, siendo ética y democráticamente reprobables. Los Congresos deberían ser los encargados de fiscalizar a los gobiernos que las organizan, porque derrochan recursos que pertenecen a todos los ciudadanos; porque masifican a las mayorías violentando a las minorías; y porque polarizan y atomizan, motivando a que seamos cada vez más apáticos y descreídos de las instituciones democráticas.
mayo 29, 2009
Cutié, una buena decisión; pero...
El padre Alberto Cutié siguió haciendo de las suyas y sorprendiendo a medio mundo con su incorporación a la Iglesia Episcopal. Aunque había dicho que estaba en un retiro espiritual y pensando sobre su futuro, algunos noticieros los sorprendieron en estos días en playas de California junto con su pareja, por lo que se presentía que ya se venía venir el “salto de fe”, como tituló esta mañana The Miami Herald.
No tardó mucho. Menos de lo esperado. Ayer, pomposamente, la Iglesia Episcopal lo acogió y mientras el trámite dure casi un año para que pueda celebrar misa, el arzobispo de esa denominación ya le encomendó tareas laicas para sanear una parroquia a la que se espera arrastrará a algunos de sus feligreses apostólicos romanos.
La decisión de Cutié fue buena. Viró hacia la Iglesia Episcopal en la que podrá ofrecer misa y casarse y tener una familia. Enhorabuena si es lo que le gusta y quiere. Pero cómo lo hizo es lo reprochable, ya que parece que ni habló con su arzobispo católico para dar el salto ni siquiera para informar sobre su decisión. ¿Tendrá razones tan valederas como para haberse “escapado” de la Iglesia Católica o ni siquiera haber notificado y esperado respetuosamente una dispensa que era obvia le darían?
Cutié volvió a fallar en las cosas terrenales. Está enamorado de los medios y de su imagen en ellos. Su sentido del yo volvió a imponerse por sobre el respeto a una Iglesia que le encomendó su imagen y mercadeo en la comunidad y a un montón de almas, algunas descarriadas y otras de buen vivir. Todo este proceso, desde las primeras fotos en la playa, hasta todo el circo montado por Univisión y los demás medios, está manchado de suspicacias y sospechas. Cutié no hizo nada bien y cada palabra que dice lo embarra cada vez más.
Si hubiera querido tal vez podría haber seguido sirviendo en la Iglesia Católica en otra condición; como diácono. Aunque claro, sería una profesión más humillante para un cura hecho y derecho, y tendría que salir a trabajar por fuera de la parroquia para ganar el sustento de su familia. Lo de estar en la Iglesia Episcopal le cierra mejor.
Hay gente confundida todavía que cree que el problema de Cutié es el celibato o, como lo hizo ver el arzobispo episcopal, que mejor que lo hayan sorprendido in fraganti con una mujer que con un varoncito, excusándose en los problemas de pederastia que la Iglesia ha tenido. Pero lo de Cutié no tiene nada que ver con eso, se trató de un simple problema de infidelidad, en este caso a los votos de castidad y a una tradición y costumbre que él abrigó voluntariamente. Entrar en la Iglesia Episcopal no lo hace inmune a pecar nuevamente.
Lo bueno de esta telenovela es que nos ha dado la oportunidad de que se debatan temas apasionantes y que rara vez confrontamos si esos hechos no son cometidos por personas importantes y mediáticas como Cutié. Más allá de que algunos se sientan ofendidos por sus conductas, que otros encuentren venganza en contra de la Iglesia Católica y que otros lo aplaudan, lo bueno es que nos ha permitido tener buenas, acaloradas y hasta jocosas conversaciones sobre él y sus actos.
Tal vez esto forme parte del primer capítulo de su libro que todos creen que llegará en algún momento. Lo importante no será éste, ya bastante conocido, sino todos los demás capítulos que será capaz de agregar.
No tardó mucho. Menos de lo esperado. Ayer, pomposamente, la Iglesia Episcopal lo acogió y mientras el trámite dure casi un año para que pueda celebrar misa, el arzobispo de esa denominación ya le encomendó tareas laicas para sanear una parroquia a la que se espera arrastrará a algunos de sus feligreses apostólicos romanos.
La decisión de Cutié fue buena. Viró hacia la Iglesia Episcopal en la que podrá ofrecer misa y casarse y tener una familia. Enhorabuena si es lo que le gusta y quiere. Pero cómo lo hizo es lo reprochable, ya que parece que ni habló con su arzobispo católico para dar el salto ni siquiera para informar sobre su decisión. ¿Tendrá razones tan valederas como para haberse “escapado” de la Iglesia Católica o ni siquiera haber notificado y esperado respetuosamente una dispensa que era obvia le darían?
Cutié volvió a fallar en las cosas terrenales. Está enamorado de los medios y de su imagen en ellos. Su sentido del yo volvió a imponerse por sobre el respeto a una Iglesia que le encomendó su imagen y mercadeo en la comunidad y a un montón de almas, algunas descarriadas y otras de buen vivir. Todo este proceso, desde las primeras fotos en la playa, hasta todo el circo montado por Univisión y los demás medios, está manchado de suspicacias y sospechas. Cutié no hizo nada bien y cada palabra que dice lo embarra cada vez más.
Si hubiera querido tal vez podría haber seguido sirviendo en la Iglesia Católica en otra condición; como diácono. Aunque claro, sería una profesión más humillante para un cura hecho y derecho, y tendría que salir a trabajar por fuera de la parroquia para ganar el sustento de su familia. Lo de estar en la Iglesia Episcopal le cierra mejor.
Hay gente confundida todavía que cree que el problema de Cutié es el celibato o, como lo hizo ver el arzobispo episcopal, que mejor que lo hayan sorprendido in fraganti con una mujer que con un varoncito, excusándose en los problemas de pederastia que la Iglesia ha tenido. Pero lo de Cutié no tiene nada que ver con eso, se trató de un simple problema de infidelidad, en este caso a los votos de castidad y a una tradición y costumbre que él abrigó voluntariamente. Entrar en la Iglesia Episcopal no lo hace inmune a pecar nuevamente.
Lo bueno de esta telenovela es que nos ha dado la oportunidad de que se debatan temas apasionantes y que rara vez confrontamos si esos hechos no son cometidos por personas importantes y mediáticas como Cutié. Más allá de que algunos se sientan ofendidos por sus conductas, que otros encuentren venganza en contra de la Iglesia Católica y que otros lo aplaudan, lo bueno es que nos ha permitido tener buenas, acaloradas y hasta jocosas conversaciones sobre él y sus actos.
Tal vez esto forme parte del primer capítulo de su libro que todos creen que llegará en algún momento. Lo importante no será éste, ya bastante conocido, sino todos los demás capítulos que será capaz de agregar.
mayo 28, 2009
El circo de Evo Morales
Siempre que nos entrevistamos con un presidente para discutir temas de libertad de prensa, lo hacemos previniendo diferentes escenarios, previendo reacciones y tratando obtener algunos compromisos favorables a la labor de la prensa o, por lo menos, que se corrijan algunas actitudes gubernamentales contra la labor de los periodistas.
Pero Evo Morales - en la entrevista que tuvimos anoche con él en Casa de Gobierno, con una delegación internacional de la SIP – no es fácil de leer. Nos habían advertido que podría utilizar la reunión para regañarnos o montar alguna clase de circo. Y así fue.
Nos recibió con sus colaboradores más cercanos, el ministro de la Presidencia, Juan Carlos Quintana y el vocero presidencial, Iván Canelas, artífices – según se dice – de la estrategia comunicacional del Presidente. Si bien Evo se mostró afable, simpático y generoso con el tiempo – estuvimos dos horas y cuarto en el palacio de gobierno – también se lo podía sentir tenso y molesto, ante un grupo de personas a los que él considera representantes de una prensa oligarca, burguesa y a la que le achaca los males ancestrales de su país.
A pesar de que quien lideraba la misión de nuestra parte, el presidente de la SIP, Enrique Santos, hizo un recuento pormenorizado de las preocupaciones que llevábamos ante el gobierno, Evo ya tenía su circo montado, para el cual permitió a la prensa nacional y extranjera en el recinto, lo que a todas luces se veía que “algo nos tenían preparado”.
Iván Canelas tenía listo un audiovisual con ejemplos de titulares de diarios, notas periodísticas y videos de canales, en los que trató de demostrar como se mentía e injuriaba a Morales. Muchos de estos tenían que ver con el diario El Mundo que en una tapa mostraba a Evo Morales recibiendo a Diego Maradona con un titular “Evo exporta, Diego consume”, a lo que un Canelas furioso y envalentonado por el Presidente que asentía con la cabeza, se refería como a una difamación alevosa.
El audiovisual duró casi una hora y si bien mostró algunos periodistas televisivos de departamentos opositores que insultaban a Evo, que en cualquier país pudieran ser severamente sancionados, Canelas, con ínfulas de profesor universitario, trató con los ejemplos de generalizar a toda la prensa boliviana.
Luego le tocó el turno a Quintana quien a través de un ejemplo del departamento de Pando en el que mostró una serie de hechos de corrupción entre un ex prefecto y varios medios de comunicación cuyos dueños y periodistas se estaban viendo beneficiados con bonos y dineros públicos, trató de demostrar que los medios son todos opositores y que responden a intereses neoliberales, por supuesto, corruptos y hasta terroristas y responsables de todos los males.
Evo no habló mucho, asintió siempre con sonrisas y comentarios afirmativos a los dichos altisonantes y propagandísticos de sus seguidores, pero cuando habló, cometió una gran torpeza al calificar a los periodistas de ser “pollos de granja”, lo que seguramente ahondará el distanciamiento que mantiene con el gremio.
Una de las inquietudes que le llevamos es que reinicie sus conferencias de prensa con los periodistas en casa de gobierno a quienes no atiende desde diciembre, cuando los reporteros gráficos en protesta – después que ridiculizó públicamente a un colega - dejaron sus cámaras, bolígrafos y libretas en la puerta de entrada del palacio.
En lugar de aceptar la sugerencia o al menos de haber dicho que estudiaría esa posibilidad de no discriminarlos, fue peor. Dijo que no le daría conferencias de prensa a los periodistas de La Paz porque no se sabían comportar, gritaban todos juntos como “pollos de granja” y que había llegado la hora de tener que educarlos.
Detrás de nuestra mesa de reunión donde más de 50 periodistas y camarógrafos estaban apostados, se “escuchó” un silencio profundo que de a poco se transformó en un murmullo respetuoso. Muchos habrían pensado irse, otros hacer una protesta parecida a la de diciembre; sin embargo todos optaron por retirarse en paz, acostumbrados a los exabruptos y circos propagandísticos de Evo Morales.
Pero Evo Morales - en la entrevista que tuvimos anoche con él en Casa de Gobierno, con una delegación internacional de la SIP – no es fácil de leer. Nos habían advertido que podría utilizar la reunión para regañarnos o montar alguna clase de circo. Y así fue.
Nos recibió con sus colaboradores más cercanos, el ministro de la Presidencia, Juan Carlos Quintana y el vocero presidencial, Iván Canelas, artífices – según se dice – de la estrategia comunicacional del Presidente. Si bien Evo se mostró afable, simpático y generoso con el tiempo – estuvimos dos horas y cuarto en el palacio de gobierno – también se lo podía sentir tenso y molesto, ante un grupo de personas a los que él considera representantes de una prensa oligarca, burguesa y a la que le achaca los males ancestrales de su país.
A pesar de que quien lideraba la misión de nuestra parte, el presidente de la SIP, Enrique Santos, hizo un recuento pormenorizado de las preocupaciones que llevábamos ante el gobierno, Evo ya tenía su circo montado, para el cual permitió a la prensa nacional y extranjera en el recinto, lo que a todas luces se veía que “algo nos tenían preparado”.
Iván Canelas tenía listo un audiovisual con ejemplos de titulares de diarios, notas periodísticas y videos de canales, en los que trató de demostrar como se mentía e injuriaba a Morales. Muchos de estos tenían que ver con el diario El Mundo que en una tapa mostraba a Evo Morales recibiendo a Diego Maradona con un titular “Evo exporta, Diego consume”, a lo que un Canelas furioso y envalentonado por el Presidente que asentía con la cabeza, se refería como a una difamación alevosa.
El audiovisual duró casi una hora y si bien mostró algunos periodistas televisivos de departamentos opositores que insultaban a Evo, que en cualquier país pudieran ser severamente sancionados, Canelas, con ínfulas de profesor universitario, trató con los ejemplos de generalizar a toda la prensa boliviana.
Luego le tocó el turno a Quintana quien a través de un ejemplo del departamento de Pando en el que mostró una serie de hechos de corrupción entre un ex prefecto y varios medios de comunicación cuyos dueños y periodistas se estaban viendo beneficiados con bonos y dineros públicos, trató de demostrar que los medios son todos opositores y que responden a intereses neoliberales, por supuesto, corruptos y hasta terroristas y responsables de todos los males.
Evo no habló mucho, asintió siempre con sonrisas y comentarios afirmativos a los dichos altisonantes y propagandísticos de sus seguidores, pero cuando habló, cometió una gran torpeza al calificar a los periodistas de ser “pollos de granja”, lo que seguramente ahondará el distanciamiento que mantiene con el gremio.
Una de las inquietudes que le llevamos es que reinicie sus conferencias de prensa con los periodistas en casa de gobierno a quienes no atiende desde diciembre, cuando los reporteros gráficos en protesta – después que ridiculizó públicamente a un colega - dejaron sus cámaras, bolígrafos y libretas en la puerta de entrada del palacio.
En lugar de aceptar la sugerencia o al menos de haber dicho que estudiaría esa posibilidad de no discriminarlos, fue peor. Dijo que no le daría conferencias de prensa a los periodistas de La Paz porque no se sabían comportar, gritaban todos juntos como “pollos de granja” y que había llegado la hora de tener que educarlos.
Detrás de nuestra mesa de reunión donde más de 50 periodistas y camarógrafos estaban apostados, se “escuchó” un silencio profundo que de a poco se transformó en un murmullo respetuoso. Muchos habrían pensado irse, otros hacer una protesta parecida a la de diciembre; sin embargo todos optaron por retirarse en paz, acostumbrados a los exabruptos y circos propagandísticos de Evo Morales.
mayo 26, 2009
Bolivia totalmente polarizada
Estoy con una delegación de la SIP en La Paz, ya que mañana nos entrevistaremos con el presidente Evo Morales, para analizar temas inherentes a la libertad de prensa y escuchar de parte de él mismo sus pensamientos puntos de vista los que son ya bastantes conocidos debido a que el gobierno viene siendo muy transparente con su política de comunicación e información.
Más allá del tema específico de la libertad de prensa, Bolivia es un país totalmente politizado, polarizado y divido, gracias a un gobierno que está arrastrando a toda la sociedad a tomar partido a favor o en contra de los temas centrales del país, así sea en lo político, social y económico. De ahí que la división del país se viene exteriorizando cada vez más así sea entre temas como indígenas vs. blancos; centralismo vs. autonomías; propiedad privada vs. estatismo; constitución política vs. descabezamiento de las instituciones; etc...
El gobierno de Evo Morales, así como lo he visto y comentado en otros posts tras algunas visitas a Venezuela, Ecuador y Venezuela, ha mantenido una estrategia comunicacional dedicada a dividir a la población – ciudadanos comunes, jueces, diputados, periodistas, medios, asociaciones civiles - y a buscar que todos adopten una posición; lo que termina lamentablemente derivando en agresiones y violencia entre diferentes sectores. El ex presidente Jorge Quiroga, nos dijo hoy que él veía un panorama cada vez más violento para los próximos meses, de cara a las elecciones presidenciales de diciembre próximo.
Sin dudas este clima de polarización, ya existente en el país durante otras administraciones, lo está incentivando profundamente el actual gobierno. El mismo Evo Morales declaró la semana pasada que en su mira está apoderarse del Poder Judicial y del Congreso; una propiedad que ya viene asumiendo en diferentes facetas de la vida pública, incluyendo a los medios de comunicación privados y los cada más pro gubernamentales y la red de nuevos medios estatales que ha creado.
Más allá del tema específico de la libertad de prensa, Bolivia es un país totalmente politizado, polarizado y divido, gracias a un gobierno que está arrastrando a toda la sociedad a tomar partido a favor o en contra de los temas centrales del país, así sea en lo político, social y económico. De ahí que la división del país se viene exteriorizando cada vez más así sea entre temas como indígenas vs. blancos; centralismo vs. autonomías; propiedad privada vs. estatismo; constitución política vs. descabezamiento de las instituciones; etc...
El gobierno de Evo Morales, así como lo he visto y comentado en otros posts tras algunas visitas a Venezuela, Ecuador y Venezuela, ha mantenido una estrategia comunicacional dedicada a dividir a la población – ciudadanos comunes, jueces, diputados, periodistas, medios, asociaciones civiles - y a buscar que todos adopten una posición; lo que termina lamentablemente derivando en agresiones y violencia entre diferentes sectores. El ex presidente Jorge Quiroga, nos dijo hoy que él veía un panorama cada vez más violento para los próximos meses, de cara a las elecciones presidenciales de diciembre próximo.
Sin dudas este clima de polarización, ya existente en el país durante otras administraciones, lo está incentivando profundamente el actual gobierno. El mismo Evo Morales declaró la semana pasada que en su mira está apoderarse del Poder Judicial y del Congreso; una propiedad que ya viene asumiendo en diferentes facetas de la vida pública, incluyendo a los medios de comunicación privados y los cada más pro gubernamentales y la red de nuevos medios estatales que ha creado.
mayo 25, 2009
Correa y los medios corruptos
Este fin de semana los tres presidentes Rafael Correa, Hugo Chávez y Evo Morales se dieron un banquete en discutir y acusar a los medios de comunicación de sus respectivos países como los más grandes corruptos y terroristas.
Correa dijo que cuando le toque presidir el Unasur buscará la forma de crear un organismo capaz de controlar a los medios con la finalidad de que los gobiernos puedan trabajar sin problemas ni ataduras y para que de esa forma la oposición no lo utilice como instrumentos para desestabilizar a las democracias.
Estos tres presidentes son los que en sus países han creado y mantienen las redes de medios paraestatales más grandes de América Latina. En nombre de la pluralidad y la diversidad, están mintiendo y manipulando la información, ya que no han creado medios públicos, sino estatales, es decir pagados con dinero del público, y no para brindar información plural y diversa, sino para diseminar propaganda del gobierno o información ideologizada. Pura corrupción.
Lo peor de todo es que Correa sigue los mismos pasos que Chávez. También como en Venezuela, está impulsando en Ecuador una serie de medidas administrativas en contra de los medios electrónicos, al anunciar que todas las concesiones entrarán en una etapa de revisión.
Correa dijo que cuando le toque presidir el Unasur buscará la forma de crear un organismo capaz de controlar a los medios con la finalidad de que los gobiernos puedan trabajar sin problemas ni ataduras y para que de esa forma la oposición no lo utilice como instrumentos para desestabilizar a las democracias.
Estos tres presidentes son los que en sus países han creado y mantienen las redes de medios paraestatales más grandes de América Latina. En nombre de la pluralidad y la diversidad, están mintiendo y manipulando la información, ya que no han creado medios públicos, sino estatales, es decir pagados con dinero del público, y no para brindar información plural y diversa, sino para diseminar propaganda del gobierno o información ideologizada. Pura corrupción.
Lo peor de todo es que Correa sigue los mismos pasos que Chávez. También como en Venezuela, está impulsando en Ecuador una serie de medidas administrativas en contra de los medios electrónicos, al anunciar que todas las concesiones entrarán en una etapa de revisión.
mayo 24, 2009
Deterioro de las instituciones democráticas
Las instituciones democráticas de América Latina están débiles y no creo que se le pueda echar la culpa a los imperios totalmente, como suele hacer Hugo Chávez y otros presidentes neo populistas. Mucha de la culpa está en nuestro propio suelo.
Este es el discurso sobre el deterioro de las instituciones democráticas que ofrecí ayer en un Foro latinoamericano sobre derechos humanos y libertad de expresión convocado por la Nicaraguan Civil Task Force con sede en Miami.
Quiero expresar algunos puntos de vista sobre las instituciones democráticas desde la óptica de la libertad de prensa, mi trabajo diario.
La más importante es que resulta fácil observar la directa relación que tienen la democracia y la libertad de prensa. Diría que son inversamente proporcionales. A mayor libertad de prensa, menor democracia y viceversa.
Si uno observa los atropellos que se registran en un país contra la libertad de prensa y de expresión de los ciudadanos, puede observar indefectiblemente el grado de democracia que existe.
Para muestra vale observar lo que sucede con Globovisión en Venezuela o contra La Prensa, Canal 10 y Nuestro Diario en Nicaragua o La Prensa de La Paz o La Prensa de San Pedro Sula.
Ese clima de confrontación, polarización y atomización entre el gobierno y los medios de comunicación en cada uno de esos países, es el mismo clima que está generado entre el gobierno y los partidos de oposición, la propiedad privada, la educación, etc…
Donde en esos países los medios quieren ser subyugados o donde los gobiernos quieren adueñarse de la información y de los medios, o donde quieren crear cadenas televisivas, inventar periódicos y radios y televisoras de propaganda – como en Venezuela, Bolivia y Nicaragua, donde los familiares de Daniel Ortega son dueños de Canal 4 – aunque también vemos que los gobiernos se quieren adueñar del Congreso y del Poder Judicial, de la defensoría del pueblo y de las fiscalías.
Estamos frente a un tipo de gobiernos que les vale madre las instituciones democráticas. Sólo piensan que sus ideologías revolucionarias son las verdaderas y que gobernar es hacerlo de acuerdo a sus pensamientos, no por el bien común del país. Lamentablemente, el pasado pero de gobiernos dictatoriales y autoritarios y corruptos los justifica.
Los estados, como nunca antes, están gastando en propaganda ideológica, ya sea con marchas para contrarrestar movilizaciones de la oposición, como lo hacen gobiernos como el de Chávez, de Ortega o de Cristina de Kirchner o comprando publicidad en los medios amigos que se prestan a ser parte de la maquinaria propagandística del Estado.
Como nunca antes este círculo vicioso entre el Estado todopoderosos, la debilidad pasmosa de los partidos políticos y el desprestigio de las instituciones públicas como la de los tres poderes del Estado, hace que la gente esté cada vez más apática de las instituciones democráticas y le vale un pepino. Es más, por ahí hasta uno escucha peligrosamente a la gente decir que en la época de las botas había más orden.
La reciente Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago desnudó el problema de América Latina. El egoísmo político ha hecho que los gobiernos piensen en los gobiernos, y no en la gente, por eso la agenda derivó con su tema principal si Cuba debería insertarse nuevamente en la OEA; lo que sigue siendo un debate este fin de semana sobre un tema que la Cuba y sus gobernantes vienen repitiendo que no quieren formar parte de ese organismo multilateral.
Miopía política la de incluso nueve presidentes latinoamericanos que viajaron este año a La Habana a rendirle culto a 50 años de engaños mientras un montón de personas, entre ellas unos 300 presos políticos y 26 periodistas se pudren en las cárceles.
La debilidad de los poderes políticos es evidente en América Latina si uno observa de cerca esa miopía y egoísmo político de sistemas que se quieren eternizar mediante las reelecciones.
A gente como Chávez, Correa, Morales, ahora también se le quieren sumar Zelaya, Ortega (o Rosario Murillo), Fernández y hasta posiblemente Uribe, quien todavía deshoja la margarita, y queda confundido porque el 60% de los colombianos apoyan su posible nominación para un tercer mandato; pero igual estuvieron confundidos en otra época Alberto Fujimori y Carlos Menem.
La falta de recambio político, incentivada incluso por los partidos de oposición por ese tipo de acuerdos fraudulentos como el que perpetraron las gentes de Ortega y Alemán, permitirá que cada vez tengamos democracias más débiles y riesgosas.
Y encima, cuando vamos a elecciones se corre el riesgo que en muchos países voten nuestros abuelos muertos y los fraudes sean impúdicos y sinvergüenzas, como paso en noviembre del año pasado en que se robaron las elecciones en muchos departamentos de Nicaragua.
Las instituciones políticas son las más desprestigiadas en general de toda la América Latina. Según el Barómetro Iberoamericano de Gobernabilidad la gente tiene mucha desconfianza en la estabilidad democrática como en Argentina, Panamá Paraguay y Nicaragua; siendo que donde mayor confianza existe es en Uruguay, Colombia y Estados Unidos.
Mientras las Fuerzas Armadas es la institución de mayor prestigio en general, las peores situadas son, en este orden, la Policía, el Congreso y los partidos políticos.
Atado a todo esto, la percepción general promedio indicia que el mayor problema de los latinoamericanos es la corrupción, seguido por el desempleo y la economía, y luego la inseguridad.
La inseguridad, es quizás, el mayor problema que estamos enfrentando en todo el continente, minimizado ahora por las preocupaciones económicas. Y nuevamente se ve acá una estricta relación entre la libertad de prensa y la democracia.
La inseguridad provocada como en México por el narcotráfico, por las mafias en la triple frontera, las pandillas en Centroamérica, la delincuencia común incentivada por la falta de trabajo y la provocada por el propio Estado, ya sea por la corrupción en la administración pública o la ejercida como método de presión para intimidar a los disidentes.
El video póstumo de Rodrigo Rosemberg acusando al presidente de Guatemala Alvaro Colom y a su entorno muestra un poco el problema de la corrupción y la violencia que se origina en el propio Estado. Cuántos videos nos harían falta para denunciar todos los atropellos que quedan escondidos. Por suerte aparecen cada tanto evidencias como éstas o las que dejó Vladimiro Montensinos de cómo la corrupción y la violencia caminan estrechamente de la mano.
Lo más triste y desesperante de todo, es que mientras los gobiernos cometen o permiten que se comentan estos hechos y queden en la impunidad, se viven al mismo tiempo firmando y firmando acuerdos y tratados internacionales que quedan muy bonitos solo en el papel, como la Carta Democrática de la OEA, la que por ejemplo nunca fue impulsada en Venezuela, donde tampoco se obedecen los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, después de que el Presidente intimidó con el calificativo de pendejo al secretario ejecutivo de la OEA.
No solo es suficiente el atropello, la violencia, la corrupción, el quiebre de las instituciones, sino también la descalificación y el insulto permanente de todo aquel que no piense adoctrinadamente igual. Esto demuestra que el otro verdadero mal de América Latina es la intolerancia.
Qué hacer con tanta desesperanza. A quién responsabilizar.
Nada cambiará en América Latina si no se toma conciencia que la única solución pasa por tener sistemas justos y equitativos. El fortalecimiento de la Justicia, un buen sistema independiente de incentivos y castigos, es lo único que nos hará salir del pozo.
Lamentablemente, esto no se logra de un día para el otro, ni de un lustro para el otro. Se trata de un recambio generacional, los políticos deben sembrar las semillas ahora para que germinen en unas décadas y ahí recién con nuestros hijos o nietos se podrá cosechar.
No hay atajos. Ningún tipo de sistema político nos puede sacar adelante si no es fortalecido con un sistema independiente de justicia.
Está bien por ejemplo que en Guatemala se haya aprobado la ley que permite la transparencia y una mejor elección de magistrados y jueces.
Pero ese mismo celo debería aplicarse en los partidos políticos y en el Congreso, para que haya controles más estrictos de selección, para que se nutran de los mejores, de los más honestos.
Muchas gracias
Este es el discurso sobre el deterioro de las instituciones democráticas que ofrecí ayer en un Foro latinoamericano sobre derechos humanos y libertad de expresión convocado por la Nicaraguan Civil Task Force con sede en Miami.
Quiero expresar algunos puntos de vista sobre las instituciones democráticas desde la óptica de la libertad de prensa, mi trabajo diario.
La más importante es que resulta fácil observar la directa relación que tienen la democracia y la libertad de prensa. Diría que son inversamente proporcionales. A mayor libertad de prensa, menor democracia y viceversa.
Si uno observa los atropellos que se registran en un país contra la libertad de prensa y de expresión de los ciudadanos, puede observar indefectiblemente el grado de democracia que existe.
Para muestra vale observar lo que sucede con Globovisión en Venezuela o contra La Prensa, Canal 10 y Nuestro Diario en Nicaragua o La Prensa de La Paz o La Prensa de San Pedro Sula.
Ese clima de confrontación, polarización y atomización entre el gobierno y los medios de comunicación en cada uno de esos países, es el mismo clima que está generado entre el gobierno y los partidos de oposición, la propiedad privada, la educación, etc…
Donde en esos países los medios quieren ser subyugados o donde los gobiernos quieren adueñarse de la información y de los medios, o donde quieren crear cadenas televisivas, inventar periódicos y radios y televisoras de propaganda – como en Venezuela, Bolivia y Nicaragua, donde los familiares de Daniel Ortega son dueños de Canal 4 – aunque también vemos que los gobiernos se quieren adueñar del Congreso y del Poder Judicial, de la defensoría del pueblo y de las fiscalías.
Estamos frente a un tipo de gobiernos que les vale madre las instituciones democráticas. Sólo piensan que sus ideologías revolucionarias son las verdaderas y que gobernar es hacerlo de acuerdo a sus pensamientos, no por el bien común del país. Lamentablemente, el pasado pero de gobiernos dictatoriales y autoritarios y corruptos los justifica.
Los estados, como nunca antes, están gastando en propaganda ideológica, ya sea con marchas para contrarrestar movilizaciones de la oposición, como lo hacen gobiernos como el de Chávez, de Ortega o de Cristina de Kirchner o comprando publicidad en los medios amigos que se prestan a ser parte de la maquinaria propagandística del Estado.
Como nunca antes este círculo vicioso entre el Estado todopoderosos, la debilidad pasmosa de los partidos políticos y el desprestigio de las instituciones públicas como la de los tres poderes del Estado, hace que la gente esté cada vez más apática de las instituciones democráticas y le vale un pepino. Es más, por ahí hasta uno escucha peligrosamente a la gente decir que en la época de las botas había más orden.
La reciente Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago desnudó el problema de América Latina. El egoísmo político ha hecho que los gobiernos piensen en los gobiernos, y no en la gente, por eso la agenda derivó con su tema principal si Cuba debería insertarse nuevamente en la OEA; lo que sigue siendo un debate este fin de semana sobre un tema que la Cuba y sus gobernantes vienen repitiendo que no quieren formar parte de ese organismo multilateral.
Miopía política la de incluso nueve presidentes latinoamericanos que viajaron este año a La Habana a rendirle culto a 50 años de engaños mientras un montón de personas, entre ellas unos 300 presos políticos y 26 periodistas se pudren en las cárceles.
La debilidad de los poderes políticos es evidente en América Latina si uno observa de cerca esa miopía y egoísmo político de sistemas que se quieren eternizar mediante las reelecciones.
A gente como Chávez, Correa, Morales, ahora también se le quieren sumar Zelaya, Ortega (o Rosario Murillo), Fernández y hasta posiblemente Uribe, quien todavía deshoja la margarita, y queda confundido porque el 60% de los colombianos apoyan su posible nominación para un tercer mandato; pero igual estuvieron confundidos en otra época Alberto Fujimori y Carlos Menem.
La falta de recambio político, incentivada incluso por los partidos de oposición por ese tipo de acuerdos fraudulentos como el que perpetraron las gentes de Ortega y Alemán, permitirá que cada vez tengamos democracias más débiles y riesgosas.
Y encima, cuando vamos a elecciones se corre el riesgo que en muchos países voten nuestros abuelos muertos y los fraudes sean impúdicos y sinvergüenzas, como paso en noviembre del año pasado en que se robaron las elecciones en muchos departamentos de Nicaragua.
Las instituciones políticas son las más desprestigiadas en general de toda la América Latina. Según el Barómetro Iberoamericano de Gobernabilidad la gente tiene mucha desconfianza en la estabilidad democrática como en Argentina, Panamá Paraguay y Nicaragua; siendo que donde mayor confianza existe es en Uruguay, Colombia y Estados Unidos.
Mientras las Fuerzas Armadas es la institución de mayor prestigio en general, las peores situadas son, en este orden, la Policía, el Congreso y los partidos políticos.
Atado a todo esto, la percepción general promedio indicia que el mayor problema de los latinoamericanos es la corrupción, seguido por el desempleo y la economía, y luego la inseguridad.
La inseguridad, es quizás, el mayor problema que estamos enfrentando en todo el continente, minimizado ahora por las preocupaciones económicas. Y nuevamente se ve acá una estricta relación entre la libertad de prensa y la democracia.
La inseguridad provocada como en México por el narcotráfico, por las mafias en la triple frontera, las pandillas en Centroamérica, la delincuencia común incentivada por la falta de trabajo y la provocada por el propio Estado, ya sea por la corrupción en la administración pública o la ejercida como método de presión para intimidar a los disidentes.
El video póstumo de Rodrigo Rosemberg acusando al presidente de Guatemala Alvaro Colom y a su entorno muestra un poco el problema de la corrupción y la violencia que se origina en el propio Estado. Cuántos videos nos harían falta para denunciar todos los atropellos que quedan escondidos. Por suerte aparecen cada tanto evidencias como éstas o las que dejó Vladimiro Montensinos de cómo la corrupción y la violencia caminan estrechamente de la mano.
Lo más triste y desesperante de todo, es que mientras los gobiernos cometen o permiten que se comentan estos hechos y queden en la impunidad, se viven al mismo tiempo firmando y firmando acuerdos y tratados internacionales que quedan muy bonitos solo en el papel, como la Carta Democrática de la OEA, la que por ejemplo nunca fue impulsada en Venezuela, donde tampoco se obedecen los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, después de que el Presidente intimidó con el calificativo de pendejo al secretario ejecutivo de la OEA.
No solo es suficiente el atropello, la violencia, la corrupción, el quiebre de las instituciones, sino también la descalificación y el insulto permanente de todo aquel que no piense adoctrinadamente igual. Esto demuestra que el otro verdadero mal de América Latina es la intolerancia.
Qué hacer con tanta desesperanza. A quién responsabilizar.
Nada cambiará en América Latina si no se toma conciencia que la única solución pasa por tener sistemas justos y equitativos. El fortalecimiento de la Justicia, un buen sistema independiente de incentivos y castigos, es lo único que nos hará salir del pozo.
Lamentablemente, esto no se logra de un día para el otro, ni de un lustro para el otro. Se trata de un recambio generacional, los políticos deben sembrar las semillas ahora para que germinen en unas décadas y ahí recién con nuestros hijos o nietos se podrá cosechar.
No hay atajos. Ningún tipo de sistema político nos puede sacar adelante si no es fortalecido con un sistema independiente de justicia.
Está bien por ejemplo que en Guatemala se haya aprobado la ley que permite la transparencia y una mejor elección de magistrados y jueces.
Pero ese mismo celo debería aplicarse en los partidos políticos y en el Congreso, para que haya controles más estrictos de selección, para que se nutran de los mejores, de los más honestos.
Muchas gracias
mayo 23, 2009
Gripe y economía
La combinación entre la crisis de salud y la recesión económica global ha potenciado el debilitamiento de las defensas inmunológicas de países y ciudadanos del mundo entero.
Esta mezcla de crisis resulta un coctel letal para todos. En los países más desarrollados, el desempleo y la pérdida de ingresos están disparando los índices de mortandad a causa del alcohol, depresión, cardiopatías y suicidios; mientras que en los subdesarrollados, el repunte en la cotización del dólar y la falta de recursos, están dificultando la importación de medicamentos complejos como la insulina y vacunas para la prevención.
A su vez, este nuevo fenómeno agrava la saturación de los sistemas sanitarios que deben hacer frente a nuevos virus como la fiebre porcina, la potenciación de enfermedades contagiosas como la malaria, la tuberculosis y el sida, responsables de cinco millones de muertes al año; y los males tradicionales asociados al cigarrillo, al alcohol y el cáncer.
En EE.UU., la mayor potencia del mundo, se calcula que 3,5 millones de menores de cinco años padecen hambre, por lo que no es difícil imaginar lo que sucede en naciones empobrecidas. Ya para el 2008, producto de la escasez mundial de alimentos que estalló con las protestas de Haití, más de 100 millones de personas habían recaído en la pobreza, agudizándose sus problemas sanitarios.
Cuando decaen los ingresos, se revierte un proceso. Quienes antes iban a centros privados de asistencia, no tienen otra opción que acudir a los hospitales públicos, con el consabido recargo del sistema, que provoca el desmejoramiento en la calidad del servicio. La combinación entre mayor demanda de atención y menores recursos disponibles, desemboca en un círculo vicioso como lo muestra la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México en un reciente análisis sobre el esquema de sanidad pública frente a la epidemia de influenza porcina que, de golpe, cuadriplicó el número de pacientes. El organismo criticó desde la carencia de médicos y de infraestructura hospitalaria, hasta los tratamientos inadecuados y diagnósticos deficientes.
En tiempos económicos difíciles las enfermedades suelen proliferar y agravarse, no por condiciones especiales de insalubridad, sino porque la gente tiende a desatender la salud personal y acudir al médico solo en caso de emergencias. En Argentina, por ejemplo, durante la recesión del 2001, se registró una fuerte contracción en los gastos en sanatorios y hospitales del 38% por familia.
Las finanzas están íntimamente ligadas a la salud y hasta en aspectos insospechados. Como ejemplo, vale observar cómo está afectando la reducción del volumen de las remesas familiares que los inmigrantes envían a sus países de origen. Se calcula que el 57% de los fondos que los mexicanos giran desde EE.UU. a sus familias, terminan en el servicio sanitario del país.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe advirtió que la región podría contraerse más de lo debido este año por la gripe porcina en México, situación que se agravará si el virus emigra hacia el hemisferio sur con la llegada del invierno, creando mayores sobrecargas a los sistemas públicos de asistencia médica.
Seguramente, los gobiernos del sur, como Argentina, Uruguay, Chile y Bolivia adoptarán políticas firmes contra el virus A H1N1 o sus posibles mutaciones, no solo para proteger sus débiles sistemas asistenciales, sino más bien para no trastabillar en los períodos electorales que se avecinan. En sus espejos, tienen el reflejo del presidente Felipe Calderón, quien a pesar de tener que lidiar con un medio de salud obsoleto, tomó firmes decisiones que le valieron la subida de su popularidad, lo que gravitará a favor del oficialismo en las elecciones legislativas de julio próximo en su país.
Si bien las campañas curativas generan mayores réditos políticos como quedó ya demostrado con Calderón, en épocas de crisis sanitaria y económica, el desafío para los gobiernos es mucho mayor. Tal vez como lo hizo Tailandia para salir de su recesión de los 90, los líderes deben adoptar políticas de prevención, reformar los sistemas de sanidad y procurar mayores inversiones. La salud es una buena inversión, ya que genera nuevos empleos, incentiva la innovación y el ciclo productivo, aumentando no solo las defensas de la población, sino también la de quienes se deben someter al voto popular.
Esta mezcla de crisis resulta un coctel letal para todos. En los países más desarrollados, el desempleo y la pérdida de ingresos están disparando los índices de mortandad a causa del alcohol, depresión, cardiopatías y suicidios; mientras que en los subdesarrollados, el repunte en la cotización del dólar y la falta de recursos, están dificultando la importación de medicamentos complejos como la insulina y vacunas para la prevención.
A su vez, este nuevo fenómeno agrava la saturación de los sistemas sanitarios que deben hacer frente a nuevos virus como la fiebre porcina, la potenciación de enfermedades contagiosas como la malaria, la tuberculosis y el sida, responsables de cinco millones de muertes al año; y los males tradicionales asociados al cigarrillo, al alcohol y el cáncer.
En EE.UU., la mayor potencia del mundo, se calcula que 3,5 millones de menores de cinco años padecen hambre, por lo que no es difícil imaginar lo que sucede en naciones empobrecidas. Ya para el 2008, producto de la escasez mundial de alimentos que estalló con las protestas de Haití, más de 100 millones de personas habían recaído en la pobreza, agudizándose sus problemas sanitarios.
Cuando decaen los ingresos, se revierte un proceso. Quienes antes iban a centros privados de asistencia, no tienen otra opción que acudir a los hospitales públicos, con el consabido recargo del sistema, que provoca el desmejoramiento en la calidad del servicio. La combinación entre mayor demanda de atención y menores recursos disponibles, desemboca en un círculo vicioso como lo muestra la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México en un reciente análisis sobre el esquema de sanidad pública frente a la epidemia de influenza porcina que, de golpe, cuadriplicó el número de pacientes. El organismo criticó desde la carencia de médicos y de infraestructura hospitalaria, hasta los tratamientos inadecuados y diagnósticos deficientes.
En tiempos económicos difíciles las enfermedades suelen proliferar y agravarse, no por condiciones especiales de insalubridad, sino porque la gente tiende a desatender la salud personal y acudir al médico solo en caso de emergencias. En Argentina, por ejemplo, durante la recesión del 2001, se registró una fuerte contracción en los gastos en sanatorios y hospitales del 38% por familia.
Las finanzas están íntimamente ligadas a la salud y hasta en aspectos insospechados. Como ejemplo, vale observar cómo está afectando la reducción del volumen de las remesas familiares que los inmigrantes envían a sus países de origen. Se calcula que el 57% de los fondos que los mexicanos giran desde EE.UU. a sus familias, terminan en el servicio sanitario del país.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe advirtió que la región podría contraerse más de lo debido este año por la gripe porcina en México, situación que se agravará si el virus emigra hacia el hemisferio sur con la llegada del invierno, creando mayores sobrecargas a los sistemas públicos de asistencia médica.
Seguramente, los gobiernos del sur, como Argentina, Uruguay, Chile y Bolivia adoptarán políticas firmes contra el virus A H1N1 o sus posibles mutaciones, no solo para proteger sus débiles sistemas asistenciales, sino más bien para no trastabillar en los períodos electorales que se avecinan. En sus espejos, tienen el reflejo del presidente Felipe Calderón, quien a pesar de tener que lidiar con un medio de salud obsoleto, tomó firmes decisiones que le valieron la subida de su popularidad, lo que gravitará a favor del oficialismo en las elecciones legislativas de julio próximo en su país.
Si bien las campañas curativas generan mayores réditos políticos como quedó ya demostrado con Calderón, en épocas de crisis sanitaria y económica, el desafío para los gobiernos es mucho mayor. Tal vez como lo hizo Tailandia para salir de su recesión de los 90, los líderes deben adoptar políticas de prevención, reformar los sistemas de sanidad y procurar mayores inversiones. La salud es una buena inversión, ya que genera nuevos empleos, incentiva la innovación y el ciclo productivo, aumentando no solo las defensas de la población, sino también la de quienes se deben someter al voto popular.
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