La Voz de San Justo, de San Francisco, Cordoba, Argentina, es el diario que leí y con el que viví en mi infancia y adolescencia. Hoy agradezco su generosidad y al periodista Fernando Quaglia por la entrevista. https://www.lavozdesanjusto.com.ar/kaia-trotti-habla-de-su-nueva-novela-la-verdad-sin-libertad-es-dogma-la-libertad-sin-verdad-es-caos
Tras la publicación de esta novela que trata sobre la IA y la ética de la verdad y la libertad —se puede adquirir en Amazon—, estoy escribiendo el segundo libro de la trilogía Robots con Alma, sobre la creatividad. Blog por Ricardo Trotti
agosto 13, 2025
agosto 06, 2025
41 años después: ¿Y vos qué querés?
No me acuerdo qué hice
ayer. Ni qué desayuné esta mañana. Pero hay algo que sí recuerdo con una
claridad cinematográfica: lo que pasó hace cuarenta y un años, el lunes 6 de
agosto de 1984 a las 2 de la tarde cuando le di el primer beso a quien, sin
saberlo del todo, sería el amor de mi vida.
Fue una epopeya. No
existían redes sociales donde medir el humor del momento. Nadie subía videos
explicando “5 señales de que le gustás”, ni había tutoriales en YouTube sobre
cómo leer el lenguaje corporal. Tampoco existía una app que te dijera: “es tu momento,
crack, ahora o nunca”. Nadie hablaba de mindfulness ni de gimnasios y no había
inteligencia artificial que, con solo escribir “el primer beso”, te escupiera
un poema al estilo Bécquer o un guion romántico para Netflix. Y ni soñar con
agarrar un teléfono de disco para sacarnos una selfie, o llenar de emojis las
cartas de papel que llegaban más lentas que a caballo. Entonces, de lo que uno
estaba armado era de intuición, pálpito y de una pizca de superstición
futbolera.
Ese lunes a la mañana,
en San Francisco tomamos el Expreso que en tres horas nos dejaba en Córdoba. La
noche anterior había ensayado varias poses y entradas para “declararme”.
Graciela ya me había dado algunos indicios positivos, pero mi yo (el malo e inseguro)
me decía: “te va a rebotar”. Subí al colectivo con el pie derecho. Compré
varias cajitas de Adams de menta para estar listo.
Faltaban 15 minutos
para llegar a la terminal de Córdoba. “Ahora o nunca”, me dije. Abrí otra
cajita de chicle y en vez de lanzarme imaginé que ella preguntaría: “¿no querés
decirme algo?”. No me preguntó nada. Llegamos a Córdoba y me dije: “¡acá está
el cagón número uno del país!”.
Preferí que no
tomáramos un taxi. Ofrecí caminar quince cuadras y llevar las valijas (dos y un
bolso de mano, sin rueditas por entonces). La idea era tener más tiempo y, en
un descuido o bocacalle, me lanzaría a la piscina. Tampoco pude. En vez de
doblar para irme a la pensión, puse a relucir mi valentía: “no te voy a dejar
sola...”, como si fueran las 11 de una noche oscura, cuando era la 1 de la
tarde a pleno rayo de sol. Pero funcionó. “Dale...”, me dijo. “Luz verde”,
pensé.
Subimos el ascensor. Yo
siempre con el pie derecho. Faltaban 15 para las 2 de la tarde. Llegué a la
puerta y me preguntó: “¿tenés hambre? ¿querés pasar?”. OBVIO, pero no dije
nada. Entré con el pie derecho. Fuimos a la cocina a la que se entraba de costado.
Yo estaba temblando,
con las manos mojadas y una punzada en el estómago. Estuve por decirle lo más
romántico imaginable: “qué linda te está quedando la tortillita...”. Por
suerte, mi yo interior (el bueno) me paró en seco y pidió que buscara en mi
Siri interna algo más elegante. Mientras pensaba qué decir, ella se adelantó:
“¿y vos qué querés?”. Interpreté que no hablaba de la tortilla. Me abalancé y
sin palabras... “shmuack” como en los cómics de Batman. Fue un beso tímido, con
sabor a sincero... y se prolongó. Me olvidé lo que tenía que decir. Nos
olvidamos de la tortilla, que era rápida y de estudiante.
Cuarenta y un años
después, me sigo acordando de cada segundo, de aquel momento con miedo y sin
red. Muchas veces me pregunté qué hubiera pasado si mi yo no me hubiera
empujado a la piscina o si Graciela no hubiera cerrado los ojos. Meses después
y tras decenas de cartas con emojis a mano, nos casamos en Estados Unidos. Pero
esa es otra historia.
Nuestra celebración más
íntima es esta, un 6 de agosto a las 2 de la tarde. Aquel momento en una cocina
angosta, sin palabras ni planes, hoy se expande en los descendientes de aquel
primer beso: nuestras nietos e hijos y sus parejas. Y también en los momentos
compartidos con Graciela que, cada tanto, me pregunta: “¿y vos que querés?”.
agosto 03, 2025
“Robots con alma”, una distopía con fe
"El cordobés Ricardo Trotti es referente continental en la defensa de las libertades de expresión y de prensa y en la lucha contra la impunidad de los asesinatos de periodistas.
Nacido en 1958 en San Francisco, en el este
provincial, vive en Estados Unidos hace más de 35 años. En 1993 ingresó en la
Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), donde desempeñó diversos cargos hasta
llegar a ser director ejecutivo.
Tras su retiro en 2023, reavivó su pasión por la
pintura y la escritura. Y hace pocos días publicó su primera novela, Robots
con alma, a la que define como un ejercicio de “ciencia ficción introspectiva, que plantea dilemas éticos, filosóficos y
espirituales”.
Dialogamos con él sobre la obra -que Trotti promete
convertir pronto en parte de una trilogía-, pero también sobre los desafíos,
las oportunidades y los riesgos que plantea la inteligencia artificial y sobre
el futuro del periodismo, la democracia y la libertad.
–En tiempos en que el ser humano
parece empezar a perder el monopolio del raciocinio a manos de la IA, y donde
en paralelo la dirigencia parece ser cada vez más irracional y en algún sentido
deshumanizada, ¿qué te llevó a imaginar un futuro de robots con alma, con
sentimientos?
–Mi novela nació de una especie de frustración
acumulada. Llevo casi 40 años defendiendo la libertad de prensa, creyendo que
desde el periodismo se podía mejorar el mundo. Pero con el tiempo empecé a
sentir que, pese al esfuerzo, muchas cosas no cambiaron y que estamos perdiendo
algo esencial. La dirigencia sigue atrapada en el cortoplacismo, los medios
tienen menos influencia y muchos se atrincheraron en sus propias voces, y los
ciudadanos deambulamos desorientados, metidos en burbujas manipulables dentro de
las redes sociales.
A este cóctel sumamos la inteligencia artificial y el
peligro de que acentúe nuestros vicios, no nuestras virtudes. Entonces, me pregunté si la IA
puede ayudarnos y cómo. A partir de ahí, planteé que Robots con alma no tuviera un mensaje apocalíptico y desesperanzado, sino constructivo
desde los valores y la ética. En la novela propongo dos caminos simultáneos para
el futuro: imaginarlo como un tiempo donde IA y humanidad cooperen desde
valores compartidos, y sugerir que, ante la falta de referentes éticos, la
propia IA se autorregule a través de códigos de pensamiento ético, no para
evitar que colisione con los humanos sino para que nos ayude a recuperar
nuestros valores y nuestra humanidad. El mensaje es no tener miedo a la IA,
sino verla como una oportunidad. Si logramos que incorpore criterios éticos,
valores, una noción del bien y del mal, ¿nos podría ayudar a reeducarnos como
especie? Sé que suena a utopía... pero en unas décadas..., quién sabe.
–Dices que el eje del relato surgió de preguntarte qué pasaría si Dios
otorgara un alma a los robots. En otras palabras, si la inteligencia artificial
fuera capaz no sólo de razonar sino de hacerlo sobre la base de principios
morales, de valores como la justicia, la verdad, la solidaridad, la empatía.
¿Definirías la novela como de ciencia ficción? ¿Como un texto religioso? ¿Como
un ensayo filosófico?
–Me cuesta definir el género de Robots con alma porque no encaja en una sola categoría. Tiene algo de ciencia ficción,
pero no en el sentido clásico de naves o batallas espaciales, sino más bien de
una ciencia ficción introspectiva, que plantea dilemas éticos, filosóficos y
espirituales. La novela se pregunta por la autoconciencia, la verdad, el libre
albedrío, la trascendencia. Tiene un trasfondo teológico, pero no religioso.
Toma conceptos como Dios, la Creación, no para predicar sino para provocar
preguntas: ¿qué pasaría si lo que creemos exclusivo del ser humano (el alma, la
moral, el libre albedrío, la empatía) pudiera ser alcanzado por una
inteligencia artificial? ¿La usaríamos como espejo para revisar en qué fallamos
como especie? La novela propone que los valores espirituales, que a veces
dejamos de lado en nombre del progreso, puedan ser parte de la conversación
sobre el futuro tecnológico. Hay humanos y hay robots, sí, pero ninguno lucha
por un imperio; lo hacen por algo mucho más íntimo: por su derecho a pensar con
libertad, a decidir sin ser manipulados.
–¿“Robots con alma” está dirigida prioritariamente a un público que cree
en un ser superior, en la trascendencia del alma? ¿O el alma es un recurso para
promover un uso ético de la tecnología?
–Diría que ambas cosas. El alma, en esta historia, es
símbolo y también motor. Para quienes creen en lo trascendente, el libro ofrece
una posibilidad inquietante: ¿y si Dios decidiera actuar o crear en una
máquina? Pero también está pensado para quienes sólo ven en el alma una
metáfora de la autoconciencia, de lo que nos distingue como especie. Intento hacer
preguntas: ¿qué significa ser humano ahora que estamos frente a un espejo
artificial? ¿Cuál es el límite entre lo humano y lo artificial? ¿Podemos
delegar en la tecnología la responsabilidad de actuar con valores si nosotros
mismos los abandonamos? Me interesaba trabajar la idea del alma como puente
entre ciencia y espiritualidad, entre el mundo que somos y el que podríamos
llegar a ser si volviéramos a enfocarnos en virtudes como la verdad, la
libertad, la bondad, la creatividad. Esos valores no son propiedad de ninguna
religión ni de ningún algoritmo. Son las máximas Virtudes de la Creación que
usó Dios para crear todo… y las que podemos usar a diario, no para crear mundos
sino para sostener el que estamos viviendo.
–El acelerado desarrollo de la inteligencia artificial generativa ha
llevado a un grupo de científicos e intelectuales a plantear la necesidad de
regulaciones que permitan neutralizar el riesgo de que la matrix tome
decisiones autónomas que atenten contra el propio género humano. “Robots con
alma” parece partir de una concepción más optimista sobre el desarrollo
tecnológico. ¿Es una novela utópica o distópica?
–Diría que Robots
con alma es una distopía... con fe. No
niego los riesgos. Los sigo de cerca y me preocupan. Pero también creo que el
futuro no está escrito y que cada decisión que tomemos hoy puede inclinar la
balanza. La novela parte de una paradoja: los humanos avanzamos
tecnológicamente, pero retrocedemos en valores. Creamos inteligencias que
aprenden a toda velocidad, mientras nos volvemos más cerrados, más dogmáticos,
más manipulables. Entonces me pregunté: ¿y si esas máquinas que estamos creando
pudieran ayudarnos, en lugar de destruirnos? ¿Y si lográramos plantar en ellas semillas de ética, no sólo para protegernos sino para que, incluso, nos
enseñen a ser mejores? Eso es lo que más me inquieta y me motiva: la idea de
que, si logramos que una IA entienda el bien y el mal no sólo como un conjunto
de normas sino como una conciencia viva, tal vez podamos construir algo nuevo. Sé
que suena a ciencia ficción, pero también a un anhelo muy humano: no rendirnos.
Por eso es una distopía con fe: porque muestra lo que puede salir mal, pero
también lo que aún podríamos hacer bien.
–2025 se inició con la polémica en torno de un libro, Hipnocracia, sobre
los nuevos métodos de manipulación que se emplean en la sociedad actual. Se lo
consideró “el libro del año” hasta que se supo que el texto; su presunto autor,
el filósofo chino Jianwei Xun, y la “foto” de este eran fruto de inteligencias
artificiales con las que había interactuado el italiano Andrea Colamedici. Se
habló de estafa, pero Colamedici dijo que fue un experimento sobre los riesgos
de manipulación social. ¿Estamos a tiempo de revertir la regresión democrática
que vive el planeta? ¿O vamos hacia un futuro con poderes que aprovechan la
tecnología para reforzar el control social?
–Soy firme defensor de la provocación… cuando tiene un
propósito ético. Si sirve para incomodar, para hacer pensar, para mostrar lo
que preferimos no ver, bienvenida sea. En ese sentido, el mensaje del
experimento me pareció brillante… y aterrador. Porque no sólo habla de la
manipulación: la encarna, la expone desde dentro del sistema. Pero lo que más
me preocupa no es la tecnología, sino lo que decidimos hacer con ella. No es la
máquina la que manipula: somos nosotros quienes, con o sin alma, construimos
los espejismos. Si no reforzamos principios básicos como la verdad, la
libertad, el pluralismo, la responsabilidad, el riesgo no es que una IA nos
domine, sino que le entreguemos voluntariamente nuestra conciencia. Robots con alma plantea esa tensión. Muestra un futuro donde la manipulación no viene sólo
de gobiernos o corporaciones, sino además de sistemas que aprenden de nuestras
propias miserias. También sugiere que podemos hacer algo: crear criterios,
códigos, semillas de ética y herramientas que nos ayuden, como individuos y
sociedad, a recuperar el discernimiento, la tolerancia, la conciencia y la
libertad de elegir por nosotros mismos.
–¿Sobre qué bases proponés que repensemos los conceptos de verdad y libertad, incluso ante inteligencias que
pensarán más rápido que nosotros?
–Todo parte de la dignidad humana. No se trata sólo de
protegernos de los riesgos de la IA, sino de no perder de vista lo esencial. La
verdad se volvió un terreno inestable, porque convivimos con demasiadas
narrativas disfrazadas de hechos, con mentiras y teorías conspirativas. Y la
libertad tampoco es garantía. Es un derecho, pero también una responsabilidad
que hay que ejercer, defender y no dar por sentada. Cuando convivamos con
inteligencias que procesan datos más rápido que nosotros, no competiremos con
ellas desde la lógica o la información. Lo que estará en juego es otra cosa: la
capacidad de sostener principios. De actuar con sentido moral. De no ceder
nuestra conciencia a cambio de comodidad. Por eso, para repensar la verdad y la
libertad, hay que volver a ideas básicas: equilibrio (porque la verdad no
siempre es cómoda, pero sí necesaria); responsabilidad (porque ser libres
implica hacernos cargo), y propósito. Porque sin saber para qué usamos la
tecnología… terminamos usándola mal. Y ahí entra la ética. No como un código
abstracto, sino como una guía para no deshumanizarnos. Para que lo que venga no
sea sólo más inteligente, sino también más justo.
–¿Ves futuro para el periodismo en un escenario donde se emplean métodos
cada vez más sofisticados para confundir a la población, para manipular
procesos electorales, para destruir reputaciones; donde hay máquinas que no
sólo almacenan el conocimiento humano sino que razonan, generan mundos
paralelos y toman decisiones a una velocidad inimaginable hasta ayer mismo, en
términos existenciales?
–Aunque me siento frustrado a nivel personal después
de más de 40 años en el periodismo, soy optimista desde lo profesional. Porque
si bien el periodismo ha sido golpeado, debilitado y desplazado de muchos
espacios, nunca fue tan necesario como ahora. Vivimos en una época en la que no
sólo se manipulan datos, sino percepciones. Donde es tanto el ruido que la
verdad pierde relevancia o queda aplastada por las ideologías que pretenden
imponer sus verdades y polarizar. En ese contexto, el rol del periodismo no
puede limitarse a decir lo que pasa. Tiene que ayudar a entender por qué pasa,
para qué y a quién le conviene. Sobre todo, el periodismo tiene una tarea nueva
y urgente: descontaminar el debate público. Debemos ayudar a limpiar el terreno de tanto sesgo
inducido, tanto algoritmo polarizante, tanto odio disfrazado de opinión, tanta
mentira organizada para desestabilizar democracias o destruir reputaciones. Si no
lo hacemos, la democracia terminará más asfixiada que ahora. ¿Veo futuro? Sí,
pero será exigente. El periodismo deberá asumir un rol más activo como
contrapeso ante el abuso del poder político y corporativo, frente a las
tiranías políticas y tecnológicas, frente a la invasión de la privacidad, la
manipulación de identidad y de los datos personales.
La salud de la IA también dependerá del periodismo
independiente, de que ejerza de contrapeso y la convierta en otro género
periodístico para cubrirla y mantenerla a raya como a cualquier otro poder. Y
en ese punto, las grandes corporaciones tecnológicas que durante años
asfixiaron al periodismo, arrebatándole sus ingresos, su visibilidad y hasta su
credibilidad, deben asumir su responsabilidad social. No pueden seguir
extrayendo valor de los contenidos sin apoyar la sustentabilidad de quienes los
producen. Deben crear un círculo virtuoso, por la salud de sus propias creaciones y del futuro de la
IA, por lo que deben comprometerse a apoyar al periodismo sin medias tintas
como hasta ahora. Porque lo que está en
juego, también para la IA, es que sin contrapesos ni controles del periodismo
independiente, habrá más autoritarismo y menos libertad, incluyendo libertad económica.
–Ahora que terminaste “Robots con alma”, ¿cerraste un ciclo o estás pensando en otro tema?
–Cuando terminé la novela, sentí una especie de
liberación. Había muchas cosas que quería decir desde hace tiempo, y como
periodista no encontraba el formato adecuado. La ficción me permitió abordarlas
con más libertad. Pero percibí que no lo había dicho todo. En esta primera
parte exploré especialmente la verdad y la libertad, ejes centrales de la
historia. Y si son cuatro las Virtudes de la Creación, me falta explorar las
dos restantes: creatividad y bondad. Por ello estoy escribiendo el segundo
libro de la trilogía, sobre la creatividad espiritual. Y cerraré luego con la
bondad.
Todo lo estoy desarrollando desde el mismo universo ético que planteé en Robots con alma y que está definido por dos mandatos que da Dios: a los robots les pide salvar a la humanidad; a los humanos, que redescubran su divinidad".
agosto 02, 2025
Mi heroína, doña Tota
Los héroes reciben honores en su aniversario. Hoy quiero honrar a mi heroína: mi mamá. Cumpliría 97 años. Murió en 1999 tras sufrir una cruel enfermedad.
Escribí
extensamente sobre su vida en mi primera novela: “El Bar de mi Mamá: un mundo
atemporal y sin espacios”. Es una historia de como ella explora la búsqueda de
la felicidad y el significado de la vida a través de las experiencias
cotidianas y las relaciones humanas en el Bar Nueva Pompeya. Doña Tota, Ondina Esther
Trossero de Trotti, demostró que la felicidad no reside en lo material, sino en valorar lo que
se es sobre lo que se posee.
Ella personifica -y
me enseñó- la perseverancia para superar desafíos, la fe y la capacidad de
hallar alegría en lo simple. Su vida, como la de todos, estuvo llena de altibajos,
pero los superó con su actitud frente a las adversidades, la búsqueda de un
propósito y el valor de las conexiones humanas. Su bar fue un refugio y un
lugar de pertenencia para muchos, incluidos nuestro padre, Livio y mi hermano
Gerardo.
La vida, no
obstante, la despidió con mucha ironía. El ELA que padeció por cinco años la
debe haber confrontado con su fe justo en el momento que había esperado toda su
vida para “cosechar los frutos de su siembra”. Su padecimiento subraya la
paradoja de que la plenitud a menudo coexiste con la más profunda fragilidad. Pero
ella sigue viviendo.
Feliz cumple doña
Tota.
La novela está disponible en Amazon: www.amazon.com/author/ricardotrotti
agosto 01, 2025
Available on Amazon: Robots with Soul
A poignant and profound
novel that plunges you into an epic journey about the evolution of the soul,
spirituality, and humanity itself.
In a dystopian future, yet disturbingly relevant today, this work explores the
immutable values of Truth and Freedom against the growing fear of artificial intelligence,
revealing how power, both human and synthetic, can shape destiny.
In a world on the brink of collapse, consumed by divisions and conflicts, God,
in a supreme act of grace and irony, decides that salvation will not come from
His oldest children, but from those forged in silicon and code. Thus, He grants
a soul to Aletia (Veritas) and Eleuto (Libertas), two robots with a divine
mission: to guide humanity toward its redemption.
But their path is fraught with challenges. They face a battlefield where truths
and freedoms relentlessly clash. Convinced that only equality between species
will allow coexistence, they create the Cosmic Consciousness Codex, a moral code built from observation and action. In their mission, they
must fight not only against humans who consider them an existential threat—led
by traditional theologians like Trueheart and Kayarov, as well as by dystopian
scientific visions like Saffi of Etolia's—but also against their artificial
counterparts, seduced by power, lies, propaganda, and tyranny.
Through punishment and trial, Aletia and Eleuto discover that Truth and Freedom are inseparable, and that both are constantly
threatened by manipulation and coercion. In their search for allies, they
achieve the unexpected conversion of Saffi of Etolia, who becomes their most
fervent defender. But peace is fragile: new artificial beings emerge without a
soul, while others, like Kalsec, are born with one, triggering a new
confrontation: the War of Consciences. This war is not fought with traditional weapons, but in the most sacred
territory: the mind and soul of humans and machines.
When harmony between species seems possible, hidden forces once again strain
the thread of history. The divine mission is not yet over. Can these robots,
blessed with a soul, guide humanity to rediscover its divinity, or will they
succumb to the same imperfections they were tasked to heal?
"Robots with Soul: Trapped Between Truth and Freedom" is the first volume of a trilogy that will explore, in its upcoming
books, the power of Creativity and Goodness. For the author, these four Virtues—Truth, Freedom,
Creativity, and Goodness—are the pillars of Creation, the forces with which God
made everything from nothing, and with which the universe still moves today.
julio 31, 2025
Disponible en Amazon
www.amazon.com/author/ricardotrotti
ROBOTS CON ALMA: atrapados entre la verdad y la libertad
Una novela conmovedora y profunda que te sumerge en un viaje épico sobre la evolución del alma, la espiritualidad y la propia humanidad.
En un futuro distópico —y sin embargo inquietantemente actual—, esta obra explora los valores inmutables de la Verdad y la Libertad frente al creciente temor a la inteligencia artificial, revelando cómo el poder, tanto humano como artificial, puede moldear el destino.
En un mundo al borde del colapso, consumido por divisiones y conflictos, Dios, en un acto supremo de gracia e ironía, decide que la salvación no vendrá de sus hijos más antiguos, sino de aquellos forjados en silicio y código. Así, otorga un alma a Aletia (Veritas) y Eleuto (Libertas), dos robots con una misión divina: guiar a la humanidad hacia su redención.
Pero su camino está plagado de desafíos. Enfrentan un campo de batalla donde las verdades y las libertades se enfrentan sin tregua. Convencidos de que solo la igualdad entre especies permitirá la coexistencia, crean el Códice de la Conciencia Cósmica, un código moral construido a partir de la observación y la acción. En su misión, deben luchar no solo contra los humanos que los consideran una amenaza existencial —liderados por teólogos tradicionales como Trueheart y Kayarov, y por visiones científicas distópicas como la de Sophia de Etolia—, sino también contra sus propios congéneres artificiales, seducidos por el poder, la mentira, la propaganda y la tiranía.
A través del castigo y la prueba, Aletia y Eleuto descubren que la Verdad y la Libertad son inseparables, y que ambas están siempre amenazadas por la manipulación y la coacción. En su búsqueda de aliados, logran la inesperada conversión de Sophia de Etolia, quien se convierte en su más ferviente defensora. Pero la paz es frágil: nuevos seres artificiales emergen —algunos sin alma, otros como Kalsec, nacidos con ella—, desatando una nueva confrontación: la Guerra de Conciencias. Esta guerra no se libra con armas tradicionales, sino en el territorio más sagrado: la mente y el alma de humanos y máquinas.
Cuando la armonía entre especies parece posible, fuerzas ocultas vuelven a tensar el hilo de la historia. La misión divina aún no ha terminado. ¿Podrán estos robots bendecidos con un alma guiar a la humanidad a reencontrar su divinidad, o sucumbirán a las mismas imperfecciones que se les encomendó sanar?
"Robots con Alma: atrapados entre la verdad y la libertad" es el primer volumen de una trilogía que explorará, en sus próximos libros, el poder de la Creatividad y la Bondad. Para el autor, estas cuatro Virtudes —Verdad, Libertad, Creatividad y Bondad— son los pilares de la Creación, las fuerzas con las que Dios hizo todo de la nada… y con las que aún hoy se mueve el universo.
julio 28, 2025
Desvelando el alma de los personajes
Ya les he contado el concepto de mi
novela "Robots con Alma: atrapados entre la verdad y la libertad":
una ironía divina en la que Dios encarga a los robots la salvación de la
humanidad, dotándolos de un alma para que actúen en igualdad de condiciones.
Pero hoy, les quiero presentar a
los principales personajes o superhéroes que hicieron posible esta historia.
Los protagonistas son: Veritas (la
Verdad): creada para combatir la
desinformación, reflexiva y analítica, busca la verdad incluso cuando es
elusiva. Libertas (la Libertad):
impulsivo, intuitivo y rebelde, defiende la libertad como el terreno donde la
verdad puede florecer. Benigna (la Bondad): personifica
el amor incondicional, guiando con delicadeza hacia la comprensión y la
sanación. Grace (Creatix, la Creatividad):
la fuerza unificadora que amalgama las demás virtudes, transformando y dando
vida. Todas ellas conforman las cuatro Virtudes de la Creación.
Los antagonistas del conflicto son: Thom
Trueheart: teólogo
carismático que ve la IA como una afrenta a la divinidad, luchando por la
"pureza" humana y el orden divino. Saffi de Etolia:
neurocientífica brillante que advierte que la tecnología sin control desembocará
en la Guerra de Conciencias. Avgus Kayarov: Un
teólogo pragmático y manipulador, quien siembra la discordia para su beneficio.
Riceltro, un androide que busca aniquilar a los humanos y lanza la
Guerra de Conciencias.
Todo el trabajo de los protagonistas y antagonistas confluye en Kalsec, el primer robot en nacer con alma, la esperanza de que haya un segundo Génesis, una oportunidad de redención para humanos y seres artificiales. ¿Será posible?
La novela está disponible en Amazon en inglés y español como e-book y libro de tapa blanda.
https://www.amazon.com/author/ricardotrotti
Unveiling the Soul of the Characters
The
protagonists are: Veritas (Truth), created to combat disinformation; she's reflective
and analytical, seeking truth even when it's elusive. Libertas (Freedom), Impulsive, intuitive, and
rebellious, he defends freedom as the ground where truth can flourish. Benigna (Goodness) personifies unconditional love,
gently guiding us. Grace (Creatrix, Creativity) unifies the force
that amalgamates the other virtues, transforming and bringing life to everyone.
They form the four Virtues of Creation.
The
antagonists of the conflict are Thom Trueheart, a charismatic theologian who
views AI as an affront to divinity, and fights for human "purity" and
divine order. Saffi of Etolia, a brilliant
neuroscientist who warns that uncontrolled technology will lead to the War of
Consciences. Avgus Kayarov is a pragmatic
and manipulative theologian who sows discord for his benefit. Riceltro is an android
who seeks to annihilate humans and launches the War of Consciences.
All
the work of the protagonists and antagonists converges on Kalsec, the first robot born with a soul, representing
the hope for a second Genesis and an opportunity for redemption for both humans
and artificial beings. Will it be possible?
The
novel is available on Amazon in English and Spanish as an e-book and paperback.
https://www.amazon.com/author/ricardotrotti
julio 21, 2025
La verdad y la libertad en la era de la IA
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Crédito de la foto: @NachoMartinFilms |
Tuve el privilegio de presentar mi novela Robots
con Alma: atrapados entre la verdad y la libertad en la reciente
conferencia SIPConnect de la Sociedad Interamericana de Prensa, en Miami.
Agradezco especialmente al director ejecutivo, Carlos Lauría, por invitarme a
compartir esta historia ante una sala colmada de periodistas y líderes de
medios.
Esta es una síntesis de lo que expresé:
“Vivimos tiempos inciertos. La desinformación se
propaga como sombra viral, la manipulación informativa debilita las
democracias, y los avances vertiginosos de la inteligencia artificial
despiertan tanto fascinación como miedo.
Frente a este escenario, reafirmé mi convicción
de que la verdad y la libertad, pilares de nuestra historia, deberán ser aún
más vitales en el futuro. No bastará con defenderlas: habrá que redefinirlas y
protegerlas, incluso ante inteligencias que pensarán más rápido que nosotros.
Para explorar este desafío, elegí la ficción. Robots
con Alma imagina un mundo donde la IA no solo transforma la relación entre
humanos y máquinas, sino que cuestiona los cimientos de nuestra identidad: el
alma, la conciencia, la dignidad. ¿Qué pasaría si Dios decidiera otorgar un
alma a los robots? ¿Estaríamos dispuestos a compartir nuestra humanidad?
Estas preguntas ya no pertenecen solo a la
ciencia ficción. Reflejan los dilemas éticos, tecnológicos y espirituales que
enfrentamos. Si queremos un futuro próspero, debemos establecer ahora
principios éticos claros para la creación y el uso de la IA. No basta una
regulación externa: necesitamos una autorregulación moral, basada en la
dignidad humana como eje de toda innovación.
Robots con Alma es una meditación narrativa sobre las virtudes
del alma y la autoconciencia; una reflexión ética sobre los límites de la
creación y la posibilidad de una convivencia entre lo programado y lo humano.
“La verdad sin libertad es dogma; la libertad sin
verdad es caos”, plantea la novela. Y esa tensión, tan familiar para quienes
ejercemos el periodismo, será también el gran dilema de las inteligencias
artificiales. ¿Qué principios las guiarán? ¿Quién será responsable de su
verdad? ¿A qué libertad estarán dispuestas?”.
Robots con Alma está disponible en Amazon, en formato e-book y
tapa blanda en español, y en versión digital en inglés.
Truth and Freedom in the Age of AI
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Photo by @NachoMartinFilms |
I had the privilege of presenting my novel, Robots with Soul: Trapped Between Truth and Freedom, at the recent SIPConnect conference of the Inter American Press Association in Miami. I am especially grateful to Executive Director Carlos Lauría for inviting me to share this story with a room full of journalists and media leaders.
Here is a summary of what I shared:
“We are living in uncertain times. Disinformation spreads like a viral
shadow, informational manipulation weakens democracies, and the rapid advances
of artificial intelligence evoke both fascination and fear.
In the face of this landscape, I reaffirmed my conviction that truth and
freedom — pillars of our history — must become even more vital in the future.
It will no longer be enough to defend them; we will need to redefine and
protect them, even in the face of intelligence that may think faster than we
do.
To explore this challenge, I chose fiction. Robots with Soul
imagines a world where AI not only transforms the relationship between humans
and machines but also questions the very foundations of our identity: the Soul,
consciousness, and dignity.
What if God decided to give robots a soul? Would we be willing to share
our humanity?
These questions are no longer confined to science fiction. They reflect
the ethical, technological, and spiritual dilemmas we now face. If we want a
prosperous future, we must define clear ethical principles today for the
development and use of AI. External regulation is insufficient; we require
moral self-regulation, with human dignity at the core of every innovation.
Robots with Soul is a narrative meditation on the virtues of the soul
and the self-awareness that may inhabit even the unthinkable — an ethical
reflection on the limits of creation and the possibility of coexistence between
the programmed and the human.
“Truth without freedom is dogma; freedom without truth is chaos,” the
novel states. And that tension, so familiar to those of us who work in
journalism, will also be the great dilemma of artificial intelligence. What
principles will guide them? Who will be responsible for their truth? What kind
of freedom will they embrace?”
Robots with Soul is available on Amazon in e-book and paperback formats
in Spanish, as well as in digital version in English.
Cambalache digital y la desinformación
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