La inseguridad es la mayor preocupación de todos los latinoamericanos, según varias encuestas sobre percepciones, mientras que la crisis económica y el desempleo son las otras dos disciplinas que le siguen en forma decreciente.
En muchos países, la desconfianza en la policía muchas veces involucrada ella misma en actos de corrupción, y la lentitud de la justicia, ha hecho que muchos hayan tomado la justicia por sus propias manos. Se han registrado numerosos casos de linchamiento en los últimos meses en países como Bolivia, Guatemala y Venezuela, por nombrar a los más afectados.
En otros países, como ocurrió esta pasada semana en Argentina, la gente ha comenzado a reclamar mayores penas para los delincuentes y criticado a la justicia por su falta de operatividad. En República Dominicana y en Honduras hasta los obispos católicos han reclamado mayor acción, mientras que en Argentina se armó el debate público sobre la aplicación de la pena de muerte, un tema que lo trajo a colación la famosa presentadora Susana Giménez cuando unos depravados mataron salvajemente a uno de sus colaboradores.
Muchos aprovecharon para sintonizar con los dichos Giménez, aunque ella pronto salió a desmentir que cuando dijo que el que mata debe morir, no trató de promover la pena de muerte.
Ya que el debate está abierto y sin entrar a la polémica desde el punto de vista ético o religioso, en el que la pena de muerte no tiene mucho fundamento, es bueno aportar otro elemento, mucho más práctico, como se reportó en Estados Unidos en estos días.
La crisis económica ha traído otro debate en Estados Unidos, resulta que esta práctica generalmente bien aceptada por la sociedad podría tener ahora sus detractores, ya que se estima que es mucho más caro para un estado matar a alguien que mantenerlo de por vida en cadena perpetua. No. No se trata de que una inyección sea cara, sino que los condenados a muerte permanecen en un limbo procesal de muchos años, que aumenta los costos de abogados, abogados de apelación y todo el sistema legal que se involucra.
Por ejemplo en California, donde existe un sistema judicial muy lento, un reo antes de la pena capital pasa unos 20 años en el proceso. Según la AP, en el 2007, fue justamente Nueva Jersey, considerando gastos de tiempo y dinero, el estado que dejó de lado la pena de muerte después de que fuera instaurada por la Corte Suprema en 1972. Cada sentencia a muerte le costaba al estado algo más de cuatro millones de dólares. De los 36 estados con penas de muerte, en ocho hay leyes para eliminarla: Kansas, Colorado, Maryland, Montana, Nebraska, New Hampshire, Nuevo México, Washington.
La pena de muerte no parece ser una solución práctica a la inseguridad.
Tras la publicación de esta novela que trata sobre la IA y la ética de la verdad y la libertad —se puede adquirir en Amazon—, estoy escribiendo el segundo libro de la trilogía Robots con Alma, sobre la creatividad. Blog por Ricardo Trotti
marzo 08, 2009
marzo 07, 2009
El desempleo toco mi puerta
Pensé que no me tocaría, pero la crisis también me afectó directamente. A mi hijo mayor, ilusionado porque se acababa de graduar en diciembre de Florida International University en Ciencias Políticas, le dijeron a principios de semana que no lo podían mantener en su trabajo en un hotel aquí en Miami. Ayer me llamó mi “hermana” postiza desde Minneapolis – digo postiza porque fue mi host sister cuando estuve becado en la adolescencia – y perdió su trabajo en una oficina de abogados. Estaba destruida y no se animaba a llamar a su madre, ya anciana, y a su hermano en Dakota del Norte porque no quería destruirles el fin de semana.
La crisis se profundiza cada vez más en Estados Unidos. Ayer se dieron a conocer las nuevas cifras del mes y mi hijo Tomás y mi hermana postiza Faye fueron parte de los 651.000 empleos que se perdieron en febrero en todo el país. La tasa alcanzó el 8.1%, la más alta registrada desde 1983. Y lo que es peor, la tasa se irá incrementando en los próximos meses por la cantidad de anuncios sobre despidos masivos hechos por compañías grandes, como la Toyota en el sur de la Florida, que buscan afanosamente como reducir costos.
En el sector donde me muevo, el periodismo, la crisis no tiene proporciones. Anoche hablé con Bob Rivard, director editorial del San Antonio Express-News, y me contó que ya eliminó decenas de puestos de trabajo en su sala de Redacción y que debe hacerlo de nuevo. De un plantel de algo más de 300 periodistas, dentro de dos meses quedará con alguito menos a 200. Aquí en el Herald de Miami, donde trabajé hace algunos años, pude observar como muchos de mis amigos se fueron y los fueron en los últimos años. Pero esta próxima semana parece que habrá nuevos anuncios de una reestructuración del diario en español, El Nuevo Herald, de la que ya hay rumores por doquier.
La industria periodística tiene todos los días una nueva mala noticia. Las del New York Times y los millones de rescate de Carlos Slim ya son cosa de todos los días. A fines de febrero el Rocky Mountain News de Denver publicó su última edición con un título de portada con el que terminó su extensa trayectoria de 150 años: “Goodbye Colorado”. Mientras que en San Francisco, otro de los íconos del periodismo, el San Francisco Chronicle, dijo que estará cerrará sino logra reducir costos o vender su operación, la que alcanza a 354.000 ejemplares de venta – para nada despreciable – al día. Muchos otros periódicos, como los más importantes de Filadelfia están a punto de declararse en bancarrota.
Volviendo al desempleo general la pérdida neta de 651.000 puestos de trabajo sobrevino tras las reducciones de la nómina en los dos meses anteriores, de acuerdo con las cifras actualizadas. La economía perdió 681.000 empleos en diciembre y 655.000 en enero, según reportó AP. Esta agencia noticiosa justificó que “los patronos reducen sus plantillas a un paso alarmante y buscan otras maneras de reducir costos a costa del salario, tales como reducir las jornadas laborales, congelar o reducir los sueldos, porque la recesión merma las ventas y ganancias. Los consumidores en todo el mundo reducen sus gastos, a medida que la crisis global afecta a todos”.
El número total de desempleados alcanzó 12,5 millones. Los únicos sectores que no están tan afectados por la crisis son la educación, la atención médica y la burocracia estatal, cuya plantilla creció el mes pasado. Las disciplinas que están en picada son la construcción, las fábricas, los negocios detallistas, los servicios profesionales y empresariales, las empresas financieras, de viajes y hoteleras. Es decir casi todo.
La única esperanza es que pronto el paquete de estímulo de Barack Obama comience a surtir efecto. Mientras tanto, Tomás seguirá necesitando de mi aporte y Faye deberá darle las malas noticias a su hermana y su hermano para que salgan a su rescate.
La crisis se profundiza cada vez más en Estados Unidos. Ayer se dieron a conocer las nuevas cifras del mes y mi hijo Tomás y mi hermana postiza Faye fueron parte de los 651.000 empleos que se perdieron en febrero en todo el país. La tasa alcanzó el 8.1%, la más alta registrada desde 1983. Y lo que es peor, la tasa se irá incrementando en los próximos meses por la cantidad de anuncios sobre despidos masivos hechos por compañías grandes, como la Toyota en el sur de la Florida, que buscan afanosamente como reducir costos.
En el sector donde me muevo, el periodismo, la crisis no tiene proporciones. Anoche hablé con Bob Rivard, director editorial del San Antonio Express-News, y me contó que ya eliminó decenas de puestos de trabajo en su sala de Redacción y que debe hacerlo de nuevo. De un plantel de algo más de 300 periodistas, dentro de dos meses quedará con alguito menos a 200. Aquí en el Herald de Miami, donde trabajé hace algunos años, pude observar como muchos de mis amigos se fueron y los fueron en los últimos años. Pero esta próxima semana parece que habrá nuevos anuncios de una reestructuración del diario en español, El Nuevo Herald, de la que ya hay rumores por doquier.
La industria periodística tiene todos los días una nueva mala noticia. Las del New York Times y los millones de rescate de Carlos Slim ya son cosa de todos los días. A fines de febrero el Rocky Mountain News de Denver publicó su última edición con un título de portada con el que terminó su extensa trayectoria de 150 años: “Goodbye Colorado”. Mientras que en San Francisco, otro de los íconos del periodismo, el San Francisco Chronicle, dijo que estará cerrará sino logra reducir costos o vender su operación, la que alcanza a 354.000 ejemplares de venta – para nada despreciable – al día. Muchos otros periódicos, como los más importantes de Filadelfia están a punto de declararse en bancarrota.
Volviendo al desempleo general la pérdida neta de 651.000 puestos de trabajo sobrevino tras las reducciones de la nómina en los dos meses anteriores, de acuerdo con las cifras actualizadas. La economía perdió 681.000 empleos en diciembre y 655.000 en enero, según reportó AP. Esta agencia noticiosa justificó que “los patronos reducen sus plantillas a un paso alarmante y buscan otras maneras de reducir costos a costa del salario, tales como reducir las jornadas laborales, congelar o reducir los sueldos, porque la recesión merma las ventas y ganancias. Los consumidores en todo el mundo reducen sus gastos, a medida que la crisis global afecta a todos”.
El número total de desempleados alcanzó 12,5 millones. Los únicos sectores que no están tan afectados por la crisis son la educación, la atención médica y la burocracia estatal, cuya plantilla creció el mes pasado. Las disciplinas que están en picada son la construcción, las fábricas, los negocios detallistas, los servicios profesionales y empresariales, las empresas financieras, de viajes y hoteleras. Es decir casi todo.
La única esperanza es que pronto el paquete de estímulo de Barack Obama comience a surtir efecto. Mientras tanto, Tomás seguirá necesitando de mi aporte y Faye deberá darle las malas noticias a su hermana y su hermano para que salgan a su rescate.
marzo 06, 2009
Caricaturas y sátiras
Barack Obama, el profeta Mahoma y el cafetero Juan Valdez no tienen nada en común, excepto que han sido igualmente satirizados en caricaturas políticas y dibujos cómicos que, a menudo, despiertan polémicas más allá de la intención del autor.
La burla y la ironía son las armas predilectas de la caricatura política, nunca limitada por las restricciones éticas de los demás géneros del periodismo en cuanto a objetividad, equidad y balance informativo. Esto la convierte en el estilo periodístico de mayor impacto, estimulando discusiones, a veces dolorosas.
Pero su mayor libertad no exime a la caricatura de las responsabilidades sobre los efectos que puede generar, en especial si revuelve valores sociales como la raza, la religión o la orientación sexual.
El New York Post, ante la amenaza de boicot, se disculpó por una alusión racista al presidente Obama. La controversia la desató una caricatura en la que un chimpancé yace baleado por un policía, al que otro le susurra: "tendrán que encontrar a alguien más para que escriba la próxima ley de estímulo económico". Un día antes, Obama había firmado esa legislación por lo que fue explícito el paralelo con un mono. El diario presentó descargos no muy convincentes hasta que su dueño, Rupert Murdoch, autocriticó la falta de sensibilidad sobre el racismo, concluyendo la disputa.
En realidad, la caricatura no cometió un pecado en sí misma, ya que otros mandatarios como George Bush y Jimmy Carter también fueron personificados como chimpancés. Su debilidad fue desconocer el contexto racista, ya que hasta hace poco los afroamericanos fueron discriminados considerándoseles inferiores y burlándoseles como monos, percepción que no se ha desvanecido del todo.
El desafío para los caricaturistas es mayor, por cuanto deben retratar al primer presidente negro a sabiendas de que cualquier exageración del dibujo, labios u orejas grandes, puede desencadenar alusiones raciales. Ninguna otra connotación sobre Obama tendría tanta relevancia, como se demostró con una caricatura anterior, en la que él y su mujer fueron satirizados como guerrilleros musulmanes en la tapa de la revista New Yorker, un tema político más tolerado y menos ofensivo.
El poder de las caricaturas es tal, que en esa confrontación de principios entre la libertad de expresión y el racismo o la religión, se pueden generar efectos impensados. Así ocurrió con el fundador del Islam, Mahoma, quien hace algún tiempo fue caricaturizado con un turbante en forma de bomba en una docena de dibujos del diario danés Jyllands-Postem. Las imágenes, que pretendían provocar el debate sobre la autocensura en materia religiosa, incitaron la ira de países musulmanes, conflictos diplomáticos, protestas violentas con docenas de muertos y amenazas contra periodistas.
Más allá de la violencia, esas caricaturas reabrieron la división entre Occidente y Oriente, dos culturas con interpretaciones diferentes sobre la religión. Los países occidentales tienen una concepción más laica y más abierta sobre la expresión, mientras que los musulmanes consideran a la religión la disciplina a la que se supeditan las demás, de ahí que la blasfemia contra Mahoma es un crimen grave.
Hay otras controversias no tan violentas, pero si polémicas. A fines de 2008, los cafeteros colombianos amenazaron con demandar a Mike Peters, autor de la tira cómica Mother Goose & Grimm, reproducida en cientos de periódicos estadounidenses, porque degradaba la marca y el prestigio del café. En la tira, un personaje le dice a otro que “cuando hay un poco de Juan Valdez en cada lata de café no están bromeando”, ironizando sobre la cantidad de asesinatos que produce el conflicto armado en ese país. La queja patriótica de los cafeteros se disipó luego de que los medios colombianos la calificaron de ridícula.
En estos tres casos, Obama, Mahoma y Juan Valdez, queda demostrado que la ética no es una cuestión de blanco o negro, sino llena de matices. Algunos periódicos optaron por no publicar o reproducir las imágenes para minimizar el daño que podrían crear, otros decidieron hacerlo convencidos de ofrecer contexto para que el público forme su opinión.
A la luz de la ética periodística, ambas decisiones editoriales son apropiadas. El único error que se cometería en contra de una caricatura es censurarla antes de su publicación, evitando que estimule el debate sobre temas sensibles e importantes.
La burla y la ironía son las armas predilectas de la caricatura política, nunca limitada por las restricciones éticas de los demás géneros del periodismo en cuanto a objetividad, equidad y balance informativo. Esto la convierte en el estilo periodístico de mayor impacto, estimulando discusiones, a veces dolorosas.
Pero su mayor libertad no exime a la caricatura de las responsabilidades sobre los efectos que puede generar, en especial si revuelve valores sociales como la raza, la religión o la orientación sexual.
El New York Post, ante la amenaza de boicot, se disculpó por una alusión racista al presidente Obama. La controversia la desató una caricatura en la que un chimpancé yace baleado por un policía, al que otro le susurra: "tendrán que encontrar a alguien más para que escriba la próxima ley de estímulo económico". Un día antes, Obama había firmado esa legislación por lo que fue explícito el paralelo con un mono. El diario presentó descargos no muy convincentes hasta que su dueño, Rupert Murdoch, autocriticó la falta de sensibilidad sobre el racismo, concluyendo la disputa.
En realidad, la caricatura no cometió un pecado en sí misma, ya que otros mandatarios como George Bush y Jimmy Carter también fueron personificados como chimpancés. Su debilidad fue desconocer el contexto racista, ya que hasta hace poco los afroamericanos fueron discriminados considerándoseles inferiores y burlándoseles como monos, percepción que no se ha desvanecido del todo.
El desafío para los caricaturistas es mayor, por cuanto deben retratar al primer presidente negro a sabiendas de que cualquier exageración del dibujo, labios u orejas grandes, puede desencadenar alusiones raciales. Ninguna otra connotación sobre Obama tendría tanta relevancia, como se demostró con una caricatura anterior, en la que él y su mujer fueron satirizados como guerrilleros musulmanes en la tapa de la revista New Yorker, un tema político más tolerado y menos ofensivo.
El poder de las caricaturas es tal, que en esa confrontación de principios entre la libertad de expresión y el racismo o la religión, se pueden generar efectos impensados. Así ocurrió con el fundador del Islam, Mahoma, quien hace algún tiempo fue caricaturizado con un turbante en forma de bomba en una docena de dibujos del diario danés Jyllands-Postem. Las imágenes, que pretendían provocar el debate sobre la autocensura en materia religiosa, incitaron la ira de países musulmanes, conflictos diplomáticos, protestas violentas con docenas de muertos y amenazas contra periodistas.
Más allá de la violencia, esas caricaturas reabrieron la división entre Occidente y Oriente, dos culturas con interpretaciones diferentes sobre la religión. Los países occidentales tienen una concepción más laica y más abierta sobre la expresión, mientras que los musulmanes consideran a la religión la disciplina a la que se supeditan las demás, de ahí que la blasfemia contra Mahoma es un crimen grave.
Hay otras controversias no tan violentas, pero si polémicas. A fines de 2008, los cafeteros colombianos amenazaron con demandar a Mike Peters, autor de la tira cómica Mother Goose & Grimm, reproducida en cientos de periódicos estadounidenses, porque degradaba la marca y el prestigio del café. En la tira, un personaje le dice a otro que “cuando hay un poco de Juan Valdez en cada lata de café no están bromeando”, ironizando sobre la cantidad de asesinatos que produce el conflicto armado en ese país. La queja patriótica de los cafeteros se disipó luego de que los medios colombianos la calificaron de ridícula.
En estos tres casos, Obama, Mahoma y Juan Valdez, queda demostrado que la ética no es una cuestión de blanco o negro, sino llena de matices. Algunos periódicos optaron por no publicar o reproducir las imágenes para minimizar el daño que podrían crear, otros decidieron hacerlo convencidos de ofrecer contexto para que el público forme su opinión.
A la luz de la ética periodística, ambas decisiones editoriales son apropiadas. El único error que se cometería en contra de una caricatura es censurarla antes de su publicación, evitando que estimule el debate sobre temas sensibles e importantes.
marzo 05, 2009
La transparencia de Obama
A pesar de que la crisis le está pasando una mala jugada, que la bolsa lo patea en contra a diario y fuerte, lo que le ha provocado que las canas le ganen las sienes, es necesario sacarse el sombrero ante un Barack Obama que, antes de cumplir 50 días de gobierno, ya ha hecho de la transparencia su estilo.
Algunas medidas concretas ameritan el gesto. El gobierno, desde el primer día, y más ahora con la aprobación del paquete de estímulo, ha puesto a disposición abierta por internet en varios sitios todos los récords de cómo los dineros se están adjudicando y gastando.
En otra medida sin precedente, esta semana la Casa Blanca difundió nueve memorandos del gobierno anterior de George Bush donde se conculcaron libertades garantizadas por la Constitución. El Departamento de Justicia mostró así que apenas después de los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001, el gobierno de Bush determinó que ciertos derechos constitucionales serían ignorados posteriormente. Dos semanas después del atentado, los asesores legales del gobierno ya estaban probando mecanismos para grabar conversaciones telefónicas en Estados Unidos sin mediar órdenes judiciales, además de vuelos secretos por el espacio de varios países y la aprobación de la cárcel de Guatánamo y los métodos de tortura.
A principios de esta semana, el secretario de Defensa, Robert Gates, en otra medida ejemplar, anunció la eliminación de la prohibición a los medios de comunicación de reportar la llegada de los cuerpos de soldados caídos o, en realidad, la publicación de fotografías de ataúdes con las banderas estadounidenses al llegar a la Base Aérea Dover en Delaware. La decisión final sobre la conveniencia de la reproducción fotográfica será, de ahora en más, una decisión en manos de los familiares de las víctimas.
También vale destacar, el anuncio de este 21 de enero de nuevas políticas de acceso a la información pública. Las nuevas medidas revisan los controles existentes en la Ley de Acceso a la Información y a la Ley de Archivos de la presidencia, estableciendo que, ante una disputa sobre la secrecía o no de un documento, siempre debe prevalecer la presunción de la desclasificación, es decir que ante la duda, prevalece la apertura. Esta medida sienta un precedente inigualable de acceso y transparencia de los documentos públicos.
Algunas medidas concretas ameritan el gesto. El gobierno, desde el primer día, y más ahora con la aprobación del paquete de estímulo, ha puesto a disposición abierta por internet en varios sitios todos los récords de cómo los dineros se están adjudicando y gastando.
En otra medida sin precedente, esta semana la Casa Blanca difundió nueve memorandos del gobierno anterior de George Bush donde se conculcaron libertades garantizadas por la Constitución. El Departamento de Justicia mostró así que apenas después de los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001, el gobierno de Bush determinó que ciertos derechos constitucionales serían ignorados posteriormente. Dos semanas después del atentado, los asesores legales del gobierno ya estaban probando mecanismos para grabar conversaciones telefónicas en Estados Unidos sin mediar órdenes judiciales, además de vuelos secretos por el espacio de varios países y la aprobación de la cárcel de Guatánamo y los métodos de tortura.
A principios de esta semana, el secretario de Defensa, Robert Gates, en otra medida ejemplar, anunció la eliminación de la prohibición a los medios de comunicación de reportar la llegada de los cuerpos de soldados caídos o, en realidad, la publicación de fotografías de ataúdes con las banderas estadounidenses al llegar a la Base Aérea Dover en Delaware. La decisión final sobre la conveniencia de la reproducción fotográfica será, de ahora en más, una decisión en manos de los familiares de las víctimas.
También vale destacar, el anuncio de este 21 de enero de nuevas políticas de acceso a la información pública. Las nuevas medidas revisan los controles existentes en la Ley de Acceso a la Información y a la Ley de Archivos de la presidencia, estableciendo que, ante una disputa sobre la secrecía o no de un documento, siempre debe prevalecer la presunción de la desclasificación, es decir que ante la duda, prevalece la apertura. Esta medida sienta un precedente inigualable de acceso y transparencia de los documentos públicos.
marzo 04, 2009
Zelaya-Chávez: culpando al mensajero
Como es habitual, muchos presidentes latinoamericanos achacan a los medios de comunicación y a los periodistas los males que afectan a la sociedad y de esa forma esconden su inoperancia para lidiar con ellos.
Esta semana, el presidente hondureño Manuel Zelaya nuevamente se fue en contra de la prensa achacándole que son los periodistas y no el gobierno, los responsables de la violencia que sacude al país. En su tono desafiante contra los medios los acusó de orquestar una “campaña subterránea” cuyo objetivo sería dañar a su gobierno mediante la crítica al clima de inseguridad reinante, y así favorecer al candidato opositor Porfirio Lobo Sosa.
Este actitud de echarle la culpa al mensajero no es nueva, y se pone a la par de su colega Hugo Chávez que esta semana incluso fue un poco más lejos. Con la desfachatez que lo caracteriza, Chávez pidió a sus acólitos, gobernadores y alcaldes, organizar una especie de “mapa de medios” para identificar a todos aquellos que según él están en manos de la oligarquía y por ende en contra de su revolución.
En su Aló Presidente del domingo, Chávez dijo que si no fuera por esos medios a los que insiste calificar de “oposición” tendría una aprobación del 80% en vez del 60 ó 70% que posee – según él – actualmente, culpando a los mensajeros por los “ataques, mentiras, manipulación y la exageración de los errores del gobierno”.
De esta forma, cada día que pasa, Chávez da muestras de que se sigue alejando de la democracia y de continuar incentivando la polarización para crear división y así gobernar a sus anchas.
Esta semana, el presidente hondureño Manuel Zelaya nuevamente se fue en contra de la prensa achacándole que son los periodistas y no el gobierno, los responsables de la violencia que sacude al país. En su tono desafiante contra los medios los acusó de orquestar una “campaña subterránea” cuyo objetivo sería dañar a su gobierno mediante la crítica al clima de inseguridad reinante, y así favorecer al candidato opositor Porfirio Lobo Sosa.
Este actitud de echarle la culpa al mensajero no es nueva, y se pone a la par de su colega Hugo Chávez que esta semana incluso fue un poco más lejos. Con la desfachatez que lo caracteriza, Chávez pidió a sus acólitos, gobernadores y alcaldes, organizar una especie de “mapa de medios” para identificar a todos aquellos que según él están en manos de la oligarquía y por ende en contra de su revolución.
En su Aló Presidente del domingo, Chávez dijo que si no fuera por esos medios a los que insiste calificar de “oposición” tendría una aprobación del 80% en vez del 60 ó 70% que posee – según él – actualmente, culpando a los mensajeros por los “ataques, mentiras, manipulación y la exageración de los errores del gobierno”.
De esta forma, cada día que pasa, Chávez da muestras de que se sigue alejando de la democracia y de continuar incentivando la polarización para crear división y así gobernar a sus anchas.
marzo 03, 2009
Límites nada Santos
Eran de esperar las reacciones fundadas de los gobiernos de Ecuador y de Venezuela, a las declaraciones del ministro de Defensa colombiano, Juan Manuel Santos, que defendió la actitud de su gobierno como “derecho a la legítima defensa” el hecho de incursionar en países extranjeros para capturar, perseguir o matar a los guerrilleros de las FARC.
En declaraciones coincidentes a publicaciones hechas por la prensa colombiana sobre que los cabecillas de las FARC se esconden en Venezuela y en Ecuador, nueve y dos respectivamente, y a un año de la incursión del Ejército colombiano en territorio ecuatoriano, el ministro Santos armó un revuelo que muchos adujeron se trató de una treta para levantar popularidad de caras a una posible nominación a la presidencia de su país.
De una u otra forma, si bien Colombia pudo asestar un duro golpe a la guerrilla en su incursión en Ecuador, no deja de ser un atropello a la soberanía ese tipo de intromisión, ajena a todo tratado internacional. A pesar de que pueda compartir las dudas que tiene el gobierno colombiano sobre la “protección” que los guerrilleros encuentran en suelo extranjero, siempre es bueno el viejo adagio de que el fin no justifica los medios.
Las declaraciones de Santos son un poco peor todavía, ya que el hecho de azuzar nuevamente el fuego y de haber provocado a los gobiernos vecinos parece una actitud ajena a toda ética que se suma a cualquier otra consideración legal internacional.
En declaraciones coincidentes a publicaciones hechas por la prensa colombiana sobre que los cabecillas de las FARC se esconden en Venezuela y en Ecuador, nueve y dos respectivamente, y a un año de la incursión del Ejército colombiano en territorio ecuatoriano, el ministro Santos armó un revuelo que muchos adujeron se trató de una treta para levantar popularidad de caras a una posible nominación a la presidencia de su país.
De una u otra forma, si bien Colombia pudo asestar un duro golpe a la guerrilla en su incursión en Ecuador, no deja de ser un atropello a la soberanía ese tipo de intromisión, ajena a todo tratado internacional. A pesar de que pueda compartir las dudas que tiene el gobierno colombiano sobre la “protección” que los guerrilleros encuentran en suelo extranjero, siempre es bueno el viejo adagio de que el fin no justifica los medios.
Las declaraciones de Santos son un poco peor todavía, ya que el hecho de azuzar nuevamente el fuego y de haber provocado a los gobiernos vecinos parece una actitud ajena a toda ética que se suma a cualquier otra consideración legal internacional.
marzo 02, 2009
Educación, creatividad y crisis
Como toda crisis económica, muchos están viendo oportunidades donde existen los desafíos. Los educadores están pensando en que los estudiantes paguen menos pero adquieran los mismos conocimientos.
Comparto la idea cuando se trata de acortar la universidad, pero no cuando se trata de acortar la escuela secundaria o la primeria. Son dos cosas totalmente diferentes debido a su alcance social.
La educación universitaria en Estados Unidos o su equivalente a la licenciatura en los países latinoamericanos tiene una duración de cuatro años. La diferencia mayor, sin embargo, no es la cantidad de años sino el dinero que hay que aportar, que en promedio, solo de matrícula, sobrepasa los 20 mil dólares anuales.
Para reducir ese costo, la universidad Hartwich en Nueva York, decidió ofrecer licenciaturas en tres años, la reducción equivale a más de 40 mil dólares si se contempla el albergue, la comida, los libros, el transporte y los demás gastos de estudio. En realidad, bien subiendo la cantidad de créditos por año, cursar un año menos es fácil y de tremenda ventaja.
Acortar, sin embargo, es otro cantar cuando se habla de cuatro días de clases en lugar de cinco como están proponiendo en el condado de Broward, inmediatamente al norte de Miami, donde existe la propuesta para las escuelas primerias y secundarias.
En este caso, el problema es mayor. Primero, a nivel de secundaria, porque no será muy saludable dejar un día extra en la calle a los adolescentes, lo que terminará creando otros problemas para la comunidad en materia de seguridad y tiempo libre. Segundo, a nivel de primaria, porque un gran porcentaje de madres trabaja y las escuelas suelen ser los mejores lugares para el cuidado de los chicos, generándose un conflicto muy grande a nivel familiar y en contra de las ventajas que las mujeres han conseguido en materia de igualdad social.
Comparto la idea cuando se trata de acortar la universidad, pero no cuando se trata de acortar la escuela secundaria o la primeria. Son dos cosas totalmente diferentes debido a su alcance social.
La educación universitaria en Estados Unidos o su equivalente a la licenciatura en los países latinoamericanos tiene una duración de cuatro años. La diferencia mayor, sin embargo, no es la cantidad de años sino el dinero que hay que aportar, que en promedio, solo de matrícula, sobrepasa los 20 mil dólares anuales.
Para reducir ese costo, la universidad Hartwich en Nueva York, decidió ofrecer licenciaturas en tres años, la reducción equivale a más de 40 mil dólares si se contempla el albergue, la comida, los libros, el transporte y los demás gastos de estudio. En realidad, bien subiendo la cantidad de créditos por año, cursar un año menos es fácil y de tremenda ventaja.
Acortar, sin embargo, es otro cantar cuando se habla de cuatro días de clases en lugar de cinco como están proponiendo en el condado de Broward, inmediatamente al norte de Miami, donde existe la propuesta para las escuelas primerias y secundarias.
En este caso, el problema es mayor. Primero, a nivel de secundaria, porque no será muy saludable dejar un día extra en la calle a los adolescentes, lo que terminará creando otros problemas para la comunidad en materia de seguridad y tiempo libre. Segundo, a nivel de primaria, porque un gran porcentaje de madres trabaja y las escuelas suelen ser los mejores lugares para el cuidado de los chicos, generándose un conflicto muy grande a nivel familiar y en contra de las ventajas que las mujeres han conseguido en materia de igualdad social.
marzo 01, 2009
Pornografía, marihuana y crisis
La crisis económica parece que afecta a muchos, especialmente a las mentes de varios políticos estadounidenses que quieren legalizar actividades ilícitas como el consumo de marihuana y penalizar actividades lícitas como la pornografía.
En varios estados, como en Washington, Texas y Nueva York, reaparecieron algunos legisladores con la intención de recaudar dinero mediante la penalización impositiva a la pornografía, tanto de revistas que se venden en kioscos como la que se venda o propaga por internet.
Ya en otros estados como California, Kansas y Tennessee hay impuestos especiales a la pornografía, a la prostitución encubierta. Si bien no estoy de acuerdo con la propagación de la pornografía, y mucho menos si es ilegal, considero que es un atropello a la libertad de expresión tener que “penalizar” una actividad lícita. Mejor, deberían los políticos, sin consideran indeseable esta disciplina, directamente declararla ilegal. No porque una actividad sea desagradable para algunos debe tener que ser discriminada por el Estado con impuestos especiales, como sucede con el cigarrillo.
Por otro lado, los creativos de los políticos californianos, decidieron ahora que tratarán de legalizar la marihuana a nivel recreativo – ya es legal por cuestiones medicinales - como un método de recaudar dinero para solventar el déficit económico que tiene el estado.
Parece mentira que los problemas económicos quieran ahora resolverse creando otros mayores como los que desencadenaría legalizar una droga.
El proyecto de ley pondría a la marihuana al mismo nivel que el alcohol ya que estaría prohibida su compra para menores de 21 años. Según un estudio, el estado podría recaudar alrededor de mil millones en caso de que se aplicaran impuestos de 50 dólares por cada onza de droga que se venda, estimándose que su valor en el mercado caería en el 50%.
Sin embargo, otro estudio marca lo peligroso que sería convertir a la marihuana en legal, ya que subiría automáticamente en un 40% su consumo. Lo que el legislador no contempló, es que legalizar la marihuana es una cuestión de moral, por cuanto se estaría admitiendo que una droga no es mala.
En varios estados, como en Washington, Texas y Nueva York, reaparecieron algunos legisladores con la intención de recaudar dinero mediante la penalización impositiva a la pornografía, tanto de revistas que se venden en kioscos como la que se venda o propaga por internet.
Ya en otros estados como California, Kansas y Tennessee hay impuestos especiales a la pornografía, a la prostitución encubierta. Si bien no estoy de acuerdo con la propagación de la pornografía, y mucho menos si es ilegal, considero que es un atropello a la libertad de expresión tener que “penalizar” una actividad lícita. Mejor, deberían los políticos, sin consideran indeseable esta disciplina, directamente declararla ilegal. No porque una actividad sea desagradable para algunos debe tener que ser discriminada por el Estado con impuestos especiales, como sucede con el cigarrillo.
Por otro lado, los creativos de los políticos californianos, decidieron ahora que tratarán de legalizar la marihuana a nivel recreativo – ya es legal por cuestiones medicinales - como un método de recaudar dinero para solventar el déficit económico que tiene el estado.
Parece mentira que los problemas económicos quieran ahora resolverse creando otros mayores como los que desencadenaría legalizar una droga.
El proyecto de ley pondría a la marihuana al mismo nivel que el alcohol ya que estaría prohibida su compra para menores de 21 años. Según un estudio, el estado podría recaudar alrededor de mil millones en caso de que se aplicaran impuestos de 50 dólares por cada onza de droga que se venda, estimándose que su valor en el mercado caería en el 50%.
Sin embargo, otro estudio marca lo peligroso que sería convertir a la marihuana en legal, ya que subiría automáticamente en un 40% su consumo. Lo que el legislador no contempló, es que legalizar la marihuana es una cuestión de moral, por cuanto se estaría admitiendo que una droga no es mala.
febrero 28, 2009
Crisis a la mexicana
La crisis en México es profunda. Al factor económico actual - el peso se devaluó abruptamente saltando de 10 a 15 pesos por dólar en los últimos tres meses – al que se ha precipitado en el último lustro como es la inseguridad debido al avance del crimen organizado, hay que sumarle el factor más legendario de todos: la corrupción generalizada.
Durante mi breve estada en México en estos días pude recabar que la polémica ya no es como en meses anteriores sobre si los mexicanos están o no frente a un estado fallido, que no ofrece las protecciones y garantías a sus ciudadanos según los derechos constitucionales. Ese problema de un Estado que falla o no sabe dar respuestas a sus ciudadanos ya ha sido admitido, está incorporado en el vocabulario actual y a la cultura. Así como la gente ya aprendió a vivir con la corrupción, ahora el problema es que la inseguridad está siendo institucionalizada y el gobierno se encuentra de manos atadas.
Como en la mayoría de las ciudades latinoamericanas, la inseguridad en México, particularmente en los estados fronterizos con Estados Unidos, es un problema desbordante. El presidente Felipe Calderón tiene un discurso y una postura enérgica contra el narcotráfico, queriendo, creo yo, asumir los mismos criterios de mano dura que adoptó Alvaro Uribe en Colombia y que le sirvieron para ofrecer mayor seguridad y ganar popularidad.
La discusión en México “ahorita” (como dirían ellos) que se ha profundizado, es si las violaciones a los derechos humanos cometidas por los militares, que han sido puestos al frente de la lucha del narcotráfico, no sería motivo suficiente para replantearse la estrategia. Calderón dijo que no y que prefiere que haya riegos de violaciones a los derechos humanos pero que se debe ganar la batalla contra el crimen.
El problema no es fácil de resolver, porque si los militares no lo hacen, los policías, así sean federales o locales, están corruptos y aquellas que no se dejan tentar tienen dos caminos, ser asesinados o tienen que renunciar como hicieron varios jefes en estas últimas semanas en los estados fronterizos más peligrosos, tal el caso de Chihuahua, Sinaloa y Michoacán.
Estados Unidos alzó controversia en estos días después de su informe del Departamento de Estado en el que se culpa mucho a las autoridades mexicanas, pero es cierto también que en este problema Estados Unidos debe asumir que el 90% de las armas largas que usan los narcotraficantes provienen de estados cercanos a la frontera, como Texas, Nuevo México, Arizona y California.
El problema es grande. Estados Unidos está poniendo recursos en México a través del Plan Mérida, pero no está pudiendo dominar el consumo puertas adentro. Mientras el consumo genere más de 50 mil millones de dólares y se les provea a los narcotraficantes las armas necesarias para el crimen, esta es una lucha desigual.
Durante mi breve estada en México en estos días pude recabar que la polémica ya no es como en meses anteriores sobre si los mexicanos están o no frente a un estado fallido, que no ofrece las protecciones y garantías a sus ciudadanos según los derechos constitucionales. Ese problema de un Estado que falla o no sabe dar respuestas a sus ciudadanos ya ha sido admitido, está incorporado en el vocabulario actual y a la cultura. Así como la gente ya aprendió a vivir con la corrupción, ahora el problema es que la inseguridad está siendo institucionalizada y el gobierno se encuentra de manos atadas.
Como en la mayoría de las ciudades latinoamericanas, la inseguridad en México, particularmente en los estados fronterizos con Estados Unidos, es un problema desbordante. El presidente Felipe Calderón tiene un discurso y una postura enérgica contra el narcotráfico, queriendo, creo yo, asumir los mismos criterios de mano dura que adoptó Alvaro Uribe en Colombia y que le sirvieron para ofrecer mayor seguridad y ganar popularidad.
La discusión en México “ahorita” (como dirían ellos) que se ha profundizado, es si las violaciones a los derechos humanos cometidas por los militares, que han sido puestos al frente de la lucha del narcotráfico, no sería motivo suficiente para replantearse la estrategia. Calderón dijo que no y que prefiere que haya riegos de violaciones a los derechos humanos pero que se debe ganar la batalla contra el crimen.
El problema no es fácil de resolver, porque si los militares no lo hacen, los policías, así sean federales o locales, están corruptos y aquellas que no se dejan tentar tienen dos caminos, ser asesinados o tienen que renunciar como hicieron varios jefes en estas últimas semanas en los estados fronterizos más peligrosos, tal el caso de Chihuahua, Sinaloa y Michoacán.
Estados Unidos alzó controversia en estos días después de su informe del Departamento de Estado en el que se culpa mucho a las autoridades mexicanas, pero es cierto también que en este problema Estados Unidos debe asumir que el 90% de las armas largas que usan los narcotraficantes provienen de estados cercanos a la frontera, como Texas, Nuevo México, Arizona y California.
El problema es grande. Estados Unidos está poniendo recursos en México a través del Plan Mérida, pero no está pudiendo dominar el consumo puertas adentro. Mientras el consumo genere más de 50 mil millones de dólares y se les provea a los narcotraficantes las armas necesarias para el crimen, esta es una lucha desigual.
febrero 27, 2009
Chávez y sus logros insuficientes
Hugo Chávez se considera un hombre exitoso; hace 10 años que gobierna un país rico en petróleo y acaba de ganar un referendo que le permitiría mandar indefinidamente. Sin embargo, a juzgar por la inseguridad, la corrupción, la polarización y la débil economía, no pareciera que está contagiando al país su éxito personal ni que tenga talento para administrar bien su riqueza.
Con el precio del petróleo depreciado, es como si Venezuela hubiera perdido el tiempo despilfarrando tanta fortuna. Los buenos gobiernos trascienden por la eficaz administración de los recursos humanos y económicos, por los cambios culturales que inspiran, la infraestructura que construyen y la educación que dejan a futuras generaciones.
Lejos de aquellos valores, los logros de la revolución chavista reclamados hasta ahora – acceso a la salud, a la educación y disminución de la pobreza - le son insuficientes, quedando incluso neutralizados por el derroche en la compra de armas, por el sostenimiento del burocrático aparato político y por la exportación de subsidios y de una ideología que no es venezolana.
Es obvia la pregunta: ¿Cómo un país tan inmensamente rico, que flota en petróleo, y que debería ser potencia en América Latina, puede tener una infraestructura mediocre y una actitud tan pobre ante la riqueza?
Buscando una respuesta, uno termina por comparar a Venezuela con países que tienen similar fuente de ingresos. A diferencia de Chávez, los emiratos en el Golfo Pérsico, ante la expectativa de que las reservas petroleras no son eternas, han comenzado a diversificar su patrimonio bajo una simple ecuación: importar cultura, educación, turismo; a cambio de exportar crudo.
Desde hace años, los jeques de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) están convirtiendo el lucro de la venta petrolera en una productiva industria de la construcción. En una estrategia concertada, están edificando sucursales de museos de prestigio mundial y abriendo filiales de renombradas universidades, transformando al desierto en un gran oasis cultural.
Emulando a la ciudad de Bilbao, cuyo Museo de Guggenheim la situó como centro turístico internacional con más de 10 millones de visitantes en los últimos años, los jeques de Abu Dhabi encargaron también a Frank Ghery el diseño del Guggenheim Abu Dhabi. Abrirá en el 2012 en la isla de Saadiyat, donde ahí mismo se están levantando las filiales del Louvre y de otros cinco museos. Mientras tanto, Dubai y Qatar, están montando docenas de centros y distritos culturales para no quedar rezagados.
Como resultado, Abu Dhabi, el más grande de los siete emiratos, pronostica pronto duplicar el turismo, de 1.7 a tres millones; mientras que Dubai espera atraer a 15 millones de extranjeros para el 2015 y así poseer otro manantial de ingresos.
El dineral se invierte más allá de los museos. La educación de alto nivel es otra propuesta a futuro. Mientras el presidente Sarkozy colocaba la piedra fundacional de la rama de La Sorbona en Abu Dhabi, en Doha, capital de Qatar, los jóvenes ya estaban estudiando medicina en la delegación de la universidad de Cornell, relaciones internacionales en Georgetown o periodismo en Northwestern.
A juzgar por su mentalidad, Chávez seguramente se sumaría a los detractores de estas experiencias en el Golfo Périso, denunciando una actitud occidental neocolonialista e imperialista. Sin embargo, lo importante de estas prácticas pérsicas es que demuestran una forma eficaz de administrar la riqueza y la visión de construir naciones con el beneficio de la globalización.
Los objetivos de Chávez de tener una patria donde se nivelen los patrones de educación, salud y bienestar, no son malos; pero sí insuficientes. La riqueza de Venezuela, así como lo demanda la administración bíblica de los talentos, debe obligar al gobierno a proyectar un país más grandioso alejado de estándares subdesarrollados. Aún depreciado, el capital petrolero bien gobernado podría sobrar, por ejemplo, para fortalecer la visión chavista creando universidades y hospitales de primer nivel, que sirvan como polos de atracción internacional, desarrollo económico y orgullo venezolano.
Chávez no puede seguir perdiendo tiempo. La historia lo terminará juzgando no por su revolución ideológica, sino por la eficaz administración de la riqueza y de los talentos, dos recursos que abundan en Venezuela y que parecieran estar totalmente desaprovechados.
Con el precio del petróleo depreciado, es como si Venezuela hubiera perdido el tiempo despilfarrando tanta fortuna. Los buenos gobiernos trascienden por la eficaz administración de los recursos humanos y económicos, por los cambios culturales que inspiran, la infraestructura que construyen y la educación que dejan a futuras generaciones.
Lejos de aquellos valores, los logros de la revolución chavista reclamados hasta ahora – acceso a la salud, a la educación y disminución de la pobreza - le son insuficientes, quedando incluso neutralizados por el derroche en la compra de armas, por el sostenimiento del burocrático aparato político y por la exportación de subsidios y de una ideología que no es venezolana.
Es obvia la pregunta: ¿Cómo un país tan inmensamente rico, que flota en petróleo, y que debería ser potencia en América Latina, puede tener una infraestructura mediocre y una actitud tan pobre ante la riqueza?
Buscando una respuesta, uno termina por comparar a Venezuela con países que tienen similar fuente de ingresos. A diferencia de Chávez, los emiratos en el Golfo Pérsico, ante la expectativa de que las reservas petroleras no son eternas, han comenzado a diversificar su patrimonio bajo una simple ecuación: importar cultura, educación, turismo; a cambio de exportar crudo.
Desde hace años, los jeques de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) están convirtiendo el lucro de la venta petrolera en una productiva industria de la construcción. En una estrategia concertada, están edificando sucursales de museos de prestigio mundial y abriendo filiales de renombradas universidades, transformando al desierto en un gran oasis cultural.
Emulando a la ciudad de Bilbao, cuyo Museo de Guggenheim la situó como centro turístico internacional con más de 10 millones de visitantes en los últimos años, los jeques de Abu Dhabi encargaron también a Frank Ghery el diseño del Guggenheim Abu Dhabi. Abrirá en el 2012 en la isla de Saadiyat, donde ahí mismo se están levantando las filiales del Louvre y de otros cinco museos. Mientras tanto, Dubai y Qatar, están montando docenas de centros y distritos culturales para no quedar rezagados.
Como resultado, Abu Dhabi, el más grande de los siete emiratos, pronostica pronto duplicar el turismo, de 1.7 a tres millones; mientras que Dubai espera atraer a 15 millones de extranjeros para el 2015 y así poseer otro manantial de ingresos.
El dineral se invierte más allá de los museos. La educación de alto nivel es otra propuesta a futuro. Mientras el presidente Sarkozy colocaba la piedra fundacional de la rama de La Sorbona en Abu Dhabi, en Doha, capital de Qatar, los jóvenes ya estaban estudiando medicina en la delegación de la universidad de Cornell, relaciones internacionales en Georgetown o periodismo en Northwestern.
A juzgar por su mentalidad, Chávez seguramente se sumaría a los detractores de estas experiencias en el Golfo Périso, denunciando una actitud occidental neocolonialista e imperialista. Sin embargo, lo importante de estas prácticas pérsicas es que demuestran una forma eficaz de administrar la riqueza y la visión de construir naciones con el beneficio de la globalización.
Los objetivos de Chávez de tener una patria donde se nivelen los patrones de educación, salud y bienestar, no son malos; pero sí insuficientes. La riqueza de Venezuela, así como lo demanda la administración bíblica de los talentos, debe obligar al gobierno a proyectar un país más grandioso alejado de estándares subdesarrollados. Aún depreciado, el capital petrolero bien gobernado podría sobrar, por ejemplo, para fortalecer la visión chavista creando universidades y hospitales de primer nivel, que sirvan como polos de atracción internacional, desarrollo económico y orgullo venezolano.
Chávez no puede seguir perdiendo tiempo. La historia lo terminará juzgando no por su revolución ideológica, sino por la eficaz administración de la riqueza y de los talentos, dos recursos que abundan en Venezuela y que parecieran estar totalmente desaprovechados.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Cambalache digital y la desinformación
Les comparto una entrevista que me hizo el periodista Pedro Gómez de ABC Revista de ABC Color, periódico de Paraguay. Agradezco también al...

-
Honduras está en riesgo de seguir la misma ruta de México: SIP 6 febrero, 2012 - Publicado por La Tribuna TEGUCIGALPA.- La peligrosidad q...
-
Los medios en Miami, especialmente la televisión y la radio, están de parabienes con el último escándalo de la Iglesia Católica referido a l...
-
De paso por Chile, las noticias de estos días giraron alrededor de la posibilidad de una reforma constitucional que permita, entre tantas ot...