agosto 18, 2013

“¡Espías go home!”

Crecí mirando un grafiti en un tapial de mi casa, sobre la calle Perú casi esquina Iturraspe, que leía: “¡Fuera yanquis de Vietnam!”. Era un repudio del grupo clandestino Ejército Revolucionario del Pueblo, que por aquella época combatía la dictadura de Juan Carlos Onganía y protestaba por todo contra el gobierno estadounidense.

El mismo sentimiento antiamericano se sintió esta semana en Brasil y Colombia durante la visita del canciller estadounidense, John Kerry. Esta vez la repulsión no se debió al involucramiento de EE.UU. en alguna guerra, sino por el espionaje de comunicaciones telefónicas y electrónicas que, a nivel mundial, afecta tanto la privacidad de los ciudadanos, como la soberanía de los gobiernos.

Mientras los presidentes Juan Manuel Santos y Dilma Rousseff exigían explicaciones a Kerry, centenares de manifestantes gritaban “¡espía go home!”, lo que denota la desconfianza que cosechó el gobierno de Barack Obama tras las filtraciones del ex contratista de la CIA, Edward Snowden, ahora exiliado en Rusia. Una credibilidad que ya venía a la baja desde que el soldado Bradley Manning filtró millones de documentos a Wikileaks, con infidencias sobre el tratamiento espinoso que EE.UU. dispensa a países amigos y enemigos por igual.

Esa desconfianza externa no es tan grave para Obama, como las suspicacias que generó a nivel interno, donde perdió popularidad y terreno político de cara a futuras elecciones legislativas. Frente a los electores, todos usuarios de internet y telefonía, no le resulta fácil justificar la excesiva invasión de la privacidad, como el único método eficiente para neutralizar ataques terroristas.

De ahí que la semana pasada, para retomar la confianza del público, Obama anunció mayor control, transparencia y límites para los programas de vigilancia. Dijo que revisará la Ley Patriótica que ampara el espionaje, reformará las atribuciones de un tribunal que en forma secreta lo autoriza y dará a conocer el tipo de tecnología utilizada. “No basta que el presidente tenga confianza en la legalidad de estos programas, es necesario que el pueblo también lo tenga”, dijo.

Sin embargo, lo que parece incongruente con todas las críticas que el gobierno recogió a nivel externo e interno, es que tanto Obama como Kerry solo pidieron disculpas, pero reafirmaron que EE.UU. continuará con el hábito de recopilar información en aras de la seguridad nacional y global.

En Brasil y Colombia, Kerry se aseguró en explicar en voz alta que EE.UU. no es el único país que espía en el mundo, una tarea bien aceitada por todos los gobiernos la que se ha hecho más fácil desde la irrupción del internet y las redes sociales, donde los usuarios vienen desnudando sin tapujo sus intimidades.

Es fácil advertir que todos los gobiernos espían. No solo por denuncias como la que hizo el diario brasileño O Globo en estos días. Afirmó que Brasil participó de una red de 16 bases de espionaje operadas por EE.UU. interviniendo millones de llamadas de teléfonos y correos electrónicos. Sino también, porque periódicamente, en la prensa y redes sociales de Argentina, Colombia, Perú y Venezuela, los servicios de inteligencia filtran videos y grabaciones clandestinas que dejan en aprietos a personajes públicos, ya sean periodistas, opositores o funcionarios indeseables.

La actitud de Obama de querer mayor transparencia en los sistemas de vigilancia, a través de un sitio digital que explique la tecnología empleada y la creación de un ente de activistas civiles que monitoree posibles abusos, aparenta ser solo un cambio cosmético, de formas, ya que en el fondo, los programas de espionaje persistirán.

Obama debe entender que el problema del espionaje indiscriminado, tal como ahora está concebido, no radica en su transparencia, sino en su existencia misma. A nivel externo, merma la credibilidad en países amigos que ven en EE.UU. a una potencia intervencionista, mientras que a lo interno, la invasión de la privacidad se observa como acto de intimidación que degrada la confianza del público en el sistema político.

A nivel global, Obama trajo la esperanza de cambio en las relaciones internacionales tras la presidencia polémica de George W. Bush., pero la frase “¡Espías go home!” demuestra el lamentable retroceso de esa expectativa. 


agosto 17, 2013

Correa y el cínico plan del Yasuní

La tira venezolana de dibujitos animados “Isla Presidencial”, en la que acaba de debutar Nicolás Maduro con su inseparable pajarito en el que se reencarnó el “comandante”, tendrá fino material para que los náufragos se vayan de ahí. Podrán llevar sus desopilantes aventuras al Parque de Yasuní, la reserva de petróleo y reserva mundial de la biósfera en la Amazonía ecuatoriana, a la que ahora Rafael Correa está dispuesto  a explotar porque no consiguió que la comunidad internacional le regalara 2.700 millones de euros o 3.600 millones de dólares para respetar el medioambiente.
La propuesta de Correa aparentaba una genialidad de la inteligencia y el sentido común, pero en realidad se trata de una transferencia de responsabilidad ética a la comunidad internacional que él no quiere asumir. Es decir, pura demagogia y un jugueteo político para encaramarse en la agenda pública internacional, con un dejo de vanidad que seguro que le habrían llevado a pensar que merecería el Premio Nobel de la Paz, como aquel conseguido por el ex presidente estadounidense Al Gore, cuando arrancó el galardón tras un documental de concientización sobre el calentamiento global.
La idea de Correa, no obstante, sonaba buena y pomposa. Por su amor a la humanidad, al planeta Tierra, promovió el Plan del Buen Vivir, no explotar las reservas petroleras del yacimiento del Yasuní, a cambio de un fondo internacional de 3.600 millones de dólares como indemnización previa al Ecuador, para que se pudiera combatir la pobreza y miseria internas a cambio de no ensuciar el aire del planeta con las emanaciones provocadas por la exploración y explotación de crudo.
Correa tuvo un duro golpe. Al cierre de tiempo de su propuesta, solo recogió 13.3 millones de dólares de los 3.600 en cuestión. El fracaso de la gestión no solo se debe a lo demagógico del plan, sino también a la falta de credibilidad de Correa a nivel internacional. Podría decirse  que la diferencia entre lo solicitado y lo recibido es un buen plebiscito de su función y, en especial, de su credibilidad internacional, la cual se fue a la bancarrota cuando hace dos años demandó a periodistas y directivos de El Universo por 40 millones de dólares porque no le habían gustado que lo criticaran.
Ahora Correa se enfrenta a su público interno y a demostrar si realmente tiene esa vocación ética de no explotar el Yasuní por los peligros medioambientales, entre ellos los de mermar la biodiversidad que según estudios alcanza a 100 mil especies de insectos, 121 reptiles, 598 aves, 3.000 especies de plantas y 150 anfibios.  Pero vanidoso, demagógico y desafiante como es, Correa ya está hablando y empezando a hacer campañas de propaganda  para explotar el lugar, pues dice que Ecuador necesita inversiones por arriba de los 70 mil millones de dólares para combatir la pobreza y brindarle igualdad de condiciones a los más vulnerables.
En Ecuador, según sondeos, los ecuatorianos están por arriba del 90% en contra de la exploración, pero seguramente Correa encontrará la forma de culpar a esa gente de no querer asistir a los pobres y ordenará, con su acostumbrado sesgo autoritario, a que empiece la exploración del parque. Ya dijo  este jueves, cuando anunció el fin de la propuesta, que la culpa de su malogrado plan es del mundo, al que calificó de hipócrita. Seguramente, la próxima culpabilidad se la echará a los fascistas, corruptos y asesinos ecuatorianos que no quieren que se explote el Yasuní porque detestan a sus pobres conciudadanos.
Seguramente que la tira cómica de la “Isla Presidencial” tiene mucho material. Así como Correa, se prevé que Cristina Kirchner pida al mundo que le regale 5.000 millones para no criar más ganado y así evitar el peligro medioambiental que representa las emanaciones de dióxido provocado por el estiércol. Lo mismo sucederá con Evo Morales, cuyo fondo servirá para no producir más carne de pollo y así evitar que se propague la homosexualidad por el mundo.

Correa demostró con su demagógico plan que sigue siendo tan cínico como siempre.     

agosto 15, 2013

Venezuela: ¿opositores o disidentes?

Las elecciones son la expresión máxima de la democracia, legitimización del sistema político y del sentido de nación y Estado. En Venezuela parecen ser todo lo contrario. Han servido, como las últimas, para el fraude y deslegitimizar al gobierno nacional y para perseguir a los opositores, como parece ser el objetivo de cara a las elecciones municipales del 8 de diciembre próximo.

Los dichos de Nicolás Maduro y la asamblea de legisladores de esta semana, muestran que el régimen venezolano está incrementando insensiblemente la presión contra cualquiera persona que se anima a desafiar al régimen. Semana tras semana, desde Disodado Cabello hasta Maduro o la fiscal nacional, con la aparente consultoría de los cubanos de inteligencia sembrados por doquier, lanzan acusaciones e investigaciones contra sectores a los que califican por ser disidentes.

La estrategia de fondo, sin embargo, enmascara un objetivo más profundo: mostrar que los opositores no son opositores, sino disidentes políticos de un régimen que es concebido como único, desvirtuándose así el papel legítimo del opositor en un sistema democrático, cuya característica esencial es la inclusión de las minorías y la convivencia de la pluralidad y diversidad de vertientes políticas y de opinión.

Hay para el público en general una imperceptible diferencia entre ser opositor y disidente, pero un gran abismo cuando se miran esos papeles dentro de regímenes autoritarios, como el de Venezuela, cuyo partido gobernante tiene al oficialismo de Cuba como estandarte. Las democracias tienen oposición, los regímenes autoritarios disidentes.

Maduro pidió, como Hugo Chávez lo consiguió numeras veces y una vez por 18 meses, poderes especiales para dictar leyes por decreto y gobernar a sus anchas. La excusa hoy es acabar con la corrupción, pese a que existe toda la legislación habida y por haber en esta materia pero que rara vez se aplica contra los funcionarios y amigos del régimen. La estrategia es simplemente mostrar mano dura, demostrar que la oposición es corrupta y pasarle factura a su máximo exponente, Henrique Capriles, quien todavía desconoce a Maduro como presidente, hasta doblegarlo.

Ahora la pelota de la corrupción se la han arrojado a uno de sus colaboradores más cercanos de Capriles en la gobernación de Miranda, Oscar López, a quien incluso el régimen optó de tildarlo de homosexual y maricón, un tiro que le salió por la culata. 

En esa vorágine descalificadora con insultos de todo tipo nadie se salva, da lo mismo que Cabello asegure que Capriles es un “fascista asesino”, que a Miguel Henrique Otero, director del diario El Nacional, lo traten de callar inventándole deudas y pleitos judiciales del pasado o multas por haber publicado fotos de una morgue con cadáveres amontonados o que se también se coaccione económicamente al Grupo 6to Poder para que algún comprador testaferro del gobierno (como sucedió con Globovisión) se quede con otro medio más.

La mejor forma de medir el autoritarismo de un gobierno es por la forma en la que trata a sus contrincantes. Si los trata bajo las reglas del debate, el disenso y la negociación, es obvio que habla de oposición. Si no los escucha, descalifica y persigue, los convierte en disidentes.

   

agosto 13, 2013

Doble lectura electoral en Argentina

Más allá de las diferentes interpretaciones exitistas que el gobierno argentino de Cristina Kirchner y la oposición hagan sobre los resultados de las elecciones primarias del domingo - una votación obligatoria que solo tuvo el interés de sondear la opinión del voto anterior a las elecciones legislativas de octubre – lo evidente es que el kirchnerismo obtuvo la menor cantidad de sufragios en sus 10 años en el poder.
Los resultados no pueden tomarse a la ligera, como lo hizo la presidenta Kirchner, quien prefirió inclinarse a resaltar que es la fuerza minoritaria con 29% del electorado, frente al 26.2% del peronismo disidente y el 21.1% conseguido entre radicales y progresistas y el 6.5% de los conservadores; y quien dijo poco sobre que su fuerza política perdió en 14 de los 24 distritos del país.
Además, si la tendencia sigue así hacia octubre o se profundiza, debido a que el testarudo gobierno nacional difícilmente querrá reacomodarse o reconocer que debe hacer un viraje, perderá las mayorías absolutas en Diputados y el Senado, dificultándose su intención de reformar la Constitución con el objetivo de que Cristina pueda volver a ser reelecta.
Pero nada puede descartarse en política y muchos menos con el peronismo en Argentina. La baja popularidad de Néstor y Cristina hace cuatro años atrás – con menos del 25% de la intención del voto - que presagiaba el derrumbe del kirchnerismo, de golpe y porrazo, debido a la muerte de Néstor, a los ingresos siderales por el alto precio de las materias primas que permitieron al gobierno moverse con facilidad y crear mediante “muñequeos” políticos varias alianzas para acercar a disidentes, hicieron que Cristina ganara las legislativas y luego arrasara en las presidenciales con más del 54% de los votos.
Aquel 54% fue un porcentaje de ensueño comparado al 29% que consiguió el kirchnerismo el domingo a través del partido oficialista Frente para la Victoria. Aunque esta vez fue un magro resultado, no se puede desestimar, ya que los demás resultados están todavía muy divididos. Entre partidos peronistas escindidos del poder lograron el 26.2% de los votos, la Unión Cívica radical aliada a varios partidos de centroizquierda alcanzó el 21.1%, mientras que los conservadores, nucleados en el PRO, la Propuesta Republicana, alcanzaron el 6.5%, lo que hizo soñar a muchos políticos de la Capital Federal.
La mirada hacia futuro de los peronistas está puesta ahora sobre Sergio Massa, actual intendente de la localidad de Tigre, que hasta hace unos meses se consideraba kirchnerista, y quien obtuvo en la elección para diputados de la provincia de Buenos Aires el 35% de los votos, seis puntos más que el candidato principal por el kirchnerismo.

Además de Massa, habrá que observar en los próximos meses el juego y tablero político – considerando también las elecciones en serio de octubre venidero – para ver quienes se perfilan como líderes capaces de poder disputar las presidenciales y desbancar un modelo que ya llegará a su madurez (y tal vez decadencia) con 12 años de gestión.

agosto 11, 2013

La política de invocar a Dios en vano

Nunca fue fácil dividir religión de política. En Latinoamérica, así como muchos púlpitos son usados como tribuna, también los mítines políticos se utilizan para manipular imágenes y sentimientos religiosos con fines electorales.

La religiosidad popular siempre fue mayor tentación para los políticos, tanto para hacer propaganda, como para congraciarse con el pueblo. Ejemplos de esa manipulación suelen verse en toda campaña electoral, sin distinción de ideologías. Desde las visitas habituales de candidatos mexicanos a la Basílica de Guadalupe, hasta el uso común de crucifijos al lado de imágenes de Sandino en las asambleas de Nicaragua.

Son usuales esas contradicciones políticas de criticar y abrazar la religión al mismo tiempo. En Argentina, después de que el gobierno nacional reprochó y puso en dudas la elección de Jorge Bergoglio al frente de la Iglesia Católica, su imagen se aprovechó en la campaña que el domingo desembocará en elecciones primarias, con un afiche que muestra al Papa saludando a Cristina Kirchner y a su precandidato principal a diputado nacional. Y aunque el gobierno argumentó que no tenía intención de hacer propaganda, el slogan debajo de la foto que invita a no dejar que “la esperanza se apague”, demuestra todo lo contrario.

Patrones comunes de manipulación religiosa para uso del discurso político se viven en Venezuela y Nicaragua. El presidente Nicolás Maduro, conocido por tratar de imitar el carisma de su predecesor, Hugo Chávez, utiliza a menudo imágenes religiosas para asociar al ex presidente y a la ideología del chavismo, en un intento por lograr popularidad, que con la sola práctica política no le alcanza.

Esta semana, en un acto para conmemorar la muerte de Chávez hace cinco meses, Maduro, al mejor estilo Francisco, dijo que el “Cristo redentor se hizo carne, se hizo nervio, se hizo verdad en Chávez”, argumentando, sin timidez alguna, que el comandante vino en misión a la Tierra para ayudar a los desprotegidos y humildes.

Es la esposa del presidente nicaragüense, Daniel Ortega, quien mayor manipulación hace de la religiosidad popular y sus símbolos. Rosario Murillo, por obra y gracia de las divinidades de la política, cambió los colores insignia de la revolución sandinista de la Nicaragua atea de 1979, el rojo y el negro, por el fucsia, reflejo de su misticismo. Un color con el que mandó a pintar varios edificios públicos, por el que el régimen actual se ganó el mote de “revolución rosa”.

Aunque muchos políticos consideran saludable para la democracia mantener la división entre Estado e Iglesia, existe gran contradicción cuando manipulan el mensaje religioso como estrategia política y electoral. Es que el uso de la religiosidad popular en la propaganda política, viola, además, el mandamiento de no invocar el nombre de Dios en vano. 

agosto 10, 2013

Merecidos abucheos contra A-Rod

En el deporte hay muchos héroes, pero muchos tienen pies de barro. Uno de ellos es el pelotero de tercera base de los Yanquis, Alex Rodríguez, quien tuvo una semana embarrada, habiendo recibido más silbidos y abucheos en pocos días de los que recibió en su larga y exitosa (ahora dudosa) carrera profesional, como el deportista mejor pagado del béisbol.

Lo abuchearon anoche en su propio estadio en NY frente a los Tigres de Detroit cuando lo anunciaron en la pantalla y más fuerte aun cuando lo poncharon. Pero le fue peor el mismo lunes en Chicago de visita a los Media Blancas. No es para menos, A-Rod tuvo su “merecido homenaje” con lluvia de abucheos después de ingeniárselas para entrar a los jardines tras hacer una apelación a la sentencia de las Grandes Ligas, por la que fue suspendido por dopaje por 211 partidos, hasta finales de 2014.

A los 38 años, A-Rod merecería mayor suspensión si se le comprobaran todas las acusaciones. No solamente consumió esteroides que le proporcionaba la clínica Biogénesis of America de Miami, sino que instigó a otros peloteros a consumirlas. La suspensión de esta semana también incluyó a otros 12 beisbolistas, la mayoría de origen dominicano, quienes no podrán jugar por 50 juegos.

Tres veces el Jugador Más Valioso de las Grandes Ligas, A-Rod tenía mucha más responsabilidad. Admitió que entre 2001 y 2003 consumió sustancias prohibidas mientras jugaba con los Rangers de Texas, pero que desde entonces no lo ha vuelto a hacer. Una teoría difícil de creer que recuerda a la negativa del ciclista Armstrong que por años estuvo evadiendo las sanciones del ciclismo y mintiendo a todos los fanáticos quienes ya habían festejado siete Tours de Francia.
Lo importante en este caso es que la investigación contra los peloteros se inició después de una elaborada investigación periodística que hizo el Miami New Times, un periódico alternativo de la ciudad que pese a sus pocos recursos suele hacer buenos descubrimientos.

A-Rod tiene mucho por lo que pelear. Su reputación y espacio en el Salón de la Fama están en entredicho. A esta altura de su carrera, los millones de por medio - deja de cobrar los 8.5 millones de dólares de los 28 que debería recibir en esta temporada y los 86 que le faltan en sus cuatro años de contrato; más los ingresos por publicidad y patrocinios – no representan tanto.


Los abucheos contra su fama, el que le dejen sentir que ha traicionado a aficionados y fanáticos, y que probablemente será recordado como uno de los grandes fraudes del deporte, seguramente no lo dejen dormir; pero, en lo positivo, su conducta sancionada es un excelente mensaje para otros beisbolistas y deportistas que tienen que saber que el dopaje, como atajo al éxito deportivo, jamás puede ser considerado.

agosto 08, 2013

Círculo morboso contra Capriles

No puede haber sorpresas. Era lo esperado. En un nuevo apriete y ajuste de cuentas tal cual el régimen chavista lo viene perpetrando contra políticos de oposición, sindicalistas, activistas de los derechos humanos, periodistas y medios de comunicación, Henrique Capriles se encuentra entre la espada y la pared.

No solo que el Tribunal Supremo de Justicia desestimó absolutamente los recursos judiciales de Capriles y otros nueve interpuestos por la oposición y particulares que pedían la impugnación de los comicios del 14 de abril y solicitaban que se rehicieran en más de cinco mil mesas – con algo más de dos millones de electores – debido a las palpables irregularidades, sino que el Supremo le impuso multas y ordenó que se lo procese penalmente por haber incurrido en ofensas.

No se trata de una película de poca monta de Hollywood, sino de una actitud circular morbosa del chavismo. Se trata del gobierno de Venezuela, cuyo presidente, Nicolás Maduro, de igual forma que su predecesor el estratégico militar Hugo Chávez, nunca utiliza la defensa como táctica, solo se agazapa para tomar fuerza y siempre estar a la ofensiva. Mantener al contrincante a la defensiva, en este caso contratacar a Capriles - quien con esta investigación penal fácilmente podría ir a la cárcel, perder la gobernación de Miranda y el liderato de la oposición en el país – es la mejor forma que el régimen ha tenido – sin vergüenza alguna – para doblegar a sus contrincantes y a la oposición.

Capriles ahora, a contrapelo del ordenamiento jurídico, pasa de acusador a acusado, teniendo él que demostrar que no es responsable de las manifestaciones posteriores a la elección que derivaron en una decena de muertos, y deberá retractarse y será investigado porque su recurso de contiene “conceptos ofensivos e irrespetuosos en contra de esta Sala y otros órganos del Poder Público”.

La sentencia judicial, aliada al Poder Ejecutivo y que fue vertida a destiempo y coincidentemente cuando Capriles dijo que el retraso lo obligaba a dirigirse a tribunales e instancias internacionales, es un claro ejemplo como se busca neutralizar a los opositores en el país, pero, sobre todo, enviar un mensaje a la ciudadanía de que todo díscolo debe pagar las consecuencias. En Venezuela, el gobierno quiere la sumisión y el conformismo.

Dice el fallo del TSJ: “En vista de la gravedad de las ofensas y términos irrespetuosos que el demandante vertió en su escrito, esta Sala Constitucional estima necesario remitir al Ministerio Público, como titular de la acción penal, copia certificada del presente fallo y del escrito presentado por la parte actora, con el objeto de que realice un análisis detallado de dichos documentos e inicie las investigaciones que estime necesarias a fin de determinar la responsabilidad penal a que haya lugar”.

Capriles tendrá ahora que ir cuesta arriba. No encontrará eco favorable en la OEA o la UNASUR a donde dijo que acudirá, y mucho menos a través de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, cuyas decisiones y opiniones fueron totalmente ignoradas por el chavismo, en especial cuando la CIDH solicitó que se le devuelvan los derechos políticos al opositor Leopoldo López, exigió la restitución de jueces y pidió la protección de periodistas que eran vilipendiados por el régimen. Además, Chávez inició el retiro de Venezuela de la jurisdicción de organismos interamericanos de justicia, por lo que a partir del 10 de setiembre la CIDH no podrá trasladar los casos en contra del estado de Venezuela a la Corte Interamericana de Derechos Humanos como prevé la Convención Americana de los Derechos Humanos.

Se trata de un círculo político cerrado y morboso; y muy práctico para quienes detentan el poder y quieren eternizarse en él sin ningún tipo de contratiempos.

agosto 06, 2013

Maduro, Murillo y Dios (en vano)

El presidente venezolano Nicolás Maduro apela cada vez más al sentido religioso como la primera dama nicaragüense, Rosario Murillo, con su “revolución rosa” con la que se confunde lo religioso con lo mítico, al usar el nombre de Dios en vano y con sentido netamente demagógico.

Esta vez, al cumplirse cinco meses de la muerte de Hugo Chávez, Maduro comparó a Chávez con el Cristo redentor, diciendo que el “Cristo redentor se hizo carne, se hizo nervio, se hizo verdad en Chávez”, quien también vino a la Tierra para ayudar a los desprotegidos y a “proteger a los que nada han tenido”.

No es la primera vez que a la imagen de Chávez se la trata de endiosar para que su figura trascienda las épocas. Ya lo había comparado a Cristo el ex presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, durante su funeral el 5 de marzo pasado.

Maduro, este lunes, dijo que “Hugo Chávez, en el encuentro que tuvo con este mundo, se encontró con los valores de Cristo y se compenetró con sinceridad de corazón con los valores de nuestro redentor, el Cristo de los pobres, el Cristo de los humildes”.

La trascendencia religiosa de Maduro suena tan hueca y demagógica como la de la primera dama nicaragüense, quien compartió al lado del “compañero” Daniel Ortega, décadas de ateísmo sandinista, hasta que por obra y gracia de las divinidades de la política, cambió el rojo y negro sandinista, por el fucsia y el carmín. El fucsia representa su misticismo con el que ha pintado la mayoría de edificios públicos, de ahí que esta época haya sido tildada como la “revolución rosa”; mientras que el carmín, un color religioso, es el que representa el color de su amistad con su enemigo de antaño, el cardenal Miguel Obando y Bravo.

Su devoción por el cardenal la demuestra a diario, pero más convencida que nunca fue cuando le tocó presentarlo en la Plaza de la Fe el 19 de julio en el 34 aniversario de la revolución sandinista, mientras compartía el estrado con el venezolano Diosdado Cabello, su marido el “compañero” Daniel y el prelado: “Para invocar al Altísimo, al Todopoderoso, al Gran Espíritu, al Supremo Hacedor, a la Fuerza que nos mueve, desde la vida, hacia la vida, con nosotros en esta Plaza de la Fe San Juan Pablo II, su Eminencia Reverendísima Cardenal Miguel Obando y Bravo”, dijo Murillo como si se tratara de una centellante presentadora de circo.  

En esta nueva religiosidad de izquierda, tanto Maduro como Murillo – incluso Ortega – siempre invocan a Dios, la Fe y a Chávez como si se tratara de la misma Trilogía Divina. En esta invocación en vano del nombre de Dios, tratan de acercarse a las masas manipulando sus sentimientos religiosos para perpetuarse en el poder. 

agosto 05, 2013

The Post y The Globe “on sale”

La venta de los periódicos estadounidenses The Washington Post y el Boston Globe fue un balde agua fría para muchos, pero de repente el cambio de propiedad les ayudará a mejorar el negocio y retomar el liderazgo perdido, esto es convirtiéndose en centros de información pese al tipo de plataforma que utilicen para divulgar noticias y crear agenda pública.

Más allá de la caída de la circulación, publicidad e ingresos, en general, como consecuencia directa del internet, un problema mayúsculo para el periodismo tradicional, creo que el mayor inconveniente de los diarios estadounidenses, es que al ser compañías públicas y formar parte de la bolsa der valores, han vivido épocas de esclavitud por la presión de las ganancias y sus accionistas que ha derivado en inmensos recortes de personal en las salas de Redacción y, por ende, de independencia, eficiencia y calidad periodística.

La noticia más sorprendente fue la del fin de semana, cuando el diario The New York Times, que hace dos décadas compró el Boston Globe por mil cien millones de dólares ($1.100 millones) anunció que estaba vendiendo el diario por $70 millones, una bagatela incluso más barata que la mansión Versace en Miami Beach de la que se dijo iría a remate con una base de $73. El periódico de 143 años y que tiene en su haber la friolera de 21 premios Pulitzer, fue comprado por John Henry, un billonario dueño del equipo de béisbol Medias Rojas y, anteriormente, de los Marlins de la Florida, por un tercio de lo que A Rodríguez, el ahora beisbolista en desgracia, cobró de sueldo durante su carrera deportiva.

Lo del Boston Globe, como una triste venta de rebaja o de oferta “on sale” como producto cuasi Walmart en el mundo de la política y el periodismo de tradición, fue opacada con otra noticia aún más sorprendente. Este lunes el diario insignia de la política norteamericana, The Washington Post, fue vendido por $250 millones de dólares en efectivo al propietario de Amazon, Jeff Bezos.

Hay muchos interrogantes en cuanto a Henry para ver como tratará de hacer andar dos negocios en un mismo mercado, el béisbol y el diario, que seguramente implicarán algunos conflictos de interés, como tuvieron los Medios Blancas con el Chicago Tribune.
The Post, como insignia periodística, aparenta salir mejor librado. En momentos que la industria del conocimiento tiene en el internet y en las tecnologías de la información a sus mayores protagonistas, Bezos parece estar a la altura de la circunstancia y puede ser el ideal para llevar a un medio tradicional a nuevos horizontes.
Las tres ideas que le obsesionan a Bezos pueden ser realmente de gran interés y la apuesta a futuro para la industria de los periódicos. Repetidas veces ha dicho que su filosofía detrás de Amazon, una compañía que lo convirtió en billonario - está en el undécimo de la lista de los 400 hombres más ricos del país con un patrimonio de 23.2 billones – es bastante simple. Las tres ideas detrás de Amazon son: estrategia a largo plazo, obsesión por los clientes y voluntad para inventar.

Creo que Bezos puede ser la cuota de éxito de una industria de periódicos que algunos pronostican está en extinción. Construyó Amazon con un préstamo de $300 mil dólares que le dieron sus padres cuando tenía 30 años, hoy, 19 años después, demostró que fue una de las inversiones con mejor retorno de la historia.


agosto 04, 2013

Facebook, Twitter, mujeres y acoso digital

Las redes sociales han mejorado nuestra conexión con amigos y el mundo. Sin embargo, no aparentan hacer lo suficiente para detener a delincuentes y criminales que han encontrado un escenario inmenso para seguir hostigando e incitando al odio y la violencia contra las mujeres.

Las consecuencias están a la vista. Carolina Picchio, una niña italiana de 14 años,  se arrojó de un balcón por no soportar el tormento y las burlas de sus “amigos” en Facebook; un caso que recuerda el de la niña canadiense Amanda Todd, que tuvo el mismo origen, el acoso digital, y similar destino, el suicidio.

En estos días, la violencia de género se mudó a Twitter. Caroline Criado-Pérez, una inglesa que promueve que los billetes del Reino Unido incluyan imágenes de mujeres que no sean de la realeza, fue inundada con tuits amenazándola de muerte y violación, los mismos que recibieron periodistas que reportan su causa y otras mujeres que la apoyan. Tuits parecidos recibió Cecile Kyenge, la primera ministra negra en Italia de origen congolés, Cecile Kyenge, a quien le auguran que sea violada para que entienda el dolor que sufren los “italianos puros”,  victimizados por inmigrantes.

Todos estos casos han atraído la atención sobre la amplificación del acoso y violencia de género provocada por las redes sociales, delitos que antes estaban limitados a escenarios menores, como plazas, escuelas, cartas personales o a espacios en medios de comunicación tradicionales, donde periodistas y editores actúan de filtros para erradicar mensajes de odio y discriminatorios.

La tarea, en cambio, no es nada fácil en Facebook, con más de mil millones de usuarios, y en Twitter, por donde se difunden más de 400 millones de tuits al día. Por más buena intención que tienen sus responsables para aplicar los estándares de conducta, monitorear, filtrar o eliminar todo el contenido que incita a la violencia de género, la pornografía o el acoso digital, la labor se observa titánica o casi imposible.

Pero las redes sociales si bien han potenciado a los delincuentes, también lo han hecho con los usuarios, quienes presionan por más y mejores cambios. No solo se trata de los padres de Carolina y la Justicia italiana que reclama a Facebook el por qué no fueron eliminados los mensajes que seguían atormentando a Carolina, sino, además, los cambios que se piden a Twitter para que se eliminen cuentas con mensajes degradantes e intolerantes contra las mujeres.

Gracias a la presión ejercida por la organización Mujeres, Acción y los Medios, Facebook está mejorando sus estándares de conducta y autorregulación, así como entrenando a su batallón de empleados encargado de controlar y eliminar mensajes discriminatorios, violentos o explícitos. Twitter está considerando la petición de las mujeres inglesas – carta que ya firmaron más de 100 mil personas en Change.org - que quieren un botón predominante en sus cuentas para poder denunciar abusos, amenazas y acoso.

La tarea no es fácil para nadie. Se corre el riesgo de que el celo por eliminar mensajes abusivos e insultos, termine por coartar la libertad de expresión. Un tema que requiere de mayor entendimiento por parte de los usuarios sobre los límites entre la libertad y el libertinaje, así como de equilibrio por parte de las redes sociales, que deben actuar con sabiduría y también respetar las reglas legales y culturales de cada país.

Facebook, Twitter, Google+, Linkedin, entre otras redes sociales, no solo deben considerar que su responsabilidad es eliminar mensajes abusivos, crear nuevas técnicas de monitoreo, actualizar sus manuales sobre  derechos y obligaciones de los usuarios o atenerse a las leyes.

Estos mega sitios de internet tienen la obligación de ser proactivos, no solo reactivos. Deben generar mecanismos que no solo busquen crear un mundo más abierto y conectado como propone Facebook, sino que las conexiones sean más sanas y respetuosas.

La alfabetización digital, educar desde cuestiones básicas sobre cómo proteger la privacidad, hasta las más complejas, sobre cómo evitar la violación de leyes sobre difamación, es una tarea que deben asumir las redes sociales – así como las escuelas – para que se entienda que crear o difundir mensajes e información, requiere de una alta dosis de responsabilidad. 

Cambalache digital y la desinformación

  Les comparto una entrevista que me hizo el periodista Pedro Gómez de ABC Revista de ABC Color, periódico de Paraguay. Agradezco también al...