Tras la publicación de esta novela que trata sobre la IA y la ética de la verdad y la libertad —se puede adquirir en Amazon—, estoy escribiendo el segundo libro de la trilogía Robots con Alma, sobre la creatividad. Blog por Ricardo Trotti
noviembre 18, 2012
noviembre 15, 2012
Ni triunfadores ni vencidos
Comparto con ustedes la columna del fin de semana pasado sobre las elecciones que parecieran que hubieran quedado en el pasado pretérito, dada las últimas instancias que sacuden a la opinión pública estadounidense en estos días, tras la renuncia a la CIA del general David Petraus y las implicaciones de sus relaciones premaritales.
Esta es mi columna sobre la victoria de Obama y la derrota de Romney:
La división en partes iguales del electorado estadounidense
demanda moderación y humildad. Ni el inquilino de la Casa Blanca ni la mayoría
republicana elegida para la Cámara de Diputados pueden sentirse triunfalistas.
El llamado de los electores, incluido el 42% que no salió a votar, invita a
demócratas y republicanos a la reconciliación.
No será fácil. Ninguno de los dos partidos querrá traicionar
la confianza electoral de sus constituyentes. Pero si para diciembre no logran
consenso sobre cómo resolver el abismo fiscal, sanear cuentas fiscales y que
los 23 millones de desempleados empiecen a tener esperanza, corren el riesgo de
impulsar otra recesión económica y mayor desconfianza en Washington.
Pese al triunfalismo mostrado en los medios de
comunicación y las redes sociales, Barack Obama ganó pero no puede sentirse
triunfador. Sacó menos votos que en 2008 cuando obtuvo más de 69 millones. Los
republicanos no deben sentirse vencidos, en los estados que decidieron la
contienda, como Ohio, Virginia y Florida, el margen de diferencia fue mínimo,
casi del uno por ciento. Además, es normal que un presidente gane la relección;
Obama es el noveno en lograrlo en los últimos 100 años, salvo excepciones más
recientes como el demócrata Jimmy Carter y el republicano George Bush padre.
Del otro lado de la moneda, es importante observar que
con más de 60 millones de votos, Obama ganó con más de lo que preveía. Mientras
que Mitt Romney con casi 58 millones de votos, obtuvo un millón menos que John
McCain en 2008. Y eso que McCain tenía enormes desventajas en comparación. Tuvo
que defender dos guerras y una economía en picada que heredaba de George Bush
hijo y no consiguió recaudar dinero para la contienda electoral.
Obama y Romney también perdieron juntos. La masiva concurrencia
mostrada en imágenes de largas filas frente a las urnas, fue una ilusión óptica
o producto de una mejor cobertura televisiva. Solo un 58 por ciento acudió a votar,
cuatro puntos menos que en 2008 y dos menos que en 2004. La falta de
movilización contrasta con una campaña electoral que, para todos los cargos en
disputa, fue la más cara de la historia y del mundo, con un monto superior a
los seis billones de dólares.
También perdió aquella frase de “Es la economía,
estúpido” que definía las elecciones. Romney se aferró a criticar los yerros
económicos de los primeros cuatro años de Obama, mientras que Obama logró
esquivar el bulto castigando al extremismo de los republicanos más conservadores,
imponiendo en la agenda temas como el aborto, los anticonceptivos, la
inmigración, los matrimonios entre personas del mismo sexo, la salud pública y la
legalización de las drogas.
Gracias a esos temas, el país todo es el que ganó.
El mensaje es que el bolsillo no es lo único que importa, también el capital
social. Eso quedó espejado en el nuevo Congreso que asumirá en enero, que a
réplica de la demografía actual, contará con la mayor cantidad de mujeres y de
hispanos de la historia. Habrá 20 mujeres en el Senado y 77 en la Cámara de
Diputados. Los latinos tendrán 28 diputados y tres senadores y, además, los afroamericanos
tendrán 43 legisladores y los asiático-americanos, 10. Cinco homosexuales y una
congresista bisexual, también serán de la partida.
Los izquierdistas del mundo tampoco deben apoderarse
de triunfalismo con Obama. La diferencia entre demócratas y republicanos tiene que
ver con objetivos económicos y con el papel regulador del Estado, pero no con
el remplazo del sector privado. La visión política y económica es la misma.
Creen y defienden el libre mercado, las ideas y la creatividad, así como en los
sagrados valores de libertad individual y persecución de la felicidad,
establecidos en la Declaración de Independencia de 1776.
Nadie puede sentirse triunfalista ni derrotado. La
política estadounidense es cíclica y siempre el vencido reaparece con un
candidato joven y prometedor. Bill Clinton, Barack Obama y George Bush hijo, demuestran
que los partidos vuelven con mejores y jóvenes apuestas para recuperar la Casa
Blanca.
Lo importante sería que para el 2016, demócratas
y republicanos respeten esa mejor representación demográfica del país; y que
los mejores candidatos a presidente, además de jóvenes, sean mujeres e
hispanos.
noviembre 14, 2012
Incoherencia: Venezuela en DDHH
Hugo Chávez consiguió lo que pretendía, que Venezuela entre al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas a partir de enero próximo.
De esta forma, uno de los países que mas ha desacatado recomendaciones sobre el mejoramiento de derecho humanos en su territorio hechas por ese Consejo, y que desconoce las medidas y decisiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la Corte Interamericana, será, contradictoriamente, una de las naciones que supervisará los DD HH en el mundo.
Según un cable de AP, entre 2011 y 2012, más de 70 países evaluaron la situación de los derechos humanos en Venezuela mediante el Examen Periódico Universal. Chavez acogió 97 recomendaciones y rechazó 38.
Aceptó las generales sobre ratificación de pactos internacionales, sin embargo desacató todas aquellas que tuvieron que ver con libertad de expresión, de prensa, independencia judicial y sobre detenciones arbitrarias, entre otras.
Chávez ha echado de su país a funcionarios de la CIDH, de Human Rights y no ha permitido e ingreso de otros organismos de supervisión de los derechos humanos. También, junto al presidente Rafael Correa de Ecuador, lidera la propuesta de reforma de la CIDH, que no es mas que una represalia por sus decisiones sobre ambos países, es decir, una forma de neutralizara y hacerla menos autónoma de los países de la OEA.
El gobierno de Chávez en el Consejo de DDHH es una total incoherencia. No es la única.
noviembre 10, 2012
Cristina vs. Dilma; de nuevo
Hace poco escribí sobre las diferencias notables que Cristina de
Kirchner y Dilma Rousseff tienen respecto a la filosofía de su mandato,
haciendo un paralelismo sobre los discursos que ambas ofrecieron en la Universidad
de Harvard, en diferentes actividades este año.
Aunque el dicho diga que las comparaciones son odiosas, creo que es la
mejor manera para mostrar las realidades. En estos días, cuando en Brasil se
está desarrollando uno de los juicios anti corrupción más grande de la historia
que tiene como protagonistas al partido oficialista, y cuando en Argentina un
amplio sector de la población salió a las calles el 8 de noviembre, cacerolas
en mano, para protestar en contra de las poco eficaces medidas del gobierno en
materia de seguridad y economía, una vez más, ambas mandatarias fueron muy
transparentes sobre su visión política.
Durante la Conferencia Internacional Anticorrupción celebrada en
Brasilia, la presidenta Rousseff hizo una destacada defensa del valor de la
libertad de prensa y del flujo informativo, pese a decir que muchas veces la
información es exagerada.
"Es preferible el ruido de
los periódicos al silencio de tumba de las dictaduras”, dijo la presidente
brasileña, recordando épocas en que fue prisionera por tres años y torturada
por la dictadura de su país. Una sentencia suficiente para comprender el valor
que le da a la información, lo que además es consecuente con varias medidas
adoptadas en Brasil para favorecer el flujo informativo, como la Ley de Acceso
a la Información Pública.
Respecto a la transparencia y la corrupción, Rousseff recordó que es
papel del Estado combatirla, mediante la Fiscalía General, la Policía Federal y
la prensa libre; que hay más de 100 proyectos de ley en ese sentido y que se
combate actualmente a través de órganos
de control ético, de la Ley de Transparencia y de la Fiche Limpia, que impide a
políticos presentarse a cargos electivos si tuvieron condenas en alguna
instancia.
Por último, la mandataria hizo una defensa sobre el
valor de las instituciones y dijo que no son ellas las que se corrompen, sino
las personas.
Cristina de Kirchner, por otro lado, quien no es
conocida por el valor que le da a la lucha contra la corrupción, considera que
los medios de comunicación y los periodistas son los grandes conspiradores de
su mandato, a los que les achaca todos los males que padece su gobierno. En el
anterior cacerolazo y en el reciente del N8, la presidente argentina, cree que
se esconde la mano de Clarín, La Nación y de otros diarios a los que acusa de
luchar por sus intereses empresarios y que los que marcharon cacerola en mano
no tenían idea de por qué lo hacían o que eran contratados por la oligarquía de
la prensa nacional para hacerlo.
Cristina de Kirchner se mofó, ironizó y tuvo frases
sarcásticas por doquier para desacreditar a muchos argentinos. Como siempre, el
gobierno de Kirchner prefiere la confrontación al diálogo, la chicana a la
tolerancia. Y lamentablemente, después de todo el descrédito que le achaca a
los involucrados que se convocaron por Facebook, dice que en el país las
marchas demuestran que existe amplia libertad de expresión.
Creo que en ese sentido, la presidenta se equivoca,
de la misma forma que lo hace cuando habla del 54% de apoyo que obtuvo en las
urnas. Primero, la libertad de expresión demanda tolerancia y respeto por las
opiniones diversas y acciones en consecuencia, por ejemplo una ley de acceso a
la información y, sobretodo, no tomar represalias contra quienes disienten.
Segundo, el mandato mayor de una democracia no involucra el poder electoral –
que dicho sea de paso muchas veces en Argentina, bajo cualquier tipo de
gobierno fue manipulado y hubo más clientelismo que otra cosa – sino gobernar
de cara a las minorías, construyendo un país incluyente, diverso y plural; y no
tratar de des construir y crear clases diferentes de personas, cuya
consecuencia será siempre un país dividido, polarizado y cada vez más alejado
del bien común (léase) del bien de todos.
noviembre 08, 2012
Deber de escuchar… a las cacerolas
El
gobierno de Cristina de Kirchner debe esta vez escuchar el ruido de las
cacerolas de este N8 y actuar en consecuencia.
La
protesta es masiva e indicativa que hay gran porcentaje de la población que
estima que sus políticas están erradas. Es verdad que fue elegida por un 54% de
los votos, pero a esta altura en lugar de desacreditar a quienes marchan o a
sus motivaciones, el gobierno debería empezar por escuchar.
¿Cómo
hacerlo en una situación tan polarizada donde tantas organizaciones, individuos
y partidarios de sus políticas se podrían ofender si ella les diera la espalda?
Simple. El gobierno podría utilizar a una empresa de medición de opiniones para
que ausculte el sentimiento de la gente y pueda escuchar en forma directa
cuales son los reclamos o la prioridad de los mismos: Si se trata de la
seguridad, de la economía, de la relección, del cepo cambiario, de las faltas
de libertades, de la arrogancia o la falta de confianza en los dirigentes, etc…
Midiendo
esas opiniones podrá saber cuales son las prioridades de la gente, ya que a
esta altura muchos son los temas y también es verdad que algunos pueden
aprovechar a plantear sus intereses, lo que no necesariamente puede estar
sincronizado con las verdaderas y más inquietantes necesidades. Y de esa forma
podrá actuar en consecuencia, hacer ajustes y reformas y podrá también, como
hoy lo expresó la Presidenta, no hacer cosas que crea que van en contra de sus principios,
aunque deberá recordar que ella es empleada de todos, debe pretender el bien
común no defender sus intereses. Debe sobretodo, no privilegiar a unos sectores
sobre otros.
Un buen
gobierno debe saber escuchar y debe tener la actitud de diálogo. Hoy Cristina de
Kirchner tiene esa oportunidad. Gran parte de su pueblo se lo pide.
noviembre 07, 2012
Republicanos sin fiesta, como decían los sondeos
Nota
a pedido del diario La Voz del Interior, Córdoba, Argentina, que redacté en la
cobertura del acto final de los republicanos. Por Ricardo Trotti, especial
desde Boston, 07/11/2012 00:01 por Ricardo Trotti
Entrada
la noche, mientras se conocían los primeros resultados dentro de la sede
central de campaña de Mitt Romney, en el Centro de Convenciones de
Boston
en el sur de la ciudad, miles de partidarios se enfocaban en sus teléfonos
inteligentes, tabletas y en los monitores, para seguir los resultados con la
misma ansiedad de semanas pasadas, cuando las encuestas nunca apostaron por un
claro ganador.
Pero la ansiedad duró hasta las 23.14 de
Boston, cuando sobrevino la frustración. Mientras en las pantallas gigantes del
recinto las cadenas nacionales mostraban que Barack Obama acababa de alcanzar
273 electores, tres más de los requeridos para ocupar la Casa Blanca, y la
multitud explotaba de alegría en Chicago, el presidente enviaba su primer tuit
y sentencia de la noche: “Esto pasó debido a ustedes. Gracias”.
La noche nunca fue buena dentro del
Centro de Convenciones. Nadie festejó cuando se anunciaron los primeros
resultados con Romney cuando obtenía ocho electores por el estado de Kentucky y
Obama sus primeros tres de Vermont.
De reojo, y con mayor atención, todos
miraban a la pantalla gigante con los datos de la Florida, uno de los estados
indecisos que, minuto a minuto, iba cambiando de color según se adelantaba el
voto demócrata o el republicano, sabiendo que 29 electores eran esenciales para
llegar a la Casa Blanca.
Poco a poco, temprano en la noche, las
pantallas gigantes mostraban los votos de Indiana, Virginia, Carolina del Norte
y Ohio, entre otros estados, y si bien Romney seguía favorecido por el voto
popular, se sabía que la carrera en el Colegio Electoral iría por otra
dirección, tal como las encuestas de boca de urna y sondeos previos habían
pronosticado.
Nadie festejaba con la ventaja
momentánea, sabiendo que sólo un milagro podría hacer que Nueva York con 29
electores, New Jersey 14 y Ohio con 18, renegaran de su tradición demócrata.
Nadie dentro del Centro parecía reparar
que los republicanos mantendrían la Cámara de Diputados y con ello el balance
de poderes en el gobierno. Todos estaban concentrados en la carrera cabeza a
cabeza de Romney y en imágenes del ícono neoyorquino, el Empire State Building,
en cuya cúspide dos luces, azul demócrata y roja republicana, trepaban según el
conteo de electores.
Todo seguía bastante frío como la
temperatura exterior de cero grados, donde quedó una multitud que no consiguió
entradas al recinto.
Pero el baldazo llegó pasadas las 11 de
la noche cuando se supo que Ohio, el estado clave, tenía clara tendencia
demócrata y que Florida, con pocos votos por contar, también se quedaría con
Obama. California, con 55 electores, nuevamente, como en muchas elecciones, ni
siquiera contó a la hora de favorecer a Obama como estaba previsto.
Hubo varias derrotas para los
republicanos en el recinto. La primera sobrevino cuando temprano los monitores
mostraron que la demócrata Elizabeth Warren le quitó el puesto de senador por
Massachusetts al republicano Scott Brown con el 52 por ciento de los votos.
Al cierre de esta edición, Mitt Romney y
su entorno todavía aguardaban en el Hotel Westin cruzando la calle del Centro
de Convenciones.
Pese a la frustración, la gente lo
seguía aguardando con orgullo, banderitas en mano y mejor cara que la que le
presentaron hace cuatro años al republicano John McCain, de quien se sabía que
perdería antes de que se contaran los votos.
Romney anoche, pese a que perdió la
presidencia, seguía teniendo una leve ventaja en el voto popular.
Y aunque no la mantuviera, seguro que es
suficiente para que el reelecto presidente Obama gobierne pensando también en
los cambios que esa mayoría eligió.
noviembre 06, 2012
Mi voto, hoy cuenta, y mucho
Comparto esta nota que me publicó hoy La Voz del Interior, Córdoba, Argentina.
06/11/2012
01:01 | Por Ricardo Trotti (Especial desde
Boston)
No es fácil votar en Estados Unidos
cuando uno es independiente y quiere que su voto cuente. Depende mucho del
estado en el que esté empadronado, la franja horaria donde vive y, sobre todo,
cómo bloquear tanta información y propaganda política negativa que se cuela
debajo de la puerta, por la televisión, Facebook y mensajes de texto.
Al no existir días de reflexión como en
otros países, la propaganda y los discursos políticos tratan de arrancarle a
uno la voluntad hasta el último minuto. Ayer la campaña de Barack Obama me
pidió por correo electrónico que comparta en Facebook la curiosidad de que de
las 30.542.975 personas que votaron en forma anticipada, 10.230 se llaman
Ricardo. Y la de Romney, que asista a sus celebraciones de hoy en el Convention
Center y a las del Boston Park Plaza Hotel, donde recalará Scott Brown, senador
nacional republicano por Massachussets, quien busca su reelección.
El tironeo por la propaganda desgasta,
pero lo bueno es que es pareja. A uno, como inmigrante latinoamericano, le llama
la atención que el oficialismo no tiene ventajas, ni más medios para hacer
propaganda ni usa los recursos del Estado como si fueran propios. Cabe la
crítica que estas elecciones son las más caras de la historia, pero tranquiliza
que gran parte del dinero provenga de donaciones y no de los contribuyentes.
El sistema de Colegio Electoral tiene
desventajas. Los estados que realmente importan son los indecisos, el resto,
entre ellos los más poblados y económicamente más importantes del país –Nueva
York, Texas y California– no cuenta. Prueba de ello, es que los candidatos ni
repararon en esos estados y se concentraron en el desconocido New Hampshire y
en Nevada, que después de Las Vegas tiene pocos atractivos.
Estar empadronado en un estado decidido,
desmotiva la responsabilidad democrática. Una persona amiga aquí en
Massachusetts está desahuciada. Su voto castigo contra Romney no tiene valor,
ya que Obama ganará fácilmente, por lo que envidia a quienes votamos en estados
indecisos. Su único incentivo es que votará por Elizabeth Warren, candidata
demócrata a senadora, quien buscará recuperar la banca que Ted Kennedy dejó
tras su muerte en 2009.
El huso horario del estado al que uno
pertenece también conspira. Muchos californianos y pobladores de estados del
oeste terminan siendo espectadores de las elecciones para presidente. Votar con
tres horas de atraso al resto del país, cuando resultados y sondeos a boca de
urna, ya marcan la tendencia o el resultado final, desmotivan salir a votar
para hacer una diferencia. Si a ello se le suma que de los ocho estados
indecisos, los cinco más importantes están en el Este –Florida, Ohio, New
Hampshire, Carolina del Norte y Virginia– las elecciones pueden terminar siendo
un fiasco.
En mi caso, por suerte, mi voto contará.
Soy hispano, parte de la minoría más grande de Estados Unidos con 50 millones
de habitantes y un caudal de 12 millones de votantes cada vez más importante en
el mapa político del país. Tengo domicilio en Florida, estado indeciso y del
este, que permite el voto en ausencia y adelantado, por lo que mi esposa y yo,
ya sufragamos hace dos semanas a través del correo con sobre con franqueo
pagado.
Y a juzgar por cómo se definieron las
elecciones de 2000 –la Corte Suprema de Florida tras un conteo manual de votos
favoreció con los electores a George W. Bush dándole la presidencia– ser
residente de la Florida es un privilegio.
noviembre 05, 2012
Otra apuesta de Romney
05/11/2012
01:01 | Ricardo Trotti (Especial desde
Boston) para La Voz del Interior, Córdoba, Argentina
A pesar
de que Mitt Romney tuvo una gestión exitosa al frente de la gobernación de
Massachusetts en el período 2003-2007, mañana perderá las elecciones por amplio
margen en ese estado.
Romney lo sabe y no le preocupa.
Después de todo, Massachussetts está más inclinada a los demócratas no por ser
tierra de la dinastía de los Kennedy, sino por el desgaste de los últimos
cuatro gobernadores republicanos (1991-2007) y por sus propios errores. Cuando
Romney decidió en 2005 no apostar a la reelección y aventurarse a buscar la
nominación presidencial, esto le demandó ausentarse permanentemente del estado
para formar su red de apoyo, lo que terminó por derrumbar su popularidad.
Por aquellas ausencias seguirá pagando
castigo y por eso, sus varios logros de los que hizo gala en tres debates
contra el presidente Barack Obama, no le servirán de nada. En Massachusetts,
uno de los seis estados de la zona de Nueva Inglaterra, la más histórica y
política del país, los errores se pagan caro.
El área metropolitana de Boston, donde
Romney tiene su sede nacional de campaña y la Universidad de Harvard es centro
focal en la localidad de Cambridge, parece ser una zona detenida en el 2008
post-George W. Bush, cuando hablar mal de Obama o a favor de algún republicano,
sonaba a mala palabra o ser condenado al ostracismo.
Pese a que en la Facultad de Negocios de
Harvard varios logros de Romney gobernador fueron casos de estudio, la mayoría
de los académicos y del público reniega de los beneficios de aquella
gobernación. Romney equilibró el presupuesto bajo acuerdo entre demócratas y
republicanos, generó empleos, elevó a las escuelas públicas al primer puesto
del desempeño educativo de la nación y creó un plan universal de salud, el
“ Romneycare ”, con mayores ventajas de los que promete
el Obamacare .
Con
valor simbólico. Perdidos
por perdidos los 11 votos electorales de este estado, Romney prefirió ir a la
caza obsesiva de los cuatro del vecino New Hampshire, uno de los ocho todavía
considerados indecisos que podrían volcar la elección. Una casa familiar de
descanso y una constante presencia en este estado, podrían darle la ventaja
necesaria en una elección que se pronostica quedará definida por pequeñísimo
margen.
New Hampshire, de escasos 1.3 millón de
habitantes, es tradicionalmente importante. No sólo tiene el electorado más
participativo del país con un 70 por ciento muy superior al 50 por ciento del
promedio nacional, sino que es donde se empiezan a revelar los primeros
resultados. También este estado acredita tener la mayor curiosidad electoral,
por eso Obama, Romney y todos los periodistas, esperarán los resultados de las
elecciones de la pequeña localidad de Dixville Notch, con sólo una veintena de
votantes.
El conteo se podrá saber minutos después
del lunes a la medianoche cuando terminen los sufragios apenas se abran las
urnas ubicadas en el ya famoso y simbólico vestíbulo del hotel The
Balsams . Aunque los resultados no necesariamente coinciden con los
finales, seguro que les sirve a los candidatos para disipar las ansiedades y
empezar a terminar el día más largo de sus vidas.
noviembre 04, 2012
Romney, cada vez más confiado
Nota
especial que preparé a pedido del diario La Voz del Interior, Córdoba,
Argentina, publicada hoy: 04/11/2012 | Ricardo Trotti (Desde Boston)
Mitt Romney sabe que tiene posibilidades
y está confiado. Sabe también que debe remar cuesta arriba en estos últimos dos
días de campaña, en la que el actual presidente Barack Obama sacó algunas
ventajas con el manejo de la desgracia que Sandy llevó por Nueva York y otras
ciudades del este del país.
Con sonrisa y peinado “reganiano”,
Romney hace sus últimos esfuerzos para convencer a los obstinados electores
independientes, que todavía quedan en los ocho estados indecisos, los que
pueden definir la elección.
Cinco estados en un día, 13 ciudades en
otro, los viajes son agotadores, pero el trofeo de alcanzar los 270 electores
es inconmensurable.
Su confianza, apoyada por sondeos de
última hora que en Florida le dan una ventaja de seis puntos (estado con 29
delegados en el Colegio Electoral), ha impregnado de optimismo a miles de
partidarios en la sede central de la campaña republicana, algunos de los cuales
se sumaron a Romney para sus viajes finales.
Atrás quedaron miles de coordinadores y
un comité de celebración con su visión enfocada en la celebración del martes.
Ese día, desde muy temprano, se espera a Romney y Paul Ryan en el Centro de
Convenciones, donde el acto central empezará a las 8 de la noche, en el que
confían que el exgobernador se transformará en presidente del país.
Romney no escucha ni tiene tiempo para
las campanas victoriosas. Está concentrado en desbancar a Obama, a quien no
considera un mal presidente, pero sí alguien que encarna una visión errada y
errática.
Romney, republicano al fin, pero no tan
conservador como al Tea Party y a otros republicanos les gustaría, a menudo
rescata a los padres fundadores del país, quienes pregonaban que la libertad y
la persecución de la felicidad son conceptos de derecho individual.
Por eso pregona que el error grave de
Obama fue haber traicionado los principios fundacionales, haber creado más
gobierno y burocracia, y de haberles quitado lustre a los pequeños negocios y a
todo el sector privado, castigándolos con mayores impuestos y menos incentivos.
El último esfuerzo discursivo de Romney
en New Hampshire, Ohio, Iowa, Colorado, Wisconsin y Pennsylvania se concentra
en lo que domina las elecciones: el bolsillo. Insiste en que reducirá el
déficit sideral que se duplicó durante este gobierno, que creará empleos reduciendo
impuestos al sector privado, atraerá negocios e inversiones al país y creará
nuevos mercados, como en América latina, región a la que considera estratégica.
El exgobernador de Massachusetts también
sabe que ya nadie escucha discursos y propuestas. En una campaña tan reñida, lo
más importante termina siendo ganar el corazón de la gente, no sus razones.
Al final, todo termina reducido a lo más
elemental de la política: cuántas manos estrechar, cuántos bebés levantar,
cuántas sonrisas ofrecer.
Hoy, en un acto de cierre de campaña en
New Hampshire, Romney pegó un batacazo como en el primer debate. Pidió a la
gente “votar por amor a su país”, con lo que consumó dos objetivos: llegar al
corazón de la gente, pero, sobre todo, criticar a Obama que horas antes pidió
un “voto venganza” en contra de los republicanos.
Perfil
del candidato
El
primer mormón. El exgobernador de Massachusetts
(2003-2007) busca convertirse en el primer presidente mormón en la historia de
Estados Unidos. Se presenta en la recta final de la contienda como un candidato
centrista y un avezado empresario que desde la Casa Blanca podrá estimular la
recuperación económica del país.
Millonario. Nacido en Detroit (Michigan) el 12 de marzo de
1947, en el seno de una familia con profundas raíces políticas y religiosas,
fue misionero mormón en París a finales de los ‘60. Después hizo fortuna como
fundador y ejecutivo de Bain Capital en 1984. Este es su segundo intento desde
2008 para llegar a la presidencia.
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