diciembre 20, 2010

Hot debate x neutralidad en la red

Este martes se juega en parte el futuro del internet en Estados Unidos, con la discusión dentro de la Comisión Federal de Comunicaciones sobre la neutralidad en la red (“net neutrality”). Un tema complejo de agenda económica y política al mismo tiempo, ya que involucra la posición de las compañías telefónicas que no quieren que el Gobierno regule de qué forma debe ser su contenido o si pueden discriminar un contenido sobre otro, y por otro el Gobierno, en este caso del presidente Barack Obama, que quiere que se regule que esas compañías no pueden discriminara  a nadie, para que la red virtual se mantenga abierta, libre y transparente.

A pesar de que este es un tema económico (y nacional) – las compañías de telecomunicaciones no pueden ofrecer diferentes tarifas así sea banda ancha o internet de línea telefónica normal – ciertamente tiene aristas sobre libertad de expresión, lo que me hizo recordar todo el proceso de la Sociedad Mundial de la Información del que participé en representación de la SIP años atrás. Entonces, había gobiernos que querían controlar la internet a través de un nuevo organismo intergubernamental; y otros, como el de Estados Unidos y otros gobiernos de países desarrollados, que querían el status quo y que los dominios se sigan entregando desde ICANN, una compañía privada, sin fines de lucro, establecida en California. Finalmente, a pesar de la gran presión, fue ésa la posición que prevaleció.

La FCC busca establecer reglas de “net neutrality”, es decir, prevenir que los proveedores de internet puedan discriminar sobre los servicios que ofrecen y los contenidos que se distribuyen. El gobierno federal se mantuvo siempre alejado de cualquier regulación, pero decidió actuar por el temor a que los grandes proveedores de telecomunicaciones como ATT, Comcast y Verizon puedan empezar a favorecer sus productos y servicios.

El argumento de la FCC es que la “net neutrality” forzará a que los proveedores de internet deberán tratar a todo el tráfico en internet con igualdad, buscando darle a los consumidores mayor libertad para usar sus computadoras y celulares, disfrutar videos, música y otros servicios que se pueden ofrecer y para lo cual necesitan banda ancha.

El presidente Barack Obama ya había dicho en mayo de 2009  que está “firmemente comprometido con la neutralidad en la red, así podremos mantener al internet como debe ser: abierta y libre”.

Esto hará que los proveedores no podrán cobrar tarifas diferenciadas o más caras por algunos servicios, lo que favorece la posición de los carriers  como Google, Yahoo, etc…; lo que muchos consideran que es una intromisión del gobierno en cuestiones comerciales. Y sobre lo que la justicia ya se ha expedido en contra de la “net neutrality” en algún juicio.

En realidad, la neutralidad plantea una guerra de intereses entre las compañías de telecomunicaciones o proveedoras de banda ancha y las proveedoras de contenido, como Google y Amazon. Las compañías de telecomunicaciones quieren tener la libertad de cambiar su modelo de negocios de acuerdo a los cambios que irá experimentando el internet, mientras que las proveedoras de contenido favorecen una regulación que preserve el modelo de negocio actual que maximiza sus ganancias. Estas empresas han hecho lobby al respecto, tratando que las reglas de la FCC se transformen en ley, como por ejemplo, donar dinero a la campaña electoral de Obama.

En realidad sin las telecomunicaciones nadie podría tener internet, pero sin buen contenido nadie pagaría a ATT por el servicio mensual de banda ancha.

Para que la red sea neutral, la FCC está ahora pretendiendo incorporar dos reglas adicionales a las cuatro que ya tiene desde el 2005 – que ofrecen derechos y garantías de libertad a los usuarios (acceso a contenido, uso de aplicaciones, uso de dispositivos y a competencia entre proveedores) – bajo el argumento de que quiere ser más específica en fundamentar esa libertad. En un comunicado del 22 de octubre de 2009, explicaba que “busca el apoyo del público para hacer el borrador de reglas que codificarían y suplementarían los principios de apertura que tiene el internet”.

Las dos reglas adicionales establecerían: a) los proveedores de banda ancha no pueden bloquear o degradar tráfico legal en sus redes, favorecer cierto contenido o aplicaciones, ni discriminar un servicio de internet por el propio que pudieran estar ofreciendo ellos; b) los proveedores de banda ancha deben ser transparentes acerca del servicio que proveen y como están administrando sus redes.
 
Explicaba que se deben equilibrar intereses competitivos potenciales asegurando un internet abierto, seguro; con unas nuevas reglas que le permitan a los proveedores de banda ancha de internet comprometerse con una razonable administración, que incluya, pero que no esté limitado, a prácticas razonables para reducir o mitigar los efectos de la congestión de la red.

Sin embargo, estas propuestas de “net neutrality” tienen resistencia – muchos legisladores republicanos incluidos - porque se dice que pueden: limitar la utilidad del internet; sentar un precedente para regulaciones más invasivas; disuadir inversiones en redes competitivas y negarles a los providers de banda ancha la habilidad para diferenciar sus servicios; además lo que implica el riesgo de regular a la internet así como lo están las telecomunicaciones.
 
El debate es profundo y el resultado de la votación marcará la forma en que como usuarios del internet usamos y nos relacionamos con los contenidos del internet.

diciembre 19, 2010

Assange y regulaciones al internet


El gobierno de Barack Obama está buscando la forma de ir en contra de Julian Assange por cargos de espionaje porque habría estado directamente involucrado con el robo de los 250 mil documentos a través del soldado raso, Bradley Manning, según dijo esta mañana el vicepresidente estadounidense Joe Biden en el popular programa “Meet the press”.

Si se comprueba que Assange tuvo relaciones directas con el soldado, no se trataría simplemente de un caso que tenga que ver con la libertad de informar como hasta ahora el fundador de Wikileaks y sus seguidores se estuvieron defendiendo.

Pero más allá del proceso judicial que podría devenir si el gobierno sueco lo procesa a Assange por las violaciones de dos mujeres de esa nacionalidad, sería importante que EEUU si busca su extradición se limite imputarle cargos sobre el delito cometido, pero que no se entrometa con regulaciones especiales al internet.

Justamente este caso de Wikileaks y la controversia que se ha creado entre los gobiernos del mundo, es lo que ha aprovechado Hugo Chávez para impulsar, a través de las reformas de las leyes de Telecomunicaciones y de Responsabilidad Social, restricciones severas para el internet y limitaciones a las redes sociales.  

diciembre 17, 2010

Ciberactivismo y militancia cibernética


Si las revelaciones de los cables diplomáticos secretos por Wikileaks plantearon un dilema mundial sobre seguridad nacional y libertad de expresión; los ciberataques a compañías estadounidenses y europeas con el propósito de vengar la detención esta semana del fundador de ese sitio de internet, Julian Assange, pusieron en evidencia una disyuntiva aun mayor: ¿Son protestas genuinas como fundamentan los activistas involucrados o actos  criminales que deben ser censurados y perseguidos?

Algunos creen que la “Operación Venganza” lanzada por hackers y agitadores del grupo Anonymous en contra de Amazon, Mastercard, Visa, PayPal, el banco suizo PostFinance y la fiscalía sueca es sólo una forma de protesta comparable a cualquier concentración cívica. Consideran que crear “espejos” para que Wikileaks pueda seguir divulgando los cables o tomar represalias informáticas contra quienes desenchufaron los servidores y dejaron de prestar servicios al sitio de Assange, no es una acción criminal sino un acto de justicia a favor de la libertad de expresión.

Otros entienden que buscar que los sitios de internet de esas entidades colapsen no es más que vandalismo, una acción tan vil como lo son otros tipos de ataques cibernéticos, así sea la irrupción de cuentas bancarias, práctica conocida como pishing o el botnet, que consiste en infectar computadoras y controlarlas en forma remota.

Independientemente de si el activismo cibernético roza una actividad cibercriminal, lo cierto es que está creando un desafío complejo para los gobiernos, tratándose de un movimiento de contagio rápido y masivo, tan difícil de detectar como de perseguir. No es lo mismo controlar a un grupo de revoltosos que físicamente se manifiesta frente a una embajada y puede ser dispersado con gases lacrimógenos, que tener que lidiar con provocadores anónimos refugiados detrás de una computadora, que pueden actuar en grupos de alcance global, cuyas armas no son piedras ni pancartas, sino software, virus y gusanos que pueden penetrar códigos y sistemas de seguridad.
Aunque el internet y las redes sociales han servido para nutrir protestas masivas, este episodio de Wikileaks puede potenciar el lanzamiento de un movimiento ciberactivista cuya misión sería justificar cualquier causa con tal de tomar la justicia en sus propias manos, lo que podría calificarse de ciber linchamiento.
Anonymous, por ejemplo, formado por voluntarios que se definen como anarquistas, abrazó a Wikileaks después de dirigir ataques cibernéticos en contra de las industrias literaria, discográfica y cinematográfica de EEUU, Inglaterra, España y Australia, al considerar que cualquier norma anti piratería o que defienda la propiedad intelectual es contrario a la libertad que debe reinar en el mundo y en el internet.
Hasta ahora el prejuicio era que los hackers reservaban sus mejores armas de espionaje para los mega fraude bancarios o para ataques como los que sufrieron este año Google China y el sistema nuclear de Irán. Pero lo cierto es que el acceso global a las nuevas tecnologías está permitiendo cada vez más que muchos cambien los juegos en línea por actividades criminales. De ahí los dolores de cabeza de los gobiernos que deben modernizar sus leyes, adquirir tecnologías y hacer inversiones multimillonarias para responder ataques cibernéticos contra los ciudadanos o contra sus sistemas financieros, energéticos y de seguridad.

Estos ciberdelitos no paran de crecer. En EEUU los fraudes con tarjetas de crédito, las intrusiones a las computadoras personales y la difusión de pornografía infantil subieron un 48% en el último año; mientras que en China, el cibercrimen aumentó un 80% y el gobierno calcula que ocho de cada 10 computadoras conectadas al internet están afectados por botnets.

Así que aunque el presidente brasileño Lula da Silva haya defendido a Assange esta semana, pareciera que está descompasado en la discusión. Wikileaks no puso sobre la mesa solo el problema de secretos de estado y libertad de expresión. Evoluciona todo tan rápido, que el debate ya modificó hacia los ataques informáticos y podríamos estar por comenzar una gran guerra cibernética que involucra por igual a privados y gobiernos.

Habrá que seguir el progreso de este fenómeno. La decisión reciente de Facebook y Twitter, de cancelar el perfil de Anonymous, por considerar que sus actividades son ilegales, no hace más que abrir otro debate e interrogantes sobre lo que sucederá… mañana.

diciembre 16, 2010

Sillas vacías


En una semana de diferencia, dos sillas vacías se ocuparon de denunciar a dos de los regímenes más despóticos y violadores de los derechos humanos que existen en la Tierra, el chino y el cubano.

Así, el cubano Guillermo Fariñas y el chino Liu Xiaobo, fueron representados en las ceremonias donde se les entregaron los galardones más distinguidos y merecidos que se entregan en el mundo, como el Premio Sajarov y el Premio Nobel de la Paz.

Tal vez los chinos liberen en el 2011 a Xiaobo y a Fariñas lo dejen salir en el futuro. Mientras tanto, lo importante es que la Unión Europea mantenga la prensión económica contra Cuba hasta que se dejen de violar los derechos humanos o el gobierno permita a veedores internacionales visitar la isla.

Ese será el mejor honor que le podrán hacer a este periodista independiente y psicólogo que casi dejó su vida tras una huelga de hambre para continuar la protesta de Orlando Zapata, otro prisionero político que murió en otra huelga de hambre pidiendo por la liberación de todos los disidentes encarcelados.

Buscando justicia para los periodistas


Comparto con ustedes un comunicado de la Fundación Knight, con sede en Miami, que ha hecho una evaluación exhaustiva e independiente, de los alcances y logros que el Proyecto Contra la Impunidad de la SIP, ha tenido en los últimos años.
La evaluación que se nos hizo fue muy rigurosa, y por suerte ha dejado entrever el éxito que este proyecto ha tenido para buscar justicia para aquellos casos de periodistas que han sido asesinados por su labor profesional. Desde 1987, han sido asesinados 382 periodistas en el continente americano, 22 de esos casos se produjeron en este 2010.
A continuación del comunicado de la Fundación Knight que ha sido divulgado esta semana y que la SIP reprodujo hoy.
“Una evaluación del Proyecto Contra la Impunidad indica que se ha avanzado en la búsqueda de justicia para los periodistas asesinados en América Latina, pero que en México el problema sigue empeorando
MIAMI, Florida (16 de diciembre de 2010).-  Hace quince años, los asesinatos de periodistas en América Latina casi siempre quedaban impunes, pero eso era antes de que la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) empezara a hacer campaña a favor de la justicia. 
En la actualidad, astHH126 asesinos y cómplices están en la cárcel. El Proyecto Contra la Impunidad de la SIP puede considerar esa cifra un índice de su éxito, según un informe comisionado por la John S. and James L. Knight Foundation. 
Pero la evaluación independiente comisionada por la fundación también halló que quedan muchos desafíos por delante. Aunque la “tasa de impunidad” en América Latina está descendiendo, la mayoría de los autores de los 258 asesinatos de periodistas que se han documentado desde 1995 no han sido castigados. Y los encarcelados son responsables de solo 59 casos. 
Aunque los asesinatos de periodistas han disminuido en muchos países de América Latina, los periodistas corren más peligro que nunca en medio de las sangrientas guerras entre narcotraficantes que se libran en el norte de México. En esa zona, la justicia es más “un ideal que una realidad” y ahí, comprobó el informe, la SIP ha encontrado obstáculos importantes. 
Señala el informe: “La SIP puede reducir la impunidad solo donde sus principales instrumentos  –investigar asesinatos, difundir resoluciones y reunirse con dirigentes políticos- llevan a un gobierno a actuar. Cuando impera el desorden, como en Colombia durante los años 1980 y 1990, y en México hoy en día, la SIP afronta obstáculos casi insalvables al intentar obtener justicia para los periodistas asesinados”. 
El informe, titulado “Stories Go Untold as Latin American Journalists Die” (Historias quedan sin contar cuando periodistas latinoamericanos mueren), es parte de la serie Reporter Analysis de la Knight Foundation, en la que periodistas de investigación ayudan a evaluar el impacto de la fundación. La fundación ha invertido $7,6 millones en el Proyecto Contra la Impunidad de la SIP desde la creación de este en 1995. 
Entre las otras conclusiones del informe: 
- Los gobiernos ahora enfrentan la presión constante de la SIP para que hagan justicia. Varios países han endurecido sus leyes.
- Los asesinatos de periodistas han disminuido en dos de los países más afectados. En Colombia, los asesinatos han experimentado un marcado descenso, junto con los asesinatos de colombianos en general, gracias a las políticas de mano dura del presidente Álvaro Uribe, quien acaba de dejar el cargo. En Brasil, los asesinatos de periodistas han caído en picada y hoy en día los sicarios casi siempre acaban en la cárcel.
- En México, sin embargo, la incapacidad del gobierno para detener y juzgar a los asesinos es parte del problema de la impunidad que gozan todos los crímenes relacionados con las guerras del narcotráfico, crisis que ha vencido los esfuerzos de la SIP para lograr la justicia en ese país.
- Los directores de periódicos ven al Proyecto Contra la Impunidad como algo necesario. Debido a la contundente presencia e influencia de la SIP como la principal sociedad de prensa de América Latina, el fin del Proyecto Contra la Impunidad dejaría un vacío difícil de llenar.
- Al mismo tiempo, periodistas en la línea de fuego dicen que el proyecto no contribuye mucho a que se sientan más seguros. Una campaña publicitaria de la SIP orientada a suscitar la indignación del público está perdiendo eficacia. Y el público en general todavía no considera el asesinato de un periodista un peligro para la democracia. 
En respuesta a la evaluación independiente, la SIP afirma que el informe debería haberse centrado más en los detalles de su propugnación de la justicia y sus esfuerzos por reformar el sistema jurídico, su envío de 73 delegaciones internacionales a encontrarse con los presidentes y altos cargos de la región, por ejemplo, y su éxito al lograr que la Corte y Comisión Interamericanas de Derechos Humanos también presionen a los gobiernos para que investiguen y procesen los casos”. 
El informe, que incluye una serie incorporable de diapositivas acompañadas de narración, se encuentra en www.kflinks.com/sipy en inglés en www.kflinks.com/iapa. El informe se puede publicar y reimprimir sin costo alguno mediante la licencia Creative Commons. 
Sobre la John S. and James L. Knight Foundation
La John S. and James L. Knight Foundation promueve el periodismo en la era digital e invierte en la vitalidad de las comunidades donde los hermanos Knight publicaban un periódico. La Knight Foundation se centra en proyectos que fomentan comunidades informadas e involucradas y conducen al cambio transformacional. Para saber más, visite www.knightfoundation.org.
Contacto: Marc Fest, Vicepresidente de Comunicaciones, Knight Foundation,
 

La ficción para denunciar la mentira y la coacción

Agradezco al profesor Arturo Corona de la Universidad de Anahuac en México, y varios de sus estudiantes, por la entrevista sobre Robots con ...