noviembre 20, 2010

El enemigo común

Sería muy simple culpar al crimen organizado de ser el “enemigo común” y el responsable de todos los males en contra de la libertad de prensa, según las opiniones coincidentes de los presidentes de México y Colombia, Felipe Calderón y Juan Manuel Santos, durante la reciente asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa en Mérida.
La afirmación es verdadera, pero parcializada. El crimen organizado y, en particular el narcotráfico, es responsable de decenas de asesinatos de periodistas y atentados en contra de medios. Pero también es cierto que mucha de esa violencia proviene de funcionarios inescrupulosos o por la falta de voluntad política para perseguir a los asesinos, hacer reformas legales o limpiar poderes judiciales y policías corruptas.
Calderón prometió que los crímenes contra periodistas se federalizarán y sistemas estatales de protección. Pero es tal la desconfianza, que hasta el diputado federal de su propio partido, Manuel Clouthier, descree las promesas. “No hay ambiente ni suficiente presión para reformar nada”, sentenció; quizás, recordando que ninguno de los 106 asesinatos de reporteros mexicanos en los últimos 20 años, fue totalmente resuelto.
Al crimen organizado se le puede achacar la violencia en contra de la prensa, pero es un efecto combatible. Sin embargo, el problema es cuando las agresiones provienen del propio Estado, cuando el gobierno construye un andamiaje legal que le permite transformar sus ataques en actos lícitos y aceptables. Después de todo, lo único que hace es aplicar y hacer cumplir la ley.
En la reunión de la SIP se desenmascararon estas arbitrariedades. En muchos países esa arquitectura legal la denominan “control social” como en Brasil, “nacionalización” de medios como en Argentina u observatorios y comisiones gubernamentales con la potestad de encarcelar periodistas, como en Ecuador o Bolivia.
Hay leyes con todas las excusas, ya vigentes en Argentina, Bolivia y Venezuela; y proyectadas en Brasil, Costa Rica, Ecuador, Jamaica, República Dominicana y Uruguay. La actitud y la tendencia de los gobiernos es que se debe domesticar a la prensa a como de lugar, como esta semana desde Brasilia prometió el futuro gobierno de Dilma Roussef, augurando que impondrá una nueva ley de medios a pesar de que haya o no consensos.
Por el contrario, las leyes que están cayendo en desgracia son las que obligan a los gobiernos a ser más transparentes. Las leyes de acceso a la información pública están inactivas, ineficientes o eliminadas, como en Ecuador. Y las proyectadas para transparentar el Estado en el uso de recursos públicos para la publicidad oficial, como en México y Argentina, son rezagadas o engavetadas.
En EEUU ningún gobierno había perseguido judicialmente tanto la infiltración informativa como Barack Obama, mientras sus promesas de mantener el internet libre de cualquier intervención estatal, están a punto de desvanecerse con un par de proyectos en el Congreso.
Los gobiernos siguen comprando medios, expropiando a los independientes y cerrando a los considerados opositores. De esta forma, el fiscalizado pasa a ser fiscalizador, revirtiéndose el balance de poderes en la democracia.
El desafío es grande ante este sombrío panorama, pero ninguno tan importante como educar al ciudadano para que entienda que cuando matan a un periodista en México, cierran un canal en Venezuela, apresan a un reportero en Ecuador o denigran a otro en Argentina, no son los periodistas ni los medios los que pierden, sino el derecho de cada persona a saber, a estar libremente informada.
Que haya prensa mala, sensacionalista o tendenciosa no es tan malo, como que se le quite a la sociedad la capacidad de poder elegir y valorar los medios para informarse, dentro de una gama de medios independientes, plurales y diversos. Es ahí donde reside el valor de la libertad de expresión.
Mejor comprendería el ciudadano esta ecuación si supondría cuán espinosa sería su vida si la información que envía por carta a un amigo o la que circula por su cuenta de Facebook, Twitter o en algún blog, fuera censurada por el gobierno, restringida por ley o lo arrastraría a la cárcel como en Cuba.
Se puede soportar que los delincuentes sean el “enemigo común”, pero jamás se debería tolerar que fuera el gobierno, más aún si fue elegido.

Vaticano: mejor tarde que nunca

El Vaticano lanzó una guía para contrarrestar la pederastia y los demás delitos sexuales – aunque algunos crean que se trata de pecados - cometidos por sacerdotes y curas que se han refugiado por décadas dentro de la Iglesia Católica para atropellar con sus desviaciones a menores, mujeres y hombres.

La guía - emanada de la Congregación para la Doctrina de la Fe que tiene como principal función denunciar a los religiosos delincuentes ante las autoridades civiles para que sean sometidos ante la justicia y recaiga sobre ellos todo el peso de la ley – hubiera tenido que aparecer décadas antes, para que de esa forma la incredulidad no haya hecho estragos entre los feligreses, muchos de los cuales dejaron de asistir a las parroquias o simplemente se alejaron de la Iglesia.

Estuve en San Francisco, Córdoba, mi ciudad natal esta semana, y en una misa a la que asistí con los integrantes de la escuela secundaria con los que me gradué, un cura amigo de la infancia – Daniel Cavallo – anunció que mañana domingo se ordenarán cuatro jóvenes diáconos en su carrera hacia el sacerdocio.

Pensé en ellos y le dije a uno de mis amigos, que ojalá la instrucción de los nuevos sacerdotes esté acompañada por una gran dosis de formación ciudadana y cuán mejor sería para todos que el celibato y la prohibición de la ordenación de las mujeres fueran desterrados de la Iglesia, para que de esa forma esas cuatro vocaciones se multiplicaran.

Entiendo que no se debe mezclar la conducta de los sacerdotes delincuentes con el tema de las vocaciones ni con las enseñanzas de la Iglesia, pero no puedo dejar de pensar que una reforma profunda, más que una guía en contra de los abusos sexuales, sería la mejor forma para sanar a la Iglesia de personas que Jesucristo no hubiera dudado en echar a patadas del templo.

Con esta guía, el Papa lucha en contra de casos masivos de clérigos abusivos que se denunciaron en numerosos países, como Irlanda, EEUU, Alemania, Bélgica, Holanda, Austria, Inglaterra e Italia, y de menos numerosos que se dieron en todos los países.

La “tolerancia cero” declamada por el Papa es una buena medida, muy tardía por cierto, pero ojalá empiece a restaurar la credibilidad de una Iglesia que por los siglos de los siglos estuvo menguada por la conducta de sus propios pastores.

noviembre 15, 2010

Piñera, y otro buen ejemplo

En momentos que varios presidentes latinoamericanos, como Evo Morales, Cristina de Kirchner, Hugo Chávez, Daniel Ortega y Rafael Correa, siguen añadiendo medios de comunicación a su red de propaganda gubernamental, el primer mandatario chileno, Sebastián Piñera, decidió cerrar el diario estatal La Nación, un gesto que había prometido durante la campaña electoral.

La Nación, que pertenece en un 69 por ciento al Estado, dejará de imprimirse tras 93 años de circulación, y a partir del 28 de noviembre, su última edición impresa, solo se publicará por internet.

A diferencia de otros gobiernos que compran medios a través de testaferros, que clausuran, expropian o confiscan aquellos medios que consideran críticos, la buena lección de Piñera es que durante la campaña electoral había prometido que cerraría a La Nación por haberse convertido "en una fábrica de propaganda de los Gobiernos de turno y de ataques a los opositores de turno".

En mayo pasado mientras estaba deshaciéndose de su propia televisora, una de las de mayor prestigio de su país, el Presidente chileno había prometido que abriría un debate sobre La Nación para que el diario se transforme en un medio al servicio de todos los chilenos y no al servicio de los gobiernos de turno.

noviembre 14, 2010

Jovenes desconfiados

Una encuesta de la Universidad Catolica de Cordoba, Argentina, revela que el 90 por ciento de los jovenes desconfian de las instituciones del Estado, lo que refleja una tendencia general en todo el continente segun demostro tambien las elecciones intermedias en Estados Unidos donde los jovenes brillaron por su ausencia.

Un 87 por ciento desconfia de los politicos, 73 por ciento de la policia, 69 de la policia, 60 de la administracion publica y 57 de la prensa.

La encuesta realizada jovenes del ultimo Ano de escuela secundaria, es una llamada de atencion para los responsables del gobierno, ya que uno de los valores esenciales de la democracia es la credibilidad que los ciudadanos deben tener en las instituciones. La construccion de la democracia se basa en crearinstituciones fuertes y en la participacion de los jovenes.

noviembre 12, 2010

Piñera y la reelección

De paso por Chile, las noticias de estos días giraron alrededor de la posibilidad de una reforma constitucional que permita, entre tantas otras cosas, la reelección del presidente Sebastián Piñera.

Varios ministros y acólitos al gobierno de turno se manifestaron a favor, pero por suerte el propio Presidente dijo que descartaba de plano cualquier posibilidad a su propio beneficio para que pueda alguien ser reelegido para período consecutivos.

Lo de Piñera debía ser así, lo que no se entiende es como en nuestros países el tema es tan recurrente incluso apenas asumen los presidentes. Se trata de un síndrome anti democrático.

noviembre 11, 2010

Esperanza y cambio

“Esperanza” y “Cambio” fueron los lemas de campaña más populares de la historia electoral de los EEUU, enarbolados por el ex candidato Barack Obama. Aquel vigoroso mensaje de fe y transformación cambió el mapa político de entonces y catapultó al actual Presidente al estrellato. Fue consentido por las minorías desdeñadas del país y la simpatía de poblaciones enteras en otras naciones, independientemente de si fueran aliadas o enemigas.
Obama representó la expectativa de modificar las políticas domésticas, y en especial las externas amasadas por George Bush. Al comienzo de su presidencia gozó de la euforia de grupos poco tenidos en cuenta, los jóvenes, los hispanos, los negros, los pobres y las mujeres, además de poblaciones y gobernantes de puntos tan lejanos en lo ideológico y geográfico como Cuba, Irán y Japón o desconocidos como Turkmenistán.
Dos años después, tras las elecciones del martes, el mensaje del electorado fue contundente. El tiempo y las promesas incumplidas desvanecieron la esperanza y ahora se pretenden cambios reales - no solo retóricos - en la dirección del gobierno. Y aunque no se trató de elecciones presidenciales, fueron un referendo sobre el mandato de Obama. De ahí que a pocas horas de la derrota del martes, aceptó la desgracia de su partido Demócrata como suya, en un mensaje de constricción por Twitter: “Lo que los estadounidenses esperan – y lo que le debemos – es enfocarnos en los asuntos que los afectan: sus trabajos, su seguridad y su futuro”.
Las deudas acumuladas de Obama fueron muchas a lo largo de sus dos primeros años. Ninguna tan importante como la falta de creación de empleos y la inseguridad económica que dieron vuelta el electorado a favor de los Republicanos, quedándose con el liderazgo de la Cámara de Diputados y varias gobernaciones, consejos y alcaldías, bastiones históricos de los Demócratas, así como con la simpatía de minorías que antes ellos también ignoraban.
Cuando en política lo económico está acompañado de calificativos como recesión o depresión, y el desempleo se mantiene estable alrededor en un 10%, a pesar de los multimillonarios paquetes de estímulo, pasan desapercibidos otros logros que pudieran tener impacto a futuro, como la reforma del sistema de salud, las cambios legales que maniataron la codicia y la corrupción en Wall Street, el retiro paulatino de las tropas de Irak o el mantener alejados a los terroristas del territorio nacional.
Lo de Obama era esperado y lo presentía. De ahí que su propaganda electoral no apelaba tanto a los logros de su administración como al llamado de las minorías para que le den su voto tradicionalmente demócrata de auxilio. Pero el problema es que son las minorías los que tienen los porcentajes más altos de desempleo, los que han perdido sus viviendas dentro de una burbuja inmobiliaria que todavía no terminó de estallar, los que vieron aumentar sus impuestos por causas que nadie sabe explicar y quienes ven esfumarse sus sueños de una jubilación segura, con un sistema público de pensiones a la deriva y otro privado que sigue deglutiendo intereses y capital.
En esta elección los temas del bolsillo y la billetera fueron, como casi siempre, los que importaron al general de la población y voltearon el mapa político. Los otros, aunque también importantes, entran dentro de la esfera zizagueante de la política y la agenda pública en boga, así sea la legalización de la marihuana, la inmigración ilegal, la pérdida de mercados en el extranjero o si las tropas y los cadáveres regresan de Irak o se mudan para Afganistán.
Es verdad que estas elecciones fueron un referendo para Obama, pero sería un error que los Republicanos pierdan la perspectiva y se sientan tan exultantes como para olvidar que sus políticas de ocho años hegemónicos en la Casa Blanca, fueron las causas de muchas de las consecuencias actuales.
Los Republicanos, y sus neo conservadores del Partido del Té, ojala adviertan que la elección del martes no fue un voto castigo solo contra el Presidente, sino en contra de políticas erradas de cualquier tendencia. El martes la población exigió cambios y responsabilidad a todos, no solo a los Demócratas, como única forma para recuperar la esperanza.

noviembre 10, 2010

Chávez e inteligencia militar

Inteligencia militar parecen ser dos sustantivos contradictorios (a pesar de que conozco muchos militares inteligentes, honestos y de vocación democrática) especialmente cuando se trata de uniformados en torno a Hugo Chávez, el presidente venezolano.

No por nada en muchos países la Constitución establece que los militares no pueden votar y, de la misma forma que los jueces, no pueden hacer declaraciones políticas, porque su deber es con la patria, con el Estado, con la nación, independientemente de quien esté frente al gobierno.

Pero en la Venezuela autoritaria de Chávez pasa cualquier cosa, como las declaraciones del jefe del Comando Estratégico, el general Henry Rangel Silva, quien dijo que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana no aceptaría un gobierno que no sea el de Hugo Chávez, así sufriera una derrota en las elecciones presidenciales del 2012.
El general dijo que los militares están casados con el estilo de gobierno y la revolución socialista de Chávez. Declaraciones así, en un país verdaderamente democrático, no solo le costaría el rango al militar, su detención, sino un fuerte repudio de todas las fuerzas políticas, institucionales y de la sociedad civil. A nivel internacional, esta forma de declararse abiertamente a favor de un golpe de Estado en contra de cualquier otro gobierno nacional, merecería el repudio generalizado.

En Venezuela en cambio, todo lo que sea a favor de Chávez es tomado como una acción de lealtad, más allá de que se esté negando a la democracia.

noviembre 09, 2010

Sombrío panorama de libertad de prensa

Las amenazas, la intimidación y los ataques letales de parte del crimen organizado, que han cobrado la vida de 14 periodistas este semestre, son los temas que prevalecieron en la agenda de la 66ª Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa en Mérida, Yucatán, México. Más de 575 miembros de la SIP de todo el hemisferio también protagonizaron discusiones intensas en relación a Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Argentina, donde los gobiernos están recurriendo a medidas anti-democráticas para reprimir a los medios de comunicación independientes y colocar el flujo de informaciones y noticias en las manos de entidades controladas por el estado.

El presidente mexicano, Felipe Calderón, durante un discurso pronunciado ante los delegados de la SIP el lunes, destacó el incansable compromiso de su gobierno por la derrota de los carteles de la droga. Siete de los periodistas asesinados este semestre perecieron en actos de violencia relacionados a los carteles del narcotráfico en México, mientras que otros cinco fueron asesinados en Honduras, a donde los carteles han ido en busca de santuarios para el transporte de drogas desde Sudamérica hacia los Estados Unidos.
Dos periodistas más fueron asesinados en Brasil.

Las palabras de Calderón resaltaron las medidas que su gobierno ha tomado en respuesta a los esfuerzos largamente sostenidos por la SIP para crear consenso por la federalización de los crímenes y ataques contra periodistas. Estas incluyen el nombramiento de un fiscal especial para esos crímenes, pero el informe final de la SIP sobre México hace notar que un clima de impunidad sigue existiendo en esa nación y, hasta la fecha, el gobierno ha puesto en evidencia su falta de voluntad política para investigar y enjuiciar a aquellos que atacan a los periodistas. La SIP ha solicitado a Calderón que reabra las investigaciones de 27 casos de crímenes contra periodistas que permanecen sin resolver.

Mientras tanto, en Perú, el Tribunal Supremo ha creado una jurisdicción especial para procesar los crímenes contra periodistas, tal como lo hace con los narcotraficantes y los terroristas.

Algunos avances, sin embargo, no logran ocultar abusos continuados. A lo largo y ancho de las Américas existen esfuerzos renovados para imponer disposiciones legales destinadas a “regular” el funcionamiento de los medios de comunicación. Aunque se expresan a menudo en términos altisonantes, son intentos evidentes para controlar y limitar el libre flujo de información.

En Argentina una campaña oficial contra la prensa ha incluido insultos e intentos por penalizar a los directores de medios y periodistas, así como el acoso administrativo y judicial contra los medios independientes. Las regulaciones están diseñadas para ejercer el control estatal del papel periódico, las licencias de radiodifusión y el contenido audiovisual, así como para cancelar arbitrariamente licencias para la prestación de servicios de Internet.

En Bolivia una ley con las mejores intenciones para impedir el racismo y la discriminación, limita, de hecho la libertad de prensa. Otros países de América Latina, como Brasil, Ecuador y Uruguay están también considerando leyes para regular los medios de comunicación a través del llamado control social, que en realidad ofrece a los gobiernos instrumentos para estrangular a los medios de comunicación.

En Estados Unidos, el gobierno de Obama ha procesado más casos de filtración de información que cualquier otra administración en la historia de EEUU. Al mismo tiempo, la ley escudo federal ha sido aprobada por la Cámara, pero sigue paralizada en el Senado y parece destinada a morir.

En Cuba, pese a la muy publicitada excarcelación de 18 prisioneros políticos que fueron forzados al destierro por parte del gobierno, permanece como una nación totalmente bajo las garras de una dictadura que se ha sostenido en el poder por más de medio siglo. Al menos ocho periodistas independientes siguen encarcelados junto a otros prisioneros políticos cuyo único crimen es oponerse al régimen de los hermanos Castro.

Otros abusos frecuentes incluyen el acoso judicial y la utilización de la publicidad oficial como herramienta para premiar y castigar a los medios, una práctica común en países tan diversos como Argentina, Bolivia, Ecuador, Paraguay y Venezuela, entre otros. En muchos países continúa la tendencia de que el gobierno compre los medios de comunicación o funde otros para sus propios intereses políticos.

Junto con la intolerancia de los gobiernos, el enemigo común contra el Estado, la prensa y la sociedad en general, es el crimen organizado, que ha sido identificado como el autor de graves abusos contra la prensa. Los presidentes de México y Colombia, Felipe Calderón y Juan Manuel Santos, respectivamente, coincidieron en este aspecto en sus palabras ante la Asamblea General.

Tomando en cuenta esta problemática, la Sociedad Interamericana de Prensa, en su afán por redoblar sus esfuerzos para mantener los principios democráticos y el derecho del pueblo a saber, ha declarado el 2011 Año de la Libertad de Expresión.

noviembre 06, 2010

Libertad de prensa, patrimonio de todos

MÉRIDA, Yuc.- La libertad de expresión es un derecho para toda la sociedad y no es privativo para los periodistas, afirmó Ricardo Trotti, director de Prensa de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), al hablar sobre las aportaciones de este organismo a favor del libre del periodismo.

Aseguró que se ha logrado instalar en el tema de la agenda pública la premisa de que la libertad de expresión es un derecho de todos los ciudadanos.

Recordó que en otras épocas las grandes batallas de la SIP fueron contra los dictadores de una u otra ideología, y las dictaduras militares. "Se ha instaurado el tema de la libertad de expresión y la de prensa como fundamentos de cualquier sistema democrático".

Ricardo Trotti también se refirió al reto que enfrenta México al ser uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo.

Enfatizó que las agresiones contra periodistas requieren de una respuesta gubernamental que busque garantizar la labor de los medios de comunicación y "mayor justicia, o de lo contrario se creará mayor violencia".

noviembre 04, 2010

Obama, Chávez y las elecciones

Tanto en Venezuela como en EEUU hubo elecciones intermedias en las últimas semanas, aunque se trató de dos referendos sobre las políticas presidenciales de Barack Obama y de Hugo Chávez.

Ambos perdieron. Los Republicanos arrasaron a los Demócratas en votos populares y con ello, reconquistaron la Cámara de Diputados, tomaron escaños en el Senado y un sinnúmero de gobernaciones. En Venezuela la historia fue otra, el oficialismo perdió, pero igual llevó más diputados a la Asamblea, por esas triquiñuelas que el régimen viene implementando.

Lo interesante son las reacciones de ambos. Obama terminó compungido por la derrota y en varias declaraciones aceptó que debe cambiar el rumbo de sus políticas. En un mensaje de Twitter, temprano el miércoles, dijo: "Lo que los estadounidenses esperan - y lo que le debemos - es enfocarnos en los asuntos que los afectan: sus trabajos, su seguridad y su futuro".

Chávez, sin embargo, en mensaje de Twitter posterior a su derrota, en lugar de aceptar la derrota, calificó de escuálidos a los miembros de la oposición, negó que haya perdido y, peor aún, desafió a los electores, profundizando las medidas por las cuales habían votado en su contra.

Chávez nuevamente hizo lo mismo como cuando perdió el referéndum, en lugar de modificar su política, las agudizó. Desde que perdió las elecciones pasadas, se dedicó a expropiar empresa habida y por haber, haciéndolo, además, con su sarcasmo y cinismo particular.

Cambalache digital y la desinformación

  Les comparto una entrevista que me hizo el periodista Pedro Gómez de ABC Revista de ABC Color, periódico de Paraguay. Agradezco también al...