diciembre 21, 2012

Assange y su gran omisión


Como era de esperarse, y muy al estilo el papa Benedicto XVI, Julián Assange salió ayer al balcón de la embajada de Ecuador en Londres, para seguir defendiéndose del gobierno de EE.UU. al que acusa de que lo sigue investigando en secreto para condenarlo a la pena de muerte por sus filtraciones a través de Wikileaks.

Seguramente como parte de un libreto del gobierno ecuatoriano o al menos por agradecimiento al asilo que le extendió Rafael Correa en agosto pasado después que se refugió en junio en suelo ecuatoriano, el discurso de Assange estuvo más dirigido a pegarle a EE.UU. que a defenderse de las acusaciones de agresión sexual que le imputa la fiscalía de Suecia.

De esa forma, Assange habló de que Ecuador debe cuidarse de que EE.UU. no intervenga su economía ni las elecciones presidenciales de febrero próximo, para luego prometer que, con renovada fuerza, Wikileaks seguirá en 2013 con su derrotero de publicar miles de informes secretos de los gobiernos. (Seguramente ninguno del gobierno ecuatoriano).

Pero hasta aquí, Assange habló de EE.UU. y de su caso, lo que claramente tiene derecho a hacerlo, y aunque habló de la libertad en internet, omitió hablar del tema, en especial de un problema que ha pasado bastante desapercibido para el periodismo y para el público y que tiene que ver con los efectos negativos para la libertad en internet, no de Assange, sino del resto de los mortales.

En la reciente cumbre de la Unión Internacional de las Telecomunicaciones la mayoría de los 193 gobiernos integrantes de las Naciones Unidas decidieron firmar un protocolo internacional que posibilitará a cada uno de los países imponer cortapisas a la libertad de sus ciudadanos para navegar, buscar y distribuir información en internet.

El nuevo tratado, impulsado por regímenes autoritarios como Rusia, China, varios países árabes y muchos africanos, entrará en vigencia en 2015. Y aunque muchos crean que quienes vivimos en países libres no seremos afectados por las próximas políticas en contra del libre acceso al internet, sí los estaremos por cuanto muchas veces chocaremos con búsquedas y distribución de información en  y a través de países oprimidos.

La nueva resolución, en nombre de la soberanía nacional, les dará el poder a los gobiernos a limitar el internet, bloquearlo y a encarcelar internautas.

Assange no dijo nada sobre este tema.



diciembre 19, 2012

Peña Nieto contra el crimen


El nuevo presidente de México, el priista Enrique Peña Nieto, tiene nuevos bríos para enfrentar al crimen organizado. En una presentación de la nueva Política de Estado por la Seguridad y la Justicia de los Mexicanos, dijo que su plan consta de seis partes y que dividirá al país en cinco regiones, con la idea de reducir la violencia, y recuperar la paz y la tranquilidad.

En su alocución no faltaron las críticas al período anterior de Felipe Calderón, sexenio en el que murieron más de 70 mil mexicanos y se dispararon los índices de delitos, entre ellos los homicidios por ejecuciones, los secuestros y las extorsiones.

En su plan de seis estadios, Peña Nieto indicó que creará una Gendarmería con 10 mil efectivos, reorganizará a la Policía Federal, le proveerá de un presupuesto generoso y mantendrá a los militares en tareas de seguridad.

Pero más allá de estos importantes avances, de lo que Peña Nieto no habló es de lo que está desgarrando al país. No dio indicios sobre la corrupción y la impunidad, aspectos que son responsables para que el 70 por ciento de los mexicanos se sienta inseguro.

Es que Peña Nieto habló de un contexto ideal, como si el malo fuera el crimen organizado y el bueno el gobierno y el Estado, sin reconocer que todo eso está muy confundido en el país. Por ejemplo, algunas gobernaciones y cientos de localidades están coludidas por el narcotráfico, mientras que una veintena de legisladores en el período anterior, asumieron pese a sospechas de que estaban patrocinados por los capos de las drogas.

La justicia mexicana es una de las más ineficientes de América Latina con índices de impunidad que sobrepasan el 90%. Un factor que contribuye en gran medida a la alta corrupción que se registra en el país, y por lo cual figura en el puesto 105 de 174 países del índice de percepción de la corrupción que este año reveló Amnistía Internacional.

Sería importante que en esta lucha, Peña Nieto advirtiera que al enemigo también hay que combatirlo desde adentro, donde se es aún mucho más peligroso.

diciembre 18, 2012

Golpes de arrogancia


La destitución de cuatro magistrados de la Corte Suprema hondureña por parte del Congreso y la intención en Argentina de “democratizar” a los jueces, demuestra que todavía existen gobiernos que prefieren una justicia obediente, pese a que atenten contra el requisito democrático de división e independencia de poderes. 

En ambos casos se trató de revancha política, por considerar que los jueces pecaron por obra u omisión. En Honduras, el presidente Porfirio Lobo se disgustó porque los magistrados declararon inconstitucional aspectos técnicos de un decreto sobre una necesaria depuración policial. Luego, los legisladores abusaron de poder despidiendo a los jueces, causando inestabilidad, de la que se terminó acusando a los medios por informar.

En Argentina, la presidente Cristina de Kirchner, encontró la excusa perfecta para disciplinar y someter a los jueces. Aprovechó la indignación social por la absolución de los acusados de secuestrar y obligar a la joven Marita Verón a la prostitución, aunque en el fondo se trató de una represalia contra la Corte Suprema y otros tribunales, que todavía no permiten la implementación completa de la Ley de Medios, cuyo motivo real no es tener una prensa plural y robusta, sino someter a la crítica e independiente.

Con esa justificación, Cristina de Kirchner dijo que impulsará una reforma en el Congreso para democratizar al Poder Judicial ya que lo ve divorciado de las demandas de la gente. Se trata del mismo patrón arrogante que siguieron Rafael Correa y Hugo Chávez, quienes acusaron a la prensa y luego al Poder Judicial por todos los males que no pudieron resolver, desde corrupción a inseguridad.

Hoy, en Ecuador y Venezuela, luego de pomposas reformas judiciales y tras haberse instalado jueces amigos, y sometido a los independientes, los problemas siguen igual o peor, pero nadie se atreve a procesar o auditar a los gobiernos, pese a denuncias por corrupción, fraude electoral y violación a los derechos humanos.

Las reformas terminaron siendo el pretexto de los gobiernos para blindarse, evitar los cuestionamientos y fallos incómodos, y arrogarse el poder absoluto.

Varios gobiernos latinoamericanos están demostrando poseer esa arrogancia arbitraria en el proceso de reforma del Sistema Interamericano de Derechos Humanos que tiene que decidir la Organización de Estados Americanos en los primeros meses de 2013. 

Muchos países, en venganza por varias decisiones contrarias dictadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) - y opiniones desfavorables de su Relatoría Especial por la Libertad de Expresión -  en vez de corregir, admitir vicios o reparar a las víctimas, prefieren coartarle a este organismo su autonomía y libertad para actuar.

La excusa perfecta la dio Brasil, cuando decidió retirar a su embajador de la OEA en 2011, en represalia por una decisión de la CIDH que ordenaba detener la construcción de una represa en el Amazonas porque violaba derechos de los indígenas. De aquella decisión se aprovecharon otros gobiernos.

Ecuador pidió una reforma profunda del sistema interamericano al catalogar que la defensa de periodistas y de un diario de ese país por parte de la CIDH, era una intromisión a su soberanía. Venezuela calificó de “mafia” a los comisionados y pese a que nunca cumplió con varias decisiones de la Comisión y Corte interamericanas, decidió retirarse de su jurisdicción; una total contradicción con su flamante puesto en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, conseguido en noviembre.

Otros estados, como Colombia y México también ven con buenos ojos una reforma, y aunque dicen pretender mayor eficiencia, quieren quitarle dientes a un sistema que tiene ante sí muchas denuncias de violaciones a los derechos humanos cometidas por sus fuerzas armadas.

Es evidente y necesario que los poderes judiciales, así como el sistema jurídico interamericano, necesitan ser más eficientes. Pero esa mejoría para que sea tal debe estar al servicio de la ciudadanía y no de los gobiernos como pretenden las ansiadas reformas.

Que hay jueces malos y corruptos es cierto, como también gobernantes y legisladores. Pero existen formas técnicas para corregir y castigar conductas, evitando someter a todo un poder con destituciones masivas, amenazas y golpes de arrogancia.

diciembre 15, 2012

Newton y el necesario control de armas


Es mucho el dolor que a uno le embarga como padre, principalmente, y como ciudadano ante cada masacre de niños como el perpetrado ayer en la escuela primaria de Newton en Connecticut. Apenas uno se entera de lo ocurrido pasa por varias etapas emocionales. La primera de incredulidad y sorpresa, la segunda de necesidad por saber qué pasó, y luego la tercera, la del estrés, la de ponerse uno en los zapatos del otro, y quedar en un quiebre emocional tratando de buscar respuestas, frustrado y con impotencia. Y la cuarta, pasada las horas, la de la bronca, pensando que después de tantas masacres contra escuelas que suceden periódicamente, uno se pregunta por qué no hay más control para la compra de armas.
Ayer creo que todos pasamos por esas etapas cuando supimos que de los 28 acribillados por el tarado jovencito Lanza, armado hasta los dientes, 20 era niños que ni superaban la década de vida.
El presidente Barack Obama dijo que “nuestros corazones están desgarrados” y convocó a sus colegas políticos a tomar “medidas significativas” para acabar con estos tiroteos, sin entrar en detalles, y pidiéndoles que dejen a un lado sus diferencias.
Lo de Obama, como siempre en materia de control de armas - algo que aparentemente no se anima a decir con todas las letras - siempre fue tibio.
Por eso prefiero esta vez quedarme con las declaraciones del alcalde Michael R. Bloomberg de Nueva York, quien ya se ha expresado numerosas veces en contra de la Asociación Nacional del Rifle, que todos los años gasta millones en cabildeo para evitar que haya control de armas.
Bloomberg publicó una nota después del discurso de Obama que creo fue lo más acertado en un día tan negro: “El presidente Obama envió con razón sus sentidas condolencias a las familias de Newtown; pero el país necesita que envíe un proyecto del ley al Congreso para arreglar este problema. Hacer un llamado a tomar ‘medidas significativas’ no es suficiente. Necesitamos medidas inmediatas”.

diciembre 13, 2012

Remover jueces, ejercicio arrogante del poder


La división de poderes es una máxima y una necesidad de la sociedad democrática. Se trata de un contrapeso que se impone como garantía para los ciudadanos; para que confíen que su sistema de vida en una democracia sobrevivirá pese a que alguno de los poderes públicos cometa algún abuso o acto arbitrario contra otro poder. El ataque directo de un poder a otro, el coartarle su independencia, por más excusas que se encuentren en las constituciones o las leyes para lograrlo, no es más que un golpe contra el máximo referente de la democracia: la ciudadanía.

Los ataques contra el Poder Judicial en América Latina no son nuevos, pero se intensificaron en los últimos días en Honduras y Argentina. Siempre con la excusa de “democratizar” estos poderes, en Honduras esta semana se destituyó a cuatro de cinco jueces del Tribunal Suprema de Justicia porque sus fallos disgustaron al Poder Legislativo y al Poder Ejecutivo. La excusa fue que el Tribunal Constitucional declaró inconstitucional la ley de depuración de la policía, pero muchos creen que hay motivos más políticos en la destitución.

Como siempre ocurre en cada golpe de poderes, y al menos este sí parece evidente, habrá que esperar unos días para que se ventilen todos los motivos reales, porque es difícil creer que el único camino legislativo en contra de la decisión de inconstitucionalidad haya sido la de destituir a quienes se deben haber apegado a derecho para llegar a esa conclusión.

Si a cada decisión judicial que disguste a un gobierno se hace norma la destitución de los magistrados supremos, es evidente que no se cumple con el equilibrio y la división de poderes.
En Argentina, aunque la decisión del gobierno no es tan extremista, si lo es su intención. La presidente Cristina de Kirchner, enojada porque la Corte Suprema y otros tribunales no han permitido todavía la implementación completa de la ley de medios, insiste en que la justicia debe ser depurada o, al menos controlada.

El gobierno argentino brega por tener una justicia condescendiente y amiga. Quisiera tener los fallos adecuados para fortalecer sus decisiones políticas y así cumplir con sus objetivos de gobierno, pese a que muchos de ellos vayan contra la Constitución, las leyes y la democracia.

Es evidente que ninguno de los tres poderes públicos es ajeno a uno de los peores males que carcome la institucionalidad: la corrupción. Pero si en vez de depurar, se glorifica como en Honduras y en Argentina que se pretende “democratizar” a la justicia, deberíamos ver que ese camino ya lo tomaron Rafael Correa y Hugo Chávez.

Obviamente, ni en Venezuela ni en Ecuador se logró tener una justicia mejor, más democrática, sino más obediente y menos independiente; un cheque en blanco para los abusos de poder. 

diciembre 12, 2012

Bendito Twitter

A raíz de los primeros tuist del papa Bendicto, comparto mi columna de este fin de semana sobre Twitter.


El papa Benedicto XVI también sucumbió a la tentación. Abrió una cuenta en Twitter con la misión de alcanzar al botín más preciado de todos: E-evangelizar a jóvenes menores de 24 años que forman el 73% de una red social de más de 500 millones de individuos, y en vertiginosa expansión.
Más allá de que el Papa se convirtió en el tuitero con mayor número de seguidores aún antes de empezar a tuitear en ocho idiomas a partir de este 12 de diciembre, su decisión demuestra la importancia creciente que tiene este símbolo de la cultura digital actual, sin el cual los medios tradicionales, los líderes y el público general pueden ya concebir la agenda cotidiana.
Desde que Twitter fue creado por Jack Dorsey en 2006, se ha convertido en una certificación de los grandes logros, fracasos y revoluciones de la humanidad. Nada importante queda sin reflejarse en este microblog, hasta omisiones y temores. Por ejemplo, la gravedad del cáncer que padece Hugo Chávez no está valorada por algún parte médico, sino intuida y medida por el silencio en su cuenta de Twitter, que en épocas de buena salud inundaba de tuits a sus tres millones de seguidores.
Aunque no son tan seguidos como celebridades y deportistas, los líderes y los medios ya no conciben la agenda política sin Twitter. El ejemplo más avezado es el de Barack Obama, quien potenció sus dos elecciones con propaganda y conversaciones directas en esta red social, como la que ofreció este lunes, con la intención de presionar a los republicanos a un acuerdo político para evitar el abismo fiscal y subir los impuestos a los más ricos.
Los medios tradicionales, que al principio de la era digital concebían a las redes sociales como competencia, son ahora los que mejor las usan. No solo para saber por donde va la conversación, sino como fuente alterna de información. Esta semana así lo hicieron diarios y televisoras egipcias. No dejaron un instante de informar por Twitter, mientras practicaban un apagón informativo masivo, en protesta contra el presidente Mohamed Morsi, por instaurar una censura constitucional peor a la que sufrían antes de la Primavera Árabe.
Twitter también genera miedos. Como cualquier herramienta de comunicación, cuando es usada sin escrúpulos, puede producir efectos devastadores y transformar rumores en verdades o calificativos en injurias. De ahí que los príncipes ingleses, Guillermo y Catalina, no hayan esperado hasta Navidad y prefirieron hacer oficial el embarazo antes que se disparara por Twitter, y con malas intenciones.
También quien está en Twitter sabe que los seguidores no son pasivos e imponen expectativas y protocolos de conducta. De ahí que el primer ministro inglés, David Cameron, prefirió olvidarse de la etiqueta de la Casa Real y felicitar a la pareja por Twitter. No fue el único. Lo siguieron miles de estrellas y celebridades del mundo entero, que tampoco quisieron defraudar a sus seguidores o carceleros, como algunos los llaman.
Justamente en Inglaterra se instaló un debate sobre la ética de la comunicación. Los diarios aceptaron que deben tener políticas de autorregulación más severas para evitar escándalos como el del extinto diario News of The World que propició escuchas telefónicas clandestinas. Sin embargo, advirtieron que el informe del juez Brian Leveson, encomendado por el gobierno y que recomendó autorregulación e imposiciones legales, no aborda la falta de ética que cometen los ciudadanos comunes en las redes sociales.
La prensa que ha delinquido y que tiene al sensacionalismo como máxima característica, no puede excusarse ante sus mayores obligaciones profesionales; además, porque es preferible vivir con los riesgos y vicios que acarrean las redes sociales que sin ellas o censurarlas. La arrogancia, el sarcasmo, la difamación y el mal gusto solo podrán ser corregidos con más educación, nuevos códigos de conducta y, en última instancia, a través de la justicia.
Benedicto XVI tiene en Twitter un desafío y una gran oportunidad. Debe ser infalible en 140 caracteres y competir con Lady Gaga y Justin Bieber, los primeros en sobrepasar los 30 millones de seguidores. Pero, sobretodo, por primera vez, tendrá la oportunidad de acceso directo al mundo más íntimo de los jóvenes, los teléfonos móviles, donde Twitter domina. 

diciembre 09, 2012

Messi es universal


Lo que se esperaba para fines de diciembre llegó en forma anticipada. Después del susto ante el partido con el Benfica, la Pulga la volvió a romper y demostrar que está para su cuarto premio consecutivo como el mejor del mundo. No quedan dudas, juega bien y hace goles. Con dos al mismo palo superó al arquero del Betis y se metió en la historia grande del fútbol para superar los 85 goles del alemán Gerard Müller.

Ahora con 86 y sin la presión de alcanzar el récord, seguramente llegará a los 90 y pondrá la vara muy alta para la próxima generación de futbolistas. Pero más allá de los récords lo importante de la Pulga y del Barcelona, para no quitarle méritos al fútbol de equipo, es que se trata de uno de los pocos jugadores y equipos que dejaron el pelotazo y la improvisación. Es un privilegio ver un partido del Barcelona, pero, sobretodo, la consistencia para jugar bien al fútbol; aun cuando pierden no pierden su filosofía del fútbol.

Messi es de otro planeta. Así como Lebron James al básquet, la Pulga es un jugador universal. No importa si uno ni es del Barcelona ni del Miami Heat, ya que por la grandeza de sus logros, uno disfruta como si fueran de su propio equipo. Su universalidad radica en que hacen más grande al deporte.  

@pontifex la nueva arma papal

RICARDO TROTTI: Bendito Twitter - Opinión - ElNuevoHerald.com

diciembre 07, 2012

El lamentable 7-D argentino


Siempre sostuve que la diferencia entre Argentina y Venezuela radica que en el país gaucho todavía existe independencia de la justicia, pese a que el gobierno de Cristina de Kirchner siempre ha querido emular al de Hugo Chávez también en esa disciplina.

El 7-D desnudó, de todos modos, un proceso lamentable en el país. Un gobierno totalmente arrogante, con pocas ganas de ajustarse a derecho, quería aplicar la ley más allá de lo que establecieran las cortes. Cristina de Kirchner bien sabe que tarde o temprano le ganará la pulseada al Grupo Clarín ya que la desinversión que deben hacer los grupos está establecida por la ley de medios, solo que ahora debe esperar ante una medida cautelar admitida por un tribunal y hasta que la Corte Suprema se expida sobre el fondo de la cuestión: la Constitucionalidad de dos artículos relativos a la venta de medios que esos grupos deben hacer.

La ley no es mala, si en cambio, su espíritu e intención. Apunta a que haya más pluralidad y diversidad de medios. Pero con el vicio del gobierno de tener medios propios, de amigos y de acólitos, y de someter a los independientes, no es difícil adivinar que seguirá buscando la hegemonía comunicacional para controlar la verdad. 

Si el gobierno fuera claro, transparente y realmente le importaría la libertad de prensa y de expresión – y lo demostrara en los hechos - difícilmente algún ciudadano o juez pudiera rechazar esta ley y su proceso.

El gobierno es tan arrogante que termina hiriéndose a sí mismo. No solo esperaba aplicar la ley este viernes, al que le puso nombre de guerra, sino que usó todo un armamento propagandístico para “vender” al público y a la justicia, que un fallo contra Clarín – una empresa privada – serviría para reverdecer la democracia y acabar con muchos problemas heredados de la historia. En realidad, como bien lo han usado otros presidentes, tal el caso de Rafael Correa y Hugo Chávez, Cristina de Kirchner endilga a la prensa los grandes males del país, una forma de exculparse de responsabilidad.
Los mismos parámetros de lucha lo usaron Chávez con RCTV - a la que cerró - y Correa con El Universo de Guayaquil, al que todavía no pudo doblegar.

Cristina seguramente terminará ganando la batalla a largo plazo, ya que los legisladores, aún sin que la justicia permita aplicar la actual, irán recreando otras leyes tratando de limitar el poder de Clarín. Pero bien hubiera podido esperar los fallos de la justicia, darse su tiempo, seguir con los procesos y no crear actos y propaganda para cantar victoria; de lo contrario, cuando le llegan los fracasos, lo único que aumenta es la intención y vocación por tomar revancha.

Seguramente mucho de eso se verá en los próximos días – lo que se observó antes de la resolución judicial a favor de Clarín – cuando los funcionarios atacarán a jueces o seguirán pidiendo su remoción.

El Poder Ejecutivo tiene todo el derecho de pelear sus batallas y por sus convicciones, pero está obligado a respetar los plazos judiciales y aquellos que también le pueden ser adversos. Pero sobre todo, como eje de un país, debe estar dispuesto a hacerlo con mesura, prudencia y en forma civilizada y con sentido común.

Lamentablemente, es tanta la arrogancia del gobierno, que le resulta cada vez más difícil tener sentido común. 

diciembre 06, 2012

Libertad digital en Dubai


Sigue esta semana la reunión de la UIT que este año trata de remendar los protocolos de la comunicación internacional que datan de 1988. El pelirgo es que los gobiernos del mundo busquen imponer trabas al carácter gratuito y libre del internet. Comparto mi columna del pasado fin de semana que tiene vigencia, que titulé "Quieren quitarnos la libertad digital".

Damos por sentado que navegar en internet e interactuar en las redes sociales es un ejercicio normal de todos los días, libre y gratuito. Sin embargo, a partir de este lunes todo puede cambiar, cuando los gobiernos del mundo entero se reúnan en Dubai para discutir el futuro del ciberespacio.

Con la excusa de que se debe dotar de orden al caos del internet, varios de los 175 estados que se reunirán del 3 al 14 de diciembre en la Conferencia Mundial de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), proponen que sean los gobiernos los que regulen el internet, lo que derivaría en controles y excesos en contra del libre intercambio de información que hoy se experimenta.

Algunos gobiernos pretenden imponer tarifas de comunicación, al estilo servicio telefónico, por lo que los usuarios no solo pagarán por conexión, sino también por tiempo y descarga de contenidos. Aunque el pretexto es colectar dinero para ampliar redes de banda ancha, un servicio más costoso evitará que los más necesitados puedan acceder a él, ampliando la brecha digital y cultural entre ciudadanos y países, ricos y pobres, que el internet está ayudando a disipar.

No es casualidad que estas propuestas sean de gobiernos que ya tienen por costumbre bloquear y censurar el internet, así como encarcelar a blogueros e internautas, como el caso de Cuba, Irán, China y Rusia, los peores países en la reciente clasificación mundial sobre libertad en internet del Freedom House.

Pese a que estos países justifiquen que las regulaciones servirán para castigar ciberataques, pornografía infantil o piratería – aspectos ya contemplados en las leyes regulares – los nuevos controles buscarán limitar que el internet sea un espacio democrático, diverso y plural, de probada eficacia. Hubiera sido difícil para los disidentes cubanos burlar la censura oficial sin blogs; a los musulmanes crear la Primavera Árabe sin Twitter, a los argentinos auto convocarse en cacerolazos sin Facebook o a los chinos exponer actos de corrupción sin sus filmaciones con teléfonos móviles inteligentes.

Estos países y, lamentablemente, los democráticos Brasil e India, en un grupo que destacan árabes y africanos, insistirán que el internet debe ser regulado por las Naciones Unidas (ONU), desconociendo que el internet ha crecido y se ha expandido – y con ello globalizó la economía y la cultura mundial - porque es ajeno a los gobiernos y está en manos de organizaciones no gubernamentales y privadas.

Pero no será fácil para esos gobiernos imponer condiciones. Muchos países latinoamericanos y europeos, entre ellos la pequeña Estonia – donde los ciudadanos pueden votar en línea, acceder al historial médico y a las tareas escolares de sus hijos - quieren que el internet mantenga su status quo, sin límites ni prohibiciones. Además, la delegación de EE.UU. tiene de su Congreso un mandato preciso para Dubai: El ciberespacio debe ser de acceso libre y gratuito, tal como fue creado, y debe permanecer “estable, seguro y libre del control gubernamental”.

Se trata de una posición destacada, siendo el país inventor del internet y al que muchas veces éste le ha jugado malas pasadas por lo que tendría excusas suficientes para censurarlo. EE.UU. es el país que más recibe ciberataques contra sus instalaciones militares, de inteligencia y empresas privadas; su servicio diplomático fue avergonzado por millones de documentos confidenciales que fueron expuestos por Wikileaks y miles de fotos y videos también revelaron que sus soldados torturaron en cárceles clandestinas.

Si en la reunión de Dubai se adoptan regulaciones, se tratará de una de las mayores contradicciones de la historia. Es que la ONU, ente madre de la UIT, promueve achicar la brecha digital entre pobres y ricos mediante un internet libre y gratuito, pregonando que el derecho de conexión y de banda ancha es tan importante como el derecho a los alimentos, al agua y a la justicia.

Bajo esos preceptos, más que regular, los gobiernos deberían promover que el internet llegue a las dos terceras partes del mundo que todavía no lo tienen y garantizar la libertad de expresión por cualquier medio y sin limitaciones de fronteras, como les demanda la Declaración Universal de los Derechos Humanos. 

La ficción para denunciar la mentira y la coacción

Agradezco al profesor Arturo Corona de la Universidad de Anahuac en México, y varios de sus estudiantes, por la entrevista sobre Robots con ...